lunes, 21 de noviembre de 2022

Otro paso atrás

El Pontevedra está un poco más hundido en la clasificación al final de la 12ª jornada que antes de que esta comenzara.

La salvación ya está a dos puntos y además el equipo que marca la permanencia es un Celta B que poca gente duda que saldrá de ahí siempre y cuando Mouriño y su nuevo entrenador no se empeñen en lo contrario, una vez se reanude la primera división, quitando jugadores a su filial para calentar el banco del primer equipo.

Se jugó bastante bien contra el Fuenlabrada? En mi opinión, sí. Fue mejor el Pontevedra CF que su rival? En mi opinión, también.

Ahora, no se ganó. Y ya son 12 partidos de Liga en los que solo se ha vencido en 2 y de 36 puntos disputados se han logrado 11.

Son números de descenso, sin paliativos, de descenso. Esta es una realidad insoslayable que va mucho más allá de presuntas "victorias morales" (no sé, por otro lado, en que consisten dichas victorias) que no otorgan los puntos que se necesitan y cuyo consuelo es demasiado pequeño.

Es verdad que el equipo disputó, a mi juicio, el mejor partido en casa desde el debut frente al Alcorcón.

No sé que parte de responsabilidad tuvo en ello un Fuenlabrada nulo en ambición y que vino única y exclusivamente a empatar a cero pensando quizá en aprovechar el clásico regalo en defensa granate (regalo que se produjo) para llevarse los 3 puntos.

Haya colaborado o no la actitud rácana del equipo madrileño, lo cierto es que el Pontevedra controló la primera mitad y con esa nueva alternancia de juego combinativo y en largo en ocasiones, protagonizó bastantes llegadas especialmente por la derecha que sin embargo no llegaron a traducirse en verdaderas ocasiones de gol.  

Si se vió ya desde el primer tiempo que la clarividencia y calidad de Borja Dominguez en medio campo es tan evidente como necesaria para el equipo y es de esperar que si el ex racinguista sigue en esa línea no abandone la titularidad más que por algún indeseado problema físico y no por otras circunstancias de más complicada explicación.

Como el Fuenlabrada no existía en ataque y el Pontevedra en esa primera parte no concedió nada atrás, el partido se jugaba casi siempre en campo rival pero volvió a faltar esa mala idea y ese acierto en los alrededores del área para hacer verdadero daño y mover el marcado a nuestro favor.

A esta oscuridad en tres cuartos contribuyó también el partido gris de Brais que nos tiene bastante mal acostumbrados y por ello sorprendió su poca aparición en esa zona en la que suele moverse con las pocas dosis de veneno que atesora el Pontevedra en sus filas.

Un lanzamiento lejano de Rubio y un posible penalti sobre Rufo fue el bagaje ofensivo de los primeros 45 minutos de un Pontevedra que sí tocó con más velocidad el balón enviándolo a las bandas pero que siguió con esa desesperante falta de acierto a la hora de centrar o dar el último pase.

La segunda parte empezó con susto pues como buenos samaritanos concedimos la gratificación del día.

Fue en una acción en la que ni Bastos, ni Churre ni Cacharron fueron contundentes y solo uno de los postes pudo salvar al equipo rechazando el remate del delantero madrileño que llegó un tanto forzado pero que desaprovechó una ocasión pintiparada para marcar.

Fue una acción, no obstante, aislada.

EL Pontevedra volvió a coger el timón y de la mano de Borja y de un Román que en la segunda parte volvió a brillar como hacía tiempo, se hizo dueño y señor del medio campo y volvió a mover el balón con la rapidez que permitía el muy mejorable estado del césped.

Además, el equipo contaba tras el descanso con el puñal de Alex González por banda izquierda que penetró en varias ocasiones llegando a línea de fondo y creando peligro y desajustes en la defensa contraria.

Aún así, no llegó el gol. 

No lo hizo en una acción en la que tras varios rechaces y opciones de remate, Rufo acabó enviando con la izquierda un tiro inocente y algún otro compañero acabó dudando en los sucesivos rebotes hasta que el balón fue despejado.

No lo hizo en otra oportunidad en la que el asistente creó dudas al levantar su banderín por una presunta e inexistente falta de Rufo pero en la que el colegiado dejó seguir para que Brais en inmejorable posición enviara un lanzamiento desviado milagrosamente por el portero con uno de su pies cuando el gol ya se cantaba.

Tampoco lo hizo en otra preciosa jugada con un pase primoroso de Román a Alex por la izquierda que siguió con el pase de la muerte de este a Charles que había sustituido a Rufo y que el brasileño mandó inexplicablemente fuera a escasos metros de la portería.

Y finalmente tampoco llegó el gol en un remate de cabeza en buena posición que se fue rozando el poste o en una falta en la frontal, lanzada en opinión de este atribulado bloguero, inexplicablemente por Angel Bastos cuando había más de un compañero sobre el césped más indicado para golpear ese balón.

No sé puede decir, por tanto, que en esta ocasión el Pontevedra no gozara de opciones para hacer gol en la portería rival.

En 45 minutos se disfrutó de 3 o 4 muy claras e incluso dos de ellas podrían calificarse como de casi infallables.

Pero se fallaron.

Y aquí llegan los datos terribles (no tanto como los 12 puntos de 36, pero casi). El Pontevedra lleva 8 goles en 12 jornadas.

No ha marcado en 7 de esas 12 jornadas, ha hecho solo un tanto fuera de casa y su máximo goleador en Liga acumula 2 goles.

Es verdad que en la estadística de tantos encajados, sus números son mucho mejores, solo 12, que son los mismos, por ejemplo, que el Linares o uno menos que el Castilla.

Lo que pasa es que si no se marca no se gana y llega un momento que los empates, sobre todo, en casa no son suficientes por buena que haya sido la imagen que se haya dado aunque no podemos olvidar que el Fuenlabrada llegaba aquí como uno de los peores equipos a domicilio habiendo sumado solo 1 punto en sus anteriores desplazamientos.

El Pontevedra CF es un equipo romo. 

No solo faltan goles sino que en muchas ocasiones falla también ese centro preciso desde la banda, una vez que se consigue la superioridad en esa zona y las condiciones para que ese centro sea preciso.

Y falta también, a veces, ese último pase en tres cuartos que permita al atacante encarar la portería con claras garantías de hacer el tanto.

Unas veces hemos visto como lo que nos faltaba era esto último. Muchas aproximaciones, muchas llegadas por banda pero escasos (por no decir ninguno) balones para ser rematados con ventaja por los delanteros.

Otras veces, las pocas pero el Sábado se dio, erramos ocasiones que no deben marrarse nunca.

Yo no sé si el balón le botó mal o no a Charles pero un jugador como él no puede echar fuera esa pelota en ningún caso. 

Luego está muy bien decir tras el partido que el juego refuerza al equipo de cara a una "salvación holgada".

Yo prefiero no entrar a calificar como debe ser esa salvación, si holgada (lo dudo, dados los datos existentes, la clasificación actual y el desempeño de los rivales) o conseguida en el último minuto del último partido (circunstancia que firmo a día de hoy sin dudarlo).

Lo que sí creo es que para permanecer hay que ganar y para ganar hay que crear ocasiones y meter alguna de ellas.

Se acerca el mercado de invierno e ignoro cual es la situación económica de la entidad.

 A lo mejor no hay ni un euro y no se puede hacer movimiento alguno.

Ahora, si lo hay, si existe la capacidad de reforzarnos de verdad en Enero, habría que estar desde hace tiempo peinando todos los mercados habidos y por haber para traernos un par de jugadores ofensivos que necesitamos como el comer.

Si la defensa (a pesar del cotidiano regalo) cumple en su mayoría más bien que mal; si con la recuperación de un Seoane que el otro día cumplió muy bien estamos más sólidos en los laterales; si con Borja, Román, Yelko y Ortiz (con la ayuda de Brais por delante) vamos también decentemente en mediocampo; lo que necesitamos es gente que sea decisiva en el área contraria; gente que desequilibre en la zona más caliente del campo y que haga goles, bastantes goles. Los suficientes como para tratar de agarrarnos a esta categoría con uñas y dientes porque bajar de nuevo sería un auténtico drama.

El Domingo que viene llega un partido crucial, comprometidísimo.

Vamos a Ceuta, el colista. 

¿Será verdad que el juego del pasado Sábado ha reforzado al equipo? 

Ojalá sea así porque estamos ante el claro riesgo de desengancharnos de aquellos equipos que nos preceden en la tabla y sufrir otro golpe en Ceuta podría conllevar consecuencias realmente duras para el equipo.

        


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