lunes, 18 de octubre de 2021

La suprema dificultad de hacer las cosas bien y sencillas

Terminar en la primera posición en casi cualquier categoría de nuestro fútbol resulta realmente difícil

Creo que esta premisa podrían firmarla casi todo aficionado a este deporte que lleve años comprobando como a pesar de los presupuestos y el poder económico que tengan determinadas entidades, las sorpresas están a la orden del día y las "heroicidades" de equipos modestos suelen ocurrir con alguna frecuencia no  ya solo manifestadas en partidos concretos sino también en clasificaciones completas.

Es posible que la 1ª división no responda exactamente a este planteamiento en las últimas décadas. 

La intencionada manera de "teledirigir" la Liga española por sus regidores para que casi todo se convierta en un "tete a tete" entre el Real Madrid y Barcelona ha restado en buena parte ese electrizante componente de imprevisibilidad en la competición y provocado que circunstancias como las del Valencia hace ya más de quince años o Atlético de Madrid en la actualidad parezcan claramente una anomalía.

¿Se imaginan, por ejemplo, cuatro años seguidos sin que la Liga la ganasen ni blancos ni blaugranas como pasó a primeros de los 80 con los equipos vascos? Ahora no es que resulte imposible es que los dirigentes de los que antes hablábamos entrarían en pánico ante tal desplante de los "comparsas".

Volvamos, no obstante, al fútbol modesto.

Dos enormes instituciones como el Deportivo de la Coruña (campeón de Liga y Copa, entre otros trofeos) y el Racing de Santander con más de 40 temporadas en Primera, compiten ahora en 1ª Federación con el casi obligado objetivo de volver a la segunda división española.

Deportivistas y santanderinos ya comprobaron el pasado año (para desgracia racinguista, el equipo cántabro llevas más tiempo siendo consciente de ello) que la 2ªB no era una broma y tuvieron que clasificarse para esta 1ª RFEF vía fase intermedia, aquella que disputaban los que no pudieron colarse para jugar por el ascenso.  

Esta campaña pelean en la zona noble de la tabla pero ya han comprobado en sus carnes como cualquier "tonto hace un reloj" y han perdido puntos de manera dolorosa.

No tendrán fácil ser primeros y colocarse de nuevo en un lugar no tan discordante con su formidable historia.

La 2ª RFEF no cuenta con el nivel de la categoría inmediatamente superior, no nos engañemos.

En mi opinión, dicho nivel está incluso un punto por debajo de esa 2ªB de 80 equipos en la que tantísimos años hemos competido.

Aún así, el primero subirá directamente y a pesar de ese nivel no demasiado elevado, el Pontevedra lo tendrá muy complicado y deberá "sudar sangre" si quiere hacerse con ese lugar ansiado que nos subiría un peldaño de forma directa.

¿Tenemos mimbres para optar a ese primer puesto? En mi opinión, sí.

¿Hay defectos en esta plantilla que evidentemente ha tenido que sufrir recortes económicos por el descenso? En mi opinión de aficionado, sí. Existe algún agujero.

Ahora bien, si se hacen las cosas bien en el campo; si nos respetan las lesiones en determinadas parcelas del césped y si la concentración reina a lo largo de todos los minutos de los partidos, el Pontevedra sí debe luchar por ese puesto de privilegio que nos ahorraría un play off en campo neutral y eliminatorias a un partido creado por aquellos que solo buscan réditos económicos para ellos mismos y no para los componentes de la competición que organizan.

En estos dos últimos partidos de Liga en los que se han logrado las dos primeras victorias y las dos primeras "porterías a cero", el Pontevedra ha colocado la primera piedra en su tarea casi obligada de pelear hasta el final por el liderato.  ¿Cuál ha sido esa piedra? Hacer las cosas bien y sencillas.

Esto (lo de hacer las cosas bien y sencillitas) es fácil decirlo pero hasta el partido de Luanco no estaba resultando nada asequible pasarlo a la práctica.

Tiene el Pontevedra (en opinión, repito, de aficionado) una plantilla diseñada para tener la pelota, defenderse con ella y tratarla de tal manera que sea frecuente encontrar posibilidades para que sus 2 delanteros puedan encontrar el gol.

No la tiene (o en principio eso ha parecido en este comienzo de campeonato) para dejarle el balón al rival y replegarse con orden para formar una buena muralla defensiva y tratar de sorprender a la contra.  

En esos 5 primeros encuentros que tanto nos preocuparon y que debemos tener siempre presentes como muestra de lo que puede ocurrir si  no se hacen las cosas bien, el equipo regaló lo indecible en la faceta defensiva.

Lo hicimos a balón parado defendiendo con la mirada aquella falta de Móstoles o las de casa frente a Leganes B y Arenteiro.

Lo hicimos tragándonos 2 balones largos y sin rumbo de manera absurda también en Mostoles y también frente al Leganés aquí.

Y lo hicimos perdiendo por completo la pelota en Carballo cuando el partido solo podía ser nuestro, defendiendo de manera lamentable los centros laterales que fueron ejecutados y posteriormente rematados con extrema facilidad por el rival.

En algunos de esos partidos el Pontevedra no estuvo mal con el balón. 

Todo lo contrario Fue mejor, creó ocasiones y marcó un número suficiente de goles que deberían habernos llevado al triunfo.

Este atribulado bloguero excluiría el partido frente al Leganes B y la primera parte frente al Arenteiro. Sinceramente, ahí hay poca o nula defensa para el equipo.

En cambio, no haber ganado en Mostoles se debió a nuestros errores; no haber ganado en Carballo se debió a nuestros errores e incluso en los últimos 20 minutos contra el Arenteiro se pudo remontar el partido.

En esos partidos el Pontevedra con el balón en su poder hizo algo parecido a lo realizado el Sábado pasado ante el Llanera al que se le ganó con facilidad.

La diferencia estuvo en que no se cometieron fallos absolutamente demenciales atrás que permitieran que el rival se pusiera por delante, se hiciera fuerte y nos complicara muy mucho la vida.

Sí. Sé perfectamente que el humilde equipo asturiano del Llanera es ahora último y que el Pontevedra debe casi siempre ganarle sobre todo en Pasarón.

Ahora bien, también digo que el Leganés B no me pareció nada del otro mundo y solo nuestros "tiros en el pié" provocaron que acabaran venciendo. 

Es, en mi opinión, este Pontevedra un equipo que juega diferente al que hemos visto en los últimos años.

Los equipos de estas campañas anteriores buscaban llegar al ataque de manera más fulgurante, más eléctrica. Buscaban la presión en zonas dañinas para el rival y a partir de ahí transicionar rápidamente en ataque para encontrar las posiciones de gol.

La impresión que me da este Pontevedra con el paso de los partidos es que lo que se busca es encontrar esos espacios no con esa presión agobiante y la velocidad subsiguiente sino a través de una posesión del balón más pausada, mucho más elaborada para tratar de descolocar al rival y penetrar en ese momento utilizando la profundidad.

El Sábado, por ejemplo, el Pontevedra utilizó la paciencia para tocar y tocar en medio campo hasta encontrar superioridades que permitían dotar a ese juego combinativo de la necesaria profundidad para no convertir el fútbol en balonmano y como es lógico crear esas ocasiones que produzcan el gol.

No se consiguió siempre ni mucho menos y la sensación a veces fue la de juego excesivamente lento y además dificultado por el calamitoso estado del terreno de juego.

Sin embargo, si hubo lances en los que la combinación logró el fruto de descolocar al contrario y se vio acompañada de la ya citada profundidad dotando a ese juego de toque de la peligrosidad y el marchamo de gol que convierte a ese fútbol en atractivo.

Si por el contrario no se consigue dotar a esa forma de juego con esa electricidad en los últimos metros, el partido puede convertirse en lo que fue la primera parte frente al Arenteiro en la que además de regalar atrás, no fuimos capaces en ningún momento de quebrar la defensa contraria cayendo en la desesperación.

En Carballo, a pesar de las dificultades del escenario, también se trató de jugar así y lo cierto es que hasta que se hizo el Pontevedra fue mejor. Luego ya sabemos lo que pasó.

Hacer las cosas bien y sencillas.

Con tu estilo que este año parece como se ha dicho diferente. Tocando hasta la saciedad si es necesario para hallar los caminos que nos lleven a Charles y Rufo. Divirtiendo a veces si ese toque es rápido y las llegadas muchas. Aburriendo en ocasiones si no se encuentran esos pasillos y se le sacan las costuras a la pelota de tanto sobarla.

Ahora, sin caer en errores infantiles en zonas vulnerables del terreno de juego como la salida de pelota; sin regalar en el juego aéreo defensivo como ha pasado hasta ahora; sin tragarse pelotazos de 40 metros sin sentido por una nula atención a las vigilancias defensivas.

Se perderán partidos aún haciendo bien las cosas, eso está claro.

Habrá equipos que intentarán sacarnos la pelota para hacernos sentir incómodos.

Habrá otros días en los que la pelotita se niegue a entrar ni una sola vez en la portería rival aún teniendo oportunidades de sobra.  

Ahora, tratemos que esos puntos que se van a tener que ir porque el fútbol es y seguirá siendo siempre fútbol con sus imponderables asociados, se vayan más por virtudes del rival que por deméritos propios.

Que cuando se pierda nos cabreemos y nos desilusionemos pero que no metamos también en la mochila la sensación de que lo hemos dejado ir nosotros mismos.

El camino será difícil, eso está claro.

Como dice esta columna al principio, ser primero en casi cualquier categoría es muy complicado pero no nos quitemos nosotros mismos "boletos" para conseguirlo arrojándolos a la basura de nuestra propia casa. 

Que si el rival nos quiere arrebatar esos "boletos" lo haga por que haya sido mejor; porque lo haya merecido.

Para terminar un dato esperanzador y que deja bien a las claras que nuestro "Rufles" este año funciona a pleno rendimiento.

De los 14 goles logrados por el equipo ( somos el equipo máximo goleador empatados con el líder Adarve), 11 los han marcado Charles (6) o Rufo (5).

En los 7 partidos de Liga jugados han marcado siempre o uno u otro, o los dos.

Tiene pinta, además, que lo harán en muchísimos partidos del campeonato.

Logremos moderar nuestra cifra de goles encajados (hasta hace poco éramos de los más goleados). Si lo hacemos, estaremos mucho más cerca de cerrar la herida de la pasada temporada.

Feliz 80 cumpleaños al Pontevedra CF y a todos los que lo componen. 

Que sean muchísimos años más los que esta camiseta y este escudo sigan recorriendo España y haciendo que nos sintamos orgullosos de ser una minúscula parte de él a pesar de lo mucho que nos hace sufrir en ocasiones. 

     


lunes, 4 de octubre de 2021

De ridículos, películas de Berlanga y unas posaderas abrasadas

 Simplemente fue un ejercicio de dolor más. 

Otra nueva sesión de tortura que sabes sin lugar a dudas que se te infligirá pero a la que te encaminas con cara de perrito degollado con una disciplina propia de un talibán irredento.

Nada más sentarte en la butaca ya sientes una pequeña descarga eléctrica en las posaderas, leve si acaso, pero descarga a fin de cuentas que va preparando tu cuerpo para los voltios que ya sin recato ni freno alguno caerán sobre tu organismo a lo largo de los 90 minutos.

En el día de ayer esa primera descarga en los prolegómemos del choque ya fue un poquito más elevada de lo habitual 

Y fue un poquito más fuerte porque al conocer la alineación del Pontevedra CF las posaderas a las que aludíamos anteriormente se apoyaron del susto con demasiada fuerza en esa butaca que empezó (caprichosa y juguetona ella) a vibrar con más intensidad.

Juego de niños esa pequeña corriente del principio con las que vendrían a lo largo de otra primera parte vergonzosa, patética e indigna de la historia de este club en la que el Pontevedra CF pululó por el césped sin sentido ni coherencia alguna convirtiéndose en un muñeco de peluche zarandeado por el Arenteiro de manera inmisericorde.

Resulta hasta absurdo hablar de táctica o de posicionamiento de futbolistas cuando el ridículo era tan grande y el desconcierto del equipo era tal, que lo único que daban ganas era de levantarse de esa diabólica silla que despedía energía eléctrica sin parar para no estar dando botes constantes encima del asiento y evitar el chamuscamiento total de esas nalgas sufridoras.

Como elemento recurrente del guión otro gol regalado. 

Esta vez no hizo falta que el rival levantara el balón desde el banderín de córner ni un par de centímetros. Si el Pontevedra ya había demostrado que su defensa del balón parado aéreo del contrario era un desastre sin paliativos, ayer también puso de manifiesto que es una calamidad defendiendo el balón parado "a ras de suelo".  

Esa jugada ensayada del Arenteiro aún habría tenido alguna disculpa si estuviésemos hablando de una falta lateral cerca del área en la que el recorrido de la pelota por el césped fuese sensiblemente más corto desde la bota del pasador hasta la del rematador

Ahora, que te metan un gol a través de esa jugada desde el "quesito" del saque de esquina, habiéndose desplazado el balón un montón de metros hasta el corazón del área, es simplemente intolerable. 

Es absolutamente descorazonador que te puedan meter un gol así y todavía más si ya en esta misma temporada has encajado varios goles en estrategia y tu atención tiene que ser máxima.

Luego llegó el segundo gol a raíz de un buen disparo pero tras otro estrambote granate en la génesis de la  jugada y la sensación de mascarada, de tomadura de pelo, de disparate insoportable se extendió como un reguero de pólvora por todo el estadio.

Fue un primer tiempo, en suma, propio de un equipo desnortado, sin un plan elaborado para saber como atacar (el "gilitoque" llegó a ser hasta hilarante) y como ya se ha dicho incapaz de defender con un mínimo de diligencia las acciones del equipo rival.

En el descanso recorrió las redes sociales la celebración de una "reunión de urgencia" en el propio palco de autoridades entre varios consejeros de la entidad.

Qué si discutían; que si se enfadaban; "que sí la abuela fuma"; "que sí la noche me confunde".

Pude ver esas imágenes después del partido y no se porqué ( o sí) lo primero que me vino a la mente fueron escenas de cualquier película de Berlanga.

Imaginen ustedes al gran Luis Escobar como el Marqués de Leguineche; a J.Luis López Vázquez como el primogénito heredero ya con 60 años; a Amparo Soler Leal como la nuera tuerta y a Agustín González como el capellán de la familia.

Todos ellos discutiendo o hablando de fútbol cuando lo más redondo que han visto en su vida ha sido una palangana. Solo faltaba Jose Luis Sazatornil "Saza" metiendo baza para ver si vendía algunos sanitarios entre el caos de la discusión de sus acompañantes.

Desolador, de verdad, desolador.

Eso sí, ese famoso "grupo opositor" que acumula un buen número de acciones que le legitiman para ostentar tres puestos en el Consejo de Administración sigue callado, mudo como el gracioso enanito de Blancanieves y ante tanta incompetencia llega un momento en que seguir callados (al margen del "circo" que se monta cada años en la Junta de Accionistas) no resulta tampoco de recibo.

Una cosa es que no puedan dirigir el club pues el juego de la mayoría de las acciones es inapelable pero otra es que observen como el barco va camino de estrellarse contra unos arrecifes y sigan sin decir "esta boca es mía".

Llegó la segunda parte, una vez los presuntos protagonistas de la película de Berlanga volvieron a ocupar sus asientos y al principio poco o nada cambió.

Angel Rodríguez, que sigue siendo entrenador del Pontevedra CF, dio entrada a Romay (no sabemos que le habrá parecido tal movimiento al Director Deportivo) por Martín Diz pero el partido siguió más o menos por los mismos derroteros.

Incluso en una de las primeras jugadas tras la reanudación, el Arenteiro disfrutó de un uno contra uno contra el portero que Cortés supo neutralizar con eficacia.

Poco después se rompía Javi Rey y a falta de media hora el técnico efectuó un triple cambio dando entrada a Alex, Román y Oier por el lesionado Rey, Araújo y Rubio.

También cambio el sistema colocando tres centrales (Seoane junto a Churre y Soto) y dejando "la banda larga" para Alex a un lado y Oier a otro.

Con el paso de los minutos, sobre todo por la izquierda, se fue llegando algo más aunque la sensación de peligro granate no era demasiada salvo en una jugada en la que sacamos nosotros mismos de la línea de gol un remate que podría haber acortado distancias.

Luego llegó el 1-2 a raíz de una falta bien botada por Oier y mejor rematada por Charles y dos minutos después el empate tras un regalo importante de la defensa "verde" que permitió a Churre hacerse con una pelota en una de esas "expediciones "alocadas que efectúa últimamente hacia el área rival y cederle el cuero a Charles que a puerta vacía ponía la esperanza en las gradas del ex vetusto.

Todavía quedaba más de un cuarto de hora y en ese momento la sensación era de que se iba a ganar el partido.

No obstante, el Arenteiro hizo lo que no supo hacer el Pontevedra en otras ocasiones y frenó el ritmo con caídas al césped de algunos jugadores y sustituciones de otros.

Aún así, tanto Alex (que no juegue este "tío" de titular cuando está disponible es verdaderamente inexplicable) como Oier seguían percutiendo por las bandas y haciendo lo que dicta el sentido común si tienes en el campo a Charles y Rufo, centrando balones a la olla para que los puntas se expresen en una suerte en la que son especialistas, el remate.

Al mismo tiempo, en ese tramo llegaba la única buena noticia del partido que no fue otra que la actuación del debutante en casa, Miguel Román.

Ignoro si progresará y si el rendimiento de ayer será el habitual en un chaval tan joven e inexperto. 

También es cierto que en ese momento el partido iba cuesta abajo y el estadio trataba de arropar a los suyos lejos ya de los merecidísimos pitidos del primer tiempo pero lo que también es verdad es que el chico supo soportar el peso del medio campo, cortar varias intentonas carballinesas de salir a la contra e incluso expresarse con contundencia en algún cruce expedito al suelo.

Es pronto, muy pronto para valorar si hay jugador en él para este equipo pero en estos tiempos en los que se necesitan "clavos ardiendo" a los que agarrarse o simplemente noticias esperanzadoras entre tanta desolación, es justo destacar los minutos de Román que sí estuvo a la altura cuando otros no lo estuvieron y que además deberá sustituir a una pieza tan importante como Javi Rey.


A pesar de los parones del Arenteiro y de la precipitación granate que quiso hacer en un cuarto de hora lo que había que hacer en 90 minutos, en el descuento llegaron dos ocasiones tremendas que pudieron dejar la victoria en casa.

La primera en un lanzamiento cruzado con la derecha de Alex González dentro del área a la que respondió de manera soberbia el guardameta visitante y sobre todo una segunda en la que Yelco envió fuera un remate de cabeza desde el área pequeña cuando su posición para marcar era inmejorable.

Ese tercer gol no llegó y el arreón final del equipo solo valió para alcanzar un empate que sabe claramente a derrota.

Son 5 partidos los que llevamos de Liga y no se ha ganado todavía.

Solo dos equipos de los 18, nosotros y el Bergantiños, no han ganado todavía.

Al parecer la versión oficial, tanto la del club como la periodística, es que como la clasificación está muy igualada y solo nos separan cuatro puntos del play off pues no hay que cambiar nada y solo seguir confiando en que la victoria llegue más pronto que tarde.

¿A alguien le suena esta situación? 

Ni ese dato que se acaba de dar (ser junto al "Bergan" el único equipo que no ha ganado); ni que el equipo sea un coladero en defensa y regale un par de goles por partido; ni alineaciones tan delirantes como la de ayer parecen propiciar la toma de decisiones más drásticas.

Vale. Si todo el mundo está deseando que se gane, no uno, sino 9 partidos seguidos.

Lo que pasa es que pensar que el Pontevedra en Luanco el próximo Domingo no va a volver a regalar atrás es casi ciencia-ficción.

Lo que pasa es que imaginar que necesitaremos como mínimo dos goles para ganarle al Marino es, por contra, fácil de predecir.

No debería ser necesario volver a repertirlo pero este bloguero y creo que toda la afición granate desea que a Angel Rodríguez le vaya bien porque su bien es el nuestro; su bien son nuestras victorias y además la responsabilidad principal de este desbarajuste está mucho más arriba como tantas veces ya he escrito.

Ahora. Cuándo van a llegar esas victorias? Cuándo dejaremos de ser un equipo endeble atrás ? Cuándo nos comportaremos como un equipo que quiere subir una categoría de nuestro fútbol? En Luanco? Contra el Llanera? Dentro de 3 partidos? .

Cuando se consiga... Habrá tiempo todavía para estar arriba o pasará lo de la temporada pasada?

Ese es verdaderamente el problema.