La pregunta con la que he decidido titular esta columna no va dirigida al Consejo de Administración, ni a la parte del mismo con capacidad ejecutiva al mando de la Presidenta, ni a la otra parte denominada "opositora" que ya ni siquiera cuenta con gente en el Consejo tras la reciente dimisión o cese (a saber) de sus representantes.
El Pontevedra que ellos quieren ( y si no es así, lo disimulan de maravilla) es aquel que tiene que sufrir sangre, sudor y lágrimas por mantenerse en la tercera categoría del fútbol español.
Aquel que carece de cualquier estructura profesional en sus despachos. Aquel que permite que futbolistas como Miguel Román, Dalisson de Almeida o Samu Mayo se marchen de Pasarón libres y sin dejar un mísero euro en las, dicen, depauperadas arcas granates. Es aquel que no se sonroja cuando el tercero de los jugadores citados no se va al llamado fútbol profesional sino a otro recién ascendido a la categoría en la que tú mismo militas.
Es aquel, ya termino, que por una inacción injustificable provoca que se destroce el germen de algo importante que se estaba sembrando la temporada pasada y a cambio te coloca una plantilla que a finales de Noviembre cuenta, por unas u otras razones, con 19 futbolistas o también es ese que acumula unos ingresos extraordinarios por una formidable Copa y luego te obliga a preguntarte en que lugar de el equipo de ahora se ha invertido siquiera parte de ese dinero.
No. La pregunta que formulo va dirigida a todos y cada uno de los aficionados que tienen como a su equipo al Pontevedra CF, esos de los que solo unos 2.200 estaban el sábado en el estadio para presenciar un encuentro clave en la lucha por la permanencia en la categoría.
En la ciudad de Pontevedra se escuchan siempre múltiples argumentos que tratan de justificar el porqué la asistencia al campo sigue siendo tan decepcionante (a salvo, claro está, los días en los que puede haber fiesta o llega un "primera").
Que si se juega en sábado, que si hace frío, que si hace calor y hay que ir a la playa, que sí llueve, que si a la misma hora juega el Madrid, el Barca, el Depor o por increíble que parezca, el Celta, que si con esta persona al mando yo no vuelvo al campo, que si ya no es como antes y ahora existen muchas ofertas de ocio etc, etc.
La única verdad y no se puede esconder ni disimular por más tiempo es que la afluencia a Pasarón es muy parecida a la que había en 2RFEF y no tiene ninguna pinta de que este tema se vaya a modificar para bien en un futuro.
Sé de sobra que en el odioso mundo de las SAD, la propiedad puede hacer y deshacer a su antojo. Que la opinión de la masa social puede ser ignorada sistemáticamente y que las elecciones en el fútbol han ido a parar al mismo cajón en el que se guardan los recuerdos más queridos pero a la vez más inservibles. Y por supuesto, se también que la propiedad no hace nada para adherir gente a la causa.
Aún así, iluso de mí (aunque cada vez menos) , hasta hace poco creía que podían volver a registrarse entradas en Pasarón más cercanas a los 4.000 que a los 3.000 aficionados.
Que por el trabajo bien hecho de los jugadores y entrenador de la pasada temporada, mucha gente podría engancharse y empezar a demostrar "in situ", es decir, en el campo, que esta entidad está para algo más que para ser un equipo ascensor entre la 3ª y la 4ª categoría.
Que una cosa es "tirar la casa por la ventana" y gastar desaforadamente lo que no se tiene para volver a enfermar de gravedad y otra es terminar confeccionando un conjunto bastante "delgado en sus carnes" y con muy poca experiencia en la categoría.
Al final, los que seguimos yendo somos los 2.000 de siempre. Que no somos ni más ni menos del Pontevedra que los que deciden no ir pero deduzco que sí somos la gran mayoría que sacamos el abono dentro del plazo "privilegiado" que se inventó el club este verano.
Esos que a cambio lo único que hemos logrado es tener un reverso del carné más feo que el ordinario y que la verdadera razón para sacarlo con premura, la inclusión en el abono de la Copa, se haya quedado en nada por la decisión del club de que todos los socios pasen gratis el miércoles en el choque ante el Eibar.
Granate R, llamaron al abono sacado en los primeros días. Sabemos ya que esa R no se refería a otra cosa que al ridículo en que nos han vuelto a dejar a aquellos que creímos (no aprendemos) en la palabra de la entidad.
El caso es que pocos en la grada y aún menos sobre el césped, el Pontevedra CF afrontaba un partido muy importante frente al Guadalajara.
Y precisamente por la importancia de los puntos en juego, el que esto escribe todavía no entiende a qué jugó el Pontevedra hasta que el equipo visitante consiguió al filo de la media hora el 0-1.
El conjunto morado acumulaba 9 partidos sin ganar y cuando un equipo se pasa tanto tiempo sin conocer la victoria suele acusar más que otras veces los "golpes" que te puede propinar un partido.
Esperaba, en consecuencia, un Pontevedra intenso al principio, con ritmo y dispuesto a lastimar a su rival lo antes posible pero lo que se pudo ver fue precisamente lo contrario.
El Pontevedra estuvo lento, con excesiva parsimonia en sus acciones y sin aparecer en ataque más que en una falta bien tirada por Yelko.
El Gudalajara no sufría demasiado y además se encontró con le 0-1 en una acción iniciada por uno de los mejores mediocentro de toda la categoría que envió un pase maravilloso hacia su extremo izquierdo para que este ganara la espalda, no a Eimil que llegó cuando el balón ya estaba en las redes, sino a Resende que andaba por ahí y diera un pase de la muerte que no desaprovechó un compañero para batir a un Edu descolocado y fuera del marco.
Lo voy a repetir una vez más, la última, que Samu Mayo no siga aquí resulta vergonzoso. Ayer fue el mejor futbolista sobre el césped de bastante largo.
Luego sí. Tras el gol en contra, el Pontevedra empezó a aparecer sobre el campo y poco después, en una acción en la que Resende volvió a dudar y a dudar antes de tirar, encontró el empate gracias a todo el tiempo que tuvo el portugués para controlar, colocarse el balón a su pierna derecha y conectar un disparo inapelable para el portero manchego.
La primera parte terminaba con la sensación de que al Pontevedra le habían bastado 10 minutos de algo de presión para nivelar la balanza ante un equipo que la tocaba bien en medio campo pero que no parecía demasiado fuerte en defensa.
La segunda parte comenzó sin cambios en un Pontevedra que afrontó el partido con 16 jugadores aptos para el juego.
REPITO, 16 JUGADORES, lo pongo en mayúsculas porque resulta una circunstancia tan llamativa y tan grave que es necesario repetirla para quede claro el amateurismo que tiene que reinar en las oficinas de la casa granate para que esta situación que no se puede naturalizar así como así, se esté produciendo.
Por sorprendente que parezca, Alex González (que no fue de la partida al preferir Rubén que salieran por bandas Luizao y Resende) siguió sin salir tras el paso de los vestuarios y no lo hizo hasta que quedaba menos de un cuarto de hora de juego lo que me pareció una frivolidad y un regalo al rival muy difícil de comprender.
El que sí salió pronto fue Alain Ribeiro y dicho cambio volvió a poner de manifiesto lo precario que resulta el estado actual de la plantilla granate.
Con la salida de Alain, que por cierto protagonizó sus peores minutos en casa de lo que va de Liga y eso el equipo lo nota mucho para mal, algún jugador ya tuvo que cambiar de puesto sobre el campo.
El sustituido fue un Eimil que sigue en los últimos partidos sin compensar en ataque sus evidentes carencias defensivas y ello llevó a Vidorreta al lateral derecho y a Tiago al mediocentro más posicional, ocupando su lugar más adelantado el propio Alain.
En la segunda parte el equipo sí lo intentó más ante un rival demasiado conformista dada su situación en la tabla y que solo amenazó en los minutos finales a raíz de algunos saques de esquina mal defendidos de nuevo por el Pontevedra.
Se jugó mucho tiempo en campo rival, Yelko intentó tejer algo de fútbol (se notó el gris partido de Tiago en esa faceta) y Luizao sí desbordó en algunas ocasiones con munición real y no de fogueo.
Aún así, el único lanzamiento entre los tres palos llegó a través de un lanzamiento lejano del pata mi el mejor fichaje de esta temporada, Montoro, que creó alguna dificultad al portero.
A falta de 15 minutos salió Alex al campo y por su flanco llegó la mejor ocasión al generar una jugada que acabó con un disparo de Cuesta que se marchó fuera por muy poco.
Y luego llegó la lesión de Bosch y el nuevo circo de posiciones para tratar de paliar los daños.
Salieron al campo Conesa y de regalo Denia por un buen Luizao que al parecer pidió el cambio (o eso dijo Rubén en rueda de prensa).
Todo ello acarreó que Alain tuviera que colocarse de central y que el Pontevedra jugará los últimos minutos de partido con el ex del Numancia acompañando a Montoro en esa delicada posición, con Cuesta (exterior derecha suplente el año pasado) en el lateral izquierdo y Vidorreta en el derecho.
Por suerte, al margen del apagón que ya sufrió el juego ofensivo del equipo sin Luizao en el campo y con Alex muy solo, se pudo sostener el punto a pesar del sufrimiento vivido a balón parado y un mal resultado, el empate, no acabó por convertirse en un horroroso marcador en forma de derrota.
Al final, ante los 2.200 de siempre (los del abono R, posiblemente) el Pontevedra volvía a empatar un partido que tenía que ganar y sumaba otro "tocado" en la figura de Miki Bosch que habrá que ver lo que tiene y si permite que el equipo pueda acudir a Vigo con dos centrales del primer equipo en convocatoria.
Este atribulado bloguero lo tiene muy claro. El Pontevedra no puede afrontar en ningún caso la segunda vuelta de la competición con 19 jugadores.
Descartado Juanra por su grave lesión, Hervías por su "misterioso" motivo y Selma al que parece no se le va a levantar el castigo hasta que coja camino de su casa, la situación de la plantilla es dramática pues con las dolencias de Marqueta, Garay y Brais hemos tenido que afrontar un duelo clave con 16 tíos.
Si esto no se corrige, si el Pontevedra no ficha a 4 o 5 jugadores de nivel a lo largo del mes de Enero, estaremos salvo "milagro de panes y peces" en 2RFEF.
Esta es una competición seria en la que bajan 5 equipos de 20. No se puede militar en ella como el que va por 2RFEF sacando pecho de lo importante que soy en localidades que no llegan a 10.000 habitantes.
O se trabaja de verdad y se potencia la plantilla o no habrá nada que hacer.
Creo firmemente que los 2.200 nos merecemos algo más de la entidad. Y también se lo merecen este grupo de jugadores que en esta situación tan precaria no están todavía en posición de descenso. Se merecen ayuda en forma de incorporaciones importantes.
No obstante, frases que ya ni siquiera salen de los despachos sino de alguna rueda de prensa, en el sentido de que "no hay que fichar por fichar sino que tienen que venir futbolistas que mejoren lo que hay, no me hacen sentir demasiado optimismo.
Pues claro que tiene que venir gente buena que mejore lo que hay pero es que esa es la obligación de toda comisión deportiva que se precie y que quiera de verdad mantener al equipo y evitar que se despeñe.
El miércoles vuelve la Copa, el Eibar y el lema "vivir las noches que soñé".
A pesar de que el equipo está incapacitado para rotar de verdad si no es con gente del filial, a pesar de que el rival tampoco es de los más llamativo, que será las nueve de la noche y hará frío, seguramente si se superarán los 3.000 seguidores.
Me parece genial.
Ojalá sean 4.000 pero además de vivir noches que soñé (también me gustaría vivirlas en Liga, creo que incluso me gustaría más) lo que de verdad desearía evitar es no volver a vivir pesadillas del pasado y en 2RFEF los malos sueños son habituales.