martes, 31 de enero de 2023

De marcajes vergonzantes, "palmeras periféricas" y algún que otro "comisario político".

Hace más de una década se hizo bastante famoso un marcaje al hombre por todo el campo que el entrenador del Almería decidió diseñar sobre el mediocentro culé Xavi hernández.

El elegido fue un central, de nombre futbolístico Chico, que persiguió por todos los rincones del Camp Nou al pequeño jugador de Tarrasa, hoy entrenador del FC Barcelona.

El Domingo por la tarde asistimos en Pasarón a una reedición de una marca individual de esa naturaleza pero añadiéndole medio tirabuzón al experimento para que el salto desde el trampolín resultase todavía más rocambolesco.

Toni Otero, el mayor experto en Galicia en experiencia "alrededor de los entrenadores" y ahora metido a técnico por obra y gracia, no del Niño Jesús, sino de Lupe Murillo, decidió emplear al único delantero de su alineación inicial en el ingrato y peculiar trabajo de hacer un marcaje hombre a hombre al medio del Castilla que tuviera la misión de sacar la pelota jugada, casualmente el nombre de dicho futbolista era Theo Zidane.

Pues dicho y hecho. 

El disciplinado "9" granate cumplió la misión encomendada y se pasó los casi 20 minutos que disputó antes de lesionarse, a unos 40 o 45 metros de la portería contraria haciendo una especie de mixta, utilizando el argot balonmanístico, a uno de los hijísimos del legendario futbolista francés.

No crean que con los problemas físicos del madrileño que motivaron su prematuro relevo se puso fin a esta especie de remake de la película "Alguien voló sobre el nido de Rufo" sino que su sustituto, Jon Bakero, se aplicó con fervor a la misma tarea aún a pesar de que el filial merengue ya estuviera ganando y jugando a sus anchas con un Pontevcedra desnortado.

Bien es verdad que como a estas alturas todavía muchos no tenemos claro de qué juega el otro hijísimo, el de Jose Marí, como no sabemos si es ariete o segunda punta o media punta o lo que demonios sea, la "cosa" ya no llamaba tanto la atención aunque siguió provocando que el el Pontevedra siguiera jugando toda la primera parte con la escalofriante cifra de 0 delanteros.

La otra sorpresa del "once" fue doble. 

Por un lado, que el "creador de Pedri" se decidiera por vez primera a jugar con 3 centrales y, por otro lado, que el elegido para actuar como carrilero derecho fuera Valentín Jaichenko.

No fue casualidad, por tanto, que el gol merengue llegara por nuestra banda derecha defensiva en una jugada en la que el resto del equipo dejó abandonado al canterano sin aportar una sola ayuda.

Jaichenko (que humildemente creo que está para intentar ayudar en otras zonas del campo y no en esa) fue superado con pasmosa facilidad por su par y de un buen centro llegó un remate de cabeza de un atacante que no encontró oposición alguna aún a pesar de tener 3 centrales sobre el césped.

Antes del 0-1 y después del 0-1 el Pontevedra CF siguió mostrando una impotencia en ataque (lastrado más si cabe, a mi juicio, por el experimento elaborado con gaseosa de marca blanca) y una falta de colmillo por todas las zonas del campo que si llegó vivo al descanso se debió más por el constante "mamoneo" de los jugadores del Castilla, que rehuyeron ir de verdad a por el Pontevedra, que por alguna virtud real del equipo granate.

La segunda parte empezó de una manera bien diferente.

No hubo cambio de hombres pero las gaseosas se dejaron en el vestuario y con ellas ese marcaje individual que sin duda pasará a la historia de las excentricidades más absurdas de las últimas décadas en Pasarón.

Los 10 primeros minutos tras la reanudación el Pontevedra era otro.

Había más ritmo, más determinación y más intención. Por haber, había hasta un delantero aunque fuese Bakero.

En ese inicio Jaichenko sí apareció por su banda en ataque con dos acciones, una con disparo y otra con desborde, de bastante peligro y Churre casi encontró el gol a la salida de un córner.

Era otro partido y el Pontevedra se había decidido a aparecer sobre eso que tenemos en Pasarón a lo que seguimos llamando hierba. 

Es cierto, sí, que el Castilla encontró en ese tramo la contra muy clara que esperaba que fue desbaratada por un gran Cacharrón pero resultaba indudable que el equipo había recuperado algo de color.

En ese momento del choque, el mejor hasta ese instante del Pontevedra, llegó un doble cambio que lejos de mejorar colaboró para aplanar de nuevo al equipo.

Oier, que volvió a estar gris oscuro, por Jaichenko y Martín Diz por un Araújo que no estaba del todo mal (en serio lo digo) y que obligó a Alex a exiliarse al lateral izquierdo.

Durante por lo menos 20 minutos el Pontevedra volvió a liarse, a no encontrar profundidad y a dar la impresión de que no podía hacer daño.

Pero enfrente estaba un equipo lleno de calidad, de eso no hay duda, mas decidido a darle oportunidades a su rival a base de seguir "mamoneando" sobre el césped ante los gestos cada vez más exasperantes de sus técnico desde la banda. 

Y llegó el último cuarto de hora y el Pontevedra a base de corazón y de ganas empezó a embotellar al R.Madrid Castilla.

Y también llegaron los dos últimos cambios, esta vez realizados con un mínimo de lógica y acierto.

Charles y Seoane al campo. Fuera la defensa de 3 centrales. Y Alex ya muy metido arriba ayudando a Diz en un claro intento por empatar tomando los razonables riesgos.

Y llegaron las oportunidades. 

Y sobre el 90 el gol del empate. Centro precioso de Alex y remate todavía mejor de Charles imprimiendo con su cuello la fuerza y dirección necesaria al balón para superar la oposición del portero blanco.      

Y también llegó el descuento y con él otras dos ocasiones que bien pudieron otorgarnos los tres puntos en juego y esa sensación de que si se hubiera empatado un poquito antes, el partido habría caído a nuestro favor.

Escuchamos después del partido las mismas referencias a la dichosa actitud. Pocas falacias más grandes se ha podido escuchar en los últimos tiempos.

No es problema de actitud y uno de los capitanes del equipo, Charles Días, lo recalcó en la rueda de prensa tras el encuentro.

La primera parte fue horrorosa, plana e inofensiva por decisiones incomprensibles del "experto en alrededores" colocado ahí por Lupe Murillo.

Y en la segunda parte, a medida que reinaba el sentido común y se tomaban decisiones razonables no es que hubiese crecido la actitud sino que lo hicieron la lógica y el raciocinio.

Al final se celebró mucho un punto que desgraciadamente nos sitúa ya nada menos que a 6 de la salvación y dota de mayor dramatismo y dificultad a ese deseo de salvación que cada vez más empieza a ser una cuestión de fé.

Qué ha hecho la institución en este mercado de invierno, que hoy mismo acaba, por tratar de dotar al equipo de mayores argumentos para afrontar el último tramo de competición con alguna garantía más?

NADA. 

Mejor dicho, sumar otro ridículo más por el estrambote en que se convirtió el cese de Antonio y su relevo por Toni Otero, "el revulsivo de oro". 

El único movimiento al margen del "paladín de la actitud" fue la de mandar a Ortiz a Algeciras y dar de alta a un Derik que ya entrenaba con nosotros desde el verano.

POCO.MUY POCO.

Como era de esperar (no es la primera vez) en la víspera del partido y el mismo día, diferentes "palmeras periféricas" anunciaban la llegada inminente de una cascada de fichajes y de grandes e importantes noticias para la entidad. "El Lunes se sabrá todo", afirmaban moviendo sus hojas azotadas por este viento frío de Enero.

Evidentemente llegó el Lunes y no pasó nada

Y ya ha llegado el Martes y a la hora de publicar esta columna ni siquiera se ha hecho pública la clásica incorporación de algún sub 23 que se anunciará en el último minuto como una solución maravillosa y que luego tendrá dificultades para dejarnos mejor sabor de boca que los jóvenes que ya tenemos aquí.

Eso sí, al parecer la entidad sigue dando pasos en otros sentidos diametralmente opuestos al refuerzo del equipo.

Además, de esos árboles altos y esbeltos ya citados que salen en momentos señalados, es posible que se haga habitual escuchar a miembros del Consejo en espacios en los que según ellos había demasiados focos de crítica.

Bienvenidos sean si eso se confirma. 

Ahora, en una gran película que pude ver hace años titulada "Enemigo a las puertas" la labor de comisariado político efectuada por Joseph Finnes  no tiene buen final.

Siempre habrá gente que no comparta el guión establecido. Que trate de burlar la postura oficial. 

Y todo ello aún sin tener la belleza y la apostura de un magnífico en aquel film, Jude Law    


martes, 24 de enero de 2023

Un fino pero persistente velo de bruma

No sé si la sensación que experimento estos días la siente algún seguidor granate más o solo es fruto de mi agotada paciencia para con el indignante comportamiento de la "cúpula" que desgobierna esta entidad. Una "cúpula"que está empeñada en borrar hasta el más mínimo atisbo de grandeza que aún pudiera sobrevivir en algún rincón escondido del  vapuleado corazón del Pontevedra CF.

Lo cierto es que al toparme con las noticias referentes al resto de equipos de la Primera Federación ya sean en redes sociales o en otros foros de información consultados, tengo la impresión de leerlas envuelto en un fino pero persistente velo de bruma que me hace incluso sentir que son noticias ajenas por completo al Pontevedra CF. Que no se refieren a su competición. Que son de otra categoría en la que sí se tiene en cuenta a la gente, en la que se peina e intentar sacar fruto de las ventanas abiertas de mercado y, en definitiva, en la que se busca o por lo menos se intenta optimizar las condiciones de las diferentes entidades deportivas.

Leo y me informo de las incorporaciones o bajas de equipos, no ya como el Deportivo, Córdoba o Alcorcón, sino el Talavera, el Ceuta, el S.Fernando el R. Majadahonda, por poner algunos ejemplos y me sorprendo a mí mismo al darme cuenta de que sí, de que esos conjuntos comparten grupo de competición con el Pontevedra CF; que son (o eran, ya no lo tengo tan claro) nuestros rivales, aquellos equipos con los que nos jugamos permanecer en la 3ª categoría del fútbol español y que no son conjuntos de otra Liga, de otro mundo, de otra realidad.

Tardo bastantes segundos en asimilar las informaciones citadas y abro los ojos desmesuradamente delante de la pantalla de mi teléfono móvil o de mi ordenador mientras me asaltan preguntas que aumentan mi desconcierto y llenan de algo más de oscuridad el velo brumoso antes mencionado.

Pero cómo? Se puede fichar gente? Se pueden entablar negociaciones para tratar de buscar fichas libres en tu propia plantilla? Es lícito presentar y anunciar iniciativas captadoras de nuevos seguidores como la tan "revolucionaria" medida de campaña de abonados de segunda vuelta? Y el colmo ya: Se pueden anunciar los precios para un partido individual con seis o siete días de margen?

Todo eso leo y compruebo que pasa al otro lado del grisáceo, húmedo e irritante velo de niebla mientras en el espacio situado bajo la influencia de la bruma todo resulta cada vez más caótico, más patético y más contrario al sentido común que ya parece ha desaparecido del todo en esta institución. 

Una institución la que estoy seguro todavía quiere mucha gente pero que se encuentra "secuestrada" y zarandeada por una guerra de egos, ambiciones y rivalidades que la destrozan lenta pero inexorablemente.

Es en este entorno fantasmal, que parece sacado de otra realidad ajena a una categoría semi- profesional, en el que nos encontramos un cese de un entrenador a golpe de miércoles por la noche sin importar que el último partido se hubiera jugado el Sábado por la tarde.

Es en este entorno de sombras en el que todavía tienen que pasar 24 horas más (Jueves por la noche) para que se anuncie el nombre del nuevo "director de entrenamientos" (denominación de nuevo cuño de la "cúpula" para denominar a la figura del entrenador granate.

Es en este entorno en el que apenas se ve nada y tienes que pisar con cuidado para no meter los pies en cualquier hoyo traicionero, en el que el nuevo técnico es el que hasta ese momento ocupaba el cargo de Director Deportivo todavía no se sabe si con mando en plaza (parece que con algo sí, según veremos a continuación) o solo con funciones de recopilador de informes y "trasladador" de sugerencias.

Es, en definitiva, en este entorno atosigante y falto de aire puro y limpio en el que la plantilla del Pontevedra CF "preparó" en un solo entrenamiento otro partido importantísimo en el que fue destrozado, zarandeado y goleado por un rival que ya se marcha con 9 puntos de margen más el golaverage.

En este mundo aislado y solitario en el que vive la cúpula del Pontevedra CF y al que arrastra cual fuerza magnética irresistible al resto de los elementos de la entidad entre los que tristemente se encuentra su afición, se entiende como algo normal nombrar a Toni como entrenador sin importar que la experiencia de éste en los banquillos sea solo de dos meses hace casi una década.

Se entiende como normal estar a una semana y poco del fin del mercado invernal y continuar con un jugador menos de los que tenía el equipo antes del comienzo de dicho mercado.

Y ojo con respecto a esto porque vuelve a circular algún rumor de que en los próximos días un jugador joven y con mucha proyección de la plantilla pueda marcharse a engrosar las filas de otro equipo gallego de la misma categoría en la que milita el Pontevedra  y que no viste de color celeste. 

Estaremos atentos a esto y a cual es la reacción de la "cúpula" en los últimos días de ventana de incorporación de nuevos jugadores. 

Si ya se da todo por perdido o no.

Y se entiende como normal (pues ninguna reacción sobre el particular ha tenido la dichosa "cúpula" un par de días después) la incendiaria rueda de prensa del Toni Otero tras el partido jugado en la Línea de la Concepción.

No puede haber nada tan diametralmente opuesto a un revulsivo que anime y limpie la cabeza de una plantilla deprimida. que las declaraciones de Toni tras el 3-0.

Tras apelaciones vanas y sin ninguna credibilidad acerca de su responsabilidad en la derrota, apeló a la actitud con "c" como único ingrediente que había fallado el Domingo y cuya ausencia propició la derrota del equipo al lado del peñón.

Nos enteramos que sí. Que esta plantilla es su responsabilidad y que la considera capacitada para permanecer "si quiere". 

Es decir, que hasta ahora no han debido de querer porque no le ganamos a nadie, esta última ironía es del que esto escribe.

No se puede acudir a un incendio con la voluntad de extinguirlo si tu mentalidad es la de "pirómano".

No se puede tratar de cortar una inundación arrojando varias garrafas gigantes de agua sobre la ya derramada.

No se puede intentar cambiarle la cara a una plantilla (que, ojo, sí tiene responsabilidad en lo que sucede, pero que atraviesa por una etapa de falta de confianza tremenda y que además no ha sido reforzada como se merece para este reto) "golpeándola" en público (en privado haz lo que creas conveniente) con bofetadas como la falta de actitud, o ese tendencioso "si quiere". 

Es un  disparate todo. Un absoluto disparate que no hace sino aumentar esa sensación de asfixia y de opresión que no parece tener otro final que la inevitable caída a la 2ªRFEF.

En la 4ª división que ya conocemos lo que no habrá ya será ese fino velo de bruma a través del cual a este atribulado bloguero le parece ver todo lo que sucede en esta casa que un día, hace ya demasiado, fue grande y señorial.

Lo que habrá es un manto tupido e inmenso de nubes que será complicado volver a atravesar y existirá también otra herida abierta en la paciencia de una masa social cada vez más desencantada y con menos argumentos a los que agarrarse para encontrar sentido a esta pasión.

Tengo dudas acerca de que la maldita "cúpula" haya tirado la toalla ya y entienda como inevitable el descenso de la categoría.

Lo único que puedo decir desde este humilde blog es que sigo pensando y manteniendo que en ese vestuario hay gente a la que le importa esto. Esta camiseta, este sentimiento.

Apelo a su orgullo para tratar de agarrarnos como sea a las pocas posibilidades que nos resten de mantener esta categoría.

Apelo a su unión, a su rebeldía y a sus ganas de seguir defendiendo este escudo tan bonito que portan en el pecho.

Y a aquellos que todavía estamos en la nave. Aquellos que estaremos el Domingo en Pasarón, preocupados y cada vez más nerviosos a medida que los rivales se nos marchan en la tabla. A aquellos que todavía nos duele todo esto y que nos importa que el Pontevedra esté lo más arriba posible...

A aquellos, en definitiva, entre los que me encuentro, solo nos queda a la hora de mostrar nuestro malestar tratar de apuntar en la dirección correcta y en el momento correcto.

Ser inteligentes para no entrar en la estrategia de autodestrucción que parece reinar en la entidad que parece haber puesto dirección descendente y sin frenos hacia los infiernos.

En el campo hay tres puntos en juego y unos futbolistas a los que imagino en una situación nada envidiable.

Yo trataré de aportar un mínimo grano de arena para ayudarles a ganar. 

Ayudarles a ellos, los jugadores, que a día de hoy son nuestro único asidero por muy malos resultados que estén cosechando.

Al resto, ni agua. 

Por el resto, solo puedo mostrar un cada vez más hondo sentimiento de indignación y de cabreo.



 

martes, 17 de enero de 2023

J.Aurelio Gay, Salamanca y una caída a los infiernos.

Hace menos de un mes cumplí 50 “castañas”.

No, tranquilos. No voy a hablar de la manida crisis del medio siglo ni de Harley- Davidson ni cazadoras de cuero o patéticos intentos por atraer a personas sensiblemente más jóvenes.

Lo que sí voy a comentar es que dentro de nada cumpliré 42 años como socio (ahora abonado) del Pontevedra CF.

Más de cuatro décadas han pasado ya desde que mi padre un verano ya demasiado lejano me colocó delante de los ojos un papel acartonado en el que se leía bajo el escudo de la entidad la expresión “socio infantil”.

A lo largo de todas estas temporadas solo he podido ver al equipo una campaña en el denominado fútbol profesional.

Una temporada, UNA, entre más de 40 que han transcurrido desde que esta extraña fiebre se colara entre mis huesos de manera permanente.

Cómo olvidar al entrenador de aquella plantilla que dirigió a sus jugadores hasta lograr subir a segunda división?

Cómo olvidar su debut en la temporada anterior al ascenso frente al Real Madrid B y aquel 4-3 espectacular en el que “explotó” por primera vez Javi Rguez, Padín llegó a jugar hasta de medio centro más “retrasado” del equipo y Rubén González acabó haciendo el ridículo dando “botecitos” sobre el césped instantes antes de que aquel inolvidable “9” le retratara por última vez?

No recuerdo haber visto jugar al Pontevedra CF de manera tan vistosa y llamativa en todo mi periplo como aficionado que cuando fue entrenado por J.Aurelio Gay.

Sí le he visto jugar bien con otros entrenadores y también con el propio ex jugador zaragocista.

Lo que quiero decir con esta última frase es que a veces, con Gay, el Pontevedra no jugaba bien sino que lo hacía de manera extraordinaria en ataque pero sin encontrar el equilibrio debido en defensa.

Ese equilibrio que sí se encontró en la fase de ascenso exitosa del año 2004 en la que fuimos capaces de mantener la portería a cero en cuatro de los seis partidos del play off con “batallas” tan feroces como la de Miranda o incluso la del último partido jugado aquí contra un gran Lorca.

Cuando llegó la hora de la verdad ese equipo sí arropó a los Juanlu, Vázquez o Bahón con trabajo y sacrificio defensivo para lograr el hecho más importante que por lo menos estos ojos han podido ver en relación con el Pontevedra CF, jugar en 2ªDivisión.

He hablado del primer partido de Gay pero ahora quiero hablar del último.

Ese último pude verlo “in situ” y se jugó en el mes de Enero, en la ciudad de Salamanca y con el Pontevedra en puestos de descenso. Era la última jornada de la primera vuelta. Les suena de algo?

Viajé a la preciosa ciudad castellana con tres amigos y con la débil e ingenua esperanza de que aquel partido que se iba a disputar contra un rival directo ( la desgraciadamente extinta “UD Salamanca”), significase el final de la caída de un equipo que bajaba sin frenos y que fuera el primer paso para la recuperación.

Y soñaba también con ganar para evitar lo que ya era casi un secreto a voces. Que de no hacerlo, J.Aurelio Gay dejaría de ser el entrenador de mi equipo.

El partido fue decepcionante. Apenas se llegó al área rival y la derrota por 2-0 resultó inapelable.

Triste, preocupado y más atribulado que nunca, regresé a Pontevedra pensando en aquel ataque formado por Padín, Xaco, Capdevila, Busto y Javi (con Mauro y Casablanca que a veces, bueno, que casi siempre atacaban más que defendían) que tan bien me lo habían hecho pasar las dos temporadas anteriores y sentí una profunda nostalgia al comprobar que el artífice de aquello, que el entrenador que por fin había logrado sacarnos de la insoportable 2ªB de 80 equipos, se iba a tener que marchar a su casa.

Sí. Ya sé que aquella temporada se protagonizó un mercado de verano dantesco y bastante lamentable iniciando la política de traer gente de ultramar que apenas rindió en  nuestra ciudad.

Los nombres de Garipe, Adinolfi u otros más cercanos como el de José Manuel aún se recuerdan como fichajes fallidos e incomprensibles y no se dio ni de lejos con la tecla a la hora de reforzar bien la plantilla.

No obstante, de lo que quiero hablar es de lo duro que fue presenciar la caída de un entrenador que nos había llevado a 2ª más de 25 años después de la última vez y que iba a ser cesado por la ley más antigua del fútbol que todavía existe aunque parece que algunos (o algunas) no se han enterado todavía, la de los resultados.

La admiración por Gay era evidente no ya por el que esto escribe sino por gran parte de la afición.

El agradecimiento general hacia J.Aurelio también era patente entre los seguidores granates pero el equipo no iba, no ganaba, se había metido en un bache que luego fue socavón desde aquel partido maldito contra el Terrasa en casa empatado a última hora y la herida se agrandaba cada vez más hasta correr el riesgo de que fuera irreparable.

Y Gay fue cesado.

El entrenador que había devuelto al Pontevedra a segunda tras tanto tiempo de zozobra fue despedido y otro vino a sustituirle y con él varios jugadores que subieron algo el nivel de la plantilla hasta sumar más de 30 puntos en la segunda vuelta que desafortunadamente no fueron suficientes.

Se buscó un revulsivo y se trató de corregir lo que se había hecho mal en verano.

No se logró. Por poco, pero no se consiguió la salvación. 

Sin embargo, se intentó. Se sacrificó al entrenador más importante (por lo menos para el que esto escribe) que ha tenido el Pontevedra en este siglo para buscar el objetivo y se hizo a pesar del cariño que casi todo el mundo le tenía a J.Aurelio Gay.

El club se comportó de manera profesional. Fue consciente de lo mucho que había costado subir a segunda y que había que hacer todo lo posible para no volver a los infiernos.

Lo que vino tras aquel descenso es otra historia de la que quizá pueda escribirse en otra ocasión.

Hace tres días el Pontevedra llegó a Salamanca en puestos de descenso a jugar contra un rival directo la última jornada de la primera vuelta. Les vuelve a sonar?

El equipo se volvió de vacío y acumuló la segunda derrota seguida ante equipos de nuestra zona clasificatoria agravando todavía más su precaria posición en la tabla.

No ha pasado nada.

El entrenador sigue en su puesto, el otrora director deportivo (si es que alguna vez puede alguien al margen de Féans llamarse así en el Pontevedra CF de Lupe Murillo) y ahora “recopilador de informes y sugerencias” sigue mudo al parecer, según él, porque no le dejan hablar.

La Presidenta tampoco dice nada, lo que quizá sea positivo pues cada vez que habla solo es para mostrar desdén hacia lo poco de masa social que todavía le queda a la entidad.

El mercado de invierno continúa y a día 17 de Enero hemos disputado dos auténticas finales con un jugador menos en plantilla de los que comenzaron la Liga.

Ni un comunicado oficial sobre Gueye informando, por lo menos, de que se trabaja para hacer valer los derechos de la institución de manera contundente.

Hace falta gente arriba, con desborde, con uno contra uno y con GOL y se da de alta a un defensa.  

Y el Pontevedra sigue sin ganar dos partidos seguidos en Liga. Y la salvación se aleja, se hace más complicada mientras que el margen de error se estrecha.

El “Director General” habla para Salamanca y dice añorar los fines de semana saliendo por las noches por la villa universitaria pero todavía no hay campaña de abonos para la segunda vuelta.

Todo resulta insoportablemente decadente.

No hay un mínimo de profesionalidad en el funcionamiento de la entidad por encima de jugadores y entrenador.

No se sabe porque no se busca un revulsivo en forma de cambio de técnico aunque no es difícil sospechar que si no se hace no es porque se confíe en Antonio sino porque no se tiene ni idea de lo que hacer después.

No se sabe si se va a intentar reforzar de verdad el ataque ni quien recomienda fichar (si es que se tiene pensado hacerlo). ¿Lo hace Toni, Feáns o Lupe Murillo?

El césped de Pasarón es un desastre; la peregrinación del equipo para entrenar con un mínimo de condiciones cada semana, desquiciante.

No encuentro nada a lo que me pueda agarrar para hallar alguna esperanza de que a esto se le pueda dar un giro que evite volver a una categoría formada por 90 equipos y en la que me resulta realmente insoportable militar de nuevo.

En la Línea de la Concepción, en unos días, volverá a jugarse un partido crucial y todo indica que ningún refuerzo llegará tampoco para intentar ayudar en esa importante jornada.

La famosa frase de Antonio “permanencia holgada” parece a día de hoy una “boutade” tan absurda como improbable y cualquier aficionado de la entidad firmaría ahora mismo conseguirla el último día, en el último minuto, después de que Lucas Pérez fallara tres muy claras y nosotros metiéramos la única aunque fuera con la rabadilla.

Será muy difícil llegar a ese día con opciones.

Para ello sería imprescindible dejar de regalar goles absurdos casi todos ellos en los comienzos del primer o segundo tiempo haciendo gala de una concentración más propia de una clase de párvulos que de un equipo serio.

Sería necesario que alguien más, además de Alex, desbordara por la banda y colocara algún centro medianamente decente.

Sería obligatorio que Charles y Rufo las metieran o metieran alguna por lo menos en aquellas ocasiones en que sí las tienen y que Bakero demostrase que de verdad es hijo de aquel melenas que jugaba en el Barca de Cruyff en los 90.

Sería necesario, en definitiva, que con todas las carencias que tiene esta plantilla, que las tiene, todos y cada uno de sus miembros además del entrenador dieran su mejor versión en todos los partidos que restan.

Solo de esa manera, desterrando irregularidades y faltas de atención intolerables (no solo por parte de los jugadores sino también del mayor responsable de que no se produzcan, activando como es debido a su gente) se podría volver a soñar con meter a 5 equipos por debajo.

Solo de esa manera podrían conseguirse las victorias necesarias para evitar el desastre que constituiría el regreso a la 2RFEF.

Creo que en ese vestuario todavía hay gente a lo que esto le importa y mucho.

A eso y a la consecución de esa regularidad que parece tan lejana me aferro para seguir soñando.

Porque no nos engañemos. 

A día de hoy, con la nefasta gestión de Lupe Murillo al frente de la entidad, quedarnos en 1ºRFEF es simplemente eso, un sueño.    

lunes, 9 de enero de 2023

Y la carroza volvió a ser calabaza.

Fue bonito el cuento de hadas en el que ha vivido y soñado el Pontevedra CF a lo largo de las últimas tres semanas.

Los primeros trazos de esa fábula maravillosa en la que se ha visto envuelta la sociedad granate comenzó en la villa andaluza de Algeciras en la que sus jugadores empezaron a mudar su habitual fisonomía y protagonizaron una victoria sin alardes pero importante y sobria que volvía a colocarlos cerca de la frontera de la salvación en la Liga.

Continuó la experiencia onírica días después en Pasarón eliminando al CD Tenerife de la Copa del Rey, en un partido bien jugado. 

Aquel día las gradas se poblaron más que de costumbre dotando de algo de color a la habitualmente desangelada "pista de baile" granate y, además, un pequeño pero rápido jugador senegalés de nombre Libasse Gueye mutó en la primera media hora de juego en una mezcla impactante de Goerge Weah y Sadio Mané para dejar ojipláticos a los allí presentes que se miraban con la boca abierta no entendiendo demasiado lo que estaba ocurriendo.

No obstante, el plato fuerte estaba por llegar. 

El acto central del asombroso cuento navideño que vivía el Pontevedra CF tuvo lugar después del breve parón vacacional de los jugadores recibiendo al RCD Mallorca en una nueva ronda del torneo del K.O.

Como si de aquel legendario baile al que acudió Cenicienta en una lujosa carroza y portando unos deslumbrantes zapatos de cristal se tratase, las gradas del ex vetusto Pasarón lucieron engalanadas igual que aquel salón espectacular en el que la bella Cenicienta y el Príncipe se enamoraron para siempre ante la mirada envidiosa de madrastra y hermanastras de la protagonista.

Cerca de 10.000 personas se reunieron a la ribera del Lérez para alentar al Pontevedra CF superando, por ejemplo, la entrada que se produjo el día en el que se consiguió hace unos meses el ascenso virtual contra la UDS Salamanca.

Claro que ya en ese momento existían indicios que hacían presumir que el cuento podría estar llegando a su fin. Que nada de eso era real. Que volverían las sombras a tapar las luces; las lágrimas a borrar sonrisas y el cemento a reinar sobre el escenario.

La pésima gestión del Consejo de Administración de la institución que volvió a demostrar una vez más que no está preparado para acoger habitualmente tales avalanchas de gente constituyó uno de esos indicios.      

Ni una sola medida adicional para reforzar y agilizar la entrada al estadio fue capaz de tomar la "cúpula".

Las mismas puertas abiertas (una por grada). Los mismos efectivos trabajando (ni un refuerzo siquiera para ayudar a unas personas que capeaban como podían el vendaval que les llegaba sin tener ninguna responsabilidad de la "tempestad").

Todo ello provocó grandes colas en los accesos aún a pesar de llegar con más de 40 minutos de antelación al choque y bastante gente teniendo que entrar ya con el partido disputándose.

Provocó también que muchos abonados tuvieran que "batallar" con otros seguidores que se habían acomodado en sus butacas con entradas al parecer no numeradas sin que ninguna persona contratada por el club apareciese para ayudar a solventar esta clase de situaciones.

Esto último resulta curioso pues en el "macropalco" de Pasarón (que no se encontraba demasiado lleno ese día) si había, como de costumbre, personal que indicaba a cada uno donde debía acomodar sus posaderas (hay clases, ya saben ustedes).  

En definitiva, hubo incluso algún testimonio de aficionado abonado que no puedo entrar a su grada por hallarse llena y se vio obligado a desplazarse a otra.

Síntomas claros de la improvisación de un Consejo que a pesar de ser consciente que se estaban vendiendo un montón de localidades para la eliminatoria, se vio cogido por sorpresa ( vamos a utilizar la versión menos cabreante) y no fue capaz de estar, otra vez, a la altura.

A pesar de todo ello, quisimos seguir viviendo el sueño y más tras comprobar que el equipo volvía a salir corajudo y disciplinado al campo para demostrar que el Mallorca tendría que sudar mucho para estar en el bombo de 1/8.

Y a pesar también de que existían más indicios de que dicho sueño estaba próximo a expirar.

Otra de esas muestras de que el despertador iba a sonar pronto de manera inmisericorde no fue otra que la "desaparición" del "héroe del Tenerife".

Nuestro Mané particular había decidido días atrás hacer "mutis por el foro" y no regresar "al lugar de su leyenda" tras el término de las vacaciones.

A día de hoy no está todavía muy claro que es lo que ha pasado con el peculiar Gueye pero lo que parece claro es que no va a volver a vestir esta camiseta ( o sí, que con la "cúpula" nunca se sabe).

Tampoco la ausencia de la reencarnación transitoria de Weah minó la moral del respetable. Ni las lesiones que afectaron bastante a la capacidad de maniobra para ese partido desde el banquillo.

El caso es que el equipo quiso seguir soñando y nosotros lo hicimos con él durante 90 minutos intensos en los que el Mallorca no logró hacer gol y los 30 restantes de una prórroga que aunque se decidió pronto no afeó el esfuerzo y la imagen mostrada por el Pontevedra CF.

No quiso el que esto escribe aún teniendo este carácter atribulado ya conocido por los lectores de este blog, despertar del sueño y salir del cuento de hadas.

No sé si por la cercanía de Reyes, por la emoción del encuentro ante los bermellones o por lo que sea, lo cierto es que preferí creer que 72 horas después Pasarón reuniría por lo menos a los que allí estuvimos el día del Tenerife o el del Alcorcón o el del año pasado del Adarve.

Que jugábamos una "final" y que cientos de seguidores se habrían enganchado a la aventura del equipo tras verles pelear frente al Mallorca.

Por eso el despertar del sueño fue tan brusco. Por eso ver de nuevo la carroza convertida en calabaza fue tan duro y por eso me llamé a mí mismo de ingenuo para arriba mientras veía como se acercaban los minutos hasta las 7 de la tarde del Sábado ( sin TVG2) y el frío del cemento hacía las veces de alarma mañanera.

Los mismos de siempre. Los mismos. Ni uno más y quizá alguno menos. Esto es lo que hay y habrá que aceptarlo por muy decepcionante que resulte.

A esta situación no se llega de un día para otro sino a lo largo de un periodo de tiempo importante y si bien como ya he escrito alguna vez el último responsable de acudir o no a un evento es el hipotético espectador, tanto tiempo de inacción ayuda claramente a que se produzcan estos desengaños.

Y la alarma siguió sonando ya con el partido empezado. 

Sonó aún cuando el equipo salió bien al partido y pudo marcar casi en los dos primeros minutos.

Sonó cuando se regaló tan pronto el 0-1 en una acción en la que le bastó al Badajoz un saque de portería, una peinada lamentablemente defendida y una flagrante desatención tras ese toque de cabeza para ponerse por delante.

Siguió sonando mientras fallábamos ocasiones claras y permitíamos que un rival que llegaba mermado siguiera ganando.

Se atenuó el pitido con el empate a un tanto y la llegada de un descanso que auguraba una segunda parte difícil por el dantesco estado del ¿césped? pero esperanzadora si no regalábamos más en las áreas.

Y, por desgracia, atronó la maldita alarma cuando el equipo salió dormido y muy parado al campo; cuando en otro balón largo uno de los centrales se hallaba dos o tres metros por detrás de la línea de sus compañeros y el otro permitió contemplativo como un rival se metía hasta la cocina para hacer el 1-2 y terminó por ensordecer mis oídos el resto de una segunda mitad llena de esfuerzo, sí, pero también de impotencia, desesperación y nerviosismo hasta que llegó el final y se consumó una derrota muy grave que nos deja realmente tocados en la clasificación. 

Lo que voy a comentar ahora no es ni una excusa ni un atenuante a una derrota cosechada por nuestra incapacidad para dominar las dos áreas. La del rival no es algo nuevo pues a veces no llegamos y cuando sí lo hacemos (como en la primera parte del Sábado) fallamos como una escopeta de feria y algo más raro es regalar tanto en nuestra propia parcela. Ha ocurrido antes, sí, pero ha habido veces que sí hemos estado bien atrás.

Por tanto, que nadie lo interprete como una excusa pues estaba igual para los dos pero el estado del terreno de juego de Pasaron resulta especialmente vergonzoso e indignante.

Y es que además, esta situación no es de ahora. Es de hace años. De cuando se hizo la reforma y es necesario ponerle solución ya.

Aunque solo sea por imagen. Es muy triste ver como el Pontevedra CF tiene un césped que no sería digno ni de 2RFEF. Y ojo, no solo cuando llueve sino también cuando no llueve, cuando hace mucho frío o cuando hace mucho calor, es decir, casi siempre.

La cruda realidad tras el partido ante el Badajoz, con una calabaza vieja como Ruperta entre las manos y no ya el flamante carruaje del cuento vivido, es que el equipo vuelve a descolgarse en la lucha por la permanencia.

Esa cruda realidad nos dicta que seguimos teniendo tremendos problemas ante el gol y ante el centro o último pase antes del remate final.

Que necesitamos, ya no como el comer, sino como el respirar refuerzos en ataque, tanto en la delantera como en las bandas.

Que se hace imperativo dotar al equipo de más gol (Charles 3, Rufo 1 y Bakero 0) y también de más calidad en el centro y en el uno contra uno en el que solo el capitán Alex Glez es capaz de desbordar a sus pares.

Que llevamos ya 9 días de mercado y se ha dado salida a Ortiz para dar de alta a un defensa, Derik, que llevaba meses entrenando con nosotros y en los que Gueye ha provocado un "sfumatto" de manual.

Estamos pues con un efectivo menos que al principio del mercado mientras algunos rivales (Majadahonda, por ejempo) ya han empezado a reforzarse de verdad.

Hay que quemar las naves. Hay que agotar las posibilidades económicas con las que se cuente para potenciar el ataque de la plantilla.

Deslizarse por este tobogán sin que aparentemente no se haga nada más que mandar besitos, saluditos y silbiditos por aquellos que tienen la obligación de hacerlo no tiene sentido.

Esta categoría no esta encuadrada dentro del fútbol profesional pero es profesional. Y como tal hay que comportarse. 

"Los de siempre" que siguen siendo más de 2.000 merecen algo más que ver como el equipo se despeña y vuelve otra vez a la cuarta división.

Merecen por lo menos que se intente. Que se busquen formas de mejorar el equipo. Que se sea rebelde ante un descenso horroroso. Que se les respete poniendo toda la carne en el asador para no ver de nuevo al Pontevedra CF en una categoría insoportable.