lunes, 21 de diciembre de 2015

Hueso de acero, dientes mellados

No sé hasta cuando aguantará el equipo. No sé si una vez conseguido el objetivo principal con el que se salió a competir esta temporada llegará el bajón y acabará el sueño. Tampoco sé si realmente el equipo es consciente de lo que está haciendo y de la ilusión que está despertando en una afición que ayer sí pobló en mayor número las gradas del ex vetusto.
Lo que sí sé, no obstante, es que el Pontevedra CF volvió a protagonizar en el día de ayer un fenomenal partido de fútbol en el que fue capaz de superar las importantes bajas con las que se afrontaba y el gol en contra logrado por el equipo menos goleado del grupo y que acumulaba once partidos de Liga sin conocer la derrota.

Era la de ayer una prueba dura, muy dura para los granates. Primero por el rival que llegaba en racha, con una organización defensiva muy fuerte y la moral que siempre aporta una serie larga de encuentros sin perder que le había colocado en la segunda posición de la tabla.
Además resultaba complicada la tarea del Pontevedra por las bajas de los dos medio centro titulares y que tan buen papel estaban desarrollando esta campaña más la ausencia de un Jacobo cuya presencia en el "once" titular siempre aporta ese oxígeno en forma de calidad que tan bien le viene al conjunto en muchos momentos.

Pero lo cierto es que el Pontevedra ha construido un verdadero bloque sobre el césped que empieza a demostrar que esas importantes bajas aunque se acusen pueden ser disimuladas por la tremenda disciplina táctica del equipo y el esfuerzo encomiable que aportan todos los jugadores a lo largo de los noventa y tantos minutos de juego.
Y es que (por lo menos aparentemente) si había un partido en el que ponerse por detrás en el marcador parecía decisivo este era el choque de ayer. Con 0-1 y jugando ante una Cultural con esos números atrás lo lógico habría sido pensar que el Pontevedra se hubiera atrancado frente a la muralla leonesa y hubiera sido incapaz de darle la vuelta a la situación.

Nada más lejos de la realidad. Ni las bajas ni ese marcador en contra en un momento del partido en el que nadie lo esperaba ni ninguna otra circunstancia adicional impidieron que el conjunto granate cogiera el encuentro por los cuernos y lo voltease de manera brillante para proporcionar a su gente la última alegría futbolística del año.

Un Pontevedra que comenzó el encuentro con su portería y defensa habituales pero con el medio centro de circunstancias formado por Pedro y Queijeiro. No estaba Jacobo y por ello Mouriño empezó en la izquierda (aunque no tardó Luisito en mandarlo al centro), Jandrín por la derecha y Carnero y Borjas arriba.
Los primeros minutos no fueron demasiado buenos. Pedro demostraba que lo suyo no es controlar o combinar con la pelota y Queijeiro permanecía apagado. Además, los leoneses conseguían superioridad en el medio campo y pudieron tocar y hacerse con la posesión aunque sin generar más peligro que un lanzamiento a la media vuelta dentro del área que se fue por encima del larguero. No tardó Luisito en desplazar a Mouriño más al centro para ayudar en esa zona y el Pontevedra comenzó a mejorar y a hilar algunas de esas jugadas veloces que tan características se están volviendo esta temporada. 
En una de ellas Borjas y Jandrín se hicieron un lío y uno por otro dejaron "la casa sin barrer" cuando de estar listos podrían haberse quedado solos delante del portero. En esas apareció Pablo Carnero que protagonizó un pase a la izquierda sin dejar caer la pelota y medio de espaldas que valía más de la mitad del precio de la entrada. Borjas recibió ese balón pero no supo en buena posición sacar partido de tal asistencia. A continuación se produjo el gol anulado al ex jugador del At. Astorga. Capi envía un balón largo y preciso hacia el escurridizo delantero que gana por velocidad la "tostada" a los defensas y remata a gol sin dejar caer la pelota al piso. El alborozo local fue cortado en seco por la banderola arriba del asistente que estimó fuera de juego en una jugada en la que no se puede comprobar por televisión si era legal (que retransmisiones de la TVG,Dios mío) pero en la que parece deducirse que Borjas salía en posición correcta.

Fueron sobre quince o veinte minutos en los que el Pontevedra minimizó a la Cultural que apenas pudo acercarse por las proximidades del área de Edu hasta que poco después de la media hora de juego se produce en el pico izquierdo de dicha área una innecesaria falta de Adrián Gómez (su único error en un partido extraordinario del pequeño capitán granate). El pichichi Aketxe coge la pelota, la coloca en el suelo y la patea directa a la escuadra que debía guardar Edu que pudo hacer algo más a pesar de la potencia del disparo del delantero leonés.

En ese instante la sensación de casi todos en Pasarón era que el rival con muy poco se había adelantado y que habría que "picar mucha piedra" para intentar sacar algo del partido. 
Sin embargo, el Pontevedra no acusó el golpe y tampoco (todo hay que decirlo) la Cultural acumuló defensores dentro de su área dando un paso atrás. Siguió existiendo más terreno de lo aconsejable para el rival detrás de su defensa y eso fue aprovechado con prontitud por el Pontevedra CF. Primero por Borjas que volvió a ser más listo que la defensa para quedarse con un balón y marcharse por velocidad en dirección a la portería visitante errando el uno contra uno que pudo salvar Calzado. Y ya casi sobre la hora volviendo a superar por velocidad a la defensa en una jugada en la que el lateral derecho blanquillo rompía el fuera de juego y ser derribado por el portero leonés provocando el penalti que él mismo transformó en el empate.
El árbitro decidió dejar (quizá con acierto) la sanción al portero en tarjeta amarilla provocando una pitada en el ex vetusto que no se daba contra un colegiado desde el infausto partido contra el Mensajero.

Había sido una primera parte intensa, vibrante y en el que en el momento en que se escuchó el silbato que anunciaba el descanso casi nadie se acordaba ni de Alex, ni de Jacobo ni de por raro que parezca de Kevin Presa.

Pero es que lo mejor estaba por llegar tras la reanudación. 

Los primeros veinte minutos de esa segunda parte jugados por el Pontevedra fueron realmente maravillosos y de los mejores que se han visto esta temporada a la ribera del Lérez.
Salió el Pontevedra dominador, decidido a hincarle el diente al rival ( o sacar del hueso granate los caninos de la Cultural, según se mire) y fue tremendamente superior no sólo en fuerza, determinación e intensidad sino en lo más importante: en fútbol.

Fueron veinte minutos en los que Carnero trenzó paredes al primer toque como solo el sabe hacerlo, en los que Jandrín explotó su velocidad endiablada en más de una ocasión, en los que Mouriño demostró que este año es otro en regularidad y constancia, en los que los dos laterales subieron sus bandas con coraje y acierto y en los que Queijeiro creció hasta empezar a demostrar porque es jugador del Deportivo y porqué vino aquí con vitola de titular.
Se forzaron varios saques de esquina, se acogotó al rival y se protagonizó una jugada preciosa para poner en franquicia el marcador. El balón circulaba pocos metros dentro del campo leonés cuando llega a Carnero que de primeras se la deja a Borjas en pase espectacular, Borjas en carrera observa el desmarque profundo de Jandrín desde segunda línea y envía la asistencia justo en ese momento preciso en el que su compañero no incurriría en fuera de juego y los defensas no podrían interceptar la pelota. Jandrín encara al portero y remata estrellando el balón en el cuerpo de Calzado pero la pelota sale rechazada hacia la portería y con algo de fortuna decide alojarse en el fondo de las mallas.

Había ido un gran gol para unos grandes minutos y el Pontevedra había hecho lo más difícil.

En ese momento Luisito decide dar un giro y empezar a proteger la victoria con el primer cambio. Un (en mi opinión) formidable ayer Carnero dejaba su plaza a Anxo que pasaba a ocupar la banda izquierda colocándose a la altura de Mouriño y Jandrín con Borjas por delante.
He de confesar que me pareció precipitada esa sustitución ( faltaban 25 minutos largos) tanto por el hombre que se marchaba como con el paso atrás que sin duda dio en ese momento el Pontevedra.
Casi a renglón seguido el segundo cambio, Tomás por un cansadisimo pero brillante Jandrín lo que conllevó el desplazamiento de Mouriño a banda derecha. 
Fueron los siguientes minutos los únicos en los que existió alguna duda en el equipo local y en los que la Cultural gozó de sus dos únicas ocasiones de gol. La primera de Aketxe que de cabeza remató fuera en buena posición y la segunda en un desajuste defensivo que propició que Babalola se plantase dentro del área con peligro pero un mal control facilitó la salida de Edu para abortar la oportunidad.

A partir de ahí el Pontevedra volvió a asentarse con un Pedro ya en su labor preferida de morder y presionar dejándose el alma tras los rivales y un Queijiero que volvió a aparecer primero para no achicarse en la pelea en medio campo y luego para mantener algunos balones que le daban vida a sus compañeros.
No se acopló (una vez más) al partido Tomás y alguna contra que pudo ser definitiva la frustró por no colocarle el balón al compañero en el momento preciso.
Apuntaló todavía más su defensa Luisito cerca del final al situar a Bruno como tercer central y sacar del campo a Mouriño y el Pontevedra incluso disputó todo el descuento en campo rival demostrando una vez más una condición física notable.

Con el final del partido llegó el júbilo a las gradas que despidieron con una ovación importante a un equipo que acumula treinta y tres puntos en la clasificación y que ya toca con la punta de los dedos esa permanencia que puede estar a cuatro o cinco victorias.

Llega el parón navideño y aunque entrenador y jugadores seguramente lo agradecerán no sé que efecto puede tener sobre el equipo. Cuando un conjunto está bien, se siente fuerte y puntúa con la asiduidad del granate este paréntesis de dos semanas puede resultar contraproducente.

Lo que está claro es que si el cambio climático lo permite 2016 empezará con frío intenso para los nuestros. 
El día 3 espera El Plantío (el mítico, el de siempre) y allí seguramente repartirán de todo menos caramelos pero tal y como he visto al Pontevedra en el día de ayer lo que tengo claro es que el equipo peleará el partido y para derrotarle tendrá el rival que hacer mucho sobre el terreno de juego.           
    

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