En realidad, la entrevista se parecía mucho a cualquiera de las otras que se le han hecho a Guadalupe Murillo en los últimos tiempos, no tanto por las preguntas sino, sobre todo por las respuestas.
Sin embargo, el titular
principal de aquella: “Lo que identifica
al Pontevedra de Lupe Murillo es la tranquilidad”, provocó que casi de
manera inmediata a mi mente vinieran aquellas imágenes impactantes de Neil Armstrong
pisando por vez primera territorio lunar.
Corría el mes de Julio
de 1969 y ni el atribulado bloguero que estas líneas escribe ni la Presidenta
actual del Pontevedra CF habíamos siquiera nacido.
Millones y millones de
seres humanos se reunían en torno a las televisiones de sus hogares para
comprobar entre atónitos y algo acongojados como el Apolo XI llegaba al
satélite más cercano a la Tierra y Armstrong y Aldrin pisaban la luna embutidos
en sus trajes espaciales.
El primero que tocó
suelo selenita, Armstrong, pronunció al mismo tiempo que ponía el pié en tierra
firme (bueno, en este caso “luna firme”) la ya legendaria frase “Un pequeño
paso para el hombre pero un gran salto para la humanidad”.
Siempre me llamó la
atención el nombre de la zona de la luna elegida para el alunizaje de aquella
expedición tripulada, el Mar de la Tranquilidad.
Al parecer, y como en
realidad resulta bastante lógico, se buscaba una zona del satélite que fuera lo
más plana o llana posible. Sin montañas o cráteres que pudieran obstaculizar el
acoplamiento a la hora de tocar suelo de la cápsula en la que iban ambos astronautas.
Se imaginan a Murillo
rebanándose los sesos en busca de la máxima expresión de la tranquilidad?
Se la imaginan planeando
un cambio de sede social del Pontevedra CF para trasladarla a esa paradisíaca
zona de la luna en la que no corre el aire, no hay nada en quilómetros a la
redonda que estropee la vista de un horizonte insondable y en la que ni
siquiera tendría que aguantar a esos dos mil y pico (siendo optimistas) “pesados”
que siguen acudiendo regularmente al estadio con la ingenua intención de ver a
su equipo ganar partidos?
Que mejor idea que ese
traslado. Podría conllevar incluso la construcción de una vez por todas de esa
ciudad deportiva sin los molestos trámites en forma de licencias, calificaciones
del uso del suelo y demás zarandajas que tenemos en la tierra. Allí, en pleno
Mar de la Tranquilidad, habría espacio suficiente para construirla y cumplir
ese sueño pendiente para la entidad.
No se podrían jugar
partidos contra otros equipos y solo existirían encuentros entre los jugadores
de la plantilla granate (es posible incluso que podrían jugar esos partidos con
trajes espaciales de color granate que llegarían con tiempo suficiente antes de
empezar los entrenos y no como en la Tierra en la que a escasos días de tener
que jugar los dichosos partidos parece que no han llegado ni las camisetas
oficiales).
Sería perfecto. Sin la
presión de los resultados, ni de militar en una categoría impropia para la institución,
ni silbidos en unas gradas que estarían vacías ante el coste inasumible para la
gente de los viajes al ”campo espacial”.
Incluso podría conseguirse que la tvg nos
tratara con la deferencia que tantas veces hemos echado en falta y
retransmitiera los entrenamientos para que los abonados amortizaran en parte el
precio de los carnés.
Así a lo mejor el
Pontevedra CF volvería a ser un “grande” de Galicia.
Digo esto porque en la
entrevista publicada el Domingo, Murillo afirma también que “entendemos que el Pontevedra es grande en
Galicia y por eso siempre hemos soñado en grande..”
Es verdad que llevarse
el club a la Luna más que soñar en grande sería “soñar en alto” pero es que
creerse que el actual Pontevedra “sueña
en grande” es algo así como hacer creer a la gente ( como ya intentaron algunos conspiranoicos) que el
hombre nunca estuvo en la luna y que todo se rodó en un estudio de tv.
Porque…. De verdad es
soñar en grande o es tener mentalidad de “grande” que el club desde dentro no
considere un fracaso sin paliativos no ascender de 2RFEF a 1RFEF y ponga paños
calientes a un palo deportivo de primera magnitud?
De verdad es soñar en
grande o tener mentalidad de “grande” escuchar a tu entrenador hablar de “temporada
increíble” el mismo día en el que en tu propia casa te dejan sin ascenso?
De verdad es soñar en
grande o tener mentalidad de “grande” que no se te lleven los demonios al ver
como SIETE equipos de Galicia se encuentran a día de hoy en una categoría
superior a la tuya?
De verdad es soñar en
grande o tener mentalidad de “grande” conceder una entrevista al periódico más
importante de la ciudad y no manifestar ni un ápice, ni una mísera mota de autocrítica
en tu labor a lo largo de esta última década?
No Sra Murillo.
Mire, hay que
diferenciar entre club histórico y club “grande”.
El Pontevedra es y será
siempre un histórico, no de Galicia, sino de toda España porque figura en la
clasificación histórica de nuestra Liga al haber jugado en primera división,
circunstancia que han conseguido solo el Deportivo, el Celta y el Compostela aunque
este último ya no sea la misma sociedad.
Esto nadie nos lo podrá
quitar nunca y es motivo de recuerdo, de orgullo y de alegría.
Ahora, ser un “grande”
implica muchas más cosas de las que el Pontevedra CF por desgracia carece desde
hace tiempo (incluso desde antes del comienzo de su presidencia).
Ser un “grande” implica
exigencia máxima en lo deportivo y ser consciente de que un club como el
nuestro no puede malvivir en la cuarta categoría del fútbol español (por
cierto, la misma en la que estaba cuando usted lo compró) sin que tiemblen los
cimientos de la entidad por dentro cuando no se logra un ascenso que era
obligatorio.
Ser un “grande” implica
mojarse mucho más y hacer mucho más para que la masa social de la institución,
esa que acude a los partidos de una Liga y no aquella que solo se acerca a Pasarón
en los días importantes, crezca de una vez por todas y no se quede en esos dos
mil y pico que ya veremos si vuelve incluso a bajar tras otro nuevo revés
deportivo de su equipo.
Ser un “grande” implica
no traer un “coordinador de la secretaría técnica” cuando la plantilla estaba
prácticamente configurada y no tener muy claro cuáles son las funciones de
dicho coordinador pues de la entrevista no se deduce nada en firme.
Ser un “grande” implica
(o debería implicar) contar con una jerarquía clara en los despachos tanto en
el aspecto administrativo de gestión general del club como en la deportiva a la
hora de saber quien toma las decisiones, si esos nombres que aparecen en su
entrevista (Maestre, Charles, Ramos, Yago Iglesias ) o si las toma alguna otra
persona que sigue en la entidad y que no es mencionado ni una sola vez en dicha
entrevista.
Ser un “grande”, en
definitiva, va mucho más allá de tener al día de cobro a sus futbolistas y
personal (algo que este blog celebra, como no, pero que también entiende como
una obligación de cualquier empresario).
Sí.
Implica tener “dos
dedos de frente” en lo económico y no gastar lo que no se tiene o embarcarse en
inversiones que podrían dificultar otra vez la existencia de la entidad (a este
respecto, por cierto, suena ya bastante ridículo echarle la culpa permanentemente
al covid del balance negativo en los más recientes ejercicios).
No obstante, siendo lo anterior
cierto, eso no es excusa para que el Pontevedra CF pulule como una sombra por
el fútbol español sufriendo para ascender de cuarta a tercera división (cuando
lo logra) y no siendo capaz de mantener la categoría en esa tercera (1RFEF)
protagonizando una campaña casi grotesca a todos los niveles.
La tranquilidad está
bien, Sra Murillo.
Hay momentos en la vida
en los que estar tranquilos y descansar revitaliza el espíritu y regenera la
mente.
Ahora bien, una cosa es
eso y otra muy diferente tomarse la tranquilidad como auténtica “pachorra”.
Eso ni revitaliza ni
nada por el estilo.
Lo que eso provoca es
que de la tranquilidad se pase a la apatía, a la indiferencia al desinterés, a
la más insoportable de las rutinas.
Esa que implica
naturalizar que nuestro sitio está con el Llanera, con el R.Avila, con el
Bergantiños o con el Escobedo.
Y eso no puede ser,
Sra. Murillo. Realmente no puede ser.
En cinco días empieza
la competición.
Hay que ascender sí o sí.
Hay que ganar desde el primer
día.
No valen excusas, no
valen pretextos. Tampoco valdrá la tranquilidad.