lunes, 29 de agosto de 2016

Contento pero sin presumir

No me gusta el fútbol oficial en Agosto. No me gusta que se jueguen partidos mientras las playas se encuentran llenas ni ver a jugadores alcanzando el máximo esfuerzo en tardes cercanas a los treinta grados (en Galicia claro, en otras latitudes a saber la temperatura que algunos futbolistas habrán soportado).
Pero el descerebrado y caótico calendario que exige este engendro al que se la ha dado en llamar "fútbol moderno" propicia que cada vez se jueguen más partidos en plena canícula y con los campos más vacíos y desangelados que nunca.

No obstante, a pesar del ambiente veraniego y poco adecuado para la competición, los puntos valen lo mismo en este octavo mes del año que en Marzo o Abril cuando el final del campeonato está cercano y los equipos se afanan denodadamente en conseguir sus objetivos.
Y por esta realidad insoslayable (el idéntico valor de las victorias que se consigan ahora que las que se lograrán más adelante) el partido frente al Mutilvera no debía terminar con otro resultado que no fuera la victoria pontevedresa.

Afrontamos una temporada en la que la institución ha dado un paso más a la hora de la exigencia deportiva y si queremos estar ahí cerquita de los firmes candidatos a jugar el play off debemos cometer los menores traspiés posibles sobre todo en Pasarón y encuentros como el de ayer no podemos permitir el lujo de que se escapen.
Sí, Ya sé que hablar en estos términos en la segunda jornada de Liga puede parecer exagerado pero aquellos puntos presuntamente asequibles que ahora se esfumen de nuestro casillero no van a volver en el futuro y deberían ser compensados frente a otros rivales no tan "agradables" como este debutante equipo navarro que nada o casi nada ofreció ayer en el estadio municipal de Pasarón.

Salió el Pontevedra al césped otra vez desesperadamente seco de nuestro campo sabedor de que adelantarse en el marcador sería clave a la hora de dilapidar los planes del rival. Y la verdad es que pudo hacerlo antes incluso de que el único marcador sano del estadio llegase al primer minuto. Un centro de Barco, una salida "cantarina" del portero, una dejada de Añón y un remate tras recorte de Abel que se marchó fuera cuando estaba en situación pintiparada para lograr el gol.

Esa jugada no fue las espita que abriera el grifo del juego y las ocasiones del conjunto granate sino que actuó casi como tapón de ese surtidor de fútbol y dio paso a una primera parte pestosa, espesa y lenta en la que el equipo no era capaz de superar el entramado defensivo planteado por el Mutilvera.

Había salido Luisito con la defensa esperada dado el ostracismo al que está sometido hasta ahora Adrián Gómez; con Kevin de medio centro más defensivo junto a Alex Fernández y Abel por delante casi a la altura de Alex González por la izquierda y Añón por la derecha más Barco en punta.
Se disfrutaron algunas ocasiones más de gol (una falta de Bonilla, una buena jugada de Abel tras robo pero con un pase de la muerte demasiado fuerte que impidió la llegada de Barco y otra oportunidad de Añón) pero lo cierto es que los navarros no habían sufrido en exceso en la primera parte para mantener el cero en su portería.

Incluso hubo momentos que obligaron al Pontevedra a jugar en largo hacia Barco que en ningún momento pudo imponerse a la notable altura y envergadura de unos centrales preparados precisamente para esa clase de juego.

Aún así, el propio Barco en los primeros veinte minutos dejó algún detalle de calidad pero sobre todo fue Añón el que con su trabajo y evidente peligrosidad  (jugando algo lejos del área) animó un poco el juego ofensivo del equipo y dio más sensación de peligro.

No esperó nada Luisito tras el descanso para mover el equipo y Alegre entró desde el comienzo de la segunda parte por un desafortunado Alex González que no pudo en ningún momento con su pareja defensiva navarra.
Pero realmente ese cambio no modificó el panorama preocupante para el Pontevedra CF.

Incluso en los primeros minutos de esa segunda mitad el Pontevedra salió como amodorrado, sin intensidad y propició que el rival se estirara un poco en ataque llevando algo de nerviosismo a la parroquia local.

Con la segunda sustitución si cambiaron sustancialmente las cosas. El técnico decidió mandar al banco a Portela para dar entrada a Mateu Ferrer. Con dicho relevo, Kevin pasó a ejercer de central, Abel ocupó el puesto del de Puenteareas y Ferrer pasó a jugar por detrás de Barco.

A partir de ese momento los balones suministrados en las inmediaciones del área encontraron al jugador balear que enseñó unas condiciones magníficas a la hora de cuerpear con los centrales, proteger la pelota y jugarla  con criterio tanto dándose perfectamente la vuelta como de espaldas.
En una de esas acciones llegó el gol que abrió el marcador. Ferrer recibió en la cabecera del área se revolvió con acierto y tras dudar un instante entre el pase y el lanzamiento decidió asistir a la derecha para que Iker Alegre enviara un centro templado y Barco lo rematara de cabeza casi sin potero al verse superado éste por el balón bombeado del extremo.

Casi sin margen de recuperación para el rival, un balón parado mal defendido provocó que Añón se encontrara solo delante del portero para ver como este rechazaba su cabezazo pero hincase la rodilla ante el potente remate de Barco en área pequeña que sentenciaba la contienda con el 2-0.

Fueron minutos estos en los que también pudo verse al mejor Abel en esa posición más retrasada desde la que circuló con acierto el balón y mostró más presencia que en la primera parte. También fue el tramo del partido en el que Iker Alegre enseñó su calidad e incluso velocidad y Ferrer siguió destacando en una faceta algo sorprendente pues disputó sus primeros minutos por detrás del punta mostrando unas habilidades algo diferentes a las que todos les suponíamos más allá de su contundencia en el remate.

A pesar de todo, tras ese huracán en el que llegaron dos goles, algunas ocasiones más y un hipotético penalti no pitado sobre Barco, el Pontevedra volvió a caer en la relajación a falta de diez minutos para el final y volvió a permitir las llegadas de un rival muy limitado que incluso encontró las redes de Edu en una acción que fue anulada por fuera de juego. 
En esos últimos minutos Luisito realizó su tercer cambió sacando del campo a un cansado y amonestado Barco por Gonzalo que no entró demasiado bien en el partido y envió un par de balones hacia atrás con riesgo que no le gustaron nada al técnico de Teo.

Hubo tiempo como colofón a elaborar una bonita contra con un pase al espacio hermoso de Alex Fernández que Iker recibió en velocidad hasta que un par de metros antes de llegar al área fue alevósamente derribado por un tal Monreal que recibió una más que justa tarjeta roja.

En el lanzamiento de esa misma falta el propio Iker Alegre aprovechó la candidez del meta rival para meterle un balón potente por su palo y hacer el 3-0.

Terminaba así un partido que había que ganar sí o sí en Agosto o en Abril y que felizmente se hizo engordando la "buchaca" de unos puntos que a buen seguro harán ganar en confianza y seguridad a un grupo que podrá afrontar la visita a Santander con tranquilidad.

Como llamativo detalle que creo que pone de manifiesto la mayor profundidad del plantilla del equipo con respecto a la pasada campaña, es importante reseñar que tres jugadores que en la maravillosa primera vuelta del pasado año eran titulares no disputaron ayer minuto alguno. Me refiero a Jacobo, Mouriño y Capi. 

Es pronto, muy pronto para calibrar con criterio el verdadero potencial de esta plantilla. Como acabo de decir parece evidente que se cuenta con más posibilidades de recambio que el pasado año, cuestión que tanto nos penalizó en cuanto llegaron dos o tres lesiones de jugadores importantes casi seguidas.

Pero hay que esperar. 

Ganarle al Mutilvera aquí resultaba casi obligado y no podemos esconder que en la primera parte y comienzo de la segunda encontramos dificultades y no pudimos desatrancar el atasco propuesto por este humilde conjunto navarro.

Ahora bien, si parece y espero no equivocarme que el Pontevedra además de más efectivos ha ganado en calidad técnica en varios de sus jugadores y eso por lo menos para mi resulta muy importante. 

Primero el bloque, está claro. Hacer un equipo que se mueva con orden y equilibrio colectivamente. Pero una vez conseguido eso (que no es fácil desde luego) hace falta categoría y clase en varios de los miembros de ese colectivo para tratar de aspirar a estar entre los mejores.

Se apuntan detalles en ese sentido pero esperaremos con calma a los próximos encuentros para ver si la ilusión de la afición granate puede tener bases sólidas para desatarse.    


                

lunes, 15 de agosto de 2016

Un torneo desangelado, un fichaje a última hora y un entrenador cabreado

Uno que peina ya muchas canas recuerda numerosos trofeos Luis Otero con un ambiente festivo en las gradas y un interés que desde hace ya muchos años ha parecido perderse por completo.

Lo cierto es que en día de toros y apertura de la Semana Grande de fiestas de la ciudad, Pontevedra y Lugo saltaron al césped de un Pasaron semi vacío al que habían acudido con seguridad menos de mil personas.
Era la primera vez que este bloguero se disponía a ver al nuevo equipo granate 2016/17 y sin poder evitarlo bullía en su interior ese interés especial de principios de temporada por ver a las nuevas incorporaciones y la posibilidad de valorar el estado del grupo a una semana tan solo de empezar la competición oficial.

La primera "sorpresa" saltó ya a primera vista. Ni en la hierba ni en el banco aparecía el nombre de Kevin Presa. "Blanco y en botella leche" (u horchata como me matiza siempre un buen amigo). El corajudo medio centro granate tenía las maletas llenas para salir hacia su nuevo destino dejando un hueco importante en la medular del Pontevedra CF.
Tras el partido, en la rueda de prensa, se confirmaba la noticia y de una manera a mi juicio desafortunada Luisito adelantaba la marcha del jugador de Ponteareas.

Pero luego volveré sobre las citadas declaraciones del técnico teense.     

Antes unas pinceladas sobre un partido en el que el Pontevedra CF ofreció una esperanzadora imagen en ataque y una pésima actuación defensiva. Es cierto que alguien podrá argumentar que el Lugo es un equipo no solo de segunda sino plenamente consolidado en dicha categoría y que no es fácil defender a este equipo pero también se podría decir entonces que el mismo Lugo juega con Luis César de una manera más abierta y menos defensiva y que los espacios que se encontró el Pontevedra va a ser muy complicado que  los halle en los partidos de Liga por lo menos en casa.

Pero lo cierto es que Luisito decidió sacar al campo a  Canedo en la puerta con Loureiro en banda derecha (no me explico como se ha decidido afrontar esta temporada sin la incorporación de un lateral derecho) Bonilla en el izquierdo más Portela y Trigo de centrales. La novedad venía más adelante pues como mediocentro más de posición y para buscar el equilibrio se situaba Gonzalo, con Abel y Alex Fernández más arriba casi formando una línea de cuatro con Iker Alegre en la derecha y Jacobo en la izquierda más Añón de único delantero.   

Fue una primera mitad en la que el Pontevedra enseñó virtudes ofensivas y verguenzas más que evidentes en la retaguardia.

En la primera faceta Jacobo estaba pinturero y movía la pelota con criterio como sabe hacer cuando está cómodo y Alex y Abel colaboraban en lograr esa fluidez en el juego ofensivo. Además Iker Alegre enseñaba detalles de clase (menudo susto nos llevamos en una jugada en la que al caer de un salto se llevó la mano a la rodilla) y Añón volvía a demostrar su brega, su movimiento constante en la punta y su velocidad.
El equipo volvió a presionar en ocasiones con orden y belleza hasta el área contraria rival provocando pérdidas de balón del equipo rojiblanco y arrancando aplausos ilusionados de los aficionados allí congregados.

Por contra, Gonzalo no era capaz de lograr ese equilibrio necesario en el centro del campo y ponía de manifiesto que necesita al lado a un jugador que le haga el trabajo sucio pues él no está ahora para estos menesteres (si es que lo ha estado en alguna ocasión). Se unía a tal circunstancia la deficiente salida de pelota de los centrales (especialmente torpe y preocupante estuvo Portela) y las ya clásicas dificultades defensivas por el carril derecho. 

En consecuencia se jugó una primera parte con ocasiones para ambos bandos en las que Añón aprovechó un regalo defensivo lucense y pudo marcar otro tanto tras bonita vaselina que se marcho fuera y en la que Jacobo, Iker Alegre y Alex también tuvieron sus opciones de encontrar portería.


El Lugo, sin embargo, las tuvo más claras en la primera parte. Las dos primeras tras garrafales fallos defensivos arreglados a última hora por Canedo que estuvo igualmente bien repeliendo un lanzamiento más lejano de un jugador rival. Poco después del 1-0, Pita encontró el empate tras fenomenal lanzamiento desde el interior del área ante la pasividad del medio campo granate que le dejó demasiado solo y en la última jugada del primer tiempo llegó el 1-2 en una jugada a la espalda de la defensa que bien pudo ser fuera de juego.

Tras el descanso el Pontevedra introdujo cambios que permitieron ver a otras novedades del equipo para este año.
Bruno pasó a ocupar el centro de la defensa y Trigo se adelantó al medio campo en el lugar que en la primera mitad ocupó Gonzalo. Mouriño sustituyó a Alex Fernández, el otro Alex salió por Jacobo y Mario Barco sustituyó a Añón.

Fue una segunda parte algo más tranquila en ocasiones que la primera pero con chispazos de clase que provocaron buenas ovaciones del respetable. Sobre todo, la jugada del empate a 2. Esa presión efectiva del Pontevedra surtió efecto y permitió a Barco robar un balón y cederlo con elegancia a Iker Alegre que ya dentro del área y sin controlar la pelota la empalmó con potencia y precisión al fondo de las mallas haciendo un precioso gol que calentó en parte la fresquita noche sabatina.

Luego llegó el 2-3 y el 2-4 pero en el tramo final el Pontevedra volvió a crear peligro y Barco de cabeza estuvo a punto de estrenarse como goleador granate. Hubo tiempo todavía para que Miki recortara distancias aprovechando otro regalo lucense pero al final el conjunto de las murallas pudo alzarse con el triunfo y llevarse el trofeo al Anxo Carro.

Es sólo un partido y sacar conclusiones consistentes de la imagen colectiva del equipo e individual de los nuevos sería absurdo e imposible.
No obstante, sí se puede decir que jugadores como Alegre, Abel Suárez y Añón mostraron destellos de calidad que ojalá perduren en el tiempo. Portela dificultades excesivas con la pelota, Trigo sobriedad atrás y más capacidad de trabajo en el medio que Gonzalo (parece evidente que con la baja de Kevin y si no viene nadie va a tener que ser el ex del Logroñés quien ocupe ese puesto y deje con imperdibles la defensa), Alex González estuvo casi inédito en los minutos que disputó, Bonilla dejó un par de balones parados para la esperanza aunque cometió algún error atrás y falta Mario Barco.

Tras la nada afortunada singladura del Pontevedra por el mercado de fichajes en cuanto a la incorporación de los delanteros se refiere por fin llegó a una semana del comienzo de la Liga el primero de ellos. Estaba casi cantado que vendría Barco pero lo cierto es que no lo ha hecho hasta casi terminada la pretemporada y los nervios en la parroquia granate eran más que evidentes. El sábado el ariete riojano enseñó algunas de las virtudes que le han hecho fichar por el CD Lugo. Sabe controlar de espaldas de maravilla y aguantar y proteger la pelota hasta cederla con criterio a un compañero, va bien por arriba y es fuerte. Tambíen al día siguiente mostró alguno de sus defectos. En Moaña fue expulsado al parecer por darle a la "sin hueso" más de lo debido. 
Habrá que esperar y ver si esta apuesta sale bien en una demarcación tan importante para el Pontevedra pero frente al Lugo apuntó detalles de buen delantero.

Y más tras conocer el nombre del segundo delantero fichado por el club. Mateo Ferrer, 28 goles el año pasado sí, pero en el grupo balear de la tercera división lo que tampoco es que sea para tirar abajo los cimientos de Pasarón. 
No sería sincero si no reconociera que después de tantas alforjas para fichar a los puntas el "viaje" final me parece decepcionante y algo frustrante.
Pero nunca se sabe y al final resulta que Ferrer se sale y completa una dupla con Barco de categoría.

Hablaba antes de las declaraciones de Luisito tras el partido contra el Lugo.

Son declaraciones preocupantes y generan inquietud acerca de la unión que pueda existir entre Consejo y cuerpo técnico.
Ojo! No quiero decir que el entrenador no tenga razón y que traspasar a estas alturas a Kevin sin posibilidad de recambio de garantías sea crearle un agujero de considerables dimensiones al equipo.

Pero volver a insistir (ya lo había hecho antes) en que se le "traspasa por cinco euros" o que "prefiero darle ficha a un juvenil antes de que venga nadie a hacer bulto" constituyen ataques claros al Consejo de Administración y esa inquietud citada anteriormente se genera porque la paciencia de la cabeza visible de ese Consejo no es inmensa y cualquier "choque de trenes" justo antes de empezar la liga podría resultar desastroso para los intereses granates.


PD: No ha sido en una sino en dos ocasiones en esta pretemporada en las que el Pontevedra ha hecho literalmente el ridículo y dañado gravemente su imagen. Perder 4-0 contra el Celta B aunque existan circunstancias atenuantes (que alguna había) resulta ciertamente intolerable pero salir a pasearse en Moaña y caer contra el equipo local vuelve a constituir una pequeña puñalada al prestigio de una entidad que trata de reconstruirlo poco a poco y que no debe admitir espectáculos de esta categoría.