lunes, 20 de febrero de 2017

En caída libre o el nuevo episodio de la película desplome 2.0

Que el Pontevedra CF lleva protagonizando una temporada lejos de Pasarón vulgar y con números de zona baja es algo que resulta difícil de discutir.
De manera oportunista desde dentro del club se nos decía en el transcurso de la primera vuelta que el equipo solo había perdido en Santander, Valladolid, León o Vigo y que estos eran los conjuntos que ocupaban los puestos de arriba en la clasificación.
Sin embargo, la realidad es tozuda y con el tiempo esa especie de coartada se ha quedado obsoleta y sin ningún tipo de solidez.
En esos cuatro encuentros citados lo peor no fueron las derrotas sino la imagen paupérrima ofrecida por los granates en tres de los cuatro partidos en los que estuvo fuera de los mismos casi desde el principio.
Pero concediendo que esos campos (Barreiro, Reino de León y El Sardinero) son escenarios harto complicados, lo cierto es que el Pontevedra en el resto de encuentros jugados como visitante no ya en esa primera vuelta sino en todos los jugados hasta el día de hoy no ha dado la medida prácticamente en ninguno.
Sólo dos victorias, Tudela y Aranda con protagonismo importante de Mario Barco en ambos choques y empates conseguidos a trompicones como los de Guijuelo,Burgos, Coruxo, Mutilva o Palencia no son cifras para estar especialmente contento con el rendimiento exhibido por los nuestros en los partidos jugados como visitantes.

Esta exasperante falta de competitividad foránea no es exclusiva de esta temporada sino que ya viene de atrás pues en la segunda vuelta de la liga pasada los resultados lejos de casa ya empezaron a ser realmente mediocres.

Claro que si a esta trayectoria errática fuera se le suma la pesada losa de acumular seis encuentros sin meter un gol la consecuencia no puede ser otra que el lento pero imparable derrumbe del Pontevedra CF que solo mantiene la cuarta plaza por dos circunstancias; la primera, su extraordinaria primera vuelta en casa en la que ofreció esa imagen de equipo fuerte que tanto nos ilusionó y la segunda la torpeza de los perseguidores que ni con esta lastimosa racha granate han conseguido desplazar al Pontevedra de la cuarta plaza en la tabla. 

De esta inaudita serie de encuentros sin encontrar el camino del gol solo se puede sacar la conclusión de que la baja de Barco ha desconyuntado al conjunto en el aspecto ofensivo.
No hemos sabido jugar sin Mario y además el calagurritano aporta esa dosis de carácter de la que adolece tanto el equipo sobre todo fuera y que resulta muy necesaria para sacar muchas veces las castañas del fuego.
En las dos victorias logradas a domicilio el "9" resultó decisivo y en campos como el del Coruxo resultó básico para no volverse con derrota.
La lesión de Barco acaecida en un momento clave de la temporada fue calificada en este mismo blog como muy preocupante pero sus efectos han sido mucho más devastadores de lo que podría esperarse en un principio.
Y es que más allá de los diez goles acumulados por el riojano en la Liga, su rendimiento y su capacidad de contagio al resto del equipo (además de la evidente atención que requería de las defensas contrarias) era tan relevante que su ausencia ha dejado huérfano en ataque al Pontevedra secando por completo las fuentes de acceso a las porterías rivales

¿Contaba la plantilla con argumentos para sobreponerse a esta baja y mal que bien ir salvando la cara hasta el regreso de Barco? Este bloguero siempre entendió que sí. Reconociendo la importancia del jugador cedido por el Lugo esperaba que el equipo disimulase la baja del delantero tal y como hizo con la de Alegre y "fuera tirando" como pudiera hasta la reaparición de su nueve titular.

Está claro que me equivoqué. O eso o es que el cuerpo técnico ha sido incapaz de dar con la tecla para jugar sin Barco algo que parece no corresponderse con la realidad cuando escuchamos a Luisito en la rueda de prensa posterior al partido de ayer afirmar que no iba a cambiar nada y que seguiríamos jugando igual.

Lo cierto es que esa afirmación del técnico teense no deja de ser curiosa sobre todo por que minutos antes había analizado con gran acierto el partido al afirmar que el Pontevedra había hecho casi todo bien hasta llegar al área rival, zona del campo en la que se le vendaban los ojos de manera desesperante. Ese "fútbol de mentira" , frase con la que calificó Luisito con sinceridad el juego granate no podía tener más consecuencia que acabar empatando a cero o incluso perdiendo si el equipo contrario acertaba (como así pasó) en alguna jugada aislada.

Salió al campo el Pontevedra con cuatro jugadores "menudos"  en los puestos más ofensivos al comienzo del partido. Eizmendi a la derecha, Jacobo a la izquierda más Mouriño y Añon como hombres más adelantados. Kevin y Trigo ejercían de mediocentros y la defensa era la habitual en los últimos partidos.
Y el Pontevedra cogió la pelota con la aquiescencia del Racing y la "sobó" cuanto quiso y más salvo cuando pasaba por las botas de un Kevin que volvió a estar desafortunadísimo en la circulación entregando el balón en muchas más ocasiones a un rival que a un compañero.
Pero esa posesión resultaba estéril. Sólo un cabezazo de Mouriño que salió fuera y una volea muy complicada de Jacobo que se fue por encima del larguero lograron animar siquiera tímidamente el juego ofensivo del equipo y con ese bagaje meter un gol parecía misión casi imposible.

Enfrente un Racing que parecía dejar pasar los minutos como apático y con más ganas de marcharse a la ducha que a otra cosa en el que Joselu no aparecía ya sea por su abulia o por el partido notable de un Bruno que volvió a rayar a un gran nivel y en la que Benítez no encontraba pasillo alguno para desembarazarse de un Miguel que volvió a a demostrar su mejoría esta temporada.
Aún así, en una jugada sin peligro aparente, el ex granate Benitez (conocido anteriormente como González) decidió probar con un lanzamiento desde muchos metros más atrás del área grande granate sorprendiendo a un Edu Sousa que todavía al escribir esta columna no entiendo como no llegó a a despejar a corner esa pelota

De esta manera tan absurda un Racing que en más de media hora sólo había llegado una vez por medio de Mendi se ponía por delante y hacía presagiar lo peor para el Pontevedra CF.
Quizá el guión pudo cambiar si en la última jugada de la primera parte David Añon hubiese transformado la única ocasión clara de gol de la que dispusimos al rematar flojo de cabeza en el segundo palo una falta lateral mal defendida por los "verdes".

Pero lo cierto es que el remate fue directo a las manos del portero departamental y la primera parte terminaba con ese sabor de boca amargo de ver a un Pontevedra impotente en ataque ante un rival que no estaba haciendo nada para ganar el partido.
En esa primera parte Eizmendi no volvió a ofrecer un solo argumento que pueda defender la titularidad que se le ha otorgado casi desde que llegó y la duda de un segundo caso Hugo Rodríguez empieza a planear sobre la casa granate. 

Tras el descanso Abel y Mateu entraron al campo en lugar de Portela y Mouriño pero salvo en los primeros diez minutos en los que sí pareció que el equipo tocaba más rápido la pelota y con algo más de intención el decorado apenas cambió sobre el césped.
El Pontevedra monopolizaba la pelota y llegaba con cierta asiduidad a las proximidades del área contraria pero una vez allí faltaba ese picante o ese toque de calidad que permitiera generar ocasiones de gol que transmitieran un poco de inseguridad a la retaguardia ferrolana.

El Racing por su parte buscó no con demasiado ahínco las contras para sentenciar el choque y  alguna opción tuvo para hacer el segundo tanto pero sobre todo gracias a la actuación ya mencionada de Miguel y Bruno no logró encontrar ese gol que sentenciara definitivamente el partido.

La última media hora la jugó Alex González en lugar de Eizmendi pero a pesar de intentar profundizar por la banda izquierda en alguna ocasión lo cierto es que acabó por disolverse en ese azucarillo ingenuo y carente de toda mala uva que era el ataque pontevedrés.   

Con el pitido final del árbitro la sensación que por lo menos al que esto escribe se le quedó en el cuerpo es que el rival nos había ganado sin hacer apenas nada sobre el terreno de juego y que la impotencia infinita que se había demostrado por nuestra parte a la hora de generar peligro hace ya no necesario sino imprescindible el regreso de Mario Barco para que la faceta ofensiva granate vuelva a parecerse a la de un equipo serio y con aspiraciones y no a la de un conjunto que lucha desesperadamente para no meterse abajo.

Dicen que es posible que Barco esté entre los convocados para el partido del próximo Domingo. Yo no rezo ni profeso fe alguna pero aquellos que sí lo hacen estaría bien que elevaran alguna plegaria para que esa reaparición se produzca en una semana pues el equipo sea por las razones que sean no ha sabido sobreponerse en ataque a la lesión del bravo jugador de Calahorra.

Si no fueran pocas las preocupaciones que arrastra el equipo, la escuadra que nos visitará en la siguiente jornada llegará a Pontevedra en el mejor momento de su temporada y llegará tras vencer en El Plantío por 2-0 a ese equipo extraterrestre que muchos decían que era el Celta B que aquí se paseó sin recato hace no demasiados días.

O se reacciona ya o o el grueso de los equipos que vienen por detrás nos arrollarán cual pelotón a un escapado a falta de un par de kilómetros para la meta.

Una cosa es no poder repetir la gran primera vuelta realizada (por lo menos en casa) y otra muy distinta es conformarse o mirar con indiferencia como el Pontevedra realiza una segunda vuelta lamentable y muy por debajo de sus posibilidades.     
    
   

2 comentarios:

  1. Es increíble que por la baja de un solo jugador este equipo parezca una banda incapaz de marcarle un gol hasta al Presqueiras, o se reacciona de una puñetera vez o vemos el play off por televisión (aunque viendo el rídículo que estamos haciendo en estas 6 jornadas casi que es lo mejor que nos podría pasar).

    Y en esto el gran culpable es el hombre que cada semana pone una excusa distinta, deleitándonos ayer en A Malata con lo del "fútbol de mentira". Luisito, deja de engañarnos y asume el problema que tiene el equipo, haz algo para que este equipo deje de parecer de Regional por la baja de Mario Barco. Lo peor es que parece que otro año más hemos vuelto a cagarla en el mercado invernal: a quién se le ocurre traer a un jugador como Eizmendi cuando lo que nos hacía falta era un delantero (porque lo de Ferrer es para echarse a llorar).

    Recemos para que Barco se recupere cuanto antes, porque sino nos adelanta hasta el Coruxo...

    ResponderEliminar
  2. Estoy de acuerdo con el anterior comentario en el que se señala a Luisito como el principal responsable de la crisis del equipo (es más, creo que si se quiere ascender en el futuro a 2ª no me parece el entrenador adecuado para ello), lo que me parece algo injusto son las críticvas a Ferrer que bastante hace el pobre y a Eizmendi, que ni lleva un mes en el equipo, hay que darle más tiempo al vasco para valorar si fue un buen fichaje o no.

    Y lo más importante, mantengamos la calma, estamos viviendo el momento más difícil de la temporada pero estoy convencido de que saldremos adelante. ¡HQR!

    ResponderEliminar