martes, 11 de abril de 2017

Un empate corajudo, dos goles con simbolismo y una final en ciernes

Muy pocos de los seguidores granates podían imaginar que el partido acabaría con tablas en el instante en el que la Cultural colocó el 0-2 en el marcador.
Una jugada preciosa, de fugaz contragolpe y calidad excelsa terminó con el remate de Julen Colinas a la red tras recibir un gran pase a la espalda del Miguel.

Incluso en la jugada siguiente pudo llegar el 0-3 en otro destello del equipo leonés que enseñó gran parte de la calidad individual que atesoran casi todos sus hombres pero que adoleció de cierta fragilidad defensiva que a la postre acabó pasándole factura.

Pero antes de llegar a ese momento de zozobra granate, esa fase del encuentro en el que todo parecía perdido, habían pasado muchas cosas sobre la hierba de Pasarón y más que pasarían en los últimos quince minutos del choque.

Decidió Luisito salir con tres centrales para enfrentar a su rival y según palabras del propio técnico dicha decisión fue tomada en el mismo instante en el que terminó el partido de la primera vuelta con aplastante superioridad castellana tanto en el juego como en el resultado.
Ofreció el entrenador granate en rueda de prensa su versión más genuina mostrando esta vez sus facultades adivinatorias no sólo a la hora de confesar que desde finales de Octubre ya sabía como hacerle daño a la Cultural sino también reconociendo que ya sabía perfectamente de antemano que el Valladolid B ganaría en Izarra (resultado bastante sorprendente para el común de los mortales) y que también sabía desde hace meses que el Racing de Ferrol (actualmente a ocho puntos y ya empatado con la Ponferradina) se engancharía con los de arriba sin ninguna duda al respecto.

Pero volvamos a los minutos antes del comienzo del partido con un Pasarón, esta vez sí, con un ambiente más acorde con la situación y el rendimiento en casa de su equipo y coloreado por las camisetas de múltiples chavales apostados en Preferencia que teñían de verde, rojo y amarillo esta grada otrora señera del estadio y ahora un tanto desangelada por circunstancias ajenas a lo deportivo.
Como se dijo, el Pontevedra aparecía con Bruno, Trigo y Alex Fdez en defensa y con los dos laterales habituales situados en medio campo junto a Abel Suárez y Kevin Presa. Añón colocado en la media punta y Eizmendi y Barco como hombres más adelantados.
Por su parte, la Cultural no guardaba nada de su potencial y aparecía con la calidad de Mario Ortiz, Martínez y sobre todo Toni en medio campo a los que había que sumar a Benja, Gallar y Colinas por delante.

A pesar del arsenal que tiene a su disposición Rubén de la Barrera, el Pontevedra jugó unos primeros veinticinco minutos realmente buenos y esperanzadores anulando casi por completo la capacidad circulatoria leonesa y acercándose con peligro a las inmediaciones del área de Palatsi. Al margen de la ocasión que en esta clase de encuentros no se debería perdonar de David Añón tras balón robado por Eizmendi aprovechando un error grave de un defensa blanco, el Pontevedra encontró en Barco su habitual faro ya sea con balones por arriba y por abajo que repartió con acierto demostrando la importancia que tiene para el equipo. Bonilla y sobre todo Miguel penetraban por las bandas y la imagen granate era en ese primer tramo del encuentro realmente positiva.
Quizá en el lado menos acertado del equipo en la faceta ofensiva se podría citar a un David Añón que lo deja siempre todo sobre la hierba pero que baja enteros cuando  se aleja del área ya sea para actuar por derecha o para jugar algo más retrasado como el Sábado. Tampoco Eizmendi acaba de explotar como todos quisiéramos aunque en ocasiones deja algún chispazo que por ahora no compensa para nada la suplencia de Alex González.

Pero fue tras fallar esa gran ocasión Añón en la que estuvo algo parsimonioso dando tiempo a los defensas a situarse bajo palos y despejar su lanzamiento, cuando la Cultural decidió aparecer por el campo Municipal de Pasarón y comenzar a jugar la pelota con criterio y esa categoría que sin duda poseen casi todos sus hombres.
No es que se impusiera con claridad al Pontevedra pero si empezaron a mover la pelota y a forzar alguna falta y saques de esquina que terminaron por cambiar el signo del partido.
A falta de diez minutos del descanso, un centro que quizá debió presionarse más y un despiste de Bonilla en la marca dieron lugar a un extraño remate de cabeza de uno de los jugadores más bajos de la Cultural, Colinas, que acabó por alojarse mansamente en las redes de un desconcertado Edu.
De ahí hasta el final el Pontevedra acusó el golpe y los últimos minutos del primer tiempo fueron de control leonés que en cualquier caso amagaba pero no terminaba de ir de verdad hacia la portería pontevedresa.

Sin embargo, la segunda parte comenzó otra vez con un Pontevedra pujante, decidido, alegre y peligroso que consiguió volver a imponeser al potente rival con el que se enfrentaba. Sólo cinco minutos tardó Luisito en dar entrada a Alex González por Eneko Eizmendi (lo que no produjo cambio alguno en el sistema pues este no fue modificado por el de Teo en ningún momento) y el escurridizo jugador asturiano contribuyó a darle picante al ataque local y mejorar las prestaciones del jugador sustituido.
Fueron alrededor de veinte minutos otra vez muy buenos del Pontevedra en los que pudo empatar en un remate de cabeza salvado en última instancia por un defensa leonés no se sabe muy bien si con el hombro o con el brazo y también en una ocasión clarísima producida tras el doble fallo de los dos centrales rivales que Barco de manera inusual en él no fue capaz de aprovechar mandando el balón por encima del larguero.

Y en ese momento, justo cuando Mateu se preparaba para salir al césped, llegó el 0-2 de la Cultural Leonesa ya relatado y el partido parecía decidirse de manera irremediable.
En pleno “bajón” por ese segundo tanto, Luisito decide con buen criterio realizar igualmente el cambio y el rubio delantero mallorquín sustituía a un desdibujado David Añón.
Muy poco tiempo después de salir ( y ante la alegría de padres y abuelos de Mateu apostados en plena grada de Tribuna deseando ver a su vástago) la defensa castellana permite que Barco se adelante y realice una dejada preciosa para que el punta balear en buena posición conecte un zurdazo espectacular para poner el 1-2 en el “luminoso” y provocar que el estadio recuperara toda su fe con toda la intensidad.
Sin embargo, ese gol lejos de dar alas a nuestros jugadores propició un nerviosismo y una precipitación general que si no costó más cara fue por la falta de acierto de la Cultural que dispuso de tres o cuatro oportunidades impresionantes de hacer gol que desperdició una a una permitiendo que el Pontevedra siguiera vivo en el encuentro.
Fueron esos minutos, los diez o doce posteriores al gol de Mateu, los peores del Pontevedra pues varias de esas ocasiones del rival fueron provocadas por absurdos errores propios sólo atribuibles a esa precipitación excesiva citada con anterioridad. En una de esas ocasiones, nada más recortar distancias, los centrales y Edu se complicaron de tal manera que este acabó por cederle la pelota incomprensiblemente a un delantero leonés que sorprendido por el obsequio no fue capaz de certificar la victoria de su equipo. En otra acción, el casi siempre seguro Kevin (ya de central tras la entrada de Mouriño por Alex Fdez) protege mal una pelota en banda izquierda y permite a Benja encarar el área con enorme peligro en otra ocasión dilapidada con estrépito por un equipo que ha marcado más de 70 goles esta temporada.
Fue un tramo en el que un jugador contrario, Toni, que ya había enseñado su calidad a lo largo de todo el partido, volvió a emerger con fuerza para mostrar un repertorio de recursos técnicos que a este atribulado bloguero llegó en algún momento a impresionar.
Pero he aquí que De la Barrera a muy pocos minutos para el final decide sustituir precisamente a Toni en el  momento en el que el Pontevedra parecía recuperarse de su locura colectiva tras conseguir el 1-2.
Y con ese cambio la Cultural cedió un tanto en ataque y el Pontevedra al que en casa no le hace falta demasiado para envenenarle el café a su visitante en cuanto se despista unos segundos entendió que todavía había tiempo para lograr el empate.
No es que el Pontevedra durante esos minutos de ocasiones claras de la Cultural no se desplegara en ataque, al revés. Quizá se atacó con demasiada furia (las cabalgadas de Miguel durante la segunda parte y los centros acertados que supo poner resultaron hasta emocionantes) pero a falta de cinco minutos para el final De la Barrera dijo que ya estaba bien, que ya habían perdonado bastante y que había que protegerse un poquito.
Pero cuando tu peor línea del equipo es la defensiva (a excepción de un Bastos que en el lateral derecho dio toda una exhibición)  y enfrente tienes a un equipo cuya lucha, entrega y determinación en su estadio está fuera de toda duda te puede pasar lo que sucedió. Que un Trigo otra vez imponente todo el partido se haga con un balón en el lateral del área, que lo proteja con acierto y que penetre hasta línea de fondo y que uno de tus hombres con cierta ingenuidad lo derribe y provoque un penalti salvador para el Pontevedra CF.
La carrera de Bonilla en busca de la pelota para que nadie se la arrebatara fue de lasque hacen época y su seguridad en el remate a pesar de lo comprometido del minuto y la guerra de nervios intentada por el portero rival digna de elogio.
Así, Mateu cuya identificación con este equipo desde que llegó es evidente pero que se equivocó (no más que su técnico) el otro día, logró un gol que contribuyó al empate y Bonilla que en Ponferrada debió coger esa pelota tras la señalización del penalti a Alex también pudo enmendar su error (que tampoco fue superior al de su técnico) y transformar una pena máxima que nos dio un punto importante.

Ahora, con cinco puntos de margen con un Valladolid que muchos ya habían descartado pero que aparece ahora como principal amenaza granate, el Pontevedra rendirá visita el fin de semana a un ya descendido Somozas.
Es un partido vital y en el que no ganar significaría complicarnos la vida de manera incomprensible e innecesaria.
Los resultados fuera inquietan y ponen el punto de preocupación ante el enfrentamiento del próximo Domingo pero este desplazamiento es a todas luces mucho más cómodo que los que pueden esperarnos en Boiro o Mieres con dos equipo jugándose auténticamente la vida por abajo.
Hace unos días se hizo oficial la renovación de Luisito al frente del equipo. Negarle al de Teo que ha cumplido con todos los objetivos marcados por el Consejo desde que llegó sería de necios.
Pero si hay algo que el entrenador granate debe corregir (y supongo que es perfectamente consciente de ello) es nuestra trayectoria fuera desde hace mucho tiempo.
Este año estamos arriba porque nuestra temporada en casa roza lo extraordinario pero para el futuro o buscamos más efectividad fuera o será muy complicado aspirar a objetivos importantes.

Repito, Somozas es clave. Este encuentro más los que se jugarán aquí contra Coruxo y Arandina son los tres que no podemos perdonar de ninguna forma.


De ganarlos el play off sería una realidad.        

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