lunes, 4 de noviembre de 2024

Hablemos de fútbol. De errores y cabezonerías pero de fútbol.

Echo bastante de menos, mejor dicho, mucho de menos que en torno a la actualidad deportiva del Pontevedra CF se hable bastante más de fútbol, de cuestiones estrictamente ceñidas a la táctica o a las decisiones que afectan al desarrollo de los partidos y menos de diversas cuestiones adyacentes que no explican, por ejemplo, las razones de que ayer se hayan vuelto a escapar dos puntos del estadio municipal de Pasaron.  

Hablemos pues, o escribamos en este caso, mucho de fútbol y hagámonos algunas preguntas para las que no resulta fácil encontrar respuestas.

El Pontevedra CF empezó esta temporada fuera de casa de la misma forma que terminó la pasada, de manera errática y decepcionante.

En el primer desplazamiento, después de una hora y pico de juego autoritario y a  rachas efectivo, todo se fue al carajo por un último cuarto de hora lamentable en el que el Pontevedra otra vez no supo ni defender, ni poner carácter ni enseñar un mínimo de personalidad y oficio hasta dejarse igualar un encuentro por un equipo que estaba literalmente muerto sobre el terreno de juego.

En el segundo partido a domicilio apenas se compitió en Soria.

He aquí, no obstante, que por el cuerpo técnico se buscan soluciones, variantes, remedios a este desangramiento fuera y acaban por encontrarse de tal forma que en los tres últimos partidos se logran tres victorias sin encajar un solo gol y en campos complicados, no tanto por la fortaleza de los rivales, sino por las características de los terrenos de juego.

Al margen del cambio obligado por la lesión de Churre que ya no pudo estar en Guijuelo, la modificación efectuada consistió en introducir en el “once” inicial a Cambil colocándole en la parcela central del campo junto a Mayo y Yelko. Así, Chiqui a un lado y Dalisson al otro, más Rufo en punta completaban el resto del equipo por delante de la defensa.

0-2, 0-2 y 0-1, así, de una tacada y con los aficionados aprendiéndose de memoria la alineación utilizada.

Esta misma temporada en casa el Pontevedra no carbura desde el principio de temporada.

De los 5 partidos jugados, se ha perdido uno y empatado el de ayer.

Los tres que se han ganado? Uno de penalti y de forma gris; otro en la última jugada del choque en el minuto 98 y el tercero marcando el gol del triunfo igualmente en el tramo final del partido.

Es un hecho que el Pontevedra en Pasaron no está bien y no logra, sobre todo, una continuidad y ritmo en el partido desde el principio del mismo lo que ha provocado que en cuatro de esos cinco encuentros hayamos empezado perdiendo.

Es cierto que en algunas ocasiones se ha intentado introducir variantes para ver si el equipo se entonaba pero sin resultados evidentes.

De esas variantes, la más llamativa apareció el día del Rayo Cantabria con la aparición de Dalisson como falso “9” que en opinión del que esto escribe no mejoró en nada el rendimiento global del Pontevedra ese día.

¿Cuál es la variante táctica que nunca se ha introducido en Pontevedra para ver si con ella el conjunto armonizaba mejor sobre la hierba y lograba aunar la calidad de sus integrantes con el equilibrio y agresividad pertinente?

Precisamente, la que tan buenos resultados ha dado fuera de casa.

Por alguna razón que de verdad se me escapa, el cuerpo técnico sigue sin jugar de entrada en Pasarón con la alineación que ha cosechado a domicilio los últimos nueve puntos jugados y sin encajar un solo tanto en contra.

Para mí que no se pruebe desde el principio esta alternativa en casa constituye un misterio y más teniendo en cuenta que incluso ayer, en el tramo final de partido en el que coincidieron Cambil y Mayo, el Pontevedra hizo buenos minutos y creó lo suficiente en ataque para ganar el partido.

En cambio..¿Qué vimos de entrada en la alineación y el juego del equipo ayer frente al Avilés?

Para mí una nueva demostración de la máxima que dice que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Bueno, en realidad, en este caso se tropieza con la misma piedra tres, cuatro y hasta cinco veces.

Se volvió a insistir con Novo medio acostado en una banda. En principio, en la derecha aunque a lo largo del primer tiempo se cambiaron las bandas para ver a Chiqui por esa banda y al ex del Langreo por la izquierda.

Que Iago Novo no está funcionado en esas ubicaciones es algo que se está viendo desde el primer partido de Liga  (salvo algunos pasajes en Santiago) y se sigue insistiendo en esa fórmula que no solo perjudica al propio futbolista sino sobre todo al equipo que está claramente cojo cada vez que se incide en ese error.

Por otro lado, por razones que se desconocen pues en el post partido no se preguntó por ello, el jugador que empezó en punta el partido fue Carlos López.

Este futbolista que tan buena segunda vuelta hizo la Liga pasada hasta el partido contra el Ourense CF, parece precisamente desde aquel día otro jugador.

Era Carlos un delantero que al margen de los goles que hizo (que hizo muchos) aparecía bastante en el partido viniéndose hacia atrás y tirando paredes con los interiores y media punta dejando casi siempre detalles interesantes en sus actuaciones.

A día de hoy, lo que transmite Carlos sobre el campo es una falta de confianza brutal y ayer prácticamente pasó inadvertido y como alma en pena los minutos que estuvo en el partido.

Otra cosa es analizar si con los centrales que tenía el Avilés, L.Martínez y Babin, la opción de Carlos era la más adecuada para empezar el choque.

En algunos momentos recordé aquel fatídico partido contra el Betis Deportivo jugado aquí y en el que también salió de inicio contra aquellas dos “paredes” inmensas que el equipo bético presentó en el centro de su retaguardia.

No obstante, al margen del debate acerca de si Rufo o las características que todavía le quedan a Rufo eran más idóneas o no para enfrentarse ayer a los centrales asturianos, lo preocupante es que Carlos López no sale del túnel en el que lleva metido demasiado tiempo y eso es muy malo para el equipo.

El caso es que la primera parte ya empezó con los tradicionales sustos a balón parado (ese balón parado se defiende como lo hizo ayer el Avilés y no como lo solemos hacer nosotros) y con balones a las espaldas de nuestros laterales que nos hacían mucho daño en defensa. De hecho, el gol rival llegó de esa manera. Balón largo que sobrepasa a Fontán y pase al corazón del área para que un delantero rival empujase a gol ante la ya tradicional lentitud de nuestra zona central defensiva.

Fue una primera parte otra vez lenta, anodina, casi desprovista de ritmo por nuestra parte. La única opción importante de gol llegó de las botas del otra vez lateral Alex González que fue respondida bien por el portero asturiano.

Parecía una fotocopia de otras primeras partes de esta temporada y solo Dalisson trataba de horadar la defensa contraria sin encontrar apenas complicidad en sus compañeros.

Poco después del inicio de la segunda parte, aproximadamente en el 52 o 53, llegó un triple cambio que empezó a cambiar algo las cosas.

Además de la entrada de Irazu por un Fontán amonestado (ayer gris y con problemas defensivos) que llevó a Garay al lateral, entraron también Rufo y Hector por Carlos y Novo.

A consecuencia de ello, Alex volvió al extremo y el equipo, a pesar del mal día de Chiqui, ya no cojeaba tanto de una de sus dos patas.

Se encontró la presión adecuada, se empujó desde la propia defensa hacia adelante y el Avilés no tuvo más remedio que echarse atrás y achicar agua.

Por fin se había conseguido un ritmo de juego más propio de un partido de competición importante que de una pachanga de jubilados y parecía que el gol podría llegar en cualquier momento.

Sin embargo, en otro nuevo giro de guión de difícil explicación por lo menos para quien esto escribe, Iago decide efectuar un cuarto cambio sorprendente.

Y la sorpresa no la producía el que entraba al campo (un Samu Mayo que volvió a demostrar sobre la hierba que no ponerlo de entrada es un capricho que ya costó el año pasado y que nos pueda volver a costar mucho este año) sino por el jugador que lo abandonaba, Alex González.

Antes de ese cambio el Pontevedra corría, apretaba y las gradas bullían porque veían cerca el empate pero a raíz de esa sustitución se necesitaron unos minutos de silencio por parte de todos para salir del estupor de una decisión sobre la que tampoco se preguntó luego en rueda de prensa.

A mí el cambio me resultó estrambótico no ya por lo que aporta (y en ese momento lo estaba haciendo) el capitán en su puesto natural sino por innecesario en la elección del sustituido.

El partido de Chiqui era muy malo y lo normal es que él hubiera sido el objeto del cambio pasando Dali a la derecha pues el hispano brasileño iba a seguir destacando igual en esa posición pues a día de hoy es el mejor de largo del equipo.

El caso es que tras esos minutos de impás, de bajada clara del “souflee”, el Pontevedra volvió a meterse en el partido y a base faltas magistralmente botadas por Dalisson acabo por empatar el mismo.

Falta algo lejana que pega en portero y poste, balón que parece que sí puede salir por la línea de fondo antes de ser enviado atrás y remate de Rufo al fondo de las mallas.

Se siguió apretando con esa pareja que tan bien pega como Cambil y Mayo que ayer en los minutos que coincidieron demostraron su compatibilidad también en casa e incluso se gozó de una ocasión muy clara en la única jugada en la que Yelko apareció en el partido.

El vigués asistió magistralmente a Garay que por su flanco derecho encaró al portero en el 88 pero no pudo superar con su lanzamiento al buen guardameta visitante.

 A pesar de ese gran pase, a Yelko hay que exigirle mucho más, por lo menos desde fuera, porque desde dentro ya se sabe que salvo fuerza mayor nunca será objeto de sustitución.

En el momento en el que el colegiado señaló el final del partido mi sensación era que otra vez se había “tirado” más de la mitad del partido.

Que cuando se dotó a la alineación de una lógica y de sentido común, el equipo mejoró exponencialmente y pudo incluso completar la remontada.

Eso lo único que me produce es más cabreo e impotencia.

¿Por qué se empieza a meter la carne en el asador tan tarde y casi siempre con el marcador en contra?

¿Vamos a seguir jugando partido en casa de 30 o 35 minutos para tratar de compensar los 60 restantes en los que tata ventaja se da al rival?

¿Creemos que va a ser fácil bajar al Numancia del primer puesto?

Sobre ello, llevamos 10 de 12 puntos y la diferencia es de 4 a favor de los sorianos.

¿Ya estamos con el soniquete de qué estamos en la jornada 10 y demás historias?

Ya. Estamos en la 10 y dentro de cinco en la 15 y luego en la 20….

Lo único cierto es que en casa seguimos como el año pasado, es decir, sin ganar partidos clave contra equipos que van a estar arriba y no entonando ni la más mínima autocrítica sino solo apelando a que es muy temprano, a que falta mucho y a historias para no dormir que conocemos demasiado bien.

Quizá usando el sentido común en casa, ese mismo que parece que al fin se utiliza fuera, podamos de una vez dar la medida como locales.

Quizá si no nos empeñásemos en querer inventar la pólvora cada vez que jugamos en Pasarón y fuéramos a lo concreto, a lo que se ha probado que funciona, a lo que nos está dando puntos y equilibrio; quizá así, insisto, no estaríamos siempre por detrás de algún rival y fuéramos nosotros los que encabezáramos la clasificación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario