lunes, 25 de agosto de 2025

Apoyo? Claro; Memoria? También.

El sábado que viene empieza la Liga de 1RFEF.

No solo eso. El Pontevedra CF jugará en casa el primer partido. Sí, en 5 días arranca la competición y lo hará, como en otras ocasiones, en medio de una semiclandestinidad, improvisación y casi dejadez ciertamente insoportables.

Corrijo, con mucha más semiclandestinidad, improvisación y casi dejadez que otras veces, lo que ya es mucho teniendo en cuenta los hábitos en ese sentido de un Consejo de Administración que no ha entendido nunca, no entiende (y por lo que parece) nunca entenderá lo que es una sociedad anónima DEPORTIVA.

Afirmo que esa sensación de pasotismo es todavía más grande que en anteriores ocasiones porque al ya tradicional agujero de la ausencia de las equipaciones oficiales hasta casi el último día ( o más allá), a la carencia informativa acerca del número de abonados, a la inexistencia de presentaciones de los fichajes o incluso a la escasísima promoción del primer partido de Liga en casa en Pasarón (algún “despistado” podría incluso llegar a pensar que a la “cúpula” le interesa que no “vaya ni el tato”), se une algo todavía más trascendental a la hora de encarar una temporada, la insólita ausencia de futbolistas que a pocos días del inicio imposibilita, incluso, que el Pontevedra pueda formar una convocatoria de 18 con jugadores del primer equipo.

No se trata, por tanto, de esa situación (que al que esto escribe no le gusta pero que resulta habitual en este fútbol del siglo XXI) en la que se dejan una o quizá dos piezas del rompecabezas sin ocupar esperando que a última hora surja lo que de forma pomposa se ha dado en llamar “oportunidad de mercado” sino que el Pontevedra ha considerado razonable presentarse en la semana de arranque liguero con solo 17 futbolistas.

Si a ello se le uno que dos o tres de esos jugadores llevan escasas dos semanas en la ciudad, el panorama no puede resultar más desolador e inexplicable para buena parte de una masa social que solo hace tres meses y pico vibraba con un equipo y cuerpo técnico que ha sido destrozado por razones que casan muy mal con el objetivo de asentarse en 1RFEF y seguir allanando camino para crecer en un futuro cercano.

Qué el Pontevedra puede ganarle en casa a otro recién ascendido como el Cacereño dentro de unos días con lo que tiene? Es posible.

Qué lo que lleva haciendo desde el pasado mes de Mayo la entidad presidida por Lupe Murillo resulta completamente estrambótico, anticompetitivo y desalentador para aquellos (cada vez menos) que piensan que esta institución cuenta con mimbres sociales potenciales para crecer mucho? 

Sin duda alguna.

El equipo necesitará  (y a buen seguro lo tendrá) el apoyo de todos los que el próximo Sábado estaremos en el ex vetusto deseando que se consigan tres puntos importantes teniendo en cuenta además lo fuerte que viene el calendario en las primeras jornadas.

Ni estos futbolistas recién llegados ni el nuevo cuerpo técnico ( me niego a creer, aunque quizá me equivoque, que Rubén Domínguez pueda estar mínimamente satisfecho con esta inaudita situación de contar solo con 17 hombres) tienen la culpa de la forma rocambolesca y poco profesional en la que se dirige la entidad.

Ahora bien, no caigamos en el error de hacernos trampas al solitario (sí, al solitario porque sola es como se encuentra la afición granate).

Una cosa es que el Sábado a las cinco de la tarde empecemos a dejarnos las gargantas animando a los Bosch, Alain Ribeiro, Hervías y compañía y otra muy distinta es que suframos un ataque de amnesia.

El Pontevedra sigue gestionado de espaldas a su masa social y de espaldas a una ciudad y comarca cada vez menos imbuida del club de fútbol que debería ser referente absoluto de la misma.

Y no es por culpa de la gente. Esa gente de la ciudad, de Poio, del Salnés y de otras muchas zonas de nuestro entorno acude al campo en masa cada vez que el Pontevedra se juega un ascenso o una eliminatoria atractiva de Copa.

Acude también, no en masa pero sí en un número importante teniendo en cuenta como se la suele tratar, en todos los partidos de Liga.

Qué deberíamos ser más cada fin de semana? Pues sí.

La institución hace algo, por mínimo que sea, para que esto sea así? Claro que no.

Una afición de un club de fútbol, por mucha puñetera SAD que sea, no solo defiende a su equipo animando desde el minuto 1 al 90 sino que también lo defiende, lo dignifica y lo hace más grande exigiendo una gestión acorde con el sentido común y protestando de manera pacífica pero firme y decidida contra aquellos que no acaban de entender lo que es el Pontevedra, lo que es una gestión mínimamente profesional de una entidad deportiva y que parece, además que no quieren entenderlo nunca.

El Sábado estaremos con nuestro Pontevedra, desearemos la victoria, nos ilusionaremos en caso de lograrla con esa infantilidad que solo el fútbol puede provocar en personas adultas.

Ahora, esta forma de gestionar rompiendo en mil pedazos algo que funcionaba para tirar una moneda al aire, esta improvisación constante, este amateurismo descorazonador, este yoísmo indecente no debería continuar ni una temporada más.

El Pontevedra CF y su gente merece otra cosa y parece que la propiedad no lo acaba de entender.

Entre colocar a la entidad con un respirador por cuestiones económicas (que no es lo que se pide) y tener una gestión compatible con lo que significa el Pontevedra va un trecho muy grande.

Apoyo? Todo el del mundo a esos futbolistas, entrenadores y demás trabajadores que luchan por hacer al Pontevedra más fuerte.

Memoria? Siempre para recordar, tener presente, y protestar ante esta forma de hacer las cosas que solo causa hastío, dolor y desapego.