miércoles, 29 de julio de 2020

Oh capitán, mi capitán¡¡. En homenaje a Edu, Alex y Alberto.

He comentado ya en anteriores ocasiones la intensa relación que me une desde muy pequeño a este deporte (ahora cada vez más, negocio) que se llama fútbol.
Descubrirse con siete u ocho años con los ojos envueltos en lágrimas por una derrota de tu equipo o con el corazón desbocado por la emoción de una victoria quizá pueda atribuirse a la inocencia del niño que poco a poco se abre a nuevas vivencias y que empieza a darse cuenta de que ese mundo alrededor de un balón, 22 jugadores y dos porterías le va atrapando sin remedio.

Cuando el paso de los años deja atrás la infancia, la adolescencia e incluso la juventud pero esos sentimientos tan profundos hacia un escudo y una camiseta no menguan con la madurez sino que se robustecen y se acoplan como una segunda piel al organismo, aquel chaval que ahora ya peina canas, acumula demasiados kilos y demasiadas decepciones en la vida, sabe que hasta el día que se muera va querer y respetar esos colores que a lo largo de toda una vida le han acompañado y ofrecido un rincón de ilusión y esperanza en el que refugiarse.

Es precisamente ese respeto hacia el sentimiento, hacia la institución cada vez más veterana, hacia una historia cada vez más legendaria, el que provoca que como cualquier otro aficionado que sufre y vive con su equipo, me identifique con aquellos jugadores que se dejan todo el sudor sobre el terreno de juego y a veces me exaspere (por suerte, pocas veces) con aquellos otros que parecen pulular por el césped con algo de plomo sobre sus piernas.

El que esto escribe es el primero en exigir esfuerzo, dedicación y motivación a cualquier futbolista que tenga el privilegio de vestir la camiseta granate pero también será de los primeros en reconocer ese trabajo y sudor al jugador, incluso al margen del mayor o menor acierto que haya podido tener ese día en el estadio.

En el día de hoy el Pontevedra CF ha comunicado las bajas para la temporada que viene y entre ellas se encuentran la del capitán del equipo, Edu Sousa y la de otros dos jugadores especialmente relevantes en los últimos años como Alex Fernández y Alberto Campillo.

No, no es que el trabajo honrado y agradecido de hombres como Berrocal, Nacho López, Pedro Vázquez etc no merezca reconocimiento. 
Lo merece y desde este blog se les desea lo mejor para el futuro y se reconoce ese trabajo que esta últimas temporadas han desarrollado.

Sin embargo, hay jugadores especiales. 

Quizá a lo mejor más especiales para unos aficionados que para otros pero a fin de cuentas especiales para el que esto escribe y por ello no podía dejar de escribir unas líneas sobre ellos en este día en el que se ha hecho pública su no continuidad en el Pontevedra.

Quizá algunos de los que lean esta columna se acuerden de la maravillosa película "El club de los poetas muertos" y su escena culmen en la que varios alumnos se rebelan ante el Colegio en el que cursan y se suben a sus mesas desafiando la ira del Director, declamando la primera estrofa de aquel poema de Whitman escrito en homenaje a Lincoln. 

Oh capitán ,mi capitán¡¡, van gritando cada uno de ellos al encaramarse a los pupitres en reivindicación de su querido profesor Kitting que les enseñó a amar la poesía y que había sido injustamente despedido.

Ni el Pontevedra es un colegio, ni Edu Sousa es un profesor apasionado de la enseñanza ni nada por el estilo pero lo cierto es que no se me ocurría mejor expresión que la utilizada por aquellos alumnos para loar el trabajo y la presencia de Edu Sousa en el equipo durante estos últimos 8 años.

¿Cómo olvidar aquel día de Marzo de 2015, pocos días después de recibir una de las noticias más terribles para una persona, en el que nuestro capitán decidió salir a jugar y resultó decisivo para el triunfo final atajando un penalti y protagonizando alguna otra parada magistral?

¿Y aquellas paradas absolutamente decisivas frente al Haro Deportivo en Pasarón y con la eliminatoria todavía en contra que mantuvieron a flote al equipo hasta que llegaron los goles que nos sacaron de la pesadilla?
¿O esa temporada 16/17 en la que su rendimiento fue extraordinario?

Se podrían citar más ejemplos pero lo único cierto es que la gran mayoría de los aficionados granates siempre hemos visto al capitán como "uno de los nuestros", como alguien que además del rendimiento en el campo ofrecía cohesión y unidad al grupo, detalle que no resulta ni mucho menos baladí.

Echaremos de menos sus paradas, sus cabalgadas casi hasta el centro del campo cada vez que encajaba un gol para despertar al equipo y tantas veces en las que "venían malas" y el capitán salía a la palestra para dar la cara.

Desde este blog que siempre ha sido muy de Edu y que hoy rezuma tristeza, no se le puede desear más que la mejor de las suertes para el futuro.

El mejor Alex Fdez que yo he visto desde que está en Pontevedra fue el de su primera temporada hasta que se lesionó. 
Aquellos meses de 2015, el centrocampista vigués desplegó toda su fuerza sobre el terreno de juego,esa llegada al área contraria que conocemos pero también una capacidad de circulación de pelota realmente apreciable.
En las temporadas siguientes fue alternando titularidades( las menos) con muchas suplencias pero tuvo tiempo de marcar goles espectaculares como uno que sigo recordando frente al Osasuna B en Pasarón la temporada 16/17 que terminó en play off.   

Ha sido Alex desde su segunda temporada aquí, ese jugador que apenas aparecía en el once titular pero que cuando llegaban los problemas y los resultados faltaban, terminaba jugando casi siempre por su capacidad para afrontar "el toro por los cuernos" y aportar la personalidad de la que en algunas fases de los últimos tiempos hemos estado algo cortos.

Se ha hecho un hueco poco a poco en el corazón de la afición y aquellos que conocen las interioridades del vestuario le reconocen mucha importancia en la temporada 17/18 en las que nos íbamos a pique y dentro del vestuario "hubo que poner firme a más de uno".

Han sido cinco temporadas las de Alex Fdez aquí y por su implicación además de por esa labor igualmente vertebradora del grupo, merece ese reconocimiento y ese recuerdo agradecido en este blog.

Por último, Alberto Campillo,al igual que Edu otro de los participantes en el ascenso desde 3ª. 
La impresión que tengo desde fuera con Campillo es la de ese hombre con el que puedes contar si necesitas que alguien te defienda.
Si necesitas protegerte y que sea él el que reciba los golpes de la "turba", no pestañeará y saldrá primero "repartiendo mandobles" hasta que hayas podido escapar mientras se retuerce rodeado de enemigos.

Ha sido el "multiusos" de la defensa taponando agujeros ya sea por el centro, por la derecha e incluso en ocasiones por la izquierda.
El año del ascenso fue titularísimo y desplegó toda su garra y fuerza sobre la hierba.

Ojalá le vaya bien también a Alberto Campillo.

Se marchan hombres importantes del Pontevedra CF.

Sí, ya se que algunos (sin ir más lejos Alex y Campillo) no jugaban muchos minutos pero sin duda aportaban dentro de la plantilla esa experiencia, conocimiento del entorno e identificación que no es fácil de conseguir.

La temporada que viene (a saber si pude disputarse con cierta normalidad) es vital por la creación de la "pro" especialmente.

El Pontevedra CF necesitará, en primer lugar, muy buenos jugadores que sepan y tengan capacidad para afrontar este desafío pues de no estar como mínimo en esa "pro" se habrá descendido a efectos prácticos.

Ahora bien, también necesitará no descuidar su "guardia pretoriana". Aquella parte de la plantilla que conozca esto y que haya empezado a quererla como los que hoy se van.

Gente como "Churre" o  Alex Glez tendrán que ser los primeros en empezar a coger ese relevo. 

Espero que quieran y sepan hacerlo, esa labor dentro del vestuario resulta también muy importante.

Y como va de agradecimientos, no quiero terminar esta entrada del blog sin mostrar uno más con aquellos grandes aficionados granates que en redes sociales han dejado patente su profundo malestar con un Consejo de Administración que ha mantenido en el oscurantismo más intenso a la entidad durante demasiado tiempo.

La "diarrea"de "tweets" publicados hoy por el Pontevedra CF en gran parte se deben a esa masa social que exige respeto ya no a ellos sino a esa historia del Pontevedra CF que es demasiado grande e importante para que se la intente pisotear de esta forma tan lamentable.