lunes, 7 de diciembre de 2020

Una previa imposible, un carácter impredecible y una lesión dolorosa

Es difícil calificar a un partido como “grande” o “especial” en las circunstancias que el mundo atraviesa en la actualidad y que ha puesto patas arriba la manera que teníamos de vivir antes de la llegada del covid 19.

¿Qué era un partido “grande” antes de que la pandemia nos obligara a modificar nuestras costumbres y a tomar todas las medidas posibles para proteger a los demás al tiempo que nos protegemos a nosotros mismos?

Un partido “grande” era una previa imprescindible en la Plaza de la Verdura con aquellos que sufrirían y disfrutarían contigo el encuentro y con muchos más aficionados que soñaban entre cervezas con los goles que llegarían algo más tarde.

Era enfundarse la camiseta que siempre esperaba en el armario para ser utilizada en ocasiones especiales y compartir media sonrisa cómplice con aquellos otros con los que te cruzabas por la calle y que también lucían sus mejores galas para acompañar al equipo.

Era sentir todavía el calor interior de la última caña mientras bajabas hacía el río junto a muchos otros seguidores granates y notar ese estremecimiento peculiar cuando las torretas del estadio aparecían en el horizonte.

Era contemplar los aledaños de Pasarón repletos de gente con bufandas, banderas y demás “impedimenta” entre cánticos de apoyo al equipo mientras aquel estremecimiento primero se convertía ya en una agitación desmedida.

Era, en fin, acceder a las gradas y comprobar como se iban llenando de nuestra gente y la del equipo rival en un ambiente de color, animación e ilusión que hace del fútbol un acontecimiento tan importante para aquellos a los que nos hechizó en algún momento de nuestras vidas.

Es cierto que el Pontevedra CF llevaba bastante tiempo sin esos partidos “especiales” que eran merecedores de esa previa que tantas veces disfrutamos los años de los play off de ascenso a 2ª y la propia temporada vivida en la categoría de plata con jornadas tan inolvidables como aquellas en las que nos visitaron equipos como el Sporting, el Valladolid, el Cádiz o el propio Celta.

El Sábado sí que era un día que invitaba a perderse por cualquiera de las plazas de nuestra ciudad para compartir el previo de un partido tan importante como el que disputaríamos contra el Deportivo de la Coruña.

No había play off, no sería un choque decisivo pero la presencia después de tantísimos años del Depor en Pontevedra para jugar un partido oficial (tantos años hacía que la última vez que vino todavía se le llamaba por muchos “el Coruña”) bien merecía vivir la jornada futbolística de una forma intensa, diferente y digna de la ocasión.

Nada de ello fue posible, evidentemente.

Las circunstancias obligan y la única buena noticia en las horas o días previos al partido vino dada por la posibilidad de que fueran 500 y no 150 los abonados granates los que pudieran asistir “in situ” al duelo.

Del partido ya se han escrito muchas crónicas y vertido muchos comentarios desde el Sábado por la tarde.

A este atribulado bloguero lo que más le gustó es que el equipo compitió muy bien frente a un rival coriáceo y casi hermético en el aspecto defensivo y al que el Pontevedra CF logró incluso superar en varias fases del segundo tiempo especialmente tras el gol afortunado conseguido por Rolán y el momento en que se produjo la doble expulsión que dio con los huesos de Lara y Charles en el vestuario antes de tiempo.

Quizá pude confirmar algunas opiniones con las que me quedé tras el partido ante el Salamanca jugado hace 15 días.

Así, al igual que sucedió frente a los charros pero esta vez ante un rival de mucha más enjundia, el Pontevedra CF pareció “pegar” mejor en defensa con la pareja Borja-Imanol  en el medio centro.

 Es cierto, como bien apuntaron los comentaristas Luis García Silva y Luis Oliveira en la retransmisión del partido de radio Pontevedra en la que tuve la suerte de participar, que estos dos jugadores no escalonan su posición y se restan posibilidades de desbordar líneas rivales en medio campo con algún uno contra uno o pared rápida pero lo cierto es que el que esto escribe ni el día del Salamanca ni el Sábado pasado observó desconexiones entre líneas en el equipo y amplias lagunas por las que el rival pudiera progresar como sí pasó frente a Unionistas, Compostela y en algunos momentos frente al Celta B.

Es sin suda esta pareja la que más aporta en el plano físico de las que el Pontevedra podía formar en esa zona del campo (antes con cuatro aspirantes y ahora solo con 3 por la grave y desgraciada lesión de Romay).

A mí me gustaron los dos jugadores y entiendo que dotan al equipo de una mayor contundencia y  presencia en el medio que ante equipos tan poderosos en lo físico como el Depor resulta altamente recomendable.

Otro detalle importante del partido fue la actuación de Santi Figueroa que debutaba esta temporada.

Aitor Núñez (a pesar de que precisamente contra el Salamanca había mejorado algo sus prestaciones) volvió a bajar el nivel en Santiago y Jesús Ramos optó por el canterano para tratar de tapar las vías de agua que en varios partidos habíamos tenido por ese flanco defensivo.

Y el chaval, en unas circunstancias complicadas y con gente enfrente como Borja Galán, cumplió a las mil maravillas y no fue desbordado en ninguna ocasión. Además, en la segunda parte incluso se desplegó en ataque en alguna oportunidad con una fuerza física que le convierte en clara alternativa a un puesto de lateral derecho que hasta este momento había despertado cierta preocupación.

A este bloguero también le pareció una buena noticia el despertar de un jugador que nos maravilló el primer día en el campo de A Malata, Oier Calvillo.

El navarro  incluso había perdido la titularidad en los últimos choques tras unos partidos en los que había estado algo oscuro pero frente al Depor volvió a resultar importante en los minutos que disputó en la segunda parte protagonizando varias internadas de mérito por la derecha incluyendo la del gol del empate en la que tras recibir de Alex envió un centro venenoso que acabó con el remate de Rufo que puso las tablas en el marcador.

Ese gol granate contrarrestaba el anterior de Diego Rolan en casi la única indecisión defensiva del Pontevedra cuyos centrales (que salvo en esa acción estuvieron muy bien) no ataron en corto al uruguayo que eso sí luego tuvo fortuna al desviar su remate la pierna de un Xisco que en esa acción debió ser más contundente.

Y digo “casi” la única indecisión defensiva pues lo que no se debería volver a repetir es la contra de dos contra uno que sufrimos en la última acción del partido tras tener un córner a favor.

Solo el hecho de que fuera Mujaid /(defensa central) el jugador deportivista que llegó a zona de remate además de que Churre volvió a estar en esa acción muy acertado, impidió que nos quedáramos con cara de tontos por una acción que era perfectamente evitable.

La mala noticia de la tarde llegó con la expulsión de Charles por intervenir en una trifulca en la que debió abstenerse de participar.

Vaya por delante que las dos expulsiones (la nuestra y la del Deportivo) me parecieron excesivas y susceptibles de ser resueltas con sendas tarjetas amarillas.

Ahora bien, a Charles hay que quererle y aceptarle como es.

Con sus genialidades que aunque no han aparecido en estos 7 partidos a buen seguro acabarán por llegar; con su personalidad a la hora de asumir responsabilidades y transformar penaltis cuando los partidos casi tocan a su fin; con su trabajo estajanovista como el del pasado Sábado en el que bajó en muchas ocasiones a echar una mano en defensa sin que en ningún momento se le cayeran los anillos… pero también con ese carácter a veces incontrolable que provoca situaciones como la de hace dos días u otra diferente pero con la misma consecuencia en pretemporada precisamente también contra el equipo herculino.

No va a cambiar a estas alturas Charles Días y este bloguero cree que casi ningún aficionado granate quiere que lo haga.

Él es así y así se le quiere y mucho por estos lares.

Peor noticia es la que pudimos conocer días antes de enfrentarnos al Depor.

Romay se lesionaba en un entrenamiento y aunque la gravedad de su dolencia se conoció tras el partido, la descripción de la misma dada por el comunicado oficial del club dejaba poco margen a la esperanza de que esa rodilla no estuviera muy deteriorada.

Desde este blog, al igual que han hecho muchos aficionados granates desde las redes sociales o a través de otros medios, también se le desea la mejor de las suertes al fino trescuartista de Malpica.

Echaremos de menos su juego exquisito; ese que cuando está de dulce impide que cerremos la boca ni un instante mientras gambetea por el césped, avanza cabeza arriba con el balón pegado como una cuerda a su zapatilla o elabora pases imposibles para dejar a un compañero en gran posición. O esa sensación en aquellos partidos en los que “no está de quiero” de que cuando recibe la pelota puede pasar algo en cualquier momento; otro pase genial o una finta maravillosa.

Lo más importante, lo decisivo, es que esa rodilla se recupere bien y que cuando vuelva este jugador al que algunos imaginan vestido de mago y otros lo hacemos investido con un gran esmoquin, pueda sacar de nuevo conejos o palomas de la chistera o quedarse con la más guapa del baile para interpretar un vals con esa clase que le sobra al 10 granate.

Sea como fuere, tras el empate con el Deportivo la clasificación se ha vuelto a estrechar.

Caemos a la tercera plaza y dos equipos más se sitúan a tan solo dos puntos por detrás.

Hemos empatado más partidos (cuatro) que ganado (tres) y más nos valdría empezar a sumar "de a tres" para asentarnos definitivamente dentro de los 3 primeros de la tabla.

Con Romay de baja hasta el final de la campaña (es posible que el club se plantee fichar para compensar la situación) y con Charles además ausente por lo menos en O Vao, el partido contra el Coruxo se plantea como uno de esos en los que no se puede ni debe fallar.

Si el punto frente al Depor no deja mal sabor de boca es porque se espera que en partidos como el que nos espera en Vigo el equipo ofrezca su mejor cara y logre los tres puntos en disputa.

Quien ocupará la plaza del brasileño es una incógnita.

Con Rufo solo como atacante puro, Ramos podría optar por colocar a Adrián (si está a tope) por delante de los medio centros tratando de conectar con el “9” , en una posición que ya ocupó bastantes veces en su primera etapa como granate.

Otra posibilidad es dar entrada a Oier por derecha y situar a Jorge cerca de nuestro calvo goleador.

A buen seguro que el técnico estará estudiando las alternativas y ojalá escoja aquella que colabore a obtener una victoria que necesitamos mucho y que provocaría que nos fuéramos al largo parón sin tantas urgencias clasificatorias y menos fantasmas en la cabeza.   


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