lunes, 26 de mayo de 2025

"No podemos competir"

Hace unos días un medio de comunicación de la Comunidad Valenciana adelantaba la noticia.

El Valencia CF se hace con los servicios de Adrián Gómez, juvenil hasta ahora perteneciente al Pontevedra CF, que acaba de protagonizar una gran temporada en División de honor marcando 24 goles y convirtiéndose así en el tercer máximo goleador de la categoría contando todos los grupos de la citada categoría que abarca toda la geografía española.

Ni que decir tiene que dichas 24 dianas resultaron decisivas para que el juvenil del Pontevedra CF consiguiera la permanencia en la máxima categoría juvenil.

 Por supuesto, este futbolista llegado a la casa granate proveniente del Arosa esta última temporada que acaba de terminar, estaba completamente libre de contrato y no dejará aquí más dinero (muy poco) que el que pueda corresponderle al club por derechos de formación, dinero que será inferior al que posiblemente perciban otros equipos al haber disfrutado más años de la presencia de Adrián en sus filas.

No tardó demasiado en empezar a germinar la clásica frase que aparece siempre que en los últimos tiempos se marcha del Pontevedra CF un jugador con proyección completamente gratis.

“No podemos competir contra eso”. “El Valencia es un club profesional, que ofrece todas las comodidades y nosotros entrenamos en Gatomorto”…

Opiniones como esa, legítimas y en algunos casos (no todos) bien intencionadas pues cada cual puede y debe expresar lo que quiera, resultan a juicio de este atribulado (atribuladísimo en estas fechas) bloguero muy desenfocadas y alejadas del verdadero debate y problema que tiene el Pontevedra.

Dejando al margen (que no debería) el hecho de que hace dos temporadas, en el acto de presentación como entrenador de Yago Iglesias al que acompañaron ante el micrófono Charles Días y la propia Presidenta de la entidad, se intentó vender un proyecto a medio/largo plazo en el que la cantera debería y tendría que tener cada vez mayor protagonismo, la cuestión no estriba en si el Pontevedra pude o no competir con el Valencia por los servicios de un juvenil sino si se podría haber hecho mucho más para que ese juvenil no se vaya sin dejar apenas un euro en las arcas pontevedresas.

Hace algunas temporadas, no muchas, irrumpió casi por ensalmo un imberbe mediocentro que casi nadie sabía de dónde había venido llamado Miguel Román.

Aquella temporada 21/22 en 2RFEF la empezó como titular en el mediocentro un muy buen futbolista, Javi Rey.

Por causa de unas molestias de Javi surgidas  a lo largo de un partido de Liga, salió al campo “el tal” Román y empezó a dejarnos claro que ni la experiencia y calidad de Javi iban a impedir que ese puesto acabara por ser propiedad de ese chaval que corría que se las pelaba, entraba al cruce como si tuviera diez años más, pasaba bien la pelota e incluso tiraba muy bien de lejos.

El equipo subió, aquel verano pasó y Miguel Román empezó la temporada en 1RFEF con solo un año de contrato más.

A pesar de que la campaña fue calamitosa, Román fue de lo poco salvable y siguió demostrando que estaba para mucho más que una 2RFEF a la que el Pontevedra volvía a estar abocado. Pero pasaron los meses y siguió sin renovar hasta que en verano se fue gratis al Celta de Vigo.

“No podemos competir contra el Celta” “La profesionalidad celeste nos hace imposible la retención de este jugador”.

Ya, pero ese no era el debate. El debate era que Román estaba libre y que el Pontevedra no sacaría nada por un futbolista que ahora parece que está a punto de entrar en los planes de Giráldez para hacer la próxima  pretemporada con el primer equipo.

Tras el retorno a 2RFEF, el Pontevedra tiene dos aciertos incuestionables con las incorporaciones de Dalisson y Mayo.

Tras la temporada 23/24 que de manera tan triste terminó con la eliminación a manos del Betis Deportivo, el Pontevedra consigue que estos dos futbolistas que ya habían destacado mucho esa campaña continúen para cumplir su segundo año de contrato pero no se les renueva.

A medida que transcurre la 24/25, Dalisson aumenta todavía más su nivel y demuestra que la categoría se le queda muy pequeña hasta que en Navidades el Getafe viene a por él.

“No podemos competir”. “El Getafe es un primera división y no hay color”, frases que se oyeron en torno al futuro de Dali.

Tampoco ese era el debate.

El debate era porque en el verano del 24 cuando se veía que Dalisson podría explotar no se trabajó en serio en una renovación que bien podría haber incluido liberación en caso de no ascenso y promesa no escrita de negociar incluso ascendiendo para no “cortarle las alas” pero conseguir algún beneficio económico para el Pontevedra.

En aquel momento todavía no era tarde. En Navidades claro que lo era.

Ahora con Adríán volvemos a leer y escuchar lo mismo. “No podemos competir”.

No se podía viendo como hacía este chico goles como churros haber intentado en serio alargar su vinculación con el club imponiendo una cláusula (posible y legal aún siendo juvenil) por baja que fuera para conseguir un mínimo poder negociador cuando otros equipo vinieran por él?

Es que el Pontevedra ya vivió un caso parecido hace años con otro jugador en formación.

Hablo de Koke Carrillo, un guardameta que destacaba muchísimo en nuestra base y que llamó la atención nada menos que del Barcelona (entre otros clubes de primer nivel).

Es cierto, no obstante, que según ha podido saber el que esto escribe, aquella negociación con el equipo blaugrana se produjo por la firme voluntad del futbolista y su entorno de salir bien del Pontevedra CF pues podría haberlo hecho dejando solo escasos derechos de formación pues su situación contractual no estaba clara.

Sea como fuere, al final acabó por cristalizar una operación a través de la cual el Barcelona ya dejaba un dinero en las arcas por llevarse al futbolista y en la que se pactaron también cláusulas por posibles metas a las que pudiera llegar el jugador que todavía podían reportarle más ingresos al Pontevedra CF dependiendo de los éxitos a los que Carrillo pudiera llegar.

Otro caso (aunque no era del filial sino del primer equipo) fue David Castro.

Vino el Valencia (sí otra vez el Valencia por él) pero como había contrato algún beneficio se pudo conseguir también en gran parte vinculado a los objetivos que el bravo defensa pudiera conseguir en el equipo che.

Sí, claro que se puede competir.

Ahora, para hacerlo hay que ser previsores. Hay que anticiparse.

 Hay que buscar los momentos en los que sí podemos jugar nuestras bazas.

 No hay que depender de la voluntad de otras partes que a veces, como se acaba de contar, actuarán de forma señorial pero otras veces no.

Hay que creer en esto.

Hay que traducir esas palabras con las que se llenan la boca hablando de cantera, formación, coordinación, planificación etc con verdaderas acciones que demuestren que vas en serio.

 Hay que apostar por futbolistas muy jóvenes y sin formar pero en los que ves condiciones sabiendo que muchas veces no cuajarán y que la inversión no saldrá pero que si sale en un par de ocasiones te pueden solucionar muchos problemas y justificar el trabajo realizado.

Esa es la realidad y lo demás solo echarnos piedras sobre nuestro propio tejado.

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