jueves, 31 de mayo de 2018

Luismi


Muchas de las comunicaciones oficiales que el Pontevedra CF ha llevado a cabo en los últimos tiempos rozan verdaderamente el esperpento.
No me refiero ya al contenido mismo de la noticia que la entidad quiere transmitir a su masa social sino a la forma en la que el club anuncia a su gente circunstancias de vital importancia para la trayectoria deportiva del equipo.

Siguiendo esa línea estrambótica de comunicación que no hace sino acentuar la separación de la institución con buena parte de sus aficionados, en el día de ayer se comunicó vía twitter y con foto adjunta de los protagonistas la continuidad de Luismi Areda y sus ayudantes al frente del primer equipo granate.

El porqué de haber esperado dieciocho días desde el último partido de Liga y sobre todo las razones por las que el propio “Director Deportivo” no lo anunció en la comparecencia de prensa que había convocado y protagonizado tan solo seis días antes es una incógnita imposible de despejar por lo menos utilizando el sentido común.

Lo normal, lo lógico, quizá lo más razonable habría sido aprovechar la rueda de prensa del “Director Deportivo” para comunicar a los medios de comunicación la decisión de continuar con Luismi como entrenador la temporada que viene.
Incluso, podría haberse aprovechado la circunstancia para que el propio técnico compareciera con su superior para trasladar a los periodistas (y a través de ellos a la afición) sus sensaciones una vez asegurada su renovación y entre los dos (entrenador y “director deportivo”) hubieran por lo menos esbozado cual es el objetivo que el Pontevedra va a tener la Liga que viene, objetivo que a día de hoy sigue siendo desconocido por todos.

El caso es que no se optó por esa manera de hacer las cosas (quizá el “Director Deportivo” estuviese persiguiendo todavía a algún otro entrenador tratando de convencerle sin éxito para hacerse cargo de la nave granate) y a día de hoy seguimos sin un acto de presentación oficial como Dios manda y como un equipo que se pretende serio debería realizar con su entrenador a pesar de que el técnico vigués lleva en el cargo desde finales de Diciembre del año pasado.

Que Luismi Areda cogió el equipo en un momento complicado para el Pontevedra es algo indudable.

Con un equipo en los puestos bajos de la tabla, siendo un auténtico desastre fuera de casa y con una plantilla dividida en gran parte por las formas de un entrenador anterior que había perdido completamente el rumbo dos meses antes de su destitución, el panorama no era en absoluto alentador para él hasta ese momento entrenador de los juveniles.

La misión ineludible que tenía Luismi era clara y meridiana: salvar al equipo de un descenso traumático.

Con altibajos. Con algunos momentos en lo que parecía que se podía salir sin sufrir hasta el límite y otros en los que esa pérdida de categoría se antojaba como algo irremediable, lo cierto es que al final se consiguió aquello para lo que realmente se produjo el cambio de entrenador, salvarnos de la quema y no convertir una mala temporada en una campaña patética.

Entre partidos ligueros de vital importancia apareció también la Copa Federación (bautizada por este bloguero como copa “garrafón”) que despistó, agotó y distrajo a la entidad del verdadero objetivo pero que el equipo acabó ganando y según varios jugadores contribuyendo a que el grupo cogiera confianza sobre todo fuera de casa.

Fueron unos meses complicados y preñados de nervios. Meses en los que jugadores que habían acumulado mucho protagonismo con Luisito cedieron su puesto en Liga a otros que apenas “tocaban bola” hasta ese momento y en los que constantes rumores sobre el compromiso de varios de los futbolistas de la plantilla salían a la palestra.

A pesar de todo ello y de tener que llegar a un dramático último partido pudo evitarse el descenso y se puede decir que el objetivo principal de Luismi Areda (aderezado con la “garrafón”) se ha cumplido.

Otra cosa es que ese cambio en la forma de jugar que se pretendía se haya plasmado verdaderamente sobre el terreno de juego.

Es cierto que en algunas ocasiones pareció apostarse un poco más por el juego  combinativo pero esa intenciones acabaron por diluirse entre el fragor de los partidos e incluso acabó por jugarse claramente al “pelotazo” en varias ocasiones alcanzando el culmen de dicha circunstancia en aquel infausto penúltimo partido ante el Adarve.

Es cierto también que algunas decisiones tomadas sobre todo en los últimos partidos de Liga resultaron especialmente extrañas.
La más llamativa llegó precísamente ante el Atlético de Madrid B con la suplencia del que había venido siendo el delantero titular en los últimos partidos y autor de goles claves, Eder Díaz.
No solo chocó la suplencia del vasco (se hallaba a un solo tanto de su renovación automática y la salvación no estaba ni mucho menos atada) sino que su sustituto no fuera Iván Martín (jugador que salió al campo como primera alternativa a Eder siete días antes frente al Adarve como primer cambio)  sino un Berrocal que apenas salía en Liga y que apareció como titular en el partido más importante para el Pontevedra en muchos años.

Sin embargo, si mezclásemos todos los ingredientes del cocktail creo que se puede concluir que la labor de Luismi Areda ha sido buena y ha ayudado al club en un momento de mucha presión para que no se hundiese en la ciénaga de la Tercera División.

¿Es eso suficiente para ofrecerle la continuidad al frente del equipo? Para el “Director Deportivo” es evidente que sí y serán los mayores y más duros jueces que existen en el fútbol, los resultados, quienes dictaminen si se ha acertado o no con esa decisión.

Ahora bien, esos “Jueces” serán más o menos estrictos; más o menos exigentes con Luismi una vez se conozca (a día de hoy, insisto, no se sabe) cual es el objetivo con el que el Consejo piensa salir a competir la campaña que viene.

¿Se saldrá con la misión de luchar por el play off? ¿Será el objetivo no pasar apuros para permanecer?
Una cosa es que el mercado no haya hecho más que comenzar (aunque no es muy alentador que no se haya renovado todavía a ninguno de los jugadores que realmente interesen) y otra es que el Consejo no sepa ya (y si las sabe no las anuncie) cuáles serán sus intenciones y ambiciones de cara al siguiente ejercicio.   

Más de un jugador referente de la plantilla ya ha dicho que quiere seguir pero con un proyecto serio y en la medida que se pueda ambicioso.

Es posible que en breve empecemos a salir de dudas sobre esta cuestión dependiendo de aquellos hombres que digan sí y otros que prefieran cambiar de aires.

2 comentarios:

  1. Milucho salvó al equipo en una situación mucho peor,renovó y duró cinco partidos.Manu Fernández casi sube al equipo,renovó y duró dos meses. El que no conoce su historia está condenado a repetirla.

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  2. La entrevista a la accionista mayoritaria en PontevedraViva con Espiño es para poner los pelos de punta: mas de lo mismo, si no querías caldo, 3 tazas.
    Y hay que agradecerle que no nos vende el club a los chinos o al Getafe, a veces dan ganas de que lo haga...

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