Echo bastante de menos, mejor dicho, mucho de menos que en torno a la actualidad deportiva del Pontevedra CF se hable bastante más de fútbol, de cuestiones estrictamente ceñidas a la táctica o a las decisiones que afectan al desarrollo de los partidos y menos de diversas cuestiones adyacentes que no explican, por ejemplo, las razones de que ayer se hayan vuelto a escapar dos puntos del estadio municipal de Pasaron.
Hablemos pues, o
escribamos en este caso, mucho de fútbol y hagámonos algunas preguntas para las
que no resulta fácil encontrar respuestas.
El Pontevedra CF empezó
esta temporada fuera de casa de la misma forma que terminó la pasada, de manera
errática y decepcionante.
En el primer desplazamiento,
después de una hora y pico de juego autoritario y a rachas efectivo, todo se fue al carajo por un
último cuarto de hora lamentable en el que el Pontevedra otra vez no supo ni
defender, ni poner carácter ni enseñar un mínimo de personalidad y oficio hasta
dejarse igualar un encuentro por un equipo que estaba literalmente muerto sobre
el terreno de juego.
En el segundo partido a
domicilio apenas se compitió en Soria.
He aquí, no obstante,
que por el cuerpo técnico se buscan soluciones, variantes, remedios a este
desangramiento fuera y acaban por encontrarse de tal forma que en los tres
últimos partidos se logran tres victorias sin encajar un solo gol y en campos
complicados, no tanto por la fortaleza de los rivales, sino por las características
de los terrenos de juego.
Al margen del cambio
obligado por la lesión de Churre que ya no pudo estar en Guijuelo, la
modificación efectuada consistió en introducir en el “once” inicial a Cambil
colocándole en la parcela central del campo junto a Mayo y Yelko. Así, Chiqui a
un lado y Dalisson al otro, más Rufo en punta completaban el resto del equipo
por delante de la defensa.
0-2, 0-2 y 0-1, así, de
una tacada y con los aficionados aprendiéndose de memoria la alineación
utilizada.
Esta misma temporada en
casa el Pontevedra no carbura desde el principio de temporada.
De los 5 partidos
jugados, se ha perdido uno y empatado el de ayer.
Los tres que se han
ganado? Uno de penalti y de forma gris; otro en la última jugada del choque en
el minuto 98 y el tercero marcando el gol del triunfo igualmente en el tramo
final del partido.
Es un hecho que el
Pontevedra en Pasaron no está bien y no logra, sobre todo, una continuidad y
ritmo en el partido desde el principio del mismo lo que ha provocado que en
cuatro de esos cinco encuentros hayamos empezado perdiendo.
Es cierto que en
algunas ocasiones se ha intentado introducir variantes para ver si el equipo se
entonaba pero sin resultados evidentes.
De esas variantes, la
más llamativa apareció el día del Rayo Cantabria con la aparición de Dalisson
como falso “9” que en opinión del que esto escribe no mejoró en nada el rendimiento
global del Pontevedra ese día.
¿Cuál es la variante
táctica que nunca se ha introducido en Pontevedra para ver si con ella el
conjunto armonizaba mejor sobre la hierba y lograba aunar la calidad de sus
integrantes con el equilibrio y agresividad pertinente?
Precisamente, la que
tan buenos resultados ha dado fuera de casa.
Por alguna razón que de
verdad se me escapa, el cuerpo técnico sigue sin jugar de entrada en Pasarón
con la alineación que ha cosechado a domicilio los últimos nueve puntos jugados
y sin encajar un solo tanto en contra.
Para mí que no se
pruebe desde el principio esta alternativa en casa constituye un misterio y más
teniendo en cuenta que incluso ayer, en el tramo final de partido en el que
coincidieron Cambil y Mayo, el Pontevedra hizo buenos minutos y creó lo suficiente
en ataque para ganar el partido.
En cambio..¿Qué vimos
de entrada en la alineación y el juego del equipo ayer frente al Avilés?
Para mí una nueva
demostración de la máxima que dice que el hombre es el único animal que
tropieza dos veces con la misma piedra. Bueno, en realidad, en este caso se
tropieza con la misma piedra tres, cuatro y hasta cinco veces.
Se volvió a insistir
con Novo medio acostado en una banda. En principio, en la derecha aunque a lo
largo del primer tiempo se cambiaron las bandas para ver a Chiqui por esa banda
y al ex del Langreo por la izquierda.
Que Iago Novo no está
funcionado en esas ubicaciones es algo que se está viendo desde el primer partido
de Liga (salvo algunos pasajes en
Santiago) y se sigue insistiendo en esa fórmula que no solo perjudica al propio
futbolista sino sobre todo al equipo que está claramente cojo cada vez que se
incide en ese error.
Por otro lado, por
razones que se desconocen pues en el post partido no se preguntó por ello, el
jugador que empezó en punta el partido fue Carlos López.
Este futbolista que tan
buena segunda vuelta hizo la Liga pasada hasta el partido contra el Ourense CF,
parece precisamente desde aquel día otro jugador.
Era Carlos un delantero
que al margen de los goles que hizo (que hizo muchos) aparecía bastante en el
partido viniéndose hacia atrás y tirando paredes con los interiores y media
punta dejando casi siempre detalles interesantes en sus actuaciones.
A día de hoy, lo que
transmite Carlos sobre el campo es una falta de confianza brutal y ayer prácticamente
pasó inadvertido y como alma en pena los minutos que estuvo en el partido.
Otra cosa es analizar
si con los centrales que tenía el Avilés, L.Martínez y Babin, la opción de Carlos
era la más adecuada para empezar el choque.
En algunos momentos
recordé aquel fatídico partido contra el Betis Deportivo jugado aquí y en el
que también salió de inicio contra aquellas dos “paredes” inmensas que el
equipo bético presentó en el centro de su retaguardia.
No obstante, al margen del
debate acerca de si Rufo o las características que todavía le quedan a Rufo
eran más idóneas o no para enfrentarse ayer a los centrales asturianos, lo
preocupante es que Carlos López no sale del túnel en el que lleva metido
demasiado tiempo y eso es muy malo para el equipo.
El caso es que la
primera parte ya empezó con los tradicionales sustos a balón parado (ese balón
parado se defiende como lo hizo ayer el Avilés y no como lo solemos hacer
nosotros) y con balones a las espaldas de nuestros laterales que nos hacían
mucho daño en defensa. De hecho, el gol rival llegó de esa manera. Balón largo
que sobrepasa a Fontán y pase al corazón del área para que un delantero rival
empujase a gol ante la ya tradicional lentitud de nuestra zona central
defensiva.
Fue una primera parte
otra vez lenta, anodina, casi desprovista de ritmo por nuestra parte. La única
opción importante de gol llegó de las botas del otra vez lateral Alex González
que fue respondida bien por el portero asturiano.
Parecía una fotocopia
de otras primeras partes de esta temporada y solo Dalisson trataba de horadar
la defensa contraria sin encontrar apenas complicidad en sus compañeros.
Poco después del inicio
de la segunda parte, aproximadamente en el 52 o 53, llegó un triple cambio que
empezó a cambiar algo las cosas.
Además de la entrada de
Irazu por un Fontán amonestado (ayer gris y con problemas defensivos) que llevó
a Garay al lateral, entraron también Rufo y Hector por Carlos y Novo.
A consecuencia de ello,
Alex volvió al extremo y el equipo, a pesar del mal día de Chiqui, ya no
cojeaba tanto de una de sus dos patas.
Se encontró la presión
adecuada, se empujó desde la propia defensa hacia adelante y el Avilés no tuvo
más remedio que echarse atrás y achicar agua.
Por fin se había
conseguido un ritmo de juego más propio de un partido de competición importante
que de una pachanga de jubilados y parecía que el gol podría llegar en
cualquier momento.
Sin embargo, en otro
nuevo giro de guión de difícil explicación por lo menos para quien esto
escribe, Iago decide efectuar un cuarto cambio sorprendente.
Y la sorpresa no la
producía el que entraba al campo (un Samu Mayo que volvió a demostrar sobre la
hierba que no ponerlo de entrada es un capricho que ya costó el año pasado y
que nos pueda volver a costar mucho este año) sino por el jugador que lo
abandonaba, Alex González.
Antes de ese cambio el
Pontevedra corría, apretaba y las gradas bullían porque veían cerca el empate
pero a raíz de esa sustitución se necesitaron unos minutos de silencio por
parte de todos para salir del estupor de una decisión sobre la que tampoco se
preguntó luego en rueda de prensa.
A mí el cambio me
resultó estrambótico no ya por lo que aporta (y en ese momento lo estaba
haciendo) el capitán en su puesto natural sino por innecesario en la elección del
sustituido.
El partido de Chiqui
era muy malo y lo normal es que él hubiera sido el objeto del cambio pasando
Dali a la derecha pues el hispano brasileño iba a seguir destacando igual en
esa posición pues a día de hoy es el mejor de largo del equipo.
El caso es que tras
esos minutos de impás, de bajada clara del “souflee”, el Pontevedra volvió a
meterse en el partido y a base faltas magistralmente botadas por Dalisson acabo
por empatar el mismo.
Falta algo lejana que
pega en portero y poste, balón que parece que sí puede salir por la línea de
fondo antes de ser enviado atrás y remate de Rufo al fondo de las mallas.
Se siguió apretando con
esa pareja que tan bien pega como Cambil y Mayo que ayer en los minutos que
coincidieron demostraron su compatibilidad también en casa e incluso se gozó de
una ocasión muy clara en la única jugada en la que Yelko apareció en el
partido.
El vigués asistió
magistralmente a Garay que por su flanco derecho encaró al portero en el 88
pero no pudo superar con su lanzamiento al buen guardameta visitante.
A pesar de ese gran pase, a Yelko hay que
exigirle mucho más, por lo menos desde fuera, porque desde dentro ya se sabe
que salvo fuerza mayor nunca será objeto de sustitución.
En el momento en el que
el colegiado señaló el final del partido mi sensación era que otra vez se había
“tirado” más de la mitad del partido.
Que cuando se dotó a la
alineación de una lógica y de sentido común, el equipo mejoró exponencialmente
y pudo incluso completar la remontada.
Eso lo único que me produce
es más cabreo e impotencia.
¿Por qué se empieza a
meter la carne en el asador tan tarde y casi siempre con el marcador en contra?
¿Vamos a seguir jugando
partido en casa de 30 o 35 minutos para tratar de compensar los 60 restantes en
los que tata ventaja se da al rival?
¿Creemos que va a ser
fácil bajar al Numancia del primer puesto?
Sobre ello, llevamos 10
de 12 puntos y la diferencia es de 4 a favor de los sorianos.
¿Ya estamos con el
soniquete de qué estamos en la jornada 10 y demás historias?
Ya. Estamos en la 10 y
dentro de cinco en la 15 y luego en la 20….
Lo único cierto es que
en casa seguimos como el año pasado, es decir, sin ganar partidos clave contra
equipos que van a estar arriba y no entonando ni la más mínima autocrítica sino
solo apelando a que es muy temprano, a que falta mucho y a historias para no
dormir que conocemos demasiado bien.
Quizá usando el sentido
común en casa, ese mismo que parece que al fin se utiliza fuera, podamos de una
vez dar la medida como locales.
Quizá si no nos empeñásemos
en querer inventar la pólvora cada vez que jugamos en Pasarón y fuéramos a lo
concreto, a lo que se ha probado que funciona, a lo que nos está dando puntos y
equilibrio; quizá así, insisto, no estaríamos siempre por detrás de algún rival
y fuéramos nosotros los que encabezáramos la clasificación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario