miércoles, 7 de abril de 2021

Entre la desidia y el nerviosismo

El Pontevedra ganó hace unos días el partido más accesible de los 8 que se va a encontrar en esta tortura china de 2ª fase por evitar la hecatombe.

Ganó a un equipo honrado, humilde y voluntarioso que no ha vencido fuera todavía en lo que se lleva de competición pero que sí había conseguido un llamativo y meritorio empate en el estadio de El Plantío ante un Burgos que esta vez sí está cumpliendo las buenas expectativas que había creado.

No planteó el Covadonga un partido cerrado, defensivo o brusco ante los nuestros.

Todo lo contrario. Quiso jugar, otorgó espacios al colocar la defensa bastante adelantada y demostró que juega mejor en campo contrario que en su propia parcela.

El encuentro era ideal para que los pocos, poquísimos aficionados que nos congregamos en Pasarón (ni de lejos los 1000 permitidos), pudiéramos sacudirnos una pequeña parte de la frustración y el disgusto que acumulamos desde Octubre, viendo al equipo ganar con autoridad y empezar a desasirse de esa "depresión futbolística" en la que se ha metido al verse relegado al furgón de cola de su subgrupo.

No es cuestión de hablar ya más de un partido sobradamente descrito en diferentes crónicas periodísticas.  

Baste con decir que esa "autoridad " duró 20 minutos, que mediada la primera parte y de forma inexplicable el equipo se partió permitiendo al Covadonga generar dos o tres ocasiones de gol bastante claras (además de la falta en la que sí fue capaz de recortar distancias) y que la sensación de incredulidad, de "no tener ni idea de lo que estaba pasando" volvió a reinar en las despobladas gradas de Pasarón desde las cuales pudieron escucharse algunas pitadas realmente notables al equipo.

Baste también con recordar que la segunda parte no fue lo mismo. 

El Pontevedra no empezó bien pero con el paso de los minutos creó hasta cuatro ocasiones para sentenciar. La diferencia estuvo en que afortunadamente se dieron muchas menos facilidades atrás y el Covadonga apenas pudo llegar con peligro a la portería de Alvaro y solo dio un pequeño susto con un lanzamiento desde una posición escorada al que respondió con seguridad el guardameta granate.

Aún así, llegar al final con un marcador ajustado después de lo que se había fallado volvió a generar nerviosismo, cabreo y algo de hartazgo en una afición que no daba crédito a la incapacidad de su equipo para terminar con el choque muchos minutos antes de su final.

Entre esas ocasiones de la segunda mitad (cuatro o cinco, insisto, muy claras) no se puede dejar de comentar una de las falladas por Rufo y otra por Oier.

En esas dos acciones no había ni oposición del portero rival y resulta alucinante que se hayan marchado fuera ante la estupefacción general del ex vetusto.

Recuerdo alguna ocasión igual de clara marrada por Rufo en Barreiro y más de una erradas por él mismo y otros compañeros aquel infausto partido jugado también aquí frente al Guijuelo.

¿Se puede fallar? Sí, claro. Esto no deja de ser un deporte y el error forma parte del mismo pero realmente hay fallos a los que resulta muy complicado encontrar explicación y más si hablamos de jugadores con una calidad contrastada que ellos mismos han demostrado aquí mismo en otras ocasiones. 

Lo cierto es que al final se ha ganado al Covadonga con un gol de "churro" que entra tras desviar un defensa y con otro tanto producto, sí, de un buen disparo muy lejano pero en el que el arquero rival estaba tan adelantado que permitió que el lanzamiento de Sabater le pasara por encima y entrara casi por el centro de la portería.

En cambio, jugadas  en las que se encara en "uno contra uno" al portero contrario o incluso se dispara con aquel en el suelo, como se acaba de decir, se marchan fuera de forma lastimosa y muy peligrosa para el resultado.

Hace tres días, tales fallos enormes no costaron puntos pero otros días sí lo hicieron.

Fue el partido, por tanto, un pequeño resumen de lo que ha sido el Pontevedra CF esta Liga. 

Un equipo absolutamente incapaz de mantener su portería a cero y que ha perdido muchos puntos por tal circunstancia y un equipo que salvo alguna excepción tampoco es capaz de meter con cierta frecuencia las ocasiones que crea con lo que el "cocktail explosivo" resultante no podía ser otro que verse inmerso en esta insoportable fase en la que si se vuelven a tener las lagunas que se han tenido el Domingo pasado no es descartable que acabemos pasándolas otra vez "canutas". 

También me gustaría llamar la atención sobre otro apartado que posiblemente responda a la sensación de fracaso que el propio equipo tiene sobre sí mismo y no a una cuestión real.

El caso es que en ocasiones los jugadores parecen cansados e incluso agotados pasados 25 o 30 minutos de juego. 

Resultaba llamativo ver a diferentes futbolistas agacharse o acuclillarse ya en la primera mitad denotando un cansancio físico que no parecía corresponderse con la fase de partido que en ese momento se disputaba.

Insisto en que a lo mejor ese problema físico no es tal y se corresponde más con la decepción o con el "marrón" que supone para muchos de estos jugadores tener que disputar esta fase.

No sé. Lo que si sé, es que estén algunos futbolistas cansados o no; se encuentren más motivados o menos; sientan más ganas o menos de salir a jugar, lo únicamente cierto y verdadero es que, como ya se ha dicho más veces en este blog, la entidad se está jugando mucho en este envite.

No quiero ni pensar en las consecuencias económicas que a buen seguro acarreará (porque las acarreará) para el Pontevedra no estar en 1ªRFEF la temporada que viene después del desembolso que se ha hecho para lograr ese objetivo y que ha resultado completamente fallido.

Ahora, eso no es nada con el "tembleque" que me entra si pienso en la posibilidad de bajar dos escalones de golpe y que el equipo de con sus huesos en la 3ªRFEF con todo lo que ello supondría de humillación, desprestigio y por supuesto consecuencias económicas.

Por tanto, en estos momentos no toca la desidia ni el desinterés ni la inercia de que vamos a quedar seguro entre los 2 primeros porque "nosotros lo valemos" porque esa sería otra equivocación de las muchas que se han cometido esta temporada por todos los estamentos del club.

A este respecto (no sé si debería escribirlo porque a lo mejor le perjudica, la verdad) la actitud que vale, la que hizo sentirme algo representado desde la grada el otro día, es la carrera que el capitán se echa en el minuto 92 hasta la banda izquierda de nuestro ataque para taponar un balón en largo que pretendía mandar el rival en los minutos de descuento del partido. 

No es que Alex el otro día estuviera en su versión "super"; falló algún control fácil, algún pase no complicado pero sí dio tres asistencias de gol que se desperdiciaron y, sobre todo, llenó su banda izquierda de carreras hacia delante y hacia atrás . A veces me dio la sensación de que en otras zonas del campo (no precisamente cercanas a la suya) no se corría de la misma forma e intensidad.

Es posible que sean solo sensaciones equivocadas de este atribulado bloguero, provocadas también por el aprecio que siente al portador del brazalete esta campaña (aprecio ganado sobre el terreno de juego por el rubio jugador cántabro). 

Es posible, por tanto, que todos corran igual y que nadie ahorre un esfuerzo ni se ahorre meter una pierna en algún lance determinado. Ojalá sea así y el que esto escribe esté en un error.

Esta 2ª fase es muy dura para todos: jugadores, técnicos y aficionados.

Creíamos que a estas alturas estaríamos viviendo una cosa y estamos sobreviviendo en otra pero esa mentalidad debe cambiar por completo.

Debe hacerlo por lo menos hasta que nuestra presencia en la 2ªRFEF sea un hecho y se haya amortiguado un poco el tremendo golpe que nos hemos llevado.

Luego ya habrá tiempo de que se nos rompa el corazón comprobando los 40 equipos que jugarán la 1ºRFEF y sintamos envidia (sana o no) mientras se disputen los play off de ascenso a 2ª.

Por contra, lo que toca ahora es pensar en el Sporting B. 

Un equipo que a buen seguro no parará de correr durante los 90 minutos y que derrochará entusiasmo en todas sus acciones con el objetivo de ganarnos y recortar la diferencia que le llevamos en la tabla.

¿Qué Pontevedra saltará al campo en Gijón?

El equipo depresivo y lastimero que se vio en Guijuelo y en algunas fases del encuentro frente al Guijuelo? 

O un equipo responsable y sabedor de que todas las bromas que se podían gastar este año ya se han gastado y que de no dar la cara verá como sus rivales se le echarán encima aumentando la sensación de asfixia que todos tenemos a estas alturas?   

 

 

 

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