lunes, 28 de septiembre de 2015

UN EJERCICIO DE DESESPERANTE IMPOTENCIA

El partido atufaba desde el primer minuto a "abono premium 1-0 fuera de casa, edición granate" que echaba para atrás.
Tan solo quince días después de la rueda de prensa en Villaviciosa en la que alegó que el equipo había perdido por no ser él mismo y que seguiría jugando de esa forma sin poner cinco jugadores en defensa, Luisito se transformó en empresario de transportes el pasado Sábado y no sólo colocó el autobús en A Malata sino que le añadió un tranvía de dimensiones considerables para completar la profunda trinchera.
Lo que no sabía el técnico es que esa fortaleza "bus tranviaria" tenía agujeros por todas partes, especialmente por los costados (lo que vienen a ser las bandas de toda la vida en el fútbol, vamos) y que a poco que el rival empujara con sentido los vehículos acabarían por tambalearse como efectivamente así se produjo.

No sé cuales fueron los motivos de colocar cinco defensas sobre el césped departamental. Reconozco que me sorprendí cuando junto a Campillo y Capi apareció Bruno en la alineación inicial. Al principio pensé que colocaría a este último de lateral izquierdo como ya hizo en La Palma sorprendiendo a propios y extraños. Pero no. El plan establecía que cuando el Racing tuviera la pelota la línea defensiva estuviera formada por tres centrales más Adrían y Verdú en los laterales. Es cierto que por lo menos en la primera parte dio la impresión de que cuando éramos nosotros quien teníamos el balón Bruno se desplazaba hacia la banda y Verdú ejercía de interior izquierdo formado una línea de cinco medios junto al trivote ( Presa, Alex y Mouriño) y Jandrín en la derecha. Pero digo que dio la impresión porque realmente resulta complicado entender la disposición táctica del equipo durante los primeros cuarenta y cinco minutos. Pareció (insisto, pareció) que con pelota nos poníamos en 4-5-1 y sin ella con 5-4 -1.
Sea como fuera lo cierto es que la primera parte mostró a un Pontevedra desaparecido en ataque que sólo protagonizó una jugada ofensiva malograda por Mouriño al enviar fuera un centro desde la derecha y que con el paso de los minutos sufría cada vez más en defensa sobre todo por su banda izquierda. En bastantes ocasiones esa banda fue superada y el peligro rondó el área granate sin que los delanteros ferrolanos consiguieran tener un mínimo de claridad para traducir ese peligro en goles. Aún así, el Pontevedra no se veía especialmente agobiado especialmente en la primera media hora y los minutos pasaban entre el sopor y el aburrimiento de un partido que no estaba pasando precisamente a la historia por su calidad pero con esa sensación de que de seguir el encuentro con esos derroteros el gol nos "caería" en el cuarenta, en el sesenta, en el ochenta o en el noventa y dos.
Y a punto estuvo de llegar en la última jugada del primer tiempo en la ocasión más clara del Racing en esa primera mitad tras convertirse de nuevo nuestra banda izquierda en una autopista aprovechada por los verdes y  rematada por un disparo de un rival en inmejorable posición que Edu logró desviar en gran intervención.                      

Con ese lance terminó el primer tiempo en el que todos los que pudimos o quisimos vimos por la tele de nuevo a un Pontevedra inoperante o desaparecido en ataque y que volvía a tirar del esfuerzo y compromiso como únicos argumentos para intentar hacer frente a un rival que por otro lado había decepcionado por su carácter ramplón y algo cansino.

Pero en la segunda parte las cosas no mejoraron. De entrada pareció ( y digo otra vez pareció) que Luisito se quiso dejar de zarandajas y no movió a los cinco de atrás de sus posiciones, mantuvo el trivote pero ordenó a Jandrín que adelantara su posición para acercarse a Borjas y formar con 5-3-2.

Tal circunstancia no sólo no dotó de mayor "punch" ofensivo al equipo sino que propició que las bandas que ya habían sufrido algo en la primera mitad fueran el camino escogido una y otra vez por el Racing para profundizar y crear peligro en ataque.

Era un Racing impreciso, con errores técnicos impropios de un equipo que dicen que va a luchar por el liderato y con un Joselu cuya categoría es imposible discutir pero que el Sábado se mostró torpón e incluso dilapidó dos ocasiones claras de gol antes de la jugada que otorgó el triunfo a su equipo.
Pero a pesar de todo ello el partido adquiría cada vez más ese tufillo a derrota granate porque el Pontevedra no provocaba ni rasguños en la defensa ferrolana. Es cierto que en esa segunda parte se produjo el lanzamiento de Borjas que tras tocar en un defensa obligó a Mackay a estirarse y enviar a la esquina ese balón envenenado pero eso es poco, poquísimo para tratar de marcar fuera y a poco que el rival haga algo arriba lo lógico, lo normal, es que acabemos derrotados por ese dichoso 1-0.
A esa sensación de inoperancia contribuye igualmente la colección de faltas y corners al tobillo lanzados por Verdú. Insisto, si en partidos cerrados con marcadores igualados ejecutamos así el balón parado mal pero que muy mal vamos.   
Y la sensación de que todo iba a acabar peor otra vez se intensificó con el primer cambio granate cuando todavía quedaba sobre media hora para el final. Se fue Mouriño y entró Pedro García. Sí, Pedro García. Con dicha sustitución, el Pontevedra estuvo jugando con cinco defensas más Pedro, Kevin y Alex en el medio campo (por cierto, lleva este último dos partidos realmente preocupantes). Ocho jugadores eminentemente defensivos (o por lo menos no ofensivos) y lo que es peor sin una pizca de talento en el campo que pudiese establecer una conexión con el autobús-tranvía y Jandrín o Borjas.

Justo antes del gol del Racing el cambio fue Anxo por Jandrín con lo que la situación no cambiaba nada. Borjas y ahora Anxo seguirían aislados sin remedio.

Pero es a que todo esto se le unió por desgracia la autopista que siguió siendo la banda izquierda y el mal cuarto de hora final de Adrián Gómez que también provocó que la derecha hiciera aguas de manera irremediable. Ya antes del gol dos jugadas por esa banda provocaron mucho peligro en nuestra área. 
Y luego llegó el minuto 80 en el que se produce la jugada que acaba en el gol y que pudimos parar muchos metros más atrás. En el momento en el que un jugador del Racing recibe de espaldas más o menos a la altura de medio campo en banda izquierda hasta dos jugadores granates pudieron pararle en falta para abortar el contragolpe y como mucho ganarse una amarilla. No se hizo y todavía no se porqué y lo que sucedió es que ese jugador pudo progresar y pasar la bola a un compañero en tres cuartos que no dudó al ver llegar en carrera a Pablo Rey y mandarle un pase evitando el fuera de juego que le dejó delante de un Edu que a veces hace algún milagro pero que en esta ocasión estaba vendido.
Quedaban todavía diez minutos más el descuento pero el Pontevedra no fue capaz ni de llegar al área rival en ese tiempo (ya con Miki en el campo por Bruno, cambio hecho nada más encajar el tanto) dando una imagen de impotencia y de equipo pequeño realmente desesperante y difícil de digerir.

Se llevan ya consumidos seis partidos y parece que todavía no ha comenzado "nuestra liga". En al menos cuatro de estos encuentros se nos ha dicho que jugábamos con rivales mejores y con "hombres de mucha calidad y superior categoría". Lo cierto es que, por poner un ejemplo, el Compostela con su derrota de ayer ante el Somozas es colista de grupo pero en la previa del partido de Pasarón se encargaron de "concienciarnos" de que venía un aspirante al liderato. Digo esto porque el Domingo llega a Pontevedra el Coruxo. El equipo vigués ha empezado tan bien la temporada que vendrá a Pontevedra vestido de lider y ya sé los argumentos que escucharemos desde dentro desde mañana mismo. Se dirá que viene otro "super equipo", con jugadores tremendos (recuerdo que es a veces titular Cristobal Juncal que jugó aquí el año de 3ª que no se disputó el play off) y que habrá fichado gente con la que nosotros no podemos ni soñar pero el caso es que a este paso "nuestra liga" no comenzará nunca o cuando lo haga nos encontrará un tanto descolgados de esos "presuntos compañeros de viaje en el sufrimiento".

¿Seguirá bromeando la presidenta con los puntos que nos separan del liderato o ya empezará a comprender que esto va en serio y que hay que ponerse las pilas desde ya?

           
    

No hay comentarios:

Publicar un comentario