lunes, 15 de septiembre de 2025

Errores que alimentan la tozuda realidad.

El Pontevedra CF perdió su primer partido en la Liga 25/26 y lo “perdió bien”.

Es cierto que a lo largo de los primeros 25 minutos de juego el equipo compitió sin tapujos ante un rival diseñado para un solo objetivo, lograr el ascenso directo a segunda división.

Fue un arranque de encuentro en el que el Pontevedra (si bien ya se veía que peleaba contra un conjunto muy bien armado en lo físico, extremadamente ordenado en lo táctico y superior claramente en lo técnico), aguantó el envite canario y no se arrugó en los choques, en los saltos, en las embestidas y, en definitiva, en el tremendo desafío que suponía el partido.

Pudo incluso ponerse por delante si Selma hubiera transformado una gran ocasión en la que se desembarazó del portero pero no logró alojar el balón en la portería gracias a un despeje in extremis de un defensor.

 En el campo no lo pareció pero viendo las imágenes por televisión parece que el “9” granate” arranca en fuera de juego en el momento en que Alain conecta ese gran pase y que de haberse convertido la jugada en gol, éste habría sido anulado.

No obstante, son acciones que no deben perdonarse nunca y menos cuando juegas contra un contrincante que es posible no te permita en adelante tener ninguna más como esa. Primero la metes y luego esperas el veredicto del VAR o cómo demonios se denomine el apoyo que reciben los árbitros en 1RFEF.

El caso es que mediado el primer tiempo la balanza pareció ir inclinándose del lado tinerfeño.

Lo que hasta entonces estaba siendo un encuentro igualado empezó a decantarse del lado de nuestro rival que podía triangular con algo más de comodidad en el maltrecho césped de Pasarón.

Pudo llegar el 0-1 en una acción terminada con gran intervención de un Marqueta que debió salir antes por arriba pero que fue anulada por el colegiado en virtud de una presunta falta en ataque.

Pocos minutos después sí llegó el gol visitante.

Ahí cometió el Pontevedra su segundo error importante (en el caso, insisto, que Selma estuviera en posición legal).

No fuimos contundentes en el despeje en línea de fondo que salió flojo hasta cerca de la frontal. En esa zona delicada, nos dejamos robar la pelota de manera ingenua y peligrosa para que llegue un centro hacia la zona izquierda que no resuelven ni el portero ni Expósito y tras el pase atrás el gol estaba cantado.

Este Pontevedra CF que venía de ganar en Ponferrada al haber protagonizado un partido casi perfecto, necesitaba otra vez rayar en esa perfección para ganar o puntuar ante un equipo todavía mejor que la buena escuadra berciana.

Y la acción de ese 0-1 resultaba incompatible con tal perfección.

Pasó el Pontevedra CF, de ahí hasta el descanso, su peor y más difícil tramo de encuentro.

Es verdad que no se descompuso. No dejó opción a más ocasiones claras del CD Tenerife pero se le vio tocado por el 0-1 y en cada acción se perdía ese medio segundo que aprovechaba el rival para llegar antes, para posicionarse mejor, para ahogar nuestros intentos y para demostrar que aunque esto es fútbol y nada está escrito de antemano, la plantilla con la que cuenta está llamada a lograr ese ascenso que es el único y obligatorio objetivo blanquiazul.

Después del descanso, el Pontevedra salió con brío y disfrutó de una opción al rematar Yelko desde la frontal un buen balón atrapado por el guardameta canario.

Con el paso de los minutos, sin embargo, el Tenerife volvía a controlar la situación con seguridad y volvía a costar Dios y ayuda al Pontevedra ganar una acción en velocidad, filtrar algún pase peligroso o dar, en definitiva, sensación de peligro en área contraria.

Tampoco ayudó mucho (sin influir para nada en el marcador) la permisibilidad del árbitro con las faltas que con oficio y veteranía acumulaba el Tenerife para cortar cualquier proyección ofensiva de los jugadores granates.

Ninguna entrada agresiva ni dura pero sí en suficiente número como para que resultara absurdo observar en las estadísticas finales como el Pontevedra terminó con 3 amarillas por ninguna de su aguerrido adversario.

El guión esta vez no lo pudo cambiar ni Luisao.

 Como viene siendo habitual en este inicio de Liga, a falta de media hora salió el ecuatoriano para tratar de dinamizar el ataque granate pero a pesar de algún quiebro más vistoso que efectivo, el bullicioso atacante fue bien neutralizado por el Tenerife destacando especialmente en esa rocosa defensa el nombre de Landazuri que mostró velocidad, fuerza y que apagó con su intensidad la titilante luz que Luisao intentó iluminar.

También recurrió Rubén a Tiago para sustituir a Vidorreta y juntar sobre el campo el doble mediocentro más creativo que puede reunir pero tampoco surtió efecto.

Aún así, el Pontevedra estaba en el partido pues con un solo gol de diferencia cualquier detalle te podía llevar al empate y estuvo en él hasta el córner a raíz del cual llegó el 0-2 a poco más de diez minutos para el final.

Sentado en mi asiento de Pasarón, sospeché ya en ese momento que esa iba a ser la acción que más desazón le causaría a Rubén Domínguez y escuchando la rueda de prensa posterior no me equivoqué.

En dicho saque de esquina, primero se le adelantan a Bosch en el primer palo para que se produzca una “peinada” que suele ser muchas veces mortal de necesidad. Luego, creo que de una manera un tanto “ligera”, Luisao no sigue a su “marca” (que era precisamente Landazuri) y éste remachaba con el pié la pelota a la red.

Son jugadas en las que esas diferencias presupuestarias no suelen tener tanta incidencia si la concentración defensiva es la correcta y nosotros no la tuvimos pagando por ello la sentencia final de la derrota.

Pudimos ver en el tramo final a los jugadores que todavía no conocíamos.

Denia pasó bastante desapercibido (ojo, fueron muy pocos minutos y justo después del 0-2) pero J.Resende y Comparada tuvieron tiempo de participar en la mejor ocasión granate, al margen de la de Selma, en el minuto 91 de partido.

El portugués abrió con clase una buena pelota hacia la izquierda para un Alex que ya llevaba tiempo de lateral. El capitán condujo hasta enviar un centro venenoso y Comparada alzándose entre los centrales lo remataba muy bien de cabeza obligando al portero a efectuar una intervención notable para que la pelota (que también tocó el larguero) acabará marchándose al córner.

Tras el encuentro y esa derrota por 0-2 ante un equipo que fue mejor y se hizo acreedor a la victoria, me surgen algunas reflexiones que me gustaría compartir con los lectores.

La primera ya la he esbozado a lo largo de la columna.

Este Pontevedra cuando se enfrente a esta clase de equipos (los llamados a estar arriba desde el principio como la Deportiva, el Tenerife o el Racing) o juega al 100%, no comete casi errores e incluso cuenta con algunos de los “detalles” del choque a su favor o es casi imposible que salga airoso.

No estoy tirando balones fuera ni diciendo que da igual perder, en absoluto. El equipo demostró hace solo una semana que pueda ganar y fuera de casa a uno de ellos.

Pero no podemos dar facilidades atrás (para mí las dimos no solo en el segundo sino también en el primero) y tiene que ser extremadamente diligente a la hora de meter las pocas arriba que tenga.

Teníamos que hacer un gran partido y no lo hicimos ante un rival, eso sí, que demostró galones de campeón aunque estemos en Septiembre.

Por otro lado, (al margen de lo negativo constituido por esa falta de contundencia en el 0-1 de varios futbolistas y esa falta de concentración e incluso dejadez en el 0-2) y sin perjuicio también de que parece que va creciendo esa sensación de que en la delantera nos falta bastante, el partido dejó algunos buenos detalles.

En lo colectivo? Indudablemente que se consiguió que el CD Tenerife solo creara 3 ocasiones de gol (2, teniendo en cuenta que la primera fue finalmente anulada).

El Pontevedra a pesar de que acusó el 0-2 y ya no fue nunca en el partido el mismo de los primeros 20 minutos, volvió a no descomponerse, a no desorganizarse y no tuvo opciones hasta el final por ese error absurdo en el saque de esquina.

Individualmente?

A mí me gustó mucho Juanra.

Es muy probable (no, seguro) que en nuestro grupo no hay mejores delanteros que Gallego y De Miguel. Podrá haber alguno de igual calidad pero no mejor.

En ese escenario los dos centrales (aunque Bosch tuvo ese lunar en el 0-2) rayaron a muy buen nivel lidiando con dos auténticos miuras que no suelen dejar prisioneros allá por donde pasan.

Insisto, especialmente Juanra estuvo a muy buen nivel cuerpeando, chocando y percutiendo contras estas dos torres gemelas que amargan al más pintado.

Tengo curiosidad por ver qué hace Rubén la semana que viene con Montoro, ya apto, e incluso más adelante con un Garay que ya va muy adelantado en su recuperación.

Si se juega de cuatro atrás… seguirán Bosch y Montoro de titulares y Expósito de lateral zurdo o quizá ese lateral vaya para un Juanra, que es central, pero que lleva dos partidos muy buenos?

Tampoco me disgustó en el aspecto defensivo y recuperador Ander Vidorreta,

Completó, hasta que fue sustituido, un partido en el que no rehuyó el balón dividido y recuperó bastante pelota soportando el equilibrio de un Pontevedra al que le faltó esa creación tan complicada que tiene que salir cuando el rival no te da ni medio segundo para respirar.

Yelko estuvo vigiladísimo y muy controlado; Brais demasiado en banda para crecer y conectar con el vigués para tratar que la circulación mejorase.

Esa cuestión, la continuidad de Brais en banda, a buen seguro será objeto de reflexión por el entrenador.

Por último, toda derrota es dura y más en nuestro feudo.

El fútbol tiene un gran componente de ilusión y de sueños y quien más quien menos (este atribulado bloguero, si) se había imaginado la posibilidad de ganar y ver al Pontevedra CF en lo más alto de la clasificación de forma siquiera anecdótica.

No se dio. La realidad nos golpeó con crudeza pero lo cierto es que acumulamos 4 puntos de 9 habiendo tenido que jugar contra dos de los cuatro o cinco equipos favoritos para estar muy arriba.

Posiblemente no de la forma en la que los hemos conseguido pero me da la impresión de que muchos habríamos firmado esta puntuación a estas alturas cuando conocimos el calendario.

La clave es seguir y aceptar esta derrota con la mayor naturalidad pero con toda la intención de mejorar y corregir los errores que indudablemente hemos cometido.

Nos llegan dos salidas y hay que dar la talla.

La primera es Lezama y Lezama siempre es complicadísimo.

Habrá que ofrecer una gran versión de nosotros mismos para salir airosos y volver a puntuar.

Es clave no pasarse varios partidos seguidos sin hacerlo.

 

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