El sábado que viene empieza la Liga de 1RFEF.
No solo eso. El
Pontevedra CF jugará en casa el primer partido. Sí, en 5 días arranca la competición
y lo hará, como en otras ocasiones, en medio de una semiclandestinidad,
improvisación y casi dejadez ciertamente insoportables.
Corrijo, con mucha más
semiclandestinidad, improvisación y casi dejadez que otras veces, lo que ya es
mucho teniendo en cuenta los hábitos en ese sentido de un Consejo de
Administración que no ha entendido nunca, no entiende (y por lo que parece)
nunca entenderá lo que es una sociedad anónima DEPORTIVA.
Afirmo que esa sensación
de pasotismo es todavía más grande que en anteriores ocasiones porque al ya
tradicional agujero de la ausencia de las equipaciones oficiales hasta casi el
último día ( o más allá), a la carencia informativa acerca del número de
abonados, a la inexistencia de presentaciones de los fichajes o incluso a la
escasísima promoción del primer partido de Liga en casa en Pasarón (algún “despistado”
podría incluso llegar a pensar que a la “cúpula” le interesa que no “vaya ni el
tato”), se une algo todavía más trascendental a la hora de encarar una
temporada, la insólita ausencia de futbolistas que a pocos días del inicio
imposibilita, incluso, que el Pontevedra pueda formar una convocatoria de 18
con jugadores del primer equipo.
No se trata, por tanto,
de esa situación (que al que esto escribe no le gusta pero que resulta habitual
en este fútbol del siglo XXI) en la que se dejan una o quizá dos piezas del
rompecabezas sin ocupar esperando que a última hora surja lo que de forma
pomposa se ha dado en llamar “oportunidad de mercado” sino que el Pontevedra ha
considerado razonable presentarse en la semana de arranque liguero con solo 17
futbolistas.
Si a ello se le uno que
dos o tres de esos jugadores llevan escasas dos semanas en la ciudad, el
panorama no puede resultar más desolador e inexplicable para buena parte de una
masa social que solo hace tres meses y pico vibraba con un equipo y cuerpo técnico
que ha sido destrozado por razones que casan muy mal con el objetivo de
asentarse en 1RFEF y seguir allanando camino para crecer en un futuro cercano.
Qué el Pontevedra puede
ganarle en casa a otro recién ascendido como el Cacereño dentro de unos días
con lo que tiene? Es posible.
Qué lo que lleva haciendo desde el pasado mes de Mayo la entidad presidida por Lupe Murillo resulta completamente estrambótico, anticompetitivo y desalentador para aquellos (cada vez menos) que piensan que esta institución cuenta con mimbres sociales potenciales para crecer mucho?
Sin duda alguna.
El equipo necesitará (y a buen seguro lo tendrá) el apoyo de todos
los que el próximo Sábado estaremos en el ex vetusto deseando que se consigan
tres puntos importantes teniendo en cuenta además lo fuerte que viene el
calendario en las primeras jornadas.
Ni estos futbolistas
recién llegados ni el nuevo cuerpo técnico ( me niego a creer, aunque quizá me
equivoque, que Rubén Domínguez pueda estar mínimamente satisfecho con esta
inaudita situación de contar solo con 17 hombres) tienen la culpa de la forma
rocambolesca y poco profesional en la que se dirige la entidad.
Ahora bien, no caigamos
en el error de hacernos trampas al solitario (sí, al solitario porque sola es
como se encuentra la afición granate).
Una cosa es que el
Sábado a las cinco de la tarde empecemos a dejarnos las gargantas animando a los
Bosch, Alain Ribeiro, Hervías y compañía y otra muy distinta es que suframos un
ataque de amnesia.
El Pontevedra sigue
gestionado de espaldas a su masa social y de espaldas a una ciudad y comarca
cada vez menos imbuida del club de fútbol que debería ser referente absoluto de
la misma.
Y no es por culpa de la
gente. Esa gente de la ciudad, de Poio, del Salnés y de otras muchas zonas de
nuestro entorno acude al campo en masa cada vez que el Pontevedra se juega un
ascenso o una eliminatoria atractiva de Copa.
Acude también, no en
masa pero sí en un número importante teniendo en cuenta como se la suele
tratar, en todos los partidos de Liga.
Qué deberíamos ser más
cada fin de semana? Pues sí.
La institución hace
algo, por mínimo que sea, para que esto sea así? Claro que no.
Una afición de un club
de fútbol, por mucha puñetera SAD que sea, no solo defiende a su equipo
animando desde el minuto 1 al 90 sino que también lo defiende, lo dignifica y
lo hace más grande exigiendo una gestión acorde con el sentido común y
protestando de manera pacífica pero firme y decidida contra aquellos que no
acaban de entender lo que es el Pontevedra, lo que es una gestión mínimamente
profesional de una entidad deportiva y que parece, además que no quieren
entenderlo nunca.
El Sábado estaremos con
nuestro Pontevedra, desearemos la victoria, nos ilusionaremos en caso de
lograrla con esa infantilidad que solo el fútbol puede provocar en personas
adultas.
Ahora, esta forma de
gestionar rompiendo en mil pedazos algo que funcionaba para tirar una moneda al
aire, esta improvisación constante, este amateurismo descorazonador, este yoísmo
indecente no debería continuar ni una temporada más.
El Pontevedra CF y su
gente merece otra cosa y parece que la propiedad no lo acaba de entender.
Entre colocar a la
entidad con un respirador por cuestiones económicas (que no es lo que se pide)
y tener una gestión compatible con lo que significa el Pontevedra va un trecho
muy grande.
Apoyo? Todo el del
mundo a esos futbolistas, entrenadores y demás trabajadores que luchan por
hacer al Pontevedra más fuerte.
Memoria? Siempre para
recordar, tener presente, y protestar ante esta forma de hacer las cosas que
solo causa hastío, dolor y desapego.
Amen
ResponderEliminarMuy de acuerdo con usted
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