martes, 23 de mayo de 2023

Vacío

Vacío.

Si alguien me preguntara cuales son los sentimientos que experimento en los últimos días al pensar en el Pontevedra CF no podría contestar otra cosa que una completa e insoportable sensación de vacío.

Esta temporada, que ya comenzó en su momento con menos ilusión de la que habría sido normal tras lograr un ascenso, por la soberbia y la incapacidad de la "cúpula" para mostrar respeto hacia sus abonados y seguidores en general, ha visto como el cabreo, la indignación, la rabia y la incredulidad en muchas ocasiones reinaban cada semana a medida que el equipo se hundía en el pozo de la clasificación sin que nadie, con responsabilidades al efecto, hiciera absolutamente nada para remediarlo.

Vacío.

Vacío, tras producirse el enésimo (y por suerte último esta campaña) ridículo del Pontevedra fuera de casa.

Han sido tantas las veces que la camiseta ha terminado pisoteada por el suelo lejos de Pasarón, que ver como Cortés se hacía un inexplicable lío con la pelota en la jugada del gol local (segundos después de que Araújo "defendiera" su zona con una ligereza impropia de un jugador profesional) ya no me produjo enfado o ganas de apedrear la televisión sino pena, perplejidad y esa completa sensación de vacío que es mucho peor que el resto de sentimientos juntos.

Vacío.

Entrar en twitter y leer un anuncio en la cuenta oficial de la entidad (esa que todavía no se ha pronunciado sobre el descenso y que sigue faltando por ello día a día al respeto a aquellos que quieren al Pontevedra CF y que no se merecen esta desverguenza) en la que se anuncia un "partidillo", sí, un "partidillo" (con ese término exacto) de homenaje a Charles a disputar entre antiguos compañeros del jugador (se supone que de aquí) y ex compañeros del Celta. Se jugará un miércoles sobre las siete y para los que quieran asistir se abrirá la grada de Tribuna. 

No tengo idea si esto lo organiza solo el club o también Charles pero si me pareció cutre e intolerablemente improvisado el "homenaje" el día de Unionistas, para esto ya me quedo casi sin adjetivos, es decir, vacío.

Hace poco más de 15 años se casaron la mayoría de mis amigos.

En alguna ocasión, para el tema de la despedida de soltero, algún miembro del grupo planteó reunirse a jugar una pachanga entre nosotros para reverdecer viejos laureles antes de irse a cenar y vivir la noche.

Este anuncio del Pontevedra CF me recordó a eso. A una "pachanguita" entre colegas para sudar un poco, reírse de tonterías y hacer hueco para las cervezas y la comida que vendrían después.

Si Charles está al frente de esto no lo entiendo.

Su trayectoria aquí, el número de goles convertidos y la identificación con estos colores de la que siempre ha presumido y que muchas veces nos hizo sentir orgullo, creo que merecen otra cosa, algo mejor.

Espero que esto no sea un precedente de lo que pasará con el brasileño en las próximas semanas. Espero de verdad que si se confirma que pasa a ocupar un sitio en la dirección deportiva de la institución, el brasileño exija su parcela de responsabilidad, su derecho a equivocarse pero trabajando él, su lealtad a un proyecto liderado por una persona que considera su amiga pero con la autonomía suficiente como para que esto no sea el circo impresentable que viene siendo desde hace demasiados años.

Eso siempre que se piense en el "18" para mandar de verdad en los despachos deportivos que con este club no se sabe nunca la verdadera intención de su Presidenta.

Vacío.

Esta vez injusto, lo sé, pero vacío al fin al cabo cuando veo las imágenes de la celebración del ascenso del filial a 3ª Federación.

En el campo de A Xunqueira y, según se ha publicado, con muy poca gente, se festejó ese ascenso y en las fotos, por supuesto, no faltaron ni Presidenta ni el lugarteniente ex "vallero" y ahora "fichador" de uruguayos casi inéditos.

Para eso siempre están. Para las buenas nunca se esconden.

En las malas ni dan la cara, ni asumen responsabilidades, ni ofrecen disculpas, ni llaman a la esperanza en el futuro.

En las malas, la culpa es de los otros. 

De entrenadores, de ¿directores deportivos? o de jugadores. 

Todos ellos, como sabemos todos, aparecieron en Pasarón como por ensalmo, por arte de magia, no los fichó ella con el asentimiento del otro, no los renovó ella con el asentimiento del otro, ella y su colaborador nunca fracasan. 

Fracasa el resto, incluidos esos aficionados ingratos que los critican sin motivo alguno y siempre dirigidos por no se sabe quien ni tampoco para qué.

De todas formas, mi enhorabuena al "pontevedrés" que ha hecho un gran año y obtuvo su merecido premio.

Vacío.

Inmenso vacío al pensar en el partido del próximo Sábado frente al Deportivo de la Coruña.

Mi impresión es que todo estaba dirigido, fuera cual fuera lo que se jugara el Pontevedra en el envite, para que ese día Pasarón se convirtiera en un pequeño Riazor.

Han tenido suerte la Presidenta y su lugarteniente de que el equipo haya llegado descendido al choque pues de lo contrario el ridículo habría dejado lo vivido el día del Racing en un juego inocente de niños.

Ahora, con nuestros huesos en la 2RFEF, categoría en la que a buen seguro cree más la Presidenta que aquella que abandonamos de manera bochornosa, la "invasión" deportivista se convertirá en más inocua, más intrascendente pues solo ellos se juegan algo, quedar terceros en vez de cuartos, y el capítulo infame que podría haberse vivido en Pontevedra se quedará solo en una anécdota.

Merece la pena ir a ver el último espanto granate de la temporada? 

Es necesario infligirse ese daño después de todas las tomaduras de pelo a las que nos ha sometido este Consejo de Administración y este equipo que casi nunca se comportó como eso, un equipo? 

Las dudas resultan muy razonables hasta para el que esto escribe que ha llegado a acudir a Pasarón a ver al Pontevedra hasta enfermo en algunas ocasiones.

Vacío.

Profundo vacío. Depósito a cero en esperanza, en ilusión, en confianza en algo por pequeño que fuera que pueda pasar en el futuro de este Pontevedra cada vez más abandonado y más huérfano de atención por aquellos que podrían empujar mucho más para que se deje de ensuciar la historia y las aspiraciones de esta entidad.

Con la estructura actual del fútbol español, no tendría dudas, hace años, en defender que el Pontevedra CF merece estar más arriba y no en la cuarta categoría del balompié patrio.

Hoy en día reconozco con todo el dolor de mi corazón que mis argumentos en pro de esa teoría han perdido buena parte de su fuerza y su consistencia.

No tengo claro que merezcamos más.

Los 2000  de siempre? El cielo, desde luego. 

Pero... hay algo más que esos irreductibles (que dan la impresión de menguar cada día más) en el Pontevedra CF que puedan hacernos pensar en que nuestro suelo debe estar como mínino en 1RFEF y no en la división inferior?

Está la ciudad en su conjunto defendiendo su equipo de fútbol, (ese que un día llegó a liderar la primera división española) de tanta incompetencia y faltas de respeto al escudo de las personas que lo rigen?

Es una barrera infranqueable que la entidad se haya convertido en SAD para justificar toda clase de incompetencias por la razón de que "el club es de ella y punto"?

No serían los políticos y los prebostes de los medios de comunicación los primeros que pondrían su jeta en lo éxitos y se apuntarían a un bombardeo con tal de salir en la foto?

Vacío, Vacío y soledad atosigante.

No puedo sentir, a día de hoy, otra cosa en relación a mí Pontevedra CF.



martes, 16 de mayo de 2023

El rey desnudo

 Posiblemente muchos de los lectores de este blog conozcan el cuento escrito por Hans Christian Andersen en el siglo XIX titulado "El traje nuevo del emperador", conocido también por el nombre de "El rey desnudo".

En síntesis, el argumento de esta fábula inspirada en otra historia parecida escrita siglos atrás (en el XIV) por el infante D. Juan Manuel en "El conde Lucanor", se basa en la existencia de un monarca preocupadísimo por su vestuario y que se entera que una pareja de italianos eran capaces de fabricar un traje con la tela más suave y delicada nunca vista con anterioridad.

Además, dicha tela tenía la extraordinaria cualidad adicional de convertirse en invisible a los ojos de cualquier mortal lerdo y sin capacidad alguna para ocupar un cargo tan importante.

Evidentemente, no existía tela alguna y los pícaros italianos (mientras simulaban que trabajaban en la ropa) se quedaban con otra "tela" muy diferente, la que estaba destinada a financiar la compra de tan preciado material.

El caso es que el Rey, deseando saber si tendría la capacidad de ver el traje demostrando así su aptitud para ejercer su reinado, envió a un par de asistentes para comprobar si eran quien de visionar la tela.

Los dos lugartenientes, lejos de reconocer que no veían más que una percha vacía, alabaron efusivamente el traje y " se lo llevaron" a su señor para que pudiera "estrenarlo" cuando quisiera.

Era tal la expectación en el feudo cuyo dominio ostentaba el monarca que este decidió estrenar su traje en un día de fiesta y a través de un desfile.

En el día señalado, el monarca que era perfectamente consciente que no era capaz de ver el traje que sus ayudantes le "estaban poniendo" pero que se mantuvo callado para no demostrar su estupidez, salió a la calle con el dichoso "traje" elaborado por los italianos que a esas alturas ya debían encontrarse a muchos kilómetros disfrutando de su botín.

En pleno desfile y en loor de multitudes, el rey se paseó en "pelota picada" entre las miradas y expresiones admirativas de su corte y resto de corifeos que no veían más que su cuerpo desnudo pero que no podían reconocerlo para no mostrar la estupidez real.

Entre tanto halago y tantas alabanzas, se oyó de pronto la voz de un niño que gritó de forma sorprendente: "Pero si va desnudo", provocando que la muchedumbre empezase a reconocer la desnudez de su monarca.

Finalmente, el rey que a esas alturas ya sabía que no tenía encima prenda de ropa alguna, miró para otro lado y terminó de desfilar.

Tenía ganas de comenzar esta triste columna (la primera tras la culminación del descenso matemático del Pontevedra) con esta breve sinopsis de un cuento que resume mejor de lo que parece la situación que padece la institución desde hace ya demasiados años.

Es el Pontevedra CF una entidad regida por una persona que según dicen ejerce su omnímodo poder sobre todas y cada una de las cuestiones que afectan a la sociedad por nimias que estas parezcan.

Una presidenta que, atrincherada en el hecho de que puso el dinero en un momento crítico para la entidad evitando así que una situación muy perjudicial para el club se siguiese sosteniendo en el tiempo entiende justificados toda clase de errores deportivos y sociales aún a pesar de que todos esos dislates estén provocando que el Pontevedra CF se esté convirtiendo poco a poco en un club de regional.

Que la aparición de Guadalupe Murillo en el año 2014 (junto con algún otro accionista mayoritario que ayudó a que se hiciera con el poder), fue buena para un Pontevedra zarandeado en ese momento por Ayuntamiento y Diputación y en el que no se sabía quien mandaba (si es que lo hacía alguien) es algo que jamás se ha negado y se ha reconocido por todo el mundo, incluido el que esto escribe.

Ahora, justifica eso que el prestigio y la solera del Pontevedra CF se despedace más cada campaña deportiva que pasa? Pues claro que no.

Justifica eso que solo importe el accionista (cuanto más fuerte mejor) y que los abonados y resto de seguidores del otrora club sean tratados como meros parias y súbditos palurdos? Pues claro que no.

A diferencia del cuento de Andersen, aquí sí hay traje. Es un traje granate y azul que acumula mucha historia y que es (o por lo menos era) un orgullo para la ciudad y comarca.

El rey, la reina en este caso, juega con un traje que no sabe llevar ni sabe ponerse y no se da cuenta de que no es capaz de vestirlo con la elegancia y respeto que se merece. 

El Rey del cuento va desnudo aunque piensa que lleva un vestido.

La reina del Pontevedra lleva un traje (ese granate y azul) pero lo deshilacha poco a poco hasta quedarse cada vez más con las verguenzas al aire.

Lo que no cambia con respecto al cuento es la actuación del coro de paniaguados y cortesanos que aplauden al monarca y a su vestido aunque lo que ven es solo su carne desnuda.

En el Pontevedra CF pasa lo mismo.

El círculo de la Presidenta aplaude con la orejas, corrobora y asiente ante cualquier disparate presidencial y nadie levanta la voz para advertir a su reina que el traje se desmorona. Que pierde tela cada semana que pasa. Que se va el granate y el azul. Que son retales que es posible que nunca se recuperen.

Junto a ese círculo más íntimo de consejeros, se encuentran otros admiradores de la reina sentados ya sean en la cúpula de los medios de comunicación locales o en otras instituciones a las que suele llamarse "fuerzas vivas" de la ciudad.


¿Existe en este Pontevedra CF de hoy en día ese niño que de forma sincera y hasta graciosa denuncia que el monarca va completamente en pelotas?

Sí, Existe.

Es esa parte de la afición que lleva años denunciando que así no se puede seguir. Que lleva años siendo ignorada, cuando no directamente despreciada, por un Consejo de Administración que no entiende donde está la fuerza interior del Pontevedra.

Es esa parte de la afición que sigue yendo al campo porque no puede dejar de hacerlo. Porque forma parte de su piel y que ve que en vez de recibir agradecimientos por ello solo encuentra como retorno desplantes y mucha soberbia.

También son "ese niño" algunos periodistas de la ciudad que a pesar de que saben lo difícil que resulta criticar al rey en estas circunstancias lo hacen con la fuerza de su pluma o de su voz sin importarle las consecuencias que ello puede acarrear. 

Son periodistas que no son invitados cada vez que los programas deportivos de ámbito nacional acuden a Pontevedra a realizar la "función". 

En esas ocasiones van otros que nunca fallan a esos actos pero que luego (de manera legítima, faltaría más) se limitan a alabar al Madrid por la ochocientas treinta y dos champions conseguidas tras sacar una vez más ese espíritu europeo o a propagar el catecismo futbolístico blaugrana y extenderlo por todo el territorio nacional.

Las últimas muestras de ninguneo y falta total de empatía con ese "niño", que no es otro que la afición que sigue amando a su equipo de fútbol, las hemos tenido estos días.

Primero con una política de precios para el día del Deportivo indefendible y que no se corresponde con la situación de un equipo que (como así ocurrió) podía "perder su vida" en la categoría varios días después.

Luego con un homenaje cutre y por sorpresa a una leyenda histórica del Pontevedra CF como es Charles Días. 

Cómo no se organizó dicho acto con días de margen y convenientemente publicitado para que todo el mundo supiese de antemano lo que iba a pasar?

¿Por qué se escoge el partido contra Unionistas y no el del Deportivo que sí será el último del jugador y que además podría haber supuesto un acicate para aquellos abonados desencantados por el descenso y que dudan si acudir ese día a Pasarón?

¿Es posible que la Presidenta y su grupo de asistentes "asentidores" hayan utilizado la figura de Charles para extender una cortina de humo ante el descenso que podía ser matemático (como a la postre lo fue) y desviar la atención?

Lo más reciente ocurrió entre la tarde- noche del Domingo y la mañana del Lunes.

A mucha gente le extraño que la entidad no hubiera publicado mensaje alguno en sus cuentas de redes sociales aunque fuera solo para agradecer el apoyo en esta temporada tan difícil y mandar algo de esperanza para el futuro.

El colmo de la indecencia y del pisoteo del seguidor llegó el Lunes cuando comprobamos que el primer tweet tras el descenso era este : "LUNS.Comezamos a semana con adestramento en Pasarón" y unas fotos de dicho entreno.

Se puede llegar a caer más bajo en la manifestación de empatía con una masa social?

A qué viene tanto vapuleo, tanta iniquidad y tanta indiferencia ante los legítimos sentimientos deportivos de una gente que ha visto confirmada la pérdida de categoría de su equipo'

No hay palabras realmente para describir ya esta situación.

El rey o la reina está desnuda.

Pocos lo vemos, pocos lo denunciamos pero yo no quiero acabar este escrito sin agradecer a todos aquellos que con respeto pero con firmeza alzan la voz en defensa simple y sencillamente de lo más importante, el Pontevedra CF. 

 

   

lunes, 8 de mayo de 2023

Entre "Libasses, "Gonzas" y humillaciones constantes.

 No hacía falta ser Nostradamus para para adivinar lo que pasaría en Talavera si el Pontevedra CF no salía al terreno de juego con unas mínimas hechuras de equipo serio.

La semana pasada en este mismo espacio exponía la opinión de que lo ofrecido ante el Sanse (especialmente en la primera mitad) y en la gran mayoría de los últimos 9 desplazamientos realizados, no sería suficiente para salir airosos de El Prado y continuar con vida una semana más.

Repito, no hacía falta convertirse en el famoso profeta anteriormente citado (ni siquiera en Aramís Fuster o en Carlos Jesús el de Raticulín) para predecir que si el equipo no mejoraba, la única conclusión posible es que tendría poco que hacer en el campo del colista.

No hay más que leer las declaraciones de algunos de los futbolistas tras el choque para concluir que la primera parte volvió a ser un auténtico desastre en la que se encajaron dos goles que pudieron ser cuatro.

Incluso alguno de esos jugadores (o por lo menos en la transcripción que aparece hoy en prensa de sus palabras) llegó a decir sin ambages y florituras que el partido se había planteado muy mal. El autor de esas palabras, Yelko, debe tener una relación con el entrenador que convierte en menudencias la que tenían hace tantos años Angela Chaning y Chase Gioberti entre aquellos inolvidables viñedos americanos de Falcon Crest.

Claro que una cosa es que a este atribuladísimo bloguero no le sorprendiera demasiado que el Pontevedra acabara cayendo otra vez derrotado lejos de casa, y ello aún a pesar de lograr empatar el partido a dos goles antes de que todas las costuras precariamente parcheadas con ese empate volvieran a saltar por los aires.

Eso, insisto, es una cosa.

Y otra cosa es que ni siquiera este columnista aficionado, resignado ya hace algunas semanas a que su equipo vuelva a transitar por la tercera división antigua que es la 2RFEF, podría imaginarse que junto a otra dolorosa derrota volviera a producirse otra provocación intolerable y asquerosa que no se merecen en ningún caso los aficionados del Pontevedra CF, ni los que fueron a Talavera (desde aquí mi admiración absoluta hacia ellos) ni los que nos quedamos en casa.

No se puede interpretar de otra manera la entrada al campo de Gonzalo Bueno al campo en el minuto 92 y ya con 4-2 en el marcador, como otra "metida de dedo en el ojo" por parte del entrenador a la gente.

Si la entrada de Gueye el día del Mérida en casa perdiendo 1-5 significó meter la mano en la herida y hurgar en ella con denuedo y sin ninguna clase de piedad, sacar a Gonzalo en esas condiciones significó, otra vez, abrir una cicatriz no consolidada del todo para retorcer de nuevo la herida por puro capricho y un "ensañamiento" inexplicable.

Vaya por delante que el futbolista no tiene la culpa absolutamente de nada.

Es más, al que esto escribe le habría encantado que este jugador llegado a mediados de Febrero y que estaba en paro, hubiera aportado y mejorado la velocidad y calidad del grupo por las bandas y que su presencia le hubiera dado un plus a la plantilla.

Eso es aparte. Al jugador le hacen una oferta y la acepta, a buen seguro, con toda la ilusión del mundo.

Ahora bien, un tema diferente es quien le trae pensando en que reforzaba algo para luego no jugar más que un minuto tres meses después de su llegada cuando el descenso ya es virtual o quien le hace debutar de esa manera para dar la impresión de que se está riendo de todas esas personas que hoy lloramos y penamos por un descenso que ya resulta inevitable.

Muchas veces se dice que descender siempre es muy duro pero que hay formas y formas de hacerlo.

La que ha elegido el Pontevedra CF no puede ser más cruel para la gente que todavía le quiere.

A los lamentables resultados cosechados fuera de casa, (siete puntos, SIETE, en toda la Liga cuando solo queda una salida) se unen estas decisiones absolutamente indefendibles, completamente vergonzosas que por lo menos al que esto escribe le sumen en una indignación y un estupor de dimensiones gigantescas.

¿Qué demonios está haciendo Gueye aquí después de su "espantada," que además llegó justo cuando el equipo parecía reaccionar por lo menos en casa con Señor? 

¿Cómo es posible que Guadalupe Murillo permitiera que este chaval (que tampoco es culpable del descenso pero alrededor de cuya figura el Consejo ha vuelto a demostrar que poco o nada le importa la imagen de esta institución) volviera a vestirse la camiseta granate? 

¿Cómo es posible aquella sustitución frente al Mérida que acentuó muchísimo el disgusto que ya tenía la afición de Pasarón?

¿Cómo puede mandarse a Calahorra en el mercado de invierno a un jugador adaptado aquí, renovando además su contrato antes por una temporada y no traer en ese mercado a nadie para sustituirle?

Cómo puede traerse 15 días después del fin de ese mercado a un futbolista en paro que no había jugado nada desde que llegó, hasta el minuto de ayer cuando han transcurrido casi 3 meses desde entonces?

Cómo puede hacérsele debutar el día en que te vas virtualmente a 2RFEF en el minuto 92 y palmando 4-2, coincidiendo además con una muy buena pregunta de un periodista local dos días antes sobre él contestada con displicencia y desgana por el entrenador?  

Por qué Señor que al llegar parecía un maestro zen, un preparador personal de Daniel Larruso en "kárate kid", un "Sidartha" convencido en aumentar la confianza, la moral y demás historias,  poco a poco ha mudado en una serpiente de dos cabezas por las que parece que hablan Murillo por una y Feáns por otra?

El descenso es un fracaso absoluto, sí. 

Pone de manifiesto el deterioro que a todos los niveles está experimentando un Pontevedra que no es capaz de sostenerse en la tercera categoría nacional por muchos 40 equipos y no 80 que la compongan. 

Se ha elaborado una plantilla de 2RFEF para jugar en 1RFEF y lo normal, lo lógico, es que su destino sea retornar a la categoría de la que llegó.

Se ha jugado toda la campaña con los mismos que la pasada, más Borja y Bastos. El primero no ha sido sino la sombra del que conocimos en 2019 y el segundo empezó muy bien pero luego, tras su lesión y con el equipo ya en barrena, adaptó su rendimiento al resto.

No se quiso rectificar en invierno, es más, se empeoró la situación y pasamos a tener todavía peor plantilla en un caso que no debe tener demasiado parangón en el fútbol español.

Todo eso es cierto. 

Pero también lo es que esto es un deporte, que los descensos existen y que debemos aceptarlos aunque nos duela y nos corroa tanta incompetencia y tanta incapacidad para confeccionar un Pontevedra CF serio.

Lo que no es aceptable ni justificable ni puede entrar dentro de cabeza humana es que además de bajar te humillen, se rían en tu propia cara y te provoquen desde dentro.

No solo Lupe Murillo debería tomar la decisión de marcharse por los motivos deportivos que han llevado hasta el descenso sino que también debería hacerlo por permitir y tolerar que a la que debería ser su gente (dudo que ella nos considere así) se la tome el pelo de esa forma.

De hecho, ella tiene a Feáns de lugarteniente, ella permitió aquellas 6 jornadas con Toni de técnico y ella trajo a un Señor cuyo comportamiento está dejando mucho que desear.

Y sí.

Antes de terminar lo diré.

Ya sé que todavía no es matemático.Ya sé que hay que seguir persiguiendo la quimera.

Ya sé que ganando los 3 que quedan ( madre mía) y hasta cuatro de nuestros rivales no ganan casi nada, todavía sería posible.

Ya. Ya lo sé. 

Lo que también sé es que Cacharron (uno de los pocos que han estado más o menos al nivel este año) es claro también en la prensa. "Estamos ante una misión imposible", declara hoy el guardameta en Diario de Pontevedra.

Pues ya sabemos lo que hay que hacer entonces. 

Llamemos a Tom Cruise. Que se vista de Ethan Hunt y a por todas. 

  

martes, 2 de mayo de 2023

Entre tanta tristeza, sonó la flauta.

Leía hace unos días en la red social twiter un dato escalofriante a la par que esclarecedor que ofrecía la cuenta Datos PCF, especializada en ofrecer estadísticas acerca del Pontevedra CF, sus resultados, goleadores, etc.

Informaba dicha cuenta en los días posteriores a la derrota en San Fernando, que había que remontarse a 2003 para encontrar la última vez que el Pontevedra había recibido 9 goles en dos partidos consecutivos.

Esos partidos de 2003 fueron los dos últimos del play off de ascenso a segunda división de aquella campaña 2002/2003 en la que los dos equipos en liza, Pontevedra y Baracaldo nada se jugaban ya, al haber perdido todas las opciones de subir en los primeros cuatro encuentros de la promoción.

El equipo venció 3-4 en Euskadi y luego, en un partido más cercano a una pachanga veraniega que otra cosa, perdió nada menos que 5-6 ante el conjunto vasco en el Estadio Municipal de Pasarón al más puro estilo J. Aurelio Gay, sobre todo, en aquellas fechas en las que nada había en juego.

Encajar 9 goles en dos encuentros seguidos nunca es bueno y tampoco serio pero si te juegas poco o nada existe la circunstancia atenuante de la intrascendencia clasificatoria, atenuante que se convierte en agravante si esos 9 tantos los recibes jugándote literalmente la vida en la tabla.

Así, afrontaba el Pontevedra CF el partido del pasado Domingo ante el Sanse. Después de sufrir una humillación en toda regla en su propia casa ante el Mérida y volver a ser un desastre como equipo en defensa en la villa gaditana de S. Fernando.

La incógnita (por lo menos para el que esto escribe) era comprobar cómo iba a afrontar el Pontevedra este nuevo partido en casa con la clasificación tan cuesta arriba que cualquier tropiezo ante los madrileños, siquiera en forma de empate, podría convertir el descenso en virtual.

La primera circunstancia que llamó la atención tanto de este atribulado bloguero como la de ese par de amigos que todavía comparten conmigo el vicio de acudir regularmente a Pasarón, fue el evidente aislamiento de Yelko no ya de los titulares que se afanaban en el calentamiento previo al choque sino del resto de suplentes que hacían rondos o charlaban entre sí con aparente normalidad.

Por contra, el jugador vigués (único convocado que portaba impermeable por encima de la sudadera) caminaba solitario contemplando las gradas sin compartir palabra alguna con otro ser viviente.

"Me parece que hoy tampoco lo veremos jugar", concluimos en ese instante e incluso ratificamos ese pensamiento tras volver a verle en el descanso ajeno por completo a los ejercicios con balón del resto de los suplentes.

 Como es sabido, nos equivocamos pero presenciar eso, sobre todo antes del partido, no hizo sino volver a recordarnos lo opaco que resulta este club y lo extremadamente extraña y "random" que está resultando esta temporada.

El caso es que con el comienzo del partido lo que más me llamó la atención y volvió a colmarme (lo reconozco) de bastante indignación y hartazgo, fue la sensación de apatía, de lentitud exasperante y nulo ritmo de juego que empezó a ofrecer el equipo.

Por encima de que Señor volvió a optar por los tres centrales (con Araujo de central izquierdo); por encima de que las bandas aparecían abiertas para Bastos (que volvió) y Alex; por encima de que Brais volviera a jugar por dentro junto a Borja y Román por detrás e incluso por encima de jugar con dos puntas, con Casais acompañanado a Charles.

Por encima, insisto, de todos esos detalles tácticos lo que aparecía sobre el césped era un equipo que aparentaba por completo carecer de espíritu o de garra, que jugaba andando y del que se desprendía una sensación de tristeza y resignación con la situación que vive absolutamente desesperante.

Y a consecuencia de lo anterior pasó lo único que podía pasar, que el rival se fue imponiendo, fue ganando la gran mayoría de duelos existentes en el partido y empezó a acumular llegadas hasta que logró adelantarse en el marcador.

Pudo hacerlo pronto pero lo evitó Cacharrón en un uno contra uno contra el punta madrileño. Pudo hacerlo después en otro desajuste defensivo en el que no supieron aprovechar la clara ventaja que habían sacado dando tiempo a la defensa a achicar agua. Y acabaron haciéndolo en un saque de banda, que pareció un córner,  y que provocó un mal despeje de Alex González que como es habitual estaba siendo la única excepción al juego plano de sus compañeros. 

El balón acabó por llegar a un jugador visitante que con tres granates encima (incluido un Román que lleva algunos partidos que no parece él mismo) se las arregló para hacerse hueco y fusilar a Cacharrón.

Todo esto pasaba mientras los espectadores que allí estábamos presenciábamos el partido entre un silencio atronador y diversos cánticos contra el Consejo que llegaban del fondo Norte.

Un ambiente de descenso de manual que hacía juego con la imagen penosa y desprovista por completo de rebeldía que el equipo estaba dando en la hierba.

Para completar el desastre, Brais debía abandonar el campo tras un golpe en la cabeza con un rival y Rubio ocupaba su puesto.

Todo iba cuesta arriba hasta que sobre el minuto 45 una arrancada del de siempre acaba con un balón que pierde por querer encarar a un rival en el uno contra uno (algo que no abunda demasiado ahora mismo en nuestra plantilla), el balón tras rechace y pase de un compañero le vuelve a llegar a Alex que conecta un disparo rápido con su zurda que sorprende a un guardameta que pudo hacer algo más en ese lance.      

El caso es que el empate llegaba al marcador casi de manera inexplicable y esa vela (las de dar luz, no las de los barcos que ya están rasgadas hace muchos meses) volvía a coger un poquito de llama cuando estaba a punto de apagarse del todo.

Nada más comenzar el segundo tiempo (y como es ya tradición de la casa) el rival casi hizo el segundo en un balón que debió despejarse antes pero que acabó con un disparo en buena posición de un jugador madrileño que se marchó fuera.

Pero lo cierto es que después de esa jugada el equipo mejoró e hixo sus mejores diez o doce minutos de la tarde. 

Se ganó algo (un poquito, no exageremos) de dinamismo, Borja se acordó que cuenta con calidad para mover la pelota y sobre todo Alex apareció por esa banda izquierda, asociándose bien con Casais que caía por esa zona, y crear peligro aunque sin premio en el marcador.

Cuando mejor estaba el equipo y por fin se daba la sensación de poder marcar de nuevo, llegó un doble cambio que no mejoró al Pontevedra pero que por esas cosas que tiene el fútbol acabó por resultar decisivo.

Rufo sustituía a un gris y bastante desaparecido Charles y Yelko relevaba a un Casais que en ese momento del partido estaba siendo importante y cuyo cambio (por lo menos a mí) extrañó un poco.

Con esos cambios el Pontevedra no fue a más y las llegadas sobre el área rival fueron espaciándose de nuevo.

No obstante, al rival empezó a notársele algo cansado y sobre todo con las dudas que provoca su situación clasificatoria. Con el paso de los minutos se fueron arrinconando más en su parcela y el Pontevedra, aunque sin peligro, rondaba el área contraria en busca de un golpe de suerte.

Y esa fortuna llegó en forma de claro penalti de un defensor sobre Yelko cuando este trataba de controlar un balón dentro de la zona de castigo. El jugador del Sanse lanzó su pierna y en vez de pelota encontró al cuerpo del menudo jugador granate que en el día de su reaparición protagonizaba esta jugada tan importante.

No estaba Charles y el turno debía ser obligatoriamente para Rufo  y lo fue.

El "pelado" cogió la pelota, aguantó las triquiñuelas de los contrarios para retrasar el lanzamiento y transformó la pena máxima con aparente tranquilidad engañando por completo al meta rival.

Quedaba un cuarto de hora y había que aguantar como fuera.

El público que había recibido por lo menos algo de su equipo en el segundo tiempo. Que había visto que por lo menos se quería morir en área contraria y no disolverse sobre el césped como un azucarillo, ayudó también lo suyo para presionar y alentar a sus jugadores y ese tramo final terminó sin que el Sanse fuera capaz de generar ocasiones claras.

Fueron minutos en los que Rufo (quizá venido arriba por el gol) supo aguantar y forzar alguna falta en campo contrario que daban vida; en los que Alex siguió corriendo, luchando e incluso sacando balones en defensa; en los que los defensas no se quebraron y se mostraron firmes con la ayuda en los últimos instantes de un Derik que por fin se hizo fuerte por arriba; minutos, en definitiva, en los que pareció otra vez que el equipo creía, siquiera un poquito, en que el milagro todavía es posible.

Por cierto, mira si fue un error descomunal de Señor dar entrada a Gueye con 1-5 el día del Mérida provocando con ello al personal que ayer, con un partido en los últimos minutos más acorde a las características del africano, no lo metió en el campo.

El error no lo cometió el Domingo Señor, el error lo cometió hace 15 días. 

Muy elocuentes fueron, por otra parte, los gestos y actitudes de los futbolistas una vez el árbitro señaló el final del partido.

Se les notaba más hundidos y desesperados por la derrota a los visitantes que contentos y confiados a los nuestros por la victoria, todo ello insisto, externamente.

El caso es que sonó la flauta.

Esa flauta que suena muy pocas veces cuando un equipo no hace demasiados méritos para ganar pero acaba haciéndolo. 

Si el equipo sale al campo como lo hizo frente al Sanse será muy complicado, complicadísimo, que esa flauta vuelva a sonar en Talavera el próximo Domingo.

Da igual que los talaveranos estén virtualmente ya en 2RFEF. Da igual que acaben de recibir la friolera de 7 goles en casa en su último partido. 

Da igual todo eso.

Si el Pontevedra vuelve a salir a un campo a deambular, a andar, esa flauta muy posiblemente permanecerá muda.

Lo hicimos (caminar por el campo) frente al Mérida y nos "cayó la del pulpo".

Lo hicimos anteayer a lo largo de la primera parte pero el flautista de Hamelín hizo sonar su instrumento.

Vuelvo a las interesantísimas estadísticas de Datos PCF.

Hemos perdido las ocho salidas en 2023. Y así no podemos seguir. Es imposible hacer nada sin revertir este dato en Talavera y Badajoz

Repito. 

O salimos de otra manera en el Municipal de El Prado o no habrá absolutamente nada que hacer y el descenso será ya virtual.