El Pontevedra CF perdió su primer partido en la Liga 25/26 y lo “perdió bien”.
Es cierto que a lo
largo de los primeros 25 minutos de juego el equipo compitió sin tapujos ante
un rival diseñado para un solo objetivo, lograr el ascenso directo a segunda
división.
Fue un arranque de encuentro
en el que el Pontevedra (si bien ya se veía que peleaba contra un conjunto muy bien
armado en lo físico, extremadamente ordenado en lo táctico y superior
claramente en lo técnico), aguantó el envite canario y no se arrugó en los
choques, en los saltos, en las embestidas y, en definitiva, en el tremendo
desafío que suponía el partido.
Pudo incluso ponerse
por delante si Selma hubiera transformado una gran ocasión en la que se
desembarazó del portero pero no logró alojar el balón en la portería gracias a
un despeje in extremis de un defensor.
En el campo no lo pareció pero viendo las
imágenes por televisión parece que el “9” granate” arranca en fuera de juego en
el momento en que Alain conecta ese gran pase y que de haberse convertido la
jugada en gol, éste habría sido anulado.
No obstante, son
acciones que no deben perdonarse nunca y menos cuando juegas contra un
contrincante que es posible no te permita en adelante tener ninguna más como
esa. Primero la metes y luego esperas el veredicto del VAR o cómo demonios se
denomine el apoyo que reciben los árbitros en 1RFEF.
El caso es que mediado
el primer tiempo la balanza pareció ir inclinándose del lado tinerfeño.
Lo que hasta entonces
estaba siendo un encuentro igualado empezó a decantarse del lado de nuestro
rival que podía triangular con algo más de comodidad en el maltrecho césped de
Pasarón.
Pudo llegar el 0-1 en
una acción terminada con gran intervención de un Marqueta que debió salir antes
por arriba pero que fue anulada por el colegiado en virtud de una presunta falta
en ataque.
Pocos minutos después
sí llegó el gol visitante.
Ahí cometió el
Pontevedra su segundo error importante (en el caso, insisto, que Selma
estuviera en posición legal).
No fuimos contundentes
en el despeje en línea de fondo que salió flojo hasta cerca de la frontal. En
esa zona delicada, nos dejamos robar la pelota de manera ingenua y peligrosa
para que llegue un centro hacia la zona izquierda que no resuelven ni el portero
ni Expósito y tras el pase atrás el gol estaba cantado.
Este Pontevedra CF que
venía de ganar en Ponferrada al haber protagonizado un partido casi perfecto,
necesitaba otra vez rayar en esa perfección para ganar o puntuar ante un equipo
todavía mejor que la buena escuadra berciana.
Y la acción de ese 0-1
resultaba incompatible con tal perfección.
Pasó el Pontevedra CF,
de ahí hasta el descanso, su peor y más difícil tramo de encuentro.
Es verdad que no se
descompuso. No dejó opción a más ocasiones claras del CD Tenerife pero se le
vio tocado por el 0-1 y en cada acción se perdía ese medio segundo que
aprovechaba el rival para llegar antes, para posicionarse mejor, para ahogar
nuestros intentos y para demostrar que aunque esto es fútbol y nada está
escrito de antemano, la plantilla con la que cuenta está llamada a lograr ese
ascenso que es el único y obligatorio objetivo blanquiazul.
Después del descanso,
el Pontevedra salió con brío y disfrutó de una opción al rematar Yelko desde la
frontal un buen balón atrapado por el guardameta canario.
Con el paso de los
minutos, sin embargo, el Tenerife volvía a controlar la situación con seguridad
y volvía a costar Dios y ayuda al Pontevedra ganar una acción en velocidad, filtrar
algún pase peligroso o dar, en definitiva, sensación de peligro en área
contraria.
Tampoco ayudó mucho
(sin influir para nada en el marcador) la permisibilidad del árbitro con las
faltas que con oficio y veteranía acumulaba el Tenerife para cortar cualquier proyección
ofensiva de los jugadores granates.
Ninguna entrada
agresiva ni dura pero sí en suficiente número como para que resultara absurdo
observar en las estadísticas finales como el Pontevedra terminó con 3 amarillas
por ninguna de su aguerrido adversario.
El guión esta vez no lo
pudo cambiar ni Luisao.
Como viene siendo habitual en este inicio de Liga,
a falta de media hora salió el ecuatoriano para tratar de dinamizar el ataque
granate pero a pesar de algún quiebro más vistoso que efectivo, el bullicioso
atacante fue bien neutralizado por el Tenerife destacando especialmente en esa
rocosa defensa el nombre de Landazuri que mostró velocidad, fuerza y que apagó
con su intensidad la titilante luz que Luisao intentó iluminar.
También recurrió Rubén
a Tiago para sustituir a Vidorreta y juntar sobre el campo el doble mediocentro
más creativo que puede reunir pero tampoco surtió efecto.
Aún así, el Pontevedra
estaba en el partido pues con un solo gol de diferencia cualquier detalle te
podía llevar al empate y estuvo en él hasta el córner a raíz del cual llegó el
0-2 a poco más de diez minutos para el final.
Sentado en mi asiento
de Pasarón, sospeché ya en ese momento que esa iba a ser la acción que más
desazón le causaría a Rubén Domínguez y escuchando la rueda de prensa posterior
no me equivoqué.
En dicho saque de
esquina, primero se le adelantan a Bosch en el primer palo para que se produzca
una “peinada” que suele ser muchas veces mortal de necesidad. Luego, creo que
de una manera un tanto “ligera”, Luisao no sigue a su “marca” (que era
precisamente Landazuri) y éste remachaba con el pié la pelota a la red.
Son jugadas en las que
esas diferencias presupuestarias no suelen tener tanta incidencia si la
concentración defensiva es la correcta y nosotros no la tuvimos pagando por
ello la sentencia final de la derrota.
Pudimos ver en el tramo
final a los jugadores que todavía no conocíamos.
Denia pasó bastante
desapercibido (ojo, fueron muy pocos minutos y justo después del 0-2) pero
J.Resende y Comparada tuvieron tiempo de participar en la mejor ocasión
granate, al margen de la de Selma, en el minuto 91 de partido.
El portugués abrió con
clase una buena pelota hacia la izquierda para un Alex que ya llevaba tiempo de
lateral. El capitán condujo hasta enviar un centro venenoso y Comparada
alzándose entre los centrales lo remataba muy bien de cabeza obligando al
portero a efectuar una intervención notable para que la pelota (que también
tocó el larguero) acabará marchándose al córner.
Tras el encuentro y esa
derrota por 0-2 ante un equipo que fue mejor y se hizo acreedor a la victoria,
me surgen algunas reflexiones que me gustaría compartir con los lectores.
La primera ya la he
esbozado a lo largo de la columna.
Este Pontevedra cuando
se enfrente a esta clase de equipos (los llamados a estar arriba desde el
principio como la Deportiva, el Tenerife o el Racing) o juega al 100%, no
comete casi errores e incluso cuenta con algunos de los “detalles” del choque a
su favor o es casi imposible que salga airoso.
No estoy tirando
balones fuera ni diciendo que da igual perder, en absoluto. El equipo demostró
hace solo una semana que pueda ganar y fuera de casa a uno de ellos.
Pero no podemos dar
facilidades atrás (para mí las dimos no solo en el segundo sino también en el
primero) y tiene que ser extremadamente diligente a la hora de meter las pocas
arriba que tenga.
Teníamos que hacer un
gran partido y no lo hicimos ante un rival, eso sí, que demostró galones de
campeón aunque estemos en Septiembre.
Por otro lado, (al
margen de lo negativo constituido por esa falta de contundencia en el 0-1 de
varios futbolistas y esa falta de concentración e incluso dejadez en el 0-2) y
sin perjuicio también de que parece que va creciendo esa sensación de que en la
delantera nos falta bastante, el partido dejó algunos buenos detalles.
En lo colectivo?
Indudablemente que se consiguió que el CD Tenerife solo creara 3 ocasiones de
gol (2, teniendo en cuenta que la primera fue finalmente anulada).
El Pontevedra a pesar de
que acusó el 0-2 y ya no fue nunca en el partido el mismo de los primeros 20
minutos, volvió a no descomponerse, a no desorganizarse y no tuvo opciones
hasta el final por ese error absurdo en el saque de esquina.
Individualmente?
A mí me gustó mucho
Juanra.
Es muy probable (no,
seguro) que en nuestro grupo no hay mejores delanteros que Gallego y De Miguel.
Podrá haber alguno de igual calidad pero no mejor.
En ese escenario los
dos centrales (aunque Bosch tuvo ese lunar en el 0-2) rayaron a muy buen nivel
lidiando con dos auténticos miuras que no suelen dejar prisioneros allá por
donde pasan.
Insisto, especialmente
Juanra estuvo a muy buen nivel cuerpeando, chocando y percutiendo contras estas
dos torres gemelas que amargan al más pintado.
Tengo curiosidad por
ver qué hace Rubén la semana que viene con Montoro, ya apto, e incluso más adelante
con un Garay que ya va muy adelantado en su recuperación.
Si se juega de cuatro
atrás… seguirán Bosch y Montoro de titulares y Expósito de lateral zurdo o
quizá ese lateral vaya para un Juanra, que es central, pero que lleva dos
partidos muy buenos?
Tampoco me disgustó en
el aspecto defensivo y recuperador Ander Vidorreta,
Completó, hasta que fue
sustituido, un partido en el que no rehuyó el balón dividido y recuperó
bastante pelota soportando el equilibrio de un Pontevedra al que le faltó esa
creación tan complicada que tiene que salir cuando el rival no te da ni medio
segundo para respirar.
Yelko estuvo
vigiladísimo y muy controlado; Brais demasiado en banda para crecer y conectar
con el vigués para tratar que la circulación mejorase.
Esa cuestión, la
continuidad de Brais en banda, a buen seguro será objeto de reflexión por el
entrenador.
Por último, toda
derrota es dura y más en nuestro feudo.
El fútbol tiene un gran
componente de ilusión y de sueños y quien más quien menos (este atribulado bloguero,
si) se había imaginado la posibilidad de ganar y ver al Pontevedra CF en lo más
alto de la clasificación de forma siquiera anecdótica.
No se dio. La realidad
nos golpeó con crudeza pero lo cierto es que acumulamos 4 puntos de 9 habiendo
tenido que jugar contra dos de los cuatro o cinco equipos favoritos para estar
muy arriba.
Posiblemente no de la
forma en la que los hemos conseguido pero me da la impresión de que muchos
habríamos firmado esta puntuación a estas alturas cuando conocimos el
calendario.
La clave es seguir y
aceptar esta derrota con la mayor naturalidad pero con toda la intención de mejorar
y corregir los errores que indudablemente hemos cometido.
Nos llegan dos salidas
y hay que dar la talla.
La primera es Lezama y
Lezama siempre es complicadísimo.
Habrá que ofrecer una
gran versión de nosotros mismos para salir airosos y volver a puntuar.
Es clave no pasarse
varios partidos seguidos sin hacerlo.
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