lunes, 31 de octubre de 2016

El Dr. Jekyll vuelve a ganar y a convencer

Seguro que mucha gente ha leído o ha visto adaptaciones teatrales o cinematográficas de la obra de Robert Luis Stevenson El extraño caso del Dr Jekill y Mr. Hyde.
Me he permitido titular esta columna citando a uno de los principales protagonistas de dicha creación artística para tratar de explicar las sensaciones tan diferentes que transmite el Pontevedra CF cuando juega como local a las que desprende cuando lo hace de visitante.

A pesar de que el tema esencial que Stevenson trata en la novela es la dualidad del bien y del mal que cada uno de nosotros llevamos dentro, lo cierto es que adaptando la cuestión al planeta fútbol no podemos negar que nuestro equipo en Pasarón aparece como ese comedido y educado doctor británico cumplidor de las convenciones sociales y que derrota contrincante tras contrincante que pasa por Pontevedra de manera casi siempre convincente mientras que fuera de su campo muda su imagen radicalmente para parecerse más a ese tosco y maléfico personaje llamado Hyde que con sus vastas formas de actuar no cosecha sino derrotas o algún triste empate en los partidos jugados bajo su embrujo.

En el libro, Jekyll puede cambiar su personalidad y "convertirse" en otro gracias a un brebaje fabricado por él mismo y volver a recuperar su estado habitual debido a un antídoto también de su creación que a medida que avanza la obra va escaseando hasta que aterrado comprueba que Mr Hyde va a apoderándose irremediablemente de él.

Ayer tuvimos una clara muestra de que el Pontevedra CF posee todavía dosis más que suficientes de ese antídoto que le permite convertirse en un equipo sobrio, serio, confiado en sus posibilidades y notable cuando juega en casa pues ni un tanto encajado en el primer minuto de juego fue capaz de hacer derribar esa convicción en sí mismo de los granates que no sólo acabaron remontando el encuentro sino también imponiéndose con claridad meridiana en el tramo final del  partido.

Y es que como se ha dicho el comienzo del choque no pudo resultar más desalentador. Jugada por banda derecha del Osasuna, cierta apatía para evitar el centro al área y excesiva relajación de los centrales primero para dejar peinar el cuero a Nuha y de Miguel Loureiro después que no puede evitar el toque final a la red del mejor jugador navarro, Barja.

En ese instante la virginidad del Pontevedra en casa corría serio peligro. Con 0-1 en el marcador y un equipo con argumentos más que de sobra para "romper" a la contra el escenario no parecía el más idóneo para sacar la cabeza del agujero.
Pero lo cierto es que el Pontevedra CF reaccionó bastante bien al golpe recibido y si a eso unimos el excesivo "aculamiento"  visitante tras ponerse en ventaja, la consecuencia fue que el conjunto granate empezó a mandar en el partido y a buscar con paciencia pero sin descanso el tanto de la igualada.

Un Pontevedra que había salido al campo con los laterales habituales pero con la sorpresa de ver a Bruno y Portela en el centro de la defensa dejando un día más a Capi en el banquillo de suplentes.Y un Pontevedra que volvió a apostar por Trigo en el medio centro para hacer compañía a Kevin además de colocar a Mouriño algo más adelantado que los citados, con Jacobo a la izquierda, Alex González a la derecha y Mateu de referencia más ofensiva.

Y como decíamos, el equipo se hizo con la posesión de la pelota encontrando a un Kevin Presa mucho más atinado que en otros partidos a la hora de manejar y distribuir el juego con meritorios envíos a derecha e izquierda.
No fue una primera mitad plena de ocasiones pero aún así Miguel pudo empatar al conectar un fenomenal zurdazo (sí, zurdazo) desde la frontal del área que encontró una intervención tan importante como plástica del portero visitante. También Alex González y Jacobo probaron fortuna desde lejos sin suerte.

El primero, Alex, a pesar de jugar esa primera parte y algo de la segunda por la derecha volvió a a mostrar chispa y peligrosidad confirmando la progresión que habíamos notado en partidos anteriores y Jacobo estuvo algo más gris como cada vez que juega más acostado en banda aunque siempre protagoniza alguna jugada de clase que suele conllevar peligro para el rival.

La primera parte iba transcurriendo de esa forma sin que el Osasuna volviera a dar muestras de peligro en campo granate hasta que un centro desde la izquierda es peleado por el incansable Ferrer propiciando que un defensa pamplonica peine el cuero hacia su propia portería apareciendo muy oportuno Adrián Mouriño para conectar cayéndose un disparo que entra pegado al palo izquierdo de la portería navarra.

Era el empate a un gol merecido por la constancia y cohesión mostrada por los nuestros que todavía pudieron irse al descanso por delante en un último minuto loco de primer tiempo en el que los navarros desaprovechan una contra peligrosa y en la subsiguiente jugada Trigo en gran posición duda si tirar a puerta o centrar y su balón sale desviado por poco sin que Mateu Ferrer logre conectarlo de cabeza en el segundo palo. 

No es novedad que el Pontevedra salga algo despistado tras su paso por los vestuarios y parezca algo ido o desconectado en los primeros minutos de los segundos tiempos. Ayer no fue una excepción y el Osasuna pareció tomar el rumbo del encuentro haciéndose con la pelota y creando su única ocasión en la segunda parte en el minuto cinco tras conectar Arana un buen disparo con la izquierda buscando el palo largo de Edu que salió fuera por muy poco.
Es verdad que a la salida de un corner Trigo estuvo a punto marcar y que Alex González también pudo hacerlo en una jugada en la que tardó demasiado en tirar a gol encontrándose al portero rival encima. Pero a pesar de estas ocasiones, en los primeros diez o quince minutos de la segunda parte el dominio resultó parejo e incluso un muy peligroso Barja hizo alguna de las suyas por banda izquierda sin encontrar rematadores que pudieran cristalizar sus jugadas.

Pero al cuarto de hora, el Pontevedra volvió a hacerse dueño de la situación y a eso contribuyeron los acertados cambios. Jacobo dejaba su puesto a Añon lo que permitió que González cambiara su ubicación a la izquierda ocupando el ex del Somozas la derecha y poco después un exhausto Mouriño dejaba su lugar a Abel Suárez que pasaba a ocupar su misma demarcación.

Fueron minutos en los que justo es destacar a los dos centrales granates que supieron jugar con el sentido de anticipación imprescindible cuando se coloca la defensa tan adelantada y que no permitieron ninguna alegría aérea a un Nuha que a pesar de su juventud demostró que se "pega" con todo el mundo y que acabó por ser sustituido por el buen trabajo realizado por Portela y Bruno sobre él. 
También fueron minutos en los que los laterales se proyectaron bien en ataque, en los que Kevin volvió a crecer para ofrecer una de sus mejores versiones y en los que Mateu Ferrer trabajó a destajo para ofrecer espacios a sus compañeros peleándose con denuedo con la pareja de centrales navarros.

Y así las cosas llegó la jugada que ponía en franquicia el marcador para los granates. Se gestó la acción en nuestra banda derecha de ataque llegando el balón a un fenomenal ayer Jacobo Trigo que encontró vía libre para penetrar en área visitante y conectar un centro medido para que Mateu que había amagado con irse al primer palo para después retrasarse un par de metros hacia el centro conectase un cabezazo inapelable que ponía el 2-1 en el marcador. 

De ahí en adelante sólo existió el Pontevedra. A falta de poco más de diez minutos se realizaba el tercer cambio y un Trigo vacío por el esfuerzo y tocado por sus molestias dejaba su sitio a Alex Fernández que salió enchufado a más no poder.

Y cinco minutos después llegó una obra de arte. 

Añón que hasta ese instante había estado gris y algo fallón recoge una pelota en la derecha no muy lejos de la línea medular. El extremo avanza y se deshace hasta tres veces de un mismo rival con fintas y regates formidables, se deshace también de un segundo jugador navarro hasta ceder el cuero a Abel Súarez que ve la jugada entregando al primer toque hacia Mateu, éste de espaldas y también de primeras ve venir en carrera a Alex Fernández y le pone la pelota pintiparada para que el  bravo centrocampista llegue a la frontal y conecte un zurdazo (sí, otra vez zurdazo) con efecto que se cuela pegado al palo derecho de la portería del Osasuna.

Fue una jugada eléctrica, velocísima, que incluyó regates, visión de juego, primer toque y disparo contundente y que entusiasmó a los allí presentes que veíamos como llegaba la sexta victoria en casa en otros tantos partidos.

Aún se pudo redondear más el resultado con una falta lanzada al palo por el propio Alex Fernández y un lanzamiento por encima del larguero de Abel Suárez realizado en muy buena posición para marcar. 

Lo que a continuación enumero son estadísticas. 

El Pontevedra lleva 16 goles a favor y de ellos 14 los ha logrado en casa. Llevamos igualmente 8 goles en contra y sólo dos los hemos encajado aquí.

Es cierto que en Pasarón hemos disputados seis partidos y fuera cinco. También es cierto que hemos jugado en plazas complicadas como las de Santander.

Pero lo que no se puede negar es que ninguno de los seis partidos como locales se ha ganado de casualidad. Es más, sólo el Lealtad fue capaz de crearnos verdaderas ocasiones claras de gol (hasta tres con 0-0) que al fallarlas nos dieron vida ese día.

Estamos ganando y convenciendo en Pasarón. Volviendo al argumento literario del principio de este artículo, contamos todavía con frascos de ese antídoto que nos permiten tras beberlo volver a convertirnos en casa en ese equipo fiable y en ocasiones vistoso que ha logrado algo muy complicado como es lograr 18 de 18 como local.

Lo que me preocupa es que cada vez que salimos fuera parece que lo que hacemos es bebernos la poción que nos convierte en Mr Hyde y ya sea por "h" o por "b" no logramos lejos de nuestra ciudad romper una racha que se prolonga durante diez partidos si contamos los últimos cinco de la pasada liga y que no nos engañemos es necesario quebrar para cuando las cosas no pinten tan bien en nuestro feudo.

Por lo menos esta inmaculada racha "casera" nos ha permitido meternos en ese primer corte que se ha producido entre los seis primeros y el resto.

Visitamos Tudela, (campo complicado es verdad) pero en el que ya ha vencido por ejemplo el Somozas.               
¿Veremos en Navarra por fin a ese aseado Dr Jekyll que no carece de genio y de empuje pero que cumple su labor en el campo con el orden requerido por la flema británica? ¿O volveremos a ver a ese desordenado Mr Hyde que actúa a impulsos y que vuelve de vació cada vez que traspasa la frontera marcada por el Puente de la Barca?

En esta ocasión no tardaremos casi nada en averiguarlo. 

El miércoles en horario de telenovela saldremos de dudas. 

           

martes, 25 de octubre de 2016

Otro gatillazo en "cama" ajena y una gestión extraña del descanso

No está resultando nada esperanzador el comienzo de temporada del Pontevedra CF como visitante. Ya he dicho en más de una ocasión que no contamos en la actualidad con esas plantillas de la primera década del siglo XXI a las que esta categoría se le quedaba realmente pequeña y para las que la consecución del ascenso por coste y calidad era casi una obligación.

Es por ello por lo que por lo menos el que esto escribe no espera que el Pontevedra acuda a Santander y pase por encima del equipo cántabro que este año ha empezado muy bien. Sí espero en cambio que se compita algo mejor que lo que se hizo pero asumo las dificultades de ese partido. Puedo mostrar mi comprensión incluso con la complicación del campo de Guijuelo sobre todo si te ves por detrás en el marcador y aún así logras un empate. 
Incluso en un día optimista puedo tratar de justificar el empate en Burgos por el hecho de que el potencial del rival sea aparentemente mejor de lo que indica la tabla de clasificación (aunque este argumento quizá decaiga algo al comprobar como el Izarra, tan pobre aquí, fue capaz de hacerle tres goles anteayer en El Plantío).

Le encuentro más complicada justificación (y así lo escribí) a la derrota en Vigo por las circunstancias ya conocidas que rodearon a ese partido y la nefasta actuación de los nuestros tras quedarse el Celta con un jugador menos.

Y con el partido disputado en los Anexos de Zorrilla se ha acumulado una decepción más a la ristra de partidos nada edificantes que hemos realizado hasta ahora lejos del calor del Estadio de Pasarón. 

Se diga lo que se diga este encuentro parecía ideal para conseguir la primera victoria fuera y de no ser posible tal circunstancia por lo menos lograr un punto que ayudase al equipo a permanecer en esa cuarta posición.   

Pero no pudo ser.

Es imposible valorar la actuación del Pontevedra ni escuchando el encuentro a través de la radio ni a través del breve resumen ofrecido por la televisión. Esas imágenes parecen reflejar que el primer penalti no es descabellado pero que la jugada que da lugar al segundo no tiene la entidad suficiente como para merecer tal máximo castigo.
También en ese corto reportaje pudimos comprobar como con empate a uno en el marcador Trigo y Barco pudieron decantar la balanza en un momento importante del choque.

Pero lo cierto es que el equipo no fue capaz siquiera de traerse un punto de Valladolid en un campo en el que el año pasado con el mismo césped artificial lamentable  (que otra vez pone de manifiesto el olivdo en el que se encuentra esta categoría del fútbol español) y con el mismo viento se consiguió una victoria por un tanto a tres remontando el gol inicial de los pucelanos.

Por ello y aunque la situación en la clasificación derivada de esa derrota no sea ni grave ni alarmante, esa decepción y esa tristeza resulten inevitables al desaprovechar otra gran ocasión para seguir entre los cuatro de arriba y meterle más distancia al Racing de Ferrol amén de conservar la que se tenía respecto a la Ponferradina.

Lo peor de esta racha fuera de casa es que no es nueva ni nace con esta temporada 16/17. Si algunos de los lectores del blog se toman la molestia de repasar los resultados como visitante del Pontevedra desde aquel partido famoso jugado en Coruxo la campaña anterior podrá comprobar que la cuestión ya ha empezado a ser preocupante hace tiempo.

Mostramos una debilidad fuera de casa excesiva y si bien la segunda vuelta del año pasado ( o casi toda la segunda vuelta para ser exactos) exhibió a un Pontevedra vulnerable también como local, este inicio de temporada resulta más desconcertante por la doble cara que muestran los granates que parecen otros cuando disputan los partidos delante de su gente. 

Esta sensación de decepción que se experimenta nada más terminar el partido por lo menos a mi se me transforma en enfado cuando una vez más se ofrecen ( o tratan de ofrecerse) explicaciones en el post partido. 
No me valen alusiones a actitudes de jugadores rivales ni a si estos protestan, presionan al arbitro o se tiran en el área.
Lo que me valdría para tratar de entender lo que pasa sobre el césped es que el técnico explicara porque Capi se quedó en el banquillo en Valladolid. El porqué de volver a dejar no ya fuera del "once"  sino en casa a Alex Fernández o la razón de meter en banda izquierda a un jugador como Mateu que cada vez que se ve "exilado" a una banda pierde gran parte de su efectividad y peligro.

Ninguna de estas circunstancias recién enumeradas han resultado las causas de una nueva derrota, eso está claro. Pero explicar las mismas y hablar de fútbol de verdad posiblemente ayudaría a que esa decepción tantas veces aludida en este escrito no se convierta en cabreo por el enésimo intento de desviar la atención. 

Claro que indirectamente relacionado con el tema del bajo rendimiento que estamos ofreciendo fuera aparece la otra cuestión sobre la que quiero hablar en este escrito.

Resulta que la semana que viene hay jornada de Liga entre semana (cuestiones del absentismo laboral del fútbol español en Navidad, ya se sabe) y que el Pontevedra jugará el Miércoles 2 en un feudo tan complicado como el del Tudelano.
Si analizamos el día en el que grueso de los equipos disputarán sus partidos este fin de semana, veremos que casi todos los encuentros, siete, se celebrarán el Sábado. Incluso el Tudelano jugará en jornada sabatina por la mañana en Barreiro.

De los tres partidos que se jugarán en Domingo, uno de ellos será por la mañana (en Mieres) y sólo dos (el que se desarrollará en Burgos y el nuestro) lo harán por la tarde.

Es decir, que respecto al conjunto de Tudela tendremos día y medio menos de descanso para afrontar el partido y no se me ocurre por mucho que pienso razón que justifique tal desventaja.

Se ha dicho siempre (y es cierto) que la afición granate es de Domingo a las 17.00h pero siempre y cuando no existan circunstancias evidentes que hagan conveniente variar la costumbre y pasar un partido al Sábado, circunstancia que existe en este caso concreto por lo que se acaba de mencionar.

Quizá exista una razón desconocida para jugar en Domingo pero muy poderosa tiene que ser para provocar que el Pontevedra CF juegue el Miércoles día 2 en una situación de clara desventaja con el equipo navarro y como eso es así, así hay que contarlo. 
  


lunes, 17 de octubre de 2016

La tarta no estaba envenenada

No soy nada experto en vinos. Para ser exactos soy un auténtico profano del tema. Mis conocimientos alcanzan a diferenciar un blanco de un tinto y que el alvariño entiendo que debe tomarse frío para percibir su auténtico significado. También podría (llevado por la euforia que la ingesta de dicho producto conlleva) exclamar alborozado y con grandes coloretes en la cara la famosa frase "Viva el vino" que un día ensayó con su estilo peculiar el todavía Presidente en funciones de este país.

Pero poco más podría añadir sobre el particular. Ni en cuanto a "bouquet", ni composición ni sabor podría añadir algo consistente y tampoco demasiado sobre el maridaje de los diferentes caldos con determinados alimentos. Más allá de generalidades como que el marisco mejor con blanco y la carne con tinto no sabría argumentar nada más al respecto.

Pero sobre esto último, el maridaje (que vocablo más bonito, por cierto) si podría comentar que nunca prolegómenos festivos se han llevado demasiado bien con los partidos de fútbol en los que intervengan los organizadores del "fiestorro".
Sin necesidad de recurrir a ejemplos más rebuscados, a buen seguro que muchos aficionados al balompié saben que el día en que el FC. Barcelona celebraba el centenario en el Camp Nou salió derrotado 0-1 por un Atlético de Madrid en nada parecido al equipazo construido por Diego Pablo Simeone. Que el propio club colchonero vio amargado el día del cumplimiento de su primer siglo al caer derrotado en el Vicente Calderón también por 0-1 por el AT. Osasuna y que el Real Madrid que había preparado su onomástica con una final de Copa del Rey en 2002 en su propio estadio vio estupefacto como el Deportivo de la Coruña se llevaba el gato al agua ganando por un gol a dos y estrenando un nuevo término que ha llegado a nuestros días como "el centenariazo".

Por esos y por bastantes más casos quien más quien menos teníamos la mosca detrás de la oreja ante la visita del Lealtad de Villaviciosa al Estadio de Pasarón. 
Pero está visto que esa temporada ni festejos conmemorativos, ni cenas a Viernes por la noche ni bandas de música ni previas tan emocionantes como las de ayer pueden romper la racha triunfal del Pontevedra CF en su campo.

Y eso que la primera parte fue quizás la peor jugada por los granates como local desde el comienzo de Liga pero ni eso resultó impedimento suficiente para sumar tres puntos que como un guiño del destino permitían al Pontevedra obtener un regalo de cumpleaños maravilloso como es entrar en puestos de promoción de ascenso.

Salió el Pontevedra al campo con la novedad de Bruno en el centro de la zaga por causa de la sanción de Capi y las molestias de Portela acompañado en dicha demarcación por un Jacobo Trigo que volvía a retrasar su posición.
Alex Fernández y Kevin hacían pareja en el medio con Añon tirado a la derecha, Mouriño intentando moverse por la media punta y Alex González acostado a la izquierda, Barco volvía a jugar sin compañía arriba.

En esa primera parte el Pontevedra dio la sensación de no encontrar en ningún momento su ritmo. El partido no adquiría velocidad, se trababa y parecía faltar esa chispa que en algunos tramos de los encuentros consigue imprimirle el conjunto granate al juego.
Aún así, el choque estaba relativamente controlado y los acercamientos al área contraria y las jugadas de peligro, aunque pocas, eran nuestras. Principalmente en ese primer tiempo fue Alex González (que va claramente a más) quien protagonizó las mejores acciones intentando y a veces consiguiendo percutir por banda izquierda y gozando incluso de la mejor ocasión en la que el portero rival despejó con algún apuro su disparo. Pero al margen de ello, y de dos acciones de Barco no demasiado claras, los lanzamientos granates llegaron desde muy lejos en las botas de Mouriño por dos veces y Alex Fernández sin encontrar la portería asturiana. 
Se volvió a ver a un Añón sin capacidad de desborde y sin hacer daño por la derecha (luego Luisito aclaró en rueda de prensa que el chico está jugando con serios dolores surgidos a raíz de la entrada de Catalá) y el propio Adrián Mouriño se perdía en excesivas conducciones que restaban celeridad al juego y contribuían a trabar más el encuentro. Tampoco Alex Fernández encontró su lugar disputando una primera parte por debajo del nivel al que nos tiene acostumbrados.

Pero en los últimos diez minutos del primer tiempo el panorama cambió. Hasta ese instante como ya se dijo el Lealtad no había llegado prácticamente al área de Edu. Un Jandrín ubicado en la izquierda no lograba marcharse casi nunca de Miguel más que en una ocasión en la que le "sacó" la tarjeta amarilla y el Lealtad parecía inofensivo.
Hasta que en una acción los asturianos progresan por banda derecha y envían un centro preciso y medido para que su nº10 ,Grande, cabecee a placer pero al centro de la portería encontrando los reflejos de Edu Sousa en plena efervescencia para rechazar un balón que en el momento de salir de la cabeza del rival parecía que iba a acabar dentro.
Sin solución de continuidad, otra vez el mismo jugador del Lealtad se hace sitio dentro del área para conectar un potente disparo que salió lamiendo el palo de la portería granate. 

Habían sido dos sustos de aúpa que contribuyeron a que el pitido final del colegiado indicando el final de la primera parte sonara a música celestial.

Pero la segunda mitad tampoco empezó bien para el Pontevedra. Y eso a pesar de que en los primeros instantes una muy buena jugada otra vez de Alex González permitió a Añón llegar desde la derecha y no encontrar puerta en una buena posición.
No obstante, el balón seguía sin fluir al ritmo necesario para hacer daño a la defensa contraria y las dudas llegaron también a la línea defensiva en la que Trigo cometió un error garrafal que permitió otra vez a Grande encarar en solitario la meta de Edu para mandar la pelota por encima del larguero perdonando por tercera vez al conjunto granate.

Esa ocasión clarísima del Lealtad provocó la rápida reacción de Luisito que antes del cuarto de hora realizó dos cambios de una tacada. Los retirados fueron Añón y Alex Fernández que dejaron sus puestos para Abel Suárez y Mateu Ferrer.

Estos relevos propiciaron que Abel ocupase la ubicación de Alex junto a Kevin y que Mateu se colocase casi a la altura de Barco pasando a Mouriño a la derecha en un 4-4-2.

Y realmente fue en la jugada siguiente a las sustituciones cuando llegó la jugada que cambió el partido. Pelota enviada al área desde la derecha y Ferrer y un defensa pugnan por tocar ese esférico que tras pegar en alguno de ellos coge un efecto parabólico y se cuela en medio globo en la portería asturiana. 
En el campo pareció que era el defensa quien tocaba y en la tele parece todavía más claro pero lo cierto es que el delantero granate asegura haber contactado con la pelota.
Sea como fuera y marcara quien marcara, lo cierto es que ese 1-0 cambió por completo la dinámica del encuentro. El Lealtad lo notó de tal manera que no volvió a llegar con peligro a la meta de Edu y el Pontevedra adquirió una seguridad y confianza que le hicieron convertirse en el dueño del partido.

Todo marchaba mejor. 

Abel volvía a demostrar que en la posición de medio centro ve bien el fútbol y completó unos minutos muy buenos, Mouriño pareció revivir y en banda derecha se pareció más al Mouriño que conocíamos, Ferrer volvió a pelearlas todas y Alex González siguió dando un buen nivel en la banda izquierda. Llegó el segundo gol pronto tras parada del portero a remate de cabeza de Abel. El rechace cayó suelto en área pequeña y Trigo aunque algo escorado fue capaz de meterla dentro acabando definitivamente con el partido.

Aún hubo tiempo para un tercer cambio cuando al partido le quedaba sobre un cuarto de hora. Y sobre ese cambio, o mejor dicho, sobre lo que propició ese cambio me gustaría hablar un poco.

Los que habitualmente sigan este blog saben que a Luisito este bloguero le suele criticar bastante cada vez que delante de los micrófonos crea problemas que generalmente no existen. Pero también sabrán esos habituales ( a los que vuelvo a agradecer muchísimo que pierdan un poquito de su tiempo leyendo esto) que pocas veces en la labor estrictamente futbolística se le ha dado para el pelo sino todo lo contrario.

Ayer ese tercer cambio (Portela por Barco) supuso que el Pontevedra volviera a jugar con tres centrales; que los dos laterales integraran una línea de cuatro en el medio con Abel y Kevin; que Alex González y Mouriño se convirtieran en dos medias puntas y que Mateu Ferrer ejerciera de ariete.

Destaco esto por la indudable riqueza táctica con la que Luisito trata de dotar a su equipo. Hasta ahora habíamos visto al Pontevedra en 4-4-2 (pocas veces), en 4-3-3, en 4-2-3-1, en un novedoso sistema contra el Palencia con un 3-4-1-2  con Jacobo en media punta y Añón acompañando a Barco y ayer volvió a dar otro giro de tuerca convirtiendo esa mediapunta en doble jugando por detrás de Mateu Ferrer.

Es un dato que me parece significativo y que denota que se trabaja en ese sentido por lo que entiendo de justicia comentarlo y reconocerlo.

Hubo tiempo todavía para marcar el tercero en una jugada ligada por la izquierda que acabó rematando por la derecha un Miguel Loureiro que cada vez se crece más en ataque y que el mismo defensa que "ayudó" a Ferrer a hacer el primero introdujo de manera contundente en su portería al tratar de despejar la pelota.  Y también hubo espacio para una bonita despedida a Jandrín por parte de la más nutrida ayer parroquia local reconociéndole así su buen trabajo y esfuerzo la pasada campaña.  
Estamos en play off. No sé si será flor de un día o tendrá tal circunstancia vocación de continuidad pero nadie puede negar que ver al equipo en los periódicos en esa posición provoca que un "respinguito" de ilusión ilumine nuestra mirada de Lunes.

Lo que ya no se podrá cambiar y lo celebramos es que nuestro equipo haya podido cumplir la venerable edad de 75 años y además haya ganado el día de su cumpleaños. ¿Alguien da más?       

          
     
  

      

lunes, 10 de octubre de 2016

De actos conmemorativos, sentimientos granates y algún chino que otro.

Pues ya está aquí. "La semana grande" del 75 aniversario del Pontevedra CF. empieza hoy con la apertura de la exposición sobre la historia del club que permanecerá en la Diputación Provincial hasta el día de Reyes de 2017.

Serán siete días preñados de actividades relacionadas directa o indirectamente con la entidad granate que tendrán su culminación en el partido que se disputará frente al Lealtad el próximo Domingo coincidiendo con la fecha exacta en la que hace ya tres cuartas partes de siglo nació esa aventura maravillosa llamada Pontevedra CF. (permítanme, por favor,  la licencia de no añadir las tres malditas letras que acompañan la denominación del club desde hace más o menos una década).

De la organización de los actos se ha encargado una comisión designada por el Consejo de Administración presidida por el periodista Xabier Fortes.

Cuando un grupo de personas como la que forman dicha comisión realizan esta labor de forma altruista y sacando tiempo de sus ocupaciones habituales y siendo además el Presidente de dicha comisión una persona de cuyo sentimiento granate e identificación con este sentimiento está más que probada (pues ha dado y a buen seguro que seguirá dando constantes muestras de llevar a gala su pontevedresismo allá por donde se encuentre) y teniendo en cuenta además que el presupuesto con el que habrán podido contar para organizar el programa a buen seguro que ha tenido que ser ínfimo, lo primero que habría que hacer es felicitarles por haber sacado adelante los actos conmemorativos y contribuir a que este homenaje a nuestro equipo alcance la máxima difusión posible ya no dentro de los límites de la ciudad del Lérez y su comarca sino incluso en el resto de este país tan contradictorio llamado España.

Ahora bien, agradecer y reconocer el trabajo de la comisión no impide que este atribulado bloguero una vez examinada la relación de actos existentes en el guión haya experimentado una sensación de decepción e incluso mezclada con un punto de desilusión al comprobar que una vez más los abonados y otrora socios de la entidad hayan vuelto a quedarse un poco al margen del pensamiento del club.

Nuestro rival el Domingo será el Lealtad de Villaviciosa. El nombre del equipo asturiano viene al pelo para tratar de explicar el porqué de mi pequeña decepción.
A lo largo de toda esta semana (y ya desde hace tiempo lo estamos haciendo) escucharemos y leeremos puntos de vista diferentes acerca de lo que significa el Pontevedra para mucha gente. Pero ¿y si fuera el propio Pontevedra CF quien por arte de magia pudiera corporeizarse durante un par de horas y adquiriese igualmente la capacidad de hablar? ¿A quien agradecería el club por haber contribuido a mantenerle con vida y propagar sus bondades a lo largo de tantos años? 

Estoy seguro (porque de producirse ese hecho de prestidigitación inaudita las palabras del Pontevedra CF desbordarían justicia y ecuanimidad) que daría las gracias a todos los ex jugadores y técnicos que han trabajado para la entidad desde el primer día. Como no podía ser de otra manera felicitaría a aquellos directivos que con mayor o menor acierto pero con buena fe han regido el destino del club en diferentes momentos históricos algunos de los cuales debieron atravesar verdaderas tormentas que a punto estuvieron de llevar al fondo del mar a la nave, agradecería a todas las personas que en otras facetas han prestado su servicio a la entidad granate y aportado su granito de arena para que el motor nunca se parase. Agradecería muchísimo a todos los aficionados granates que en alguna ocasión ( aunque sólo fuera una) se dejaron en sus gradas los gritos de apoyo a los colores de su equipo.

Ahora bien, creo que otro de los agradecimientos más emotivos y profundos del Pontevedra CF si pudiera expresar siquiera durante un momento todo lo que siente sería para los LEALES. Esas personas que han sido socias desde el comienzo de manera ininterrumpida y a aquellas otras cuya fidelidad alcanza ya más de medio siglo y que nunca se han bajado del carro y han seguido contribuyendo modestamente con su carné a que las patas de este inmenso mecanismo llamado Pontevedra CF nunca se parasen.

Conozco socios que llevan mostrando su adhesión a la entidad desde hace más de cincuenta años. Socios que han visto al equipo codearse con Real Madrid y Barcelona pero que no se han largado con viento fresco a otras hierbas más fértiles ni cuando el Pontevedra hacía el ridículo hace tan poco  tiempo frente al Sanxenxo, al Estradense o al Silva.

Nadie les ha obligado, es cierto. Es más, acudir los Domingos al césped sigue siendo una felicidad para ellos y ven más que compensado el puñado de euros, antes pesetas, que dejan en las oficinas de la entidad a principio de cada temporada.

Pero a pesar de la voluntariedad de su gesto, me falta en esta conmemoración un reconocimiento especial a estos veteranos impenitentes que seguirán acudiendo a Pasarón hasta que las fuerzas literalmente se lo impidan.

No pido que se les bañe en oro y plata (faltaría más) pero ¿ni siquiera existía la posibilidad de unas insignias modestas o cualquier otra mención o humilde regalo que hiciera un poco de justicia a estas decenas de aficionados leales?.

Son detalles, nimios si quieren, pero detalles que lo único que harían sería engrandecer todavía más la historia de este gran club que no debe olvidar (y ya van muchas veces que se le intenta recordar) a la gente que más le quiere y a la que habría que cuidar con más esmero.    



Necesitaba, en mi opinión, esta ciudad de savia nueva periodística y uno de los nombres que se han incorporado recientemente al gremio y que además de saber de fútbol conoce cada vez más los entresijos del funcionamiento de la casa granate, Xurxo Gómez, se apuntaba un buen tanto al publicar en exclusiva para El Faro de Vigo una entrevista con la Presidenta del Consejo de Administración del Pontevedra.

A pesar de que en dicha entrevista se tocaron (y por parte de Murillo se contestaron) cuestiones más que interesantes, el punto que más atención ha tenido para la opinión pública es la presunta oferta de un grupo inversor chino para hacerse con la propiedad del Pontevedra.

Precísamente ahora que parece que la compra del R.C.Celta por un holding de empresas de ese país parece muy cercana levantando una buena polvareda entre buena parte de la afición celeste, sale ahora a la luz esta oferta de la que no se sabe más que su nacionalidad.

Han salido ya muchas voces alertando del peligro que supondría para el club verse en manos extranjeras y muchas de esas opiniones han salido de esas "fuerzas vivas" de la ciudad que no han pisado el campo de Pasarón más que en aquellas ocasiones que la concurrida actividad de "figurar" haya exigido tal presencia.

Sobre esta noticia he de decir que a pesar de no saber que grupo inversor ha formulado la oferta, si hubo montante fijo de la misma, cuando se hizo la propuesta y más datos sobre el particular no tengo porque poner en duda la veracidad de la noticia anunciada por Lupe Murillo.

Ahora bien, a algunas voces alejadas (insisto) del mundo del fútbol que han puesto el grito en el cielo por la posibilidad de que el club pase a manos de intereses no gallegos habría que decirles que sin duda este bloguero prefiere que la propiedad del Pontevedra CF siga perteneciendo a gente pontevedresa o gallega pero siempre y cuando la gestión económica y social de la entidad sea correcta y no desastrosa pues este equipo ha estado a punto de desaparecer tres veces y ningún chino mandarín estaba sentado en la poltrona haciendo girar sus anillos de oro con uno de sus dedos mientras con otro adecentaba su delgado bigotillo ensayando una siniestra sonrisa cual protagonista de la famosa película 55 días en Pekín, film en el cual varios occidentales escapaban por los pelos de los terribles boxer refugiándose como podían en sus diferentes embajadas.

Abundando en este argumento económico, la parte que a mi más me llamó la atención de esta buena entrevista es aquella en la que Murillo repetía otra vez  (ya lo hizo en otras ocasiones) que el único lujo que no nos podíamos permitir es colocar al Pontevedra una vez más al borde de la muerte y que los éxitos deportivos son posibles pero sin sacrificar de manera suicida los argumentos dinerarios con los que pueda contar en cada momento nuestro club.

El cumplimiento de esta premisa es vital. Yo ya le escuché el mismo argumento a Nino Mirón y la cosa acabó como acabó. 
Espero y deseo que en esta ocasión se cumplan estas buenas intenciones y se pueda lograr la mejora deportiva a la que sin duda puede aspirar el Pontevedra (volver a la LFP) con la mesura y tranquilidad suficiente como para hacerlo sin hipotecar nuestro futuro y contándole la verdad a la masa social.

Esto y no otra cosa es lo importante. Más allá de chinos, árabes o demás familia, la clave es dirigir el barco con equilibrio y con la velocidad adecuada siempre con el objetivo bien marcado.

Si es así bienvenidos sean por siempre los pontevedreses o gallegos al timón, si no lo es dará igual que sean nacidos en la calle Michelena o en el barrio más profundo de Shangai.


PD: 

No se pudo ganar en Burgos pero al menos se sacó un punto. Las crónicas dicen que se falló demasiado a la hora de definir.
Como estamos en semana de cumpleaños voy a quedarme con el vaso medio lleno y decir frases algo manidas como esa de que "cuando no puedas ganar por lo menos no pierdas". Sí es verdad que es el primer desplazamiento sin encajar goles y que este punto se haría mejor si somos capaces de vencer al Lealtad y dar lustre al 75 aniversario de este gran equipo que se llama Pontevedra CF.  


   

    

lunes, 3 de octubre de 2016

Prueba superada

Tenía el derby disputado ayer en Pasarón aroma a examen importante para el Pontevedra CF.

Al igual que la temporada pasada el comienzo lejos de Pontevedra no ha sido nada bueno y las derrotas cosechadas tanto en Santander como sobre todo en Vigo (dada la forma en la que se produjo) habían transmitido una sensación de que a los granates les faltaba todavía algo para poder siquiera soñar con tocar los primeros puestos.
A esta incómoda hipótesis se sumaban semana sí y semana también las continuas alusiones del entrenador acerca de una miríade de futbolistas a los que se había tratado de contratar sin éxito por falta de "posibles". Ya sabemos que el Pontevedra quiso a gente del Izarra, del Celta B y como ya nos imaginábamos del Racing de Ferrol y del Burgos (rival al que rendiremos visita el próximo fin de semana).

Pero a pesar de estas dudas ofrecidas por el equipo fuera (no demasiadas pues en Guijuelo se logró un empate y Santander es plaza indiscutiblemente difícil) y de las constantes alusiones a la endeblez económica de la entidad sin olvidar tampoco la gravísima y trascendente para el equipo lesión de Iker Alegre, lo cierto es que el Pontevedra había conseguido ofrecer una imagen de fortaleza en los partidos de casa logrando nueve puntos de nueve y mostrando una consistencia innegable salvo en el último cuarto de hora frente al Palencia.

Dicha fortaleza "casera" se veía amenazada ayer Domingo por la llegada a la ribera del Lérez de un Racing de Ferrol cuyos primeros compases ligueros han sido solamente regulares pero cuyos mimbres son sin ninguna duda muy buenos de cara a la formación de una escuadra potente y peligrosa.

Es cierto que con el paso de las jornadas alguno de los rivales que ya han jugado aquí van demostrando que no son ninguna comparsa como el caso del Mutilvera que en siete partidos sólo ha perdido el nuestro pero a nadie se le escapaba que el partido frente al conjunto departamental iba a ser el primero "grande" en casa e iba a darnos una clara muestra de si esa seguridad del Pontevedra como local era realmente verdadera o se iba desmoronar en el primer choque disputado contra un claro favorito para estar arriba.   

Y la verdad es que el encuentro resultó una batalla disputada de poder a poder en la que a fuer de ser sinceros una igualada quizá hubiera sido un resultado más justo pero en la que tampoco resultó ni mucho menos desproporcionada o exagerada una victoria granate al menos por el número de ocasiones generadas.

Porque se no puede decir que el partido de ayer haya sido un enfrentamiento vistoso en el que el público asistente pudiera haber encontrado grandes jugadas y oleadas de fútbol bonito. Se crearon ocasiones, sí, y por ambas partes pero más por el empuje y la garra ofrecida por los participantes que por un juego trenzado y combinativo que hubiera tenido como consecuencia lógica dichas oportunidades.

El Pontevedra volvió a salir con Trigo acompañando a Kevin en el medio centro (aunque mediada la primera parte adelantó incluso unos metros su posición hasta casi componer una línea de cuatro tras Barco) y con Jacobo pegado a banda izquierda y lejos de la zona creativa del terreno de juego. Mouriño trataba de enlazar  y organizar el juego de ataque y Añón volvía a situarse en banda derecha algo alejado (en mi opinión) del área contraria.

Es indudable que con Jacobo Trigo en la zona medular el Pontevedra gana en consistencia defensiva y trabajo de recuperación pero también lo es que se pierde capacidad de combinar y llegada por sorpresa desde la segunda línea.

No le hizo falta, sin embargo, al Pontevedra trenzar juego en medio campo para generar ocasiones en el primer tiempo. 
La primera fue muy clara nada más comenzar y a balón parado. Tras un córner un remate de Portela propició que la pelota se estrellara en el larguero no una sino dos veces tras rebotar el primer rechace en un defensa verde.

Es cierto que después de esa jugada el Racing gozó de su más clara oportunidad en la primera parte al plantarse Joselu sólo delante del Edu pero pegando en bote a la pelota por encima del larguero.

A partir de ahí llegaron esas ocasiones de las que antes hablábamos generadas casi todas por presionar adecuadamente al conjunto departamental que se mostró especialmente torpe en la primera mitad a la hora de sacar la pelota jugada. Así, Jacobo gozó de una primera ocasión al penetrar por la izquierda con algo de suerte y quedarse frente al portero para mandar la pelota " al muñeco". 

Presionando alto y robando dispuso el de Bueu de otra muy clara tras hacerse Barco con un balón en tres cuartos y cedérselo a Jacobo que de primeras golpeó extrañamente mal a la pelota enviándola lejos de la portería. También Mario Barco tuvo la suya al protagonizar una volea tan plástica como relampagueante que salió muy cerca del palo izquierdo de la portería ferrolana.

Fue una primera parte, en suma, en la que salvo el primer cuarto de hora el Racing no encontró con facilidad el toque en el medio campo y la posibilidad de progresar con peligro al área de Edu y en la que el Pontevedra más a base de recuperaciones de pelota en zonas de peligro que de combinaciones efectivas sí pudo hacerle daño a su rival y marcharse con ventaja en el marcador.  

Tras el descanso, el Pontevedra volvió a salir frío y algo distante con el partido. Realmente no es la primera ni la segunda vez que pasa esta temporada pero resulta evidente que cuanto mejor sea el rival con el que te enfrentes peores pueden ser las consecuencias que esto puede acarrear.

Por suerte en el día de ayer esas consecuencias no fueron graves para el marcador y sólo para comprobar como el Racing había salido algo mejor al césped y encontraba a sus mejores hombres de mediocampo en zonas susceptibles de crear peligro. 
De esta forma, sus tres jugadores más creativos (Bicho, Rey y Bandera) fueron apareciendo escalonadamente. Primero el ex deportivista y ex compostelanista al enviar un remate desde dentro del área que encontró la respuesta de Edu Sousa. Después con alguna falta relativamente cerca del área pontevedresa que Rey ejecutó volviendo a encontrar a un seguro arquero local bajo los palos. Y por último en una jugada trenzada por la derecha de la defensa granate que terminó con un centro rematado de tacón por Bandera que no encontró las redes por una pierna salvadora de nuestro portero. Estuvo Edu ayer donde suele, es decir, en su sitio y realizando intervenciones que salvan puntos y de ello volvemos a alegrarnos.

No es que estas ocasiones racinguistas se estuvieran produciendo en pleno diluvio de fútbol verde y hundimiento granate. Simplemente se describen para tratar de explicar que los ferrolanos sí trataron y consiguieron a veces superar la actuación defensiva local mejorando la imagen un tanto decepcionante que habían mostrado en los primeros 45 minutos de juego.

¿Qué hacía mientras tanto el Pontevedra en el segundo tiempo? Esa mala salida de la que se habló con anterioridad ( o el cambio de actitud con la pelota del Racing) propició que la posesión que en la primera parte resultó más alterna pasase a ser con más claridad del equipo visitante. Luisito, que lo vio, reaccionó con rapidez no tanto para cambiar esa situación de juego en la que el Pontevedra podría encontrarse cómodo sino para adaptarse más a ella. Jacobo (cansado y menos protagonista al no deambular por la zona en la que más daño puede hacer ) y Mouriño dejaron sus puestos a los dos Alex. El primero, Fernández, se colocó en la posición de Mouriño para tratar de dotar de más fuerza al medio campo y el segundo, González, se fue directo a la banda izquierda para tratar de hacer valer su velocidad en alguna contra granate.

Esos cambios, como ya se ha dicho, no variaron el guión de un Racing más "tocón" y un Pontevedra a la espera aunque si contribuyeron a que el equipo local encontrara respiro en alguna llegada de Alex González (sin estar muy bien ayer parece que sigue en línea ascendente) y en alguna falta provocada por el omnipresente Mario Barco que recibió de todo ayer al pelearse sin descanso con los férreos defensas departamentales.

Tuvo también el Pontevedra sus ocasiones en las botas dos veces de un Añon que se "volvió partir el alma" pero que estuvo al igual que contra el Izarra bastante fallón y alejado de la zona en la que puede hacer más daño y de un Alex Fernández que remató flojito un balón recibido en la frontal en bastantes buenas condiciones.

Pero a falta aproximadamente de veinte minutos Trigo comunica que prefiere ser sustituido debido a sus molestias en un tobillo y Luisito se encuentra ante la tesitura de elegir un relevo. Podría ser Abel Suárez el elegido con lo que la situación del conjunto en el campo no habría variado prácticamente nada pero elige a Mateu en un intento (o eso creo) de subir la apuesta para ganar el partido. 

En ese momento el sistema cambia prácticamente a un 4-4-2 con Mateu muy cerca de Barco y el ex del Mallorca B  pudo protagonizar dos jugadas la segunda de las cuales resultaría a la postre decisiva. En la primera acción recibió un balón largo que amortiguó con clase para un compañero que venía de cara y que bien pudo ser la espita de una contra peligrosa que al final no fructificó por un error posterior pero en la segunda recibe libre de marca unos metros por delante del centro del campo y filtra un pase en profundidad a Mario Barco que quizá debió ser interceptado por un dubitativo en ese lance Victor Vázquez. Barco una vez controlado dicho cuero no duda en avanzar con velocidad hacia el área contraria siendo derribado un metro antes de penetrar en ella por el central verde.

La expulsión parecía clara  (y no ya por si era o no era ocasión manifiesta de gol, que lo era, sino por que ya tenía una amarilla y en esa jugada lo mínimo era recibir la segunda) pero la sorpresa fue general cuando el árbitro lejos de señalar la falta fuera de la zona de castigo indicaba el punto de penalti ante el desconcierto y protestas de los racinguistas.

Aunque en algún momento el que esto escribe dudó de que el "trencilla" se mantuviese firme en la decisión tomada, lo cierto es que sí lo hizo y Bonilla a falta de tan solo seis minutos para el final transformaba con frialdad el máximo castigo y ponía por delante al Pontevedra CF.

Aún hubo tiempo para que el asistente que seguía el ataque granate anulase incomprensiblemente un gol a Mario Barco por un fuera de juego en absoluto existente (una lástima pues la definición del riojano había sido maravillosa) y que Catalá realizase una entrada muy dura sobre Añón por la que vio la segunda tarjeta amarilla y propició que el Racing acabara con nueve hombres.

El amplio descuento fue bien gestionado por el Pontevedra que disputó más de la mitad del mismo en la banda izquierda de su ataque entre corners y faltas rivales para conseguir una victoria importantísima  que suponía además el aprobado de esta complicada prueba que medía las posibilidades del equipo en casa ante un contrincante potente y con una buena ristra de jugadores talentosos.  

Con los tres puntos de ayer se ha conseguido algo que no se conseguía desde el siglo pasado, es decir, ganar los cuatro primeros partidos jugados en casa.

Esta racha provoca lo que ya en algunas ocasiones hemos dicho; que el Pontevedra se sitúe en la zona alta cercando los puestos de play off. La importancia de ganar en casa es grande no sólo por el hecho de que la afición se identifique con su equipo y vibre y apoye con más fuerza si cabe para mantener "virgen" Pasarón de los ataques de "los visitantes" sino para que esa situación clasificatoria no provoque nervios ni desconfianza en el interior de la entidad y al denominado "entorno".

Ahora toca Burgos, el desconcertante Burgos. Hecho para estar más arriba se ha situado el último de la fila y ni siquiera ha podido ganar todavía.

Me temo que la presión para los blanquinegros va a ser enorme. Digo me temo porque esa presión nos podría beneficiar en caso de salir serios y provocar que a los burgaleses no le salgan las cosas. Pero también se nos podría volver en contra si lo que hacemos es ser contemplativos y no impedimos que se pongan por delante.

Eso se verá el próximo fin de semana. 

Disfrutemos mientras tanto de esta racha como locales y de un quinto puesto que genera interesantes expectativas para el futuro.