martes, 27 de agosto de 2024

El Mar de la Tranquilidad

En realidad, la entrevista se parecía mucho a cualquiera de las otras que se le han hecho a Guadalupe Murillo en los últimos tiempos, no tanto por las preguntas sino, sobre todo por las respuestas.

Sin embargo, el titular principal de aquella: “Lo que identifica al Pontevedra de Lupe Murillo es la tranquilidad”, provocó que casi de manera inmediata a mi mente vinieran aquellas imágenes impactantes de Neil Armstrong pisando por vez primera territorio lunar.

Corría el mes de Julio de 1969 y ni el atribulado bloguero que estas líneas escribe ni la Presidenta actual del Pontevedra CF habíamos siquiera nacido.

Millones y millones de seres humanos se reunían en torno a las televisiones de sus hogares para comprobar entre atónitos y algo acongojados como el Apolo XI llegaba al satélite más cercano a la Tierra y Armstrong y Aldrin pisaban la luna embutidos en sus  trajes espaciales.

El primero que tocó suelo selenita, Armstrong, pronunció al mismo tiempo que ponía el pié en tierra firme (bueno, en este caso “luna firme”) la ya legendaria frase “Un pequeño paso para el hombre pero un gran salto para la humanidad”.

Siempre me llamó la atención el nombre de la zona de la luna elegida para el alunizaje de aquella expedición tripulada, el Mar de la Tranquilidad.

Al parecer, y como en realidad resulta bastante lógico, se buscaba una zona del satélite que fuera lo más plana o llana posible. Sin montañas o cráteres que pudieran obstaculizar el acoplamiento a la hora de tocar suelo de la cápsula en la que iban ambos astronautas.

Se imaginan a Murillo rebanándose los sesos en busca de la máxima expresión de la tranquilidad?

Se la imaginan planeando un cambio de sede social del Pontevedra CF para trasladarla a esa paradisíaca zona de la luna en la que no corre el aire, no hay nada en quilómetros a la redonda que estropee la vista de un horizonte insondable y en la que ni siquiera tendría que aguantar a esos dos mil y pico (siendo optimistas) “pesados” que siguen acudiendo regularmente al estadio con la ingenua intención de ver a su equipo ganar partidos?

Que mejor idea que ese traslado. Podría conllevar incluso la construcción de una vez por todas de esa ciudad deportiva sin los molestos trámites en forma de licencias, calificaciones del uso del suelo y demás zarandajas que tenemos en la tierra. Allí, en pleno Mar de la Tranquilidad, habría espacio suficiente para construirla y cumplir ese sueño pendiente para la entidad.

No se podrían jugar partidos contra otros equipos y solo existirían encuentros entre los jugadores de la plantilla granate (es posible incluso que podrían jugar esos partidos con trajes espaciales de color granate que llegarían con tiempo suficiente antes de empezar los entrenos y no como en la Tierra en la que a escasos días de tener que jugar los dichosos partidos parece que no han llegado ni las camisetas oficiales).

Sería perfecto. Sin la presión de los resultados, ni de militar en una categoría impropia para la institución, ni silbidos en unas gradas que estarían vacías ante el coste inasumible para la gente de los viajes al  ”campo espacial”.

 Incluso podría conseguirse que la tvg nos tratara con la deferencia que tantas veces hemos echado en falta y retransmitiera los entrenamientos para que los abonados amortizaran en parte el precio de los carnés.

Así a lo mejor el Pontevedra CF volvería a ser un “grande” de Galicia.

Digo esto porque en la entrevista publicada el Domingo, Murillo afirma también que “entendemos que el Pontevedra es grande en Galicia y por eso siempre hemos soñado en grande..”

Es verdad que llevarse el club a la Luna más que soñar en grande sería “soñar en alto” pero es que creerse que el actual Pontevedra “sueña en grande” es algo así como hacer creer a la gente ( como ya  intentaron algunos conspiranoicos) que el hombre nunca estuvo en la luna y que todo se rodó en un estudio de tv.

Porque…. De verdad es soñar en grande o es tener mentalidad de “grande” que el club desde dentro no considere un fracaso sin paliativos no ascender de 2RFEF a 1RFEF y ponga paños calientes a un palo deportivo de primera magnitud?

De verdad es soñar en grande o tener mentalidad de “grande” escuchar a tu entrenador hablar de “temporada increíble” el mismo día en el que en tu propia casa te dejan sin ascenso?

De verdad es soñar en grande o tener mentalidad de “grande” que no se te lleven los demonios al ver como SIETE equipos de Galicia se encuentran a día de hoy en una categoría superior a la tuya?

De verdad es soñar en grande o tener mentalidad de “grande” conceder una entrevista al periódico más importante de la ciudad y no manifestar ni un ápice, ni una mísera mota de autocrítica en tu labor a lo largo de esta última década?

No Sra Murillo.

Mire, hay que diferenciar entre club histórico y club “grande”.

El Pontevedra es y será siempre un histórico, no de Galicia, sino de toda España porque figura en la clasificación histórica de nuestra Liga al haber jugado en primera división, circunstancia que han conseguido solo el Deportivo, el Celta y el Compostela aunque este último ya no sea la misma sociedad.

Esto nadie nos lo podrá quitar nunca y es motivo de recuerdo, de orgullo y de alegría.

Ahora, ser un “grande” implica muchas más cosas de las que el Pontevedra CF por desgracia carece desde hace tiempo (incluso desde antes del comienzo de su presidencia).

Ser un “grande” implica exigencia máxima en lo deportivo y ser consciente de que un club como el nuestro no puede malvivir en la cuarta categoría del fútbol español (por cierto, la misma en la que estaba cuando usted lo compró) sin que tiemblen los cimientos de la entidad por dentro cuando no se logra un ascenso que era obligatorio.

Ser un “grande” implica mojarse mucho más y hacer mucho más para que la masa social de la institución, esa que acude a los partidos de una Liga y no aquella que solo se acerca a Pasarón en los días importantes, crezca de una vez por todas y no se quede en esos dos mil y pico que ya veremos si vuelve incluso a bajar tras otro nuevo revés deportivo de su equipo.

Ser un “grande” implica no traer un “coordinador de la secretaría técnica” cuando la plantilla estaba prácticamente configurada y no tener muy claro cuáles son las funciones de dicho coordinador pues de la entrevista no se deduce nada en firme.

Ser un “grande” implica (o debería implicar) contar con una jerarquía clara en los despachos tanto en el aspecto administrativo de gestión general del club como en la deportiva a la hora de saber quien toma las decisiones, si esos nombres que aparecen en su entrevista (Maestre, Charles, Ramos, Yago Iglesias ) o si las toma alguna otra persona que sigue en la entidad y que no es mencionado ni una sola vez en dicha entrevista.

Ser un “grande”, en definitiva, va mucho más allá de tener al día de cobro a sus futbolistas y personal (algo que este blog celebra, como no, pero que también entiende como una obligación de cualquier empresario).

Sí.

Implica tener “dos dedos de frente” en lo económico y no gastar lo que no se tiene o embarcarse en inversiones que podrían dificultar otra vez la existencia de la entidad (a este respecto, por cierto, suena ya bastante ridículo echarle la culpa permanentemente al covid del balance negativo en los más recientes ejercicios).

No obstante, siendo lo anterior cierto, eso no es excusa para que el Pontevedra CF pulule como una sombra por el fútbol español sufriendo para ascender de cuarta a tercera división (cuando lo logra) y no siendo capaz de mantener la categoría en esa tercera (1RFEF) protagonizando una campaña casi grotesca a todos los niveles.

La tranquilidad está bien, Sra Murillo.

Hay momentos en la vida en los que estar tranquilos y descansar revitaliza el espíritu y regenera la mente.

Ahora bien, una cosa es eso y otra muy diferente tomarse la tranquilidad como auténtica “pachorra”.

Eso ni revitaliza ni nada por el estilo.

Lo que eso provoca es que de la tranquilidad se pase a la apatía, a la indiferencia al desinterés, a la más insoportable de las rutinas.

Esa que implica naturalizar que nuestro sitio está con el Llanera, con el R.Avila, con el Bergantiños o con el Escobedo.

Y eso no puede ser, Sra. Murillo. Realmente no puede ser.

En cinco días empieza la competición.

Hay que ascender sí o sí.

Hay que ganar desde el primer día.   

No valen excusas, no valen pretextos. Tampoco valdrá la tranquilidad.