lunes, 15 de febrero de 2016

Los inventos del profesor Bacterio

Nací en el año 1972 y mis primeros recuerdos "semi racionales" se remontan a finales de aquella década.
A lo largo de los maravillosos años 80 atravesé mi última fase de la infancia y una adolescencia que recuerdo con cariño y a veces demasiada nostalgia. 
Era una época en la que no es que la palabra internet nos sonara a un sistema de transmisiones del El Halcón Milenario sino que los teléfonos móviles parecían aparatos excéntricos y extraordinarios sacados de las películas futuristas de Steven Spielberg.
Recuerdo el primer ordenador comprado por mis padres y que fue colocado con toda la solemnidad del mundo en el despacho al que ellos accedían con normalidad pero al que teníamos que pedir permiso mis hermanos y yo para poder entrar. Así empezamos a familiarizarnos con la letra verde fosforito de la pantalla y con unos juegos tan rudimentarios que no resistirían el más mínimo análisis efectuado por cualquiera de los críos del siglo XXI.

Fue además este atribulado bloguero un niño urbano ( realmente quiero decir sedentario y comodón) pero así queda algo más bonito. Mis padres vivían y viven en pleno centro de la ciudad en una zona muy afectada por la circulación (faltaba mucho todavía para la peatonalización) y salir a jugar a la calle solos como hacían alguno de mis amigos resultaba algo utópico.

Me crié, por tanto, al abrigo de múltiples tebeos de todo tipo por medio de los cuales descubrí el placer inmenso de la lectura y abusé digamos de "innecesarios complementos" para dicha tarea en forma de enormes jarras de "tang" (aquel refresco que venía en sobres y se mezclaba con agua) y altas dosis de chocolate en diversas formas (incluido el de cocinar ), palomitas, gusanitos y grandes vasos de cubalibre que en vez de contener ginebra o ron aparecían llenos de galletas sumergidas en una leche invadida por el "cola cao".

Todo ello (como seguro todos los lectores habrán supuesto) me costó pasar esos años infantiles y adolescentes con un sobrepeso importante que me hizo odiar con todas mis fuerzas las clases de educación física y contribuyeron a formar un carácter bastante tímido que tan solo lograba explayarse de verdad al hablar de mis héroes de ficción literaria y mis ídolos futbolísticos granates y rojiblancos. Esa etapa de menús indecentes y michelines grandilocuentes duró hasta que conocí a mi primer amor, una bellísima bicicleta estática, con la que viví una apasionada historia sentimental que duró más de una década y que terminó en separación de manera dolorosa y sobre la cual quizá me extienda en algún artículo posterior.

Pero el caso es que ( y vuelvo a los tebeos) fueron muchas las horas que dediqué a absorber las aventuras del Capitán Trueno, Superlópez, Zipi y Zape, el botones Sacarino, Pepe Gotera y Otilio, Rompetechos etc etc. Pero entre mis favoritos de verdad se encontraba El Corsario de Hierro (con sus inseparables Mac Meck y Merlini), Astérix y sus convecinos de la irreductible aldea gala y Mortadelo y Filemón creados por el gran Ibáñez y que en innumerables ocasiones consiguieron apartarme a base de sonrisas de las frustraciones de aquellas carreras en el patio del colegio y de los suspensos de matemáticas e inglés que ya desde entonces empezaban a aparecer en mi expediente académico.

Trabajaban (y todavía lo hacen pues no ha llegado todavía la hora de sus jubilación) estos dos agentes de la autoridad en la famosa agencia de espionaje llamada T.I.A a las ordenes del gran Superintendente Vicente que no duda en encomendarles las misiones más complicadas.
Pero en esa agencia además de la "atractiva" secretaria Ofelia presta sus servicios también un científico peculiar y extravagante llamado Profesor Bacterio y cuyos inventos o experimentos suelen acabar como un auténtico rosario de la aurora.

Sospecho que el entrenador del Pontevedra debe ser también un asiduo lector de estas historietas de humor maravillosas. Quien no recuerda aventuras como la de "Chapeau el esmirriau" o la de los mundiales de fútbol o juegos olímpicos.
E igualmente colijo de lo experimentos que últimamente viene poniendo en práctica Luisito que su personaje favorito dentro de la T.I.A debe ser el insigne Profesor Bacterio.

Y lo digo porque ayer Domingo se llevaron a cabo varios experimentos a cada cual más curioso en el Estadio Municipal de Pasarón pero lamentablemente adolecieron dichas pruebas experimentales del ingrediente mágico de la gaseosa para haber obtenido un resultado mucho más satisfactorio.

Que el Racing de Ferrol es junto al Logroñés el mejor equipo del grupo es algo que casi nadie debería cuestionar. Pero que el Pontevedra CF compitió en A Malata y en casa frente a los riojanos en la primera vuelta es también otro dato totalmente contrastable. 

Las dos veces se perdió por la mínima pero los que asistimos a Pasaron el día del Logroñes coincidimos en que los granates no le habían perdido la cara al encuentro en ningún momento y por la pequeña pantalla pudimos igualmente comprobar como el Pontevedra aunque romo en ataque si plantó cara en Ferrol hasta que cayó la muralla en los últimos minutos del choque.

Por eso resulta absolutamente incomprensible como nuestro equipo desapareció por completo del campo en el día de ayer protagonizando un partido tan lamentable como frustrante para toda su parroquia.   

Ni se compitió, ni se creyó ni se dio una imagen mínimamente defendible ante los más de tres mil aficionados que ayer nos congregamos en Pasarón.  

Pero volvamos a los experimentos "bacterianos" que acabaron como en la T.I.A con el estudio científico volando en mil pedazos.

De entrada, hay que decir que resulta muy pero que muy difícil intentar discernir como quiso jugar le Pontevedra CF en el día de ayer.

Aparentemente Luisito intentó plantar un 4-1-4-1 ( he aquí el primer experimento) con Queijeiro que sigue sin aportar casi nada de único medio centro con Jacobo y Bello por delante, Hugo por la izquierda y Pedro García por la derecha! ( este es el punto culmen de este primer experimento) .
He visto jugar a Pedro de medio centro defensivo y aportar empuje, presión y potencia al medio campo. Le he visto jugar casi de media punta y tratar de desenvolverse lo mejor posible aunque ya algo desubicado pero lo que me dejó absolutamente ojiplático es verlo ayer a lo largo de la primera parte completamente pegado a banda cuando el Pontevedra tenía el balón y tratar de mover ese corpachón que Dios le ha dado en el alambre de la línea de cal del campo pontevedrés, Es cierto que a veces ese 4-1-4-1 parecía convertirse en un 4-1-3-2 pero lo único que quedaba claro es que el desorden en la filas granates resultaba palmario y evidente 

Llega el segundo experimento que no fue otro que introducir de nuevo a Hugo de titular en el partido de ayer. Seguro que este chaval tiene condiciones y acabará por exhibirlas pero la pregunta es inevitable. ¿Qué ha hecho mal Jandrín para perder su puesto en favor de este hombre "cortado" por el Cádiz( terminología empleada por el propio entrenador granate)?
Ayer el asturiano hizo más en los cinco primeros minutos del partido que el bueno de Hugo en los minutos de los que ha dispuesto en las dos últimas jornadas.

Pero vamos con el tercer experimento. El Racing tiene una corpulencia y altura innegables. Ahora bien, dentro de esa fortaleza general destaca por encima de todos un tipo tan alto como ancho (que no desmerecería entre los fieles gladiadores de Espartaco) de nombre Golobart.
En el primer corner del encuentro la marca de dicho "morlaco" la tenía asignada Campillo. Sí, Campillo. Y Capi? pensábamos algunos. Estará con Joselu que aunque no tenga la pinta de portero de discoteca del central es también muy alto? No. tampoco. Capi estaba sin marca asignada intentando tapar la zona central del área. Bueno, Pues si Capi no está con Golobart ¿Por qué no está nuestro "tanquito" particular que no es tan alto pero sí tan ancho llamado Pedro? Sin respuesta.

El caso es que viene el centro alguien toca mal y Golobart se desprende de Campillo como el anteriormente citado Espartaco de un "tirillas" soldado romano y conecta un potente disparo que acaba con el partido en el minuto cinco.

Porque ahí se acabó el encuentro. En esos minutos, bastantes, entre el 0-1 y el 0-2 el Pontevedra lo intentó pero mostró una incapacidad y una impotencia para siquiera tirarle a portería al juvenil portero ferrolano que convenció a todos los allí presentes que no había nada que hacer.

Fueron minutos en los que Queijiero volvió a demostrar su incapacidad para tomar las riendas del medio campo; en los que Hugo quiso pero nunca pudo; en los que Bello se diluyó por conducir y conducir la pelota en zonas además comprometidas; en los que Borjas volvió a demostrar que no está en su mejor momento aunque siguió partiéndose la cara como siempre y en los que Pedro puso de manifiesto que el experimento nº1 había sido una frivolidad.
Sólo Jacobo intentó y consiguió algunas veces filtrar pases con intención e incluso tirar a portería en un globo inofensivo que causó problemas a un portero visitante que jamás podría haberse imaginado que su debut en este campo iba a resultar tan placentero.

Luego vino la falta que se colgó al área para que Nano completamente solo cabecease obligando a Edu a despejar en felina parada y  provocar un corner en el que la colocación granate volvió a ser dramática y en la que apareció la mala suerte para que un intento de despeje de Jacobo provocara un estrambótico segundo tanto verde.

Como estrambótica fue la jugada del tercer gol a renglón seguido. El agujero defensivo de la banda izquierda y la pasividad del equipo fue tan grande que la sensación de este humilde bloguero al ver a Joselu empujar a placer el tercero no puedo ser más desalentadora.  
     
 Había sido una primera parte lamentable. Jugada sin alma y en la que aunque parezca increíble lo mejor había sido el resultado.

Pero con la reanudación volvieron los experimentos. Dos cambios, Jandrín y Anxo por Hugo y Jacobo. En el caso de este último no tengo claro si esa maravillosa labor psicológica de Luisito (que entre otras cosas le obliga a echar broncas "in situ" y de manera inmediata al según él responsable de encajar un gol) le incitó a sustituirle para culparle del segundo gol ferrolano o simplemente por haber sido el único que intentó hacer algo de fútbol en la primera parte. Prefiero pensar que el cambio se debió a su tarjeta amarilla y un intento de protección pero he de confesar que tengo mis dudas y las dos primeras hipótesis no acabo de descartarlas.

Pero vamos con el experimento nº4. Lo que quizá debió hacerse al inicio del partido de Santiago que no era otra cosa que fortalecer al equipo y cuidarse muy mucho de no encajar en aquella piscina se hace en el inicio de la segunda mitad de ayer con 0-3 en el marcador.

El Pontevedra se coloca con tres centrales (Verdú se une a los dos de siempre) con Anxo y Adrián de carrileros largos. Pedro volvía al centro para acompañar a Queijeiro, Jandrín por la derecha Bello a la izquierda y Borjas arriba. Este sistema duró poco pues rápidamente llegó el experimento nº5. Con el tercer cambio salía al campo Alex por Bello y del 5-4-1 se pasaba a un 5-3-2 que acabó por cierto con los pequeños chispazos de velocidad por banda que había mostrado Jandrín al inicio del segundo tiempo.  

Pero ese quinto experimento no era ese cambio de sistema sino la entrada de Alex.

Creo que todos estaremos de acuerdo en que antes de romperse era este hombre un pilar básico para el equipo y que añorábamos su vuelta para situarlo junto a Kevin y equilibrar al conjunto.

Pues bien, ahora parece que Alex ha pasado a ser el cambio cuando las cosas ya está torcidas y parece que los minutos que le otorga el entrenador para ponerse a tono son los de la basura. Lo fueron en Santiago y lo fueron ayer.

Creo sinceramente que un hombre tan importante como este debe entrar ya desde el principio y aportar hasta que las fuerzas se lo permitan y no sacarle cuando el pescado ya está completamente vendido.

Fue una segunda parte la de ayer todavía más frustrante que la primera. El ambiente que se respiraba tanto dentro como fuera del césped era de partido veraniego contra un equipo de otra categoría y el Racing se limitó a esperar que pasasen los minutos con la cortesía añadida de no querer hacer más daño a un desconocido Pontevedra.

La impresión era que si el Racing necesitara marcar un par de goles más lo haría sin dificultad pero que al no necesitarlos había puesto el piloto automático y esperaba tan solo el pitido final.
Ese pitido final llegó tras un absurdo descuento y el peor partido con diferencia del Pontevedra en casa terminaba con la sensación inevitable de que estamos todavía en caída libre y no se acaba de dar con la tecla que en principio pare el descenso en picado del ascensor para tratar después de volver a subirlo algunos pisos.  

La promoción de descenso está todavía a trece puntos pero la desconexión de estas últimas semanas empieza a preocupar seriamente al entorno de la entidad.

Llega otro derby que exigirá jugar a cara de perro. No se hizo en Santiago ni tampoco ayer. El primer paso para la recuperación (incluso por encima del marcador) es volver a mostrar esa imagen de equipo férreo, peleón e inconformista que tantas veces hemos visto este año.

Para ello no sería malo que el Profesor Bacterio fuera encerrado por Mortadelo en cualquier armario de su laboratorio y apareciéramos en O Bao sin la intención de desarrollar más experimentos estrafalarios.
Seguimos a dos victorias de la salvación y quedan trece encuentros. Lo malo es que ya estábamos a esas mismas victorias cuando eran diecisiete los encuentros que faltaban para el final del campeonato.

Hay que apretarse los machos y hay que hacerlo ya.

   

        

3 comentarios:

  1. No estoy de acuerdo en nada pedro jugo en linea de medios por delante queijeiro con jacobo y bello enganche con borjas y hugo en punta
    Muy mal criticar al mister q nos ha llevado a lo mas alto tras años de ridiculo
    Hay q saber q joselu gana mas q todos nuestros atacantes juntos
    Mucho merito tenemos mucho desde hoy no entrare mas en tu blog pq no eres objetivo esta plantilla merece un monumento y tu bacterio una estatua pasaron adora al mister y tu hablas de descenso madre mia!

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  2. De acordó con comentario luisito un crack
    Non me identifico porque non sei como se pon o nome pero son socio desde fai moito

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  3. Ya sé que juego es terreno hostil pero no me resisto:tiene cojones el ir a un
    partido de football y estar pendiente de si 4-1-4-1 , 4-3-3...etc,etc,etc...va-
    mos a llegar a tener que estudiar...todo es puro camelo...ahora estamos en
    todos los medios con las "jugadas corales"...y a Luisito puede que le pase lo
    que a otros,cuando se aburran de él lo mandarán a tomar por el saco...
    Y un "Dios" como Benitez,"un gran entrenador","la solución",demostró que es
    otro lambeculos,larga ahora que no está en el club.En fín,es el football,nada
    nuevo.

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