lunes, 18 de enero de 2021

Así no se puede seguir

El Pontevedra fue ayer muy inferior al Racing de Ferrol, infinitamente inferior al Racing de Ferrol, insoportablemente inferior al Racing de Ferrol.

Tratar de poner "paños calientes" a lo anterior; tratar de justificar el horroroso partido realizado por los nuestros por las bajas, el césped, el frío o un meteorito caído del cielo no sería más que negar la realidad, dar la espalda a la cruda situación que atraviesa el equipo y echar paladas de tierra sobre un problema que lo que necesita es ser solucionado lo antes posible.

No es tarde todavía para la reacción. El equipo depende de sí mismo para ocupar uno de los tres primeros puestos y en sus botas tiene todavía cumplir con el objetivo de clasificarse ya desde el final de la primera fase para la nueva 1ªRFEF y desterrar la posibilidad de un descenso de categoría pues eso y no otra cosa significaría no meterse en la "pro".

Por tanto, no se trata ya de dejar de creer en el equipo ni de pensar que no estamos a tiempo de reaccionar y salir a flote porque el Pontevedra CF es todavía a día de hoy dueño de su destino y solo de sus resultados depende que esta primera fase acabe de una forma exitosa.

 Ahora bien, una cosa es ser consciente de que restan 9 partidos y que todo es posible si se vuelve a enderezar el rumbo y otra muy distinta es entender que "lo" de Coruxo (acerca de lo cual ya se ha escrito en este blog largo y tendido, tildándose por muchos de alarmistas las líneas redactadas) y que  "lo" de ayer resulta normal en un equipo que tiene las aspiraciones del Pontevedra CF.

Particularmente, las sensaciones que el que esto escribe vivió ayer en Pasaron viendo como el equipo se desangraba en un mar de impotencia y nulidad total de ideas me recordaron a algunas experimentadas hace muchos años, a mediados de los años 80.

Corría en concreto la temporada 85/86 y tal y como sucede ahora la 2B iba a ser reestructurada. De dos grupos de 20 equipos se pasaría en la temporada siguiente a solo uno de 22 equipos con lo que mantendrían la categoría los 7 primeros clasificados de cada grupo.

Fue aquella una temporada, en consecuencia, más importante y estresante de lo normal. La capacidad de error era menor y había que evitar el descenso a toda costa.

Se hizo un buen equipo, la gente todavía mantenía la ilusión propia del ascenso desde tercera logrado 2 temporadas atrás y todos nos las prometíamos muy felices.

El final de Liga fue dramático y terrible para el equipo que no fue capaz más que de ocupar la 9 plaza y se veía condenado de nuevo a la 3ª División. 

Sin embargo, los problemas económicos del Deportivo Alavés provocaban que el octavo clasificado mantuviera su plaza en la categoría y el "runrún" existente acerca de los problemas también de dinero del Palencia mantuvieron en vilo a la ciudad ante la posibilidad de "salvar el cuello" en los despachos.

Y así fue. No me acuerdo cuantos días después de terminar la competición de Liga se oficializaba el descenso administrativo de los palentinos y la permanencia del Pontevedra CF en aquella 2ªB que al año siguiente fue de un solo grupo y dos años después ya de cuatro como en la actualidad.

Observando, escribía algo más arriba, como el Pontevedra no era capaz casi ni de hacer cosquillas al rival a pesar de jugar éste toda la segunda parte con un jugador menos, recordaba aquella lejana temporada llena de ilusión en la que el equipo al final falló en el campo y fue salvado "in extremis" por los errores de los demás de un descenso irremediable cuando había sobre el césped argumentos más que sobrados para no tener que pasar por aquello.

Esta temporada, lo llevamos diciendo desde el principio, no es como las demás. 

No estar en la 1ªRFEF o la "pro" (o como demonios se la quiera llamar) supone un descenso y bajar a la antigua 3ª para los que lo hagan supondrá dos descensos de una tacada. 

A día de hoy, caer al 7º puesto del subgrupo y no tener ya opciones de mantenerse es una posibilidad tangible y ponerlo de manifiesto no debe ser tachado de alarmismo sino de toque de atención para una reacción inemediata.

Además, para añadir más dramatismo e incluso confusión, se ha unido el dichoso coronavirus como ingrediente principal de este explosivo y picante plato con la consiguiente reducción de partidos, sistema de competición bastante maquiavélico y reducción acusada (cuando no ausencia total) de público en las gradas.

Para sortear todos estos inconvenientes; para superar las adversidades y conseguir el objetivo mínimo para esta campaña de no bajar un escalón en el panorama de nuestro fútbol (ya subir a 2ª es otro cantar) todos los estamentos del club (desde la cúspide) hasta el último eslabón de la cadena debían y deben estar a la altura desde la atípica pretemporada hasta el último día de la temporada.

En verano nos ilusionamos todos mucho con el regreso de Charles que acogimos con entusiasmo; asistimos con alegría a la continuidad de los jugadores que considerábamos clave a excepción de Alvaro Bustos; nos gustaron fichajes como los de Xisco, Imanol o Mario Fernández.

Algunas voces ya alertaron sobre la cortedad de la plantilla especialmente atrás y en la punta de ataque. "Es mejor pocos pero buenos que muchos y regulares", fue una frase que se escuchó mucho por aquel entonces, especialmente desde dentro del club.

El caso es que  aquella victoria en Ferrol con la que empezamos la Liga subió todavía más la euforia y todo parecía de color de rosa.

Las semanas siguientes ya fueron demostrando que no era todo tan bonito. Que había buen once inicial, sí, pero que las carencias existían en algunos puestos de la plantilla y que además el juego, especialmente en la organización defensiva, empezaba a arrojar algunas dudas.

Y es que el Pontevedra CF no defiende bien, no lo ha hecho desde el comienzo de la Liga y es complicado alcanzar los objetivos marcados si se acumulan los goles en contra que a estas alturas tenemos en nuestro casillero.

Solo hemos conseguido dejar la portería a cero en dos ocasiones. En una de ellas (frente al Salamanca) este atribulado bloguero no tiene muy claro si el rival quería o tenía alguna intención de atacar y en la otra (Zamora) el equipo rival jugó casi 60 minutos con 10 jugadores.

No hemos defendido bien incluso con el marcador a favor como se demostró en A Malata y sobre todo en casa frente al Celta B, día en el que ni siquiera contar con un 2-0 a favor nos ahorró tener que pedir la hora al final.

A esos problemas defensivos (y cuando hablo de "defensivos" me refiero a organización defensiva del grupo y no solo a los zagueros) se unen las indudables carencias en el juego de ataque que el Pontevedra lleva demasiados partidos demostrando.

Ya antes de las lesiones sobre las que luego se hablará, el equipo abusaba (lo sigue haciendo a día de hoy) del juego en largo desde la defensa hacia se supone que Rufo. 

Lo cierto es que la presencia de este bravo delantero no justifica ni mucho menos que se opte como primer plan de juego por esta opción fácilmente contrarrestable por los rivales al no tener el resto de nuestros jugadores demasiadas características proclives a ganar la segunda jugada, a imponerse en el choque del balón dividido y a empotrar de esa manera al rival sobre su área, algo que no se ha conseguido nunca hasta el momento.

En el campo, por tanto, se han demostrado carencias y problemas que en este momento de competición se están haciendo más graves y están costando todavía más puntos.

A esta situación se unen las bajas que el equipo ha venido acumulando y con relación a las cuales el Consejo de Administración no ha reaccionado con la suficiente prontitud teniendo en cuenta las circunstancias que rodean esta Liga.

La lesión de Romay y las dos seguidas de Cruz, unidas a la cortedad de la plantilla antes citada, exigían moverse con más rapidez en los días previos a la apertura del mercado para encontrar con urgencia al menos una pieza que paliase la ausencia sobre todo del mediocampista de Malpica.

Se ha fichado hoy, día 18 y  un día después de la debacle de ayer a Damia Sabater, centrocampista formado en el Mallorca y que ha jugado este primer tramo de Liga en La Nucía.

Será suficiente esta incorporación?  Sinceramente, todo apunta a que no y más después de la lesión de un Rufo que ayer estuvo igual de mal que el resto pero cuya presencia resulta imprescindible para el equipo.

En el momento de redactar este escrito se desconocen las consecuencias del golpe en el hombro que le obligó a a retirarse ayer del terreno de juego pero todo la entidad tiembla ante la posibilidad de que una de sus clavículas esté dañada y no pueda ayudar a sus compañeros en bastantes semanas.    

Ayer se vio en que se queda el ataque del equipo sin Charles y el "9". Salieron Diz y Samu que ayudaron mucho en Copa ante el Cadiz pero a los que no se les puede exigir que lleven el peso del ataque del Pontevedra CF en una temporada tan crucial como esta.

Precisamente ese partido con el Cádiz o el del Cartagena pusieron de manifiesto que el equipo tiene fútbol y posibilidades. 

Ahora bien, esos partidos se jugaron sin la presión de la Liga y su clasificación y contra equipos que dejan jugar más y cuya presencia en la Copa tampoco es prioritaria.

La situación no es la misma y es en Liga donde hay que demostrar que sí se vale, que se quiere ser alguien en esto y que sé es consciente de la importancia que tiene para el club esta temporada.

Debo confesar que ayer "se me llevaban los demonios" desde el minuto 1 viendo a los jugadores del Racing morder, pegar, chocar y protestar como si de una final se tratara (porque era una final) y a los nuestro timoratos, pacatos y como fuera de un partido que se fue de la manera más dura y frustrante posible. 

Así no se puede seguir.

Hay que encontrar las soluciones de inmediato y aplicarlas sobre el césped desde este fin de semana en el que nos espera nada menos que el líder, Unionistas.

No se trata de aplicar magia sobre la hierba y tocar una varita para que todo salga a pedir de boca pero de lo que sí se trata es de ser de una vez por todas un bloque; aplicar la agresividad (que no dureza) y la intensidad que la situación tan crítica exige y aplicar un plan dentro del campo que sea racional y pueda conducirnos a una victoria que ya resulta cuasi imprescindible.

Y en los despachos nadie debería dormirse.

Son ellos los que conocen la situación económica de la entidad en una etapa tan delicada y difícil como la del coronavirus pero si existe una mínima posibilidad de traer algún hombre más que aporte de verdad y sume a lo que ya hay; si existe, insisto, esa posibilidad por pequeña que sea quizá debería aprovecharse pues no estar en la 1ªRFEF (ergo bajar de categoría) sería un fracaso rotundo que no nos podemos permitir.