lunes, 28 de enero de 2019

Un vals clásico entre mucho rock and roll y algunas canciones lentas

Nunca he sido de esos que aprovechaban los sábados noche para "lanzarse a la pista" y dejarse llevar por los efluvios de la música.
O al menos no lo fui en público pues debo confesar que en algunas ocasiones hace ya muchos más años de los que me gustaría me he sorprendido en la soledad de mi casa moviendo el esqueleto cual Tom Cruise en Risky Business aunque eso sí con unas piernas menos torneadas y un estilo mucho más macarrónico y vergonzante que el prolífico actor norteamericano.

Sin embargo, como decía, fuera de las paredes de mi agradecido (en mi ausencia) apartamento jamás he sido capaz de soltar todo ese absurdo sentido del ridículo y sentir la música como es debido en presencia de otros semejantes. 
Prefería, en cambio, sentarme en cualquier esquina de un bar o pub con un par de amigos tan zoquetes como yo y vaciar vasos de tubo con brebajes que harían enmudecer al mismísimo Humprey Bogart en "La reina de Afríca" mientras pasaban las horas sin que las diferentes propuestas para arreglar el mundo que un servidor y su compañía poníamos sobre la mesa alcanzasen nunca la más mínima posibilidad práctica.
Lo anterior no impedía, no obstante, que disfrutase al observar a verdaderos talentos del "bailongo" sabatino dejarse el sudor y el alma siguiendo el compás de canciones de los más variados estilos.

Siguiendo la terminología de la danza, ayer el Pontevedra CF se movió al ritmo de diferentes bailes a lo largo de los noventa minutos. 
El que más sobresalió en la primera parte fue el rock and roll. 

Ese ritmo rápido y apasionante trenzado a base de robos de balón y transiciones rápidas encontraba en las cabalgadas de Javi Pazos por la derecha, Alex Glez por la izquierda y Kevin Presa por el centro su mejor expresión. 
Claro que para que se generase esa subida de decibelios, ese "acelerón" coronario que provoca siempre esta clase de baile, tiene que existir alguien que coloque la aguja en el disco y haga sonar la melodía. 
Ese protagonista inicial, ese generador del frenesí de sus compañeros casi siempre era Manuel Romay. 
Previamente a conectar el aparato y provocar que sus compañeros empezaran a moverse cual Travolta y Newton John en Grease, el de Malpica se lanzaba a bailar su vals y mecer la pelota para colocarla en las mejores condiciones posibles para que los demás la convirtieran en rock. 

Sólo el escaso acierto ayer ante el gol de Javi, Kevin o Alex permitieron que el partido no se hubiera decidido antes del descanso pero esos pasos de vals entre tanta velocidad y cruce de piernas rockeras merecieron mucho la pena y alegraron la mirada de este atribulado bloguero.

Es cierto que el rival pudo hacer daño en dos ocasiones. En la segunda de ellas Edu estuvo donde casi siempre, es decir, en su sitio para abortar el peligro y en la primera (que recordó al segundo gol del Fabril aquí esta misma temporada) un delantero amarillo desbarató con su desacierto una acción en la que la relajación defensiva pontevedresa fue exagerada.

Entre ocasión y ocasión fallada; entre rock and roll y rock and roll protagonizado por Pazos, Kevin o Alex que siempre encontraban el error excesivo a la hora de definir, llegó el gol a balón parado tras falta sacada por Alex y cabezazo certero de Alberto Campillo huérfano de cualquier marca defensiva.

De vez en cuando volvía a sonar el vals y Romay paraba un poquito el tiempo acariciando el cuero pero enseguida los muchos espacios dejados por el Navalcarnero y explotados por el Pontevedra nos transportaban de nuevo al mundo de los Stones.

Con el descanso llegó la calma y más a Tribuna, grada a la que ya hace tiempo no llega el sonido de la megafonía del estadio.

Más esa calma se prolongó durante más tiempo una vez comenzada la segunda parte. 

Y esta vez no por el hecho de que Romay impartiera una nueva clase de vals vienés sino porque el Pontevedra salió dormido,a ritmo de balada lenta a más no poder y a que además el rival entendió que liar el partido podía ser la mejor receta para equilibrar el duelo. 
Se sucedieron diez o doce minutos de brusquedades que no interesaban en absoluto a un Pontevedra al que tampoco pareció venir bien el cambio de sistema ordenado por Luismi que trasladó a Pazos a la punta de ataque junto a Arruabarrena mandando a la derecha a Romay para alinearse en un 4-4-2.

Todo cambió otra vez por dos causas. 

La primera fue el tremendo golpetazo contra la valla de fondo sur del delantero rival, Esnaider (hijo del que fuera jugador entre otros de Real, Atlético o Zaragoza) que tuvo parado el partido durante varios minutos (por suerte, no pasó a mayores el percance para el bravo jugador amarillo) y la segunda la rectificación de Luismi que con su primer cambio (Pibe por Arrubarrena) volvió a su 4-2-3-1 inicial que pareció asentar otra vez el juego granate.

Fue más o menos en ese momento cuando volvió a sonar el vals interpretado maravillosamente por Romay. 
Giros, regates en corto, pases medidos volvieron al juego del Pontevedra pero esta vez sin la electricidad del rock and roll posterior pues el equipo no se abalanzó tanto sobre el área madrileña.

Llegó el 2-0, otra vez a balón parado, marcado por Berrocal tras falta bien botada por Pibe y el partido duró a partir de ese instante lo que duró la música del vals de Malpica. 
Eso sí, con el segundo cambio y el debut de Borja Domínguez (sustituyó a un muy activo Kevin Presa que está apercibido de suspensión), Romay pareció encontrar esa pareja de baile que le permitía bailar un rato sin abrazar al aire y en algunos momentos conectaron en el campo dando los primeros esbozos de lo que esa "sociedad" puede aportar sobre el césped.

Eso sí, en los últimos quince minutos ya no hubo ni vals, ni rock and roll sino solo otra vez esas baladas lentas pero aburridas que sumieron al Pontevedra en una relajación a mi juicio excesiva y permitieron al Navalcarnero coquetear con la posibilidad de hacer un tanto que les metiese en el partido de la mano de un Joaquín ( que se incorporó en la segunda parte) tan peligroso como marrullero y "buscabullas" en el verde.

Fue en ese momento en el que volvió a aparecer ese que guarda los palos de nuestra portería para rechazar en extraordinaria intervención un gran lanzamiento de un defensa contrario que quería colarse por el ángulo.
Ya casi sin tiempo para nada el Navalcarnero volvió a tener otra muy buena que entre Edu y Castro se encargaron de desbaratar.

Al final, con el silbido final del colegiado al que le sobraron algunas tarjetas ( por cierto, una de ellas la quinta de Victor Vázquez "Churre) el Pontevedra se lazaba con un triunfo que mereció y que necesitaba para regresar tras dos jornadas a la senada de la victoria.

Fue muy superior en la primera mitad pero falló demasiado en el remate y no fue tan arrollador tras el descanso aunque nunca perdió el control del choque.

Después de esta jornada estamos sextos a un sólo punto del tercer clasificado y con un desplazamiento en vistas a Valladolid.

Si se confirma el ciclo de cinco amarillas no estará "Churre" aunque sí Adríán León.
En los Anexos de Zorrila hemos obtenido dos triunfos en las tres últimas temporadas incluyendo la última vez en 2015 en la que fuimos capaces de remontar un resultado adverso fuera.

Por cierto, con la victoria de ayer el Pontevedra sigue con la estadística de haber ganado todos los partidos esta Liga en los que se ha puesto por delante (este dato muy positivo va en homenaje a los que dicen que este atribulado bloguero solo reseña los datos negativos).

El partido en Pucela ya se jugará en Febrero y por ello ya debería estar en plantilla ese jugador que vendrá a sustituir a Javi López.




  
       





     

viernes, 25 de enero de 2019

Entre la necesidad de crecer y el cuidado del sentimiento

A falta de una semana aproximadamente de que expire el plazo para fichar jugadores en esa especie de comercio persa llamado mercado de invierno, el Pontevedra CF por fin ha realizado sus primeros movimientos.

Se venía advirtiendo en las últimas semanas de que vendría con seguridad un interior o extremo derecho para ocupar el espacio del lesionado Javi López y que no se firmaría contratación alguna a mayores de jugadores senior tanto por la ausencia de fichas de esa naturaleza libres como por el hecho de que ningún jugador tenía la más mínima intención de marcharse.

Sin embargo, en los últimos días ya se venía barruntando en los mentideros futbolísticos de la ciudad la posibilidad de que este estado de cosas pudiera cambiar y que de ponerse a tiro algún futbolista realmente importante para la categoría se le pudiera hacer hueco dando la baja a alguno de los hombres que menos estaban interviniendo en la dinámica del equipo.

Los acontecimientos se precipitaron a mediados de esta semana y en primer lugar el Pontevedra anunciaba la cesión al Rápido de Bouzas hasta final de temporada de Adrián Mouriño.
Creo que casi todo el mundo estará de acuerdo en que prescindir de este jugador para lo que resta de campaña no era una decisión fácil.
Y no lo era por ser Mouriño uno de los pocos supervivientes de aquella plantilla que consiguió el último ascenso a 2ªB tras penar cuatro interminables años por la tercera división y por ser además un jugador por el que la afición granate (o gran parte de ella) experimenta un gran cariño no solo por la circunstancia reseñada antes sino también por su carisma  sobre el césped.

A pesar de todo ello la gestión en este asunto de los máximos responsables del club ha sido en esta ocasión correcta. 
Lo ha sido, en primer lugar, por tratar de buscar siempre el acuerdo con un futbolista que ha sido importante para el equipo en este último lustro y al que no se le podía sacar de la entidad de cualquier manera y en segundo lugar por la indudable trascendencia del jugador que viene a ocupar su ficha.. 

La salida que se ha buscado es en opinión de este atribulado bloguero interesante y beneficiosa para las dos partes.
Para el jugador porque aunque ha manifestado su tristeza por su marcha tendrá en Bouzas la posibilidad de aumentar el número de minutos de juego y acercarse o recuperar así su mejor versión que hacía tiempo que no veíamos en Pasarón y además porque se trata de una cesión que le permitirá regresar en verano para volver a formar parte del Pontevedra CF y tratar de ganarse otra vez el puesto.
Y para el club también resulta positiva la operación tanto por la suavidad y tacto con la que se ha conseguido tratar el tema como por la ficha que Adrián deja libre y que como ya se sabe va a ser ocupada por un futbolista importantísimo para la categoría como es Borja Domínguez.

No obstante, antes de hablar de Borja y lo que puede suponer su llegada para el equipo, es de justicia repasar siquiera someramente esta primera etapa de Mouriño en el Pontevedra.

Llegó en la campaña 14/15 (primera entera de los actuales rectores del club) con el único y obligado objetivo de subir de categoría. 
Mouriño fue uno de esos jugadores que seguramente podrían haber seguido cómodamente en 2ºB y no bajar un escalón pero lo cierto es que desde el principio manifestó ser consciente del equipo al que llegaba, de su indudable carácter histórico  y de la necesidad que tenía la ciudad de "sacar" a su equipo de 3ª.
Fue importante ese año pero por lo menos en opinión del que esto escribe su mejor rendimiento lo ofreció en la primera vuelta de la temporada del regreso a 2ªB. 
Fue en ese periodo de competición en el que se asentó sus reales sobre el césped y se hizo indiscutible hasta que una maldita apendicitis que se complicó le tuvo mucho tiempo en el dique seco. 
Volvió pero ya no con esa exuberancia anterior e incluso la siguiente campaña (la del play off con el Murcia)le costó obtener minutos de juego.    
Sin embargo, fue en el tramo final de la temporada pasada (tan complicada y difícil para el Pontevedra) cuando Mouriño volvió a aparecer para aportar experiencia, tranquilidad y rendimiento al equipo (según dicen no sólo dentro sino también fuera del césped) y contribuyó en gran medida a la reacción que nos permitió no acabar otra vez en 3ª.

Volverá dentro de unos meses y en ese momento se verá lo que pasa en el futuro pero de justicia es dedicarle estas líneas por su compromiso y por haberse convertido en un granate de corazón más que hace gala en todo momento de su adhesión a estos colores. 

Y sin duda ha permitido también que la baja de Mouriño se digiera mejor por la afición el hecho de que su sustituto sea un pedazo de futbolista que eleva de forma exponencial la calidad del centro del campo pontevedrés.

Borja Domínguez fue un jugador vital en el Celta B y en aquel Racing de Ferrol que jugó varios play off de ascenso a segunda y posteriormente partió a buscarse un porvenir en 2º pasando por Oviedo, Córdoba hasta llegar a Alcorcón y lesionarse de gravedad en una de sus rodillas poniendo un freno en su carrera como futbolista.
No contaba con la garantía de jugar muchos minutos en la ciudad madrileña aún estando recuperado ya desde hace más de dos meses pues la campaña del Alcorcón está siendo muy buena y resultaba complicado entrar en el equip. 
En el instante en el que empieza a plantearse la posibilidad una cesión y también el hecho de que el jugador estaba con ganas de volver a Galicia para volver a recuperar el tiempo perdido, es en el que el Pontevedra entra en acción con  la intención de no dejar pasar esta oportunidad y conseguir esta cesión hasta final de temporada que dota al equipo de u gran activo para su mediocampo.

Ahora será el momento de comprobar los planes de Luismi con la llegada de Borja. 

En principio, la posición del vigués se corresponde más con la de Kevin Presa que con la de Berrocal. 
¿Coincidirá con esta apreciación nuestro entrenador? 
Si es así ¿Cambiará de posición a Kevin pasando Berrocal al banquillo o será el de Ponteareas el que espere sentado? 

No tardaremos mucho en contestar a estos interrogantes pero lo que es indudable es que este fichaje sí mejora lo que tenemos en esa zona del campo y por lo menos a este atribulado y siempre desconfiado bloguero le aporta una buena dosis de esperanza cara a las posibilidades de mejora del equipo. 

Todavía falta por llegar el jugador de banda derecha que ocupe la vacante de Javi López. Se comenta que un jugador, Guille Donoso del Lugo, estaba casi hecho y al final el conjunto lucense optó por cederle a la Ponferradina equipo con el que ya jugó aquí la temporada pasada haciendo un partido notable. 
De ser cierto, no tenía nada pinta tampoco este fichaje pero ya es historia y para ese puesto vendrá otro futbolista.
Ojalá el jugador que finalmente llegue para la derecha sea también determinante.

Estamos a tiempo todavía de soñar con todo. Los dos últimos traspiés (especialmente el empate aquí con Unionistas) han dolido pero en ningún caso nos han descolgado.

En dos días llega el Navalcarnero y ese si que es un partido que no se debería perdonar. Es posible que todavía no esté Borja por el poco tiempo que ha pasado desde su llegada pero contamos con potencial suficiente como para salir victoriosos y seguir luchando en la parte alta de la tabla con toda la humildad pero también con toda la ilusión del mundo.

La semana que viene lo contaremos... 

lunes, 14 de enero de 2019

Ese equilibrio tan difícil en el fútbol.

Como ya se ha dicho en alguna otra ocasión en este blog, el puesto en la tabla a esta alturas no es lo más trascendente ni resulta decisivo para el porvenir a medio plazo del Pontevedra CF.

Es cierto, no se puede negar la evidencia, que ese caramelo envuelto en forma de clasificación provisional entre los cuatro primeros estaba sobre la mesa el Domingo pasado en el momento en que comenzaba el partido y que el equipo perdió la oportunidad de cogerlo y mantenerlo en su posesión (eso sí, sin abrirlo) hasta que el devenir de la competición en las próximas jornadas decidiera si se lo quedaba o si lo dejaba de nuevo en otra mesa para el disfrute de otros paladares.

El fútbol arrastra pasiones y dispara el diapasón tanto de la ilusión como del desencanto de una semana a otra y por ello esa satisfacción y alegría que todos sentimos tras ganar con autoridad y brillo al filial del Real Madrid hace siete días se tornó en frustración cuando el partido de ayer llegaba a su fin sin que hubiéramos sido capaces de perforar la portería contraria.

A buen seguro que la gran mayoría de la afición granate se acostó el día del Castilla con una sonrisa en la boca y la esperanza de que esa línea sobresaliente del Pontevedra continuara en el tiempo. Y como es normal, esa gran mayoría se iría a dormir ayer algo más decepcionada por la pérdida de esos dos puntos que ya no volverán por aquí y que tan bien nos habrían venido a efectos clasificatorios.

Ahora bien, así como los días posteriores a la goleada al Castilla los ánimos se fueron atemperando y los pies iban volviendo a posarse sobre el suelo sabedores de que quedaba muchísimo trabajo y puntos por delante, ese rictus más amargo en los rostros tras el empate ante el Unionistas debe ir desapareciendo lo más rápido posible pues todas las opciones de estar arriba continúan intactas para el Pontevedra CF.

Eso, sin duda, mantener el equilibrio y la tranquilidad después de una victoria sonada o de un traspié algo más inesperado, es muy difícil en el fútbol que tantos sentimientos alberga pero de la consecución de ese objetivo de estabilidad y confianza puede depender que este equipo no ceje en el empeño de "colarse" entre los cuatro de arriba y luchar por un ascenso que como sabemos resulta tremendamente complicado.

Las declaraciones que he podido leer o escuchar del entrenador y jugadores tras el partido parece que van por ese camino y que en ese vestuario tienen bastante claro que todo es posible.

Y por qué empató ayer el Pontevedra?

Pues en mi opinión, porque a pesar de carecer la actuación del equipo de la brillantez y continuidad del día del Castilla el equipo fue incapaz de materializar las únicas ocasiones de gol del encuentro que fueron pocas pero todas granates.

En un césped en el que jugar al fútbol por bajo cada vez es más difícil y en el que como ya se esperaba el Pontevedra se encontró con un rival aguerrido, compacto y nada dispuesto a otorgar facilidades, todo pudo cambiar casi al principio cuando un claro derribo del portero salmantino a Javi Pazos a escasos metros del área fue castigada sólo con tarjeta amarilla por el colegiado del choque.

Vayan por delante dos cosas; la primera es que el cambio de la norma disciplinaria para los porteros alcanza a las jugadas dentro del área dentro de la cual ya no se les expulsa aunque la ocasión abortada sea manifiesta pero no afecta a las jugadas fuera de la zona de castigo por lo que sí debió ver ayer la roja el cancerbero rival. 
La segunda circunstancia importante es que el colegiado ayer no tuvo suerte, o dicho de otra manera, estuvo muy mal y a pesar de que en opinión de este atribulado bloguero se equivocó en esa jugada no se puede obviar que en las postrimerías del primer tiempo no señaló un penalti a favor de Unionistas en una jugada que en directo sí lo pareció, que señaló la pena máxima a favor del Pontevedra en una jugada que más pareció fuera que dentro (aunque en directo sí arrojaba dudas) y en una acción que ha pasado desapercibida no mostró la segunda amarilla a Nacho López en el primer minuto de la segunda parte por una mano que interceptaba un pase y que por lo menos al que esto escribe le puso el corazón en un puño hasta comprobar que el árbitro no se llevaba la mano al bolsillo.

Por ello, si bien esa jugada inicial era importante lo que hubiera pasado después corresponde a la categoría de fútbol-ficción y no sería justo ampararse en la actuación arbitral que fue muy mala para ambos conjuntos. 

Lo que sí es cierto es que el equipo que buscó más el triunfo y además estuvo mucho más cerca de lograrlo fue el Pontevedra CF.

El Unionistas (una derrota en los últimos trece partidos y equipo con pocos goles encajados y pocos a favor y que vino acompañado además por una nutrida representación de su afición, no olvidemos que este equipo es el heredero del histórico y tristemente desaparecido UDS Salamanca) respondió al perfil de los números con los que llegó a Pontevedra.

Tras esa jugada inicial con la controvertida amarilla al portero, asentó sus reales sobre la maltrecha hierba y con un Admonio espectacular no dio demasiadas opciones a un Pontevedra que no obstante si fue capaz de penetrar en varias ocasiones por la banda derecha con un Pazos que lograba superar en ocasiones a su par y crear tensión en la zaga contraria.
Aún así, sin los dos focos principales de juego de ataque granate, las cosas resultaban más difíciles para el Pontevedra y el juego se desarrollaba más por arriba que a ras de césped y ahí el rival casi siempre se imponía a los nuestros.
Uno de esos focos, Alex González, no estaba sobre el campo por sanción y su sustituto (Pedro Vázquez) comenzó bien con esa asitencia a Javi Pazos en la jugada de la falta pero se fue diluyendo como un azucarillo con el paso de los minutos.
El otro, Romay,sí estaba pero no encontraba su lugar entre tanto balón aéreo y casi en ningún momento pudo bajar la pelota al suelo.

Con el susto de esa jugada en la que el colegiado no pitó un penalti precísamente de Romay sobre un jugador salmantino se acababa una primera parte en la que el peso lo llevó siempre el Pontevedra sin que Unionistas hubiera aparecido prácticamente por el área de Edu.

La segunda parte no empezó bien. Los cinco o seis primeros minutos del equipo fueron muy malos y si bien no se sufrieron ocasiones en contra dio la impresión de que el Pontevedra había salido desconcentrado tras el descanso.

Por suerte esa situación cambió pronto para dar lugar a los mejores minutos granates a lo largo de los cuales sí se estuvo realmente cerca de ganar el partido.
Fueron los minutos en los que Romay creció en el partido y se inventó la jugada del penalti (dentro o fuera del área) desaprovechado por Arruabarrena, en los que diseñó un pase maravilloso a renglón seguido para Javi Pazos que en gran posición no supo definir ante el portero. Fueron minutos en los que Javi Pazos y Nacho López lograron percutir más por la derecha y de un centro del segundo llegó otra ocasión marrada por un desacertado Arruabarrena. Fueron minutos, en fin, en los que un buen León en la posición de ancla en medicampo y Kevin Presa empujaron lo que pudieron para tratar de derribar la resistencia unionista que finalmente no pudo quebrarse.

Ese empuje granate no decayó hasta el final pero lo que sí terminó fueron esas pinceladas de fútbol que tan cerca estuvieron de dar réditos y que desaparecieron tras el segundo cambio granate que dio con los huesos de Romay en el banquillo.        
Este bloguero es consciente que desde la jugada del penalti el de Malpica se tocaba constantemente el hombro y parecía dañado y a falta de preguntas después del choque no se puede descartar que esa fuera la razón del relevo pero lo que sí está claro es que desde ese instante la luz del equipo volvió a apagarse y la sensación ya no era la misma sobre el campo.

Esos últimos minutos (ya con Jesús en el campo y León en el centro de la defensa) resultaron más inquietantes para el Pontevedra. Se había perdido algo el timón en medio campo y además el cansancio parecía hacer mella pero aún con todo se pudo controlar las escasas intentonas del rival por llegar a nuestra zona de peligro aunque con alguna imprecisión defensiva más fruto de la precipitación y las ganas de ganar que de otra cosa.

Aún así, en el último lance del partido pudo llegar el alegrón cuando un pase en profundidad permitió a Nacho López encontrar un autopista por su banda que le permitió penetrar hasta la misma línea de fondo pero su pase de la muerte no pudo ser concretado por Pazos ante la rápida acción defensiva salmantina que  en esa faceta como ya se ha dicho brilló ayer a gran altura.
Fue una pena no ganar y vernos ahí arriba en la clasificación pero como ya se ha dicho más arriba lo más importante ahora es ver a un equipo con argumentos para seguir ilusionando y que compita jornada a jornada para que en el momento culmen de la temporada se puedan asaltar los puestos de playoff.

Sobre ese futuro me gustaría hacer dos consideraciones.

La primera relacionada con el partido que se nos avecina el Domingo que viene en el Reino de León. 
Sabemos que por presupuesto (al margen de los filiales de los grandes)la Cultural es de muy largo el candidato a ser primero de grupo pero a este atribulado bloguero le gustaría ver a un Pontevedra competitivo, metido en el partido y luchando por los puntos tal y como ha hecho el Rápido de Bouzas en el Baltasar Pujales o como ya se hizo aquí en la primera vuelta.
A partir de ahí, puede que la  presunta mayor calidad de los rivales te hagan bajar la cerviz pero de tener que bajarla que sea por eso y no tener que escuchar tras el partido a nuestros propios jugadores hablar de una marcha más del contrario o "mamandurrías" similares.

La segunda se refiere al mercado de invierno.
Empezó el mes de Enero, o mejor dicho terminó el mes de Diciembre, con noticias que apuntaban a que el Pontevedra se estaba moviendo y mucho en este mercado para apuntalar al equipo.

Quince o veinte día después ya no se oye nada. 
Jugadores que parecían cerca de Pasarón ya han fichado en otros sitios y la calma chicha preside con relación a nosotros esta ventana de incorporaciones.

El equipo está bien y nadie quiere marcharse por lo que solo hay una ficha senior libre por la desafortunada lesión de Javi López.

En mi opinión, habría que cubrirla pues el equipo necesita que se cubra.
Ahora bien, fichar deprisa y corriendo a 31 de Enero bajo el argumento de una posible benignidad del mercado por estar casi agotado el plazo de fichajes ya "cuela" bastante poco.

La seriedad que está mostrando sobre el campo el equipo debería ir en consonancia con la misma seriedad en los despachos y es de esperar que ese jugador que venga (porque debe venir) sea un hombre con el suficiente bagaje como para competir por la titularidad y hacerlo desde ya.
Para traer a alguien que hasta mediados y finales de Marzo no esté en condiciones de ayudar, mejor no hacer el ridículo y quedarse quietos.

  


lunes, 7 de enero de 2019

La quinta marcha

Con el comienzo de la década de los noventa el mando a distancia de las televisiones sufrió una primera "revolución" que a día de hoy haría sonreír a cualquier "milennial".
Hasta ese momento las alternativas a la hora de conectar la "caja tonta" eran únicamente tres: la primera, la segunda y la gallega.
Por eso cuando por "arte de magia"aparecieron Antena3, Telecinco y Canal Plus, a aquellos que en la actualidad peinamos canas, moderamos nuestras cenas navideñas por causa de digestiones complicadas o maldecimos en silencio la mañana de Reyes cuando a primera hora los más pequeños saltan sobre nuestras camas exigiendo la apertura inmediata de los regalos, nos pareció un acontecimiento tecnológico de tal magnitud que desgastamos los "botones" de aquellos "mandos" hasta hundirlos en el propio aparato de tanto apretar los "circulitos" de marras.

Eran tiempos de las "Mama Chicho", "Lo que necesitas es amor"con Jesús Puente o de Manolo Escobar presentando los resúmenes de los partidos de fútbol junto a Loreto Valverde y entre canción "porrompomera" y animadoras ligeras de ropa.
O de "Vip noche", "Sorpresa, sorpresa"y "Contacto con..tacto", programa en el que Bertín Osborne daba rienda suelta a su incipiente talento televisivo.

El acabose, vamos.   

Otro de esos programas que nació casi a la par que la cadena televisiva que lo emitió era "La quinta marcha". 
Como olvidar a aquellos casi "púberes" Penélope Cruz o Jesús Vázquez saltando sin parar o a ese Kike "Supermix" del que no se ha vuelto a saber nada desde hace mucho tiempo. 
Por ese espacio en el que debutaban los dos primeros (vídeo de "La fuerza del destino" de Mecano aparte) también pasaría Natalia Estrada antes de irse a hacer carrera a Italia o Antonio Sánchez  que ahora narra partidos de NBA en Movistar.
En alguna ocasión, dicho programa organizaba maratones de baile que exigía al público en plató e incluso a los presentadores no dejar de moverse y que provocaba en los espectadores un cansancio importante que muchas veces desembocaba en un cambio de canal para tomar aire.


Al parecer, según se reconoció por el propio entrenador y algunos jugadores tras el partido, al Pontevedra CF le faltó esa quinta marcha en el Cerro del Espino en los días previos a la Navidad. 

Aquella derrota cosechada ante el filial rojiblanco dejó mal sabor de boca no ya por la derrota en sí pues el rival era de cierta entidad sino por los argumentos esgrimidos tras el choque presididos por la evidencia de que el equipo no había impuesto a su juego la misma intensidad y empuje que el Atlético y así resultaba muy complicado hacer otra cosa que no fuera perder.

No sabe este atribulado bloguero si fue por esa circunstancia desagradable que el Pontevedra exhibió en Majadahonda y que el equipo quería compensar o por qué otra razón pero el caso es que ayer frente al Castilla esa marcha más, esa quinta marcha, la tuvo el Pontevedra CF desde el principio.

Los jugadores granates superaron en todo momento al Real Madrid- Castilla que deambuló por el horroroso césped de Pasarón dando una imagen muy alejada de lo que en principio debería esperarse de un conjunto de la parte alta de la tabla aún con las bajas con las que contaba para el partido.

Tras unos primeros minutos más parejos, se produjo la circunstancia que empezó a decantar el choque hasta convertirlo en un monólogo granate en la tarde - noche de ayer: la aparición de Romay.

Venía mejorando y mucho este jugador en las últimas semanas y así se escribía en este blog que empezaba a disfrutar de lo lindo con las actuaciones del de Malpica pero ayer Romay completó un encuentro maravilloso canalizando el juego de ataque pontevedrés sin que el rival hiciera lo más mínimo para tratar de contrarrestar sus apariciones sobre la hierba.

De sus botas salió el primer balón de gol que desaprovechó Javi Pazos tras rebasar a Luca y también tras un exquisito pase de Romay volvió a quedarse solo Javi una segunda vez en la jugada en la que varios rechaces colocaron el balón en las botas de Arruabarrena para hacer el primer tanto.

Si el Pontevedra perdonó en la primera mitad no digamos ya en la segunda parte.

Además de la clase de Romay, apareció la velocidad y desborde de un Alex González imparable, Nacho López y David Castro se desplegaban arriba y abajo de forma incansable, Víctor Vázquez se constituía en amo y señor de la zaga y Arruabarrena arriba y Pazos desde la derecha trabajaban primero en la presión muy arriba para no dejar jugar al Castilla y luego en apariciones en ataque que ponían en problemas a la defensa blanca.

No obstante, como ya se ha dicho, se falló y perdonó mucho ante la portería blanca y la afición (que ayer acudió en más número al campo) no podía evitar desesperarse ante tanta oportunidad perdida y la cercanía injusta del Castilla en el marcador.

Por suerte la incertidumbre se acabó tras otra jugada maravillosa de Alex por la izquierda con centro medido a la cabeza de Aruabarrena que con un remate cruzado ponía el 2-0 y la sentencia en el "luminoso".
Ni ese segundo gol, ni los cambios introducidos por su entrenador cambiaron la absurda dinámica de un Castilla que solo remató a puerta en una falta en el minuto 2 de juego y que pareció anestesiado y fuera de lugar durante todo el partido viéndose superado en todo momento por el mejor Pontevedra CF no solo de lo que llevamos de esta temporada sino de toda la anterior y que redondeó el resultado en el último lance con un gol de Javi Pazos tras contra muy bien diseñada por Pibe, Mouriño y Pedro Vázquez (los tres cambios granates).

Fue un gran regalo de Reyes el ofrecido ayer por el Pontevedra CF a su gente y no solo por el triunfo sino por la autoridad incontestable con el que se produjo.     

Después el partido enumeraba Luismi en rueda de prensa los tres pilares sobre los que se asentó ayer el equipo para ganar con tanta solvencia a un buen rival: intensidad, concentración y esfuerzo.

Sin duda, dichos argumentos son imprescindibles para afrontar cualquier partido en casa pero también fuera por eso no deberían olvidarse tal y como sucedió en Majadahonda pues si no nos colocamos como mínimo a la misma altura en cuanto a intensidad que el contrario entonces tendremos todas las de perder. 
El éxito llega cuando se logra aunar ese trabajo con la calidad con la que cuentan algunos jugadores de la plantilla. 

Se acabó la primera vuelta y lo hemos hecho con unos importantes 32 puntos que nos dejan con la misma puntuación que nuestro rival de ayer que sigue cuarto.
Lo inmediato (al margen de la Copa Federación que se disputará el Miércoles en Pasarón en horario realmente raro para día laborable) es comenzar la segunda vuelta otra vez en casa frente a un rival muy incómodo y que ayer dio la de arena en Bouzas al perder 4-1.

Venía lanzado el Unionistas al Baltasar Pujales y habrá que ver como le sienta esa derrota que ha puesto de raíz y sin paliativos fin a su extraordinaria racha de resultados.

Para nosotros es básico no fallar en casa y por eso el partido del Domingo promete otra vez emociones fuertes.
Será necesario que el equipo salga otra vez con la quinta marcha y dispuesto a dejarle claro al Unionistas (rival insisto muy complicado a pesar de su derrota en Bouzas) que en el campo Municipal de Pasarón no pueden escaparse puntos bajo ningún concepto.

Por si acaso, este bloguero buceará entre vídeos antiguos de you tube para ver eso saltos y bailes de Penélope y Jesús que empezaron a hacerlos populares antes de que la primera empezara a triunfar en el cine y el segundo fuera a  hablar para "entenderse con la basca".