La Primera en la frente

Existen dilemas a lo largo de la historia de la humanidad acerca de los cuales se han vertido auténticos ríos de tinta en busca de sus resoluciones definitivas. ¿Cuál es el sexo de los ángeles? ¿Qué viene primero el huevo o la gallina? u otro que a los gallegos nos pone de los nervios cada vez que lo escuchamos allende nuestras fronteras ¿qué hace un gallego en una escalera, subir o bajar?.

Quedémonos esta vez con otro de esos enigmas irresolubles que tantos quebraderos de cabeza suelen dar a los eruditos y expertos en estas cuestiones. Es el dilema que se produce al observar una botella cuyo contenido está ocupado sólo hasta su mitad. Y añadamos que la susodicha botella la estamos viendo cinco minutos después de presenciar el encuentro de la primera jornada de esta liga disputado ayer por el Pontevedra CF.

¿Está nuestra "amiga" medio llena o medio vacía? He ahí la cuestión.

Posiblemente encontremos partidarios de ambas teorías entre los seguidores granates que hayan visto el choque.

Y también posiblemente entre los que se inclinen por ver la botella medio vacía se expongan argumentos tales como que si el Pontevedra no es capaz de puntuar en un partido como el de ayer en el que tuvo a su merced a su rival durante los primeros cuarenta minutos de encuentro pocas veces logrará hacerlo en el transcurso de la liga. Podrán razonar también los "medio vacíos" que seguimos adoleciendo de puntería en momentos claves y que ocasiones como las marradas ayer (especialmente las dos de Carnero) no se pueden perdonar so pena de que luego te pasen factura. Y no les faltará toda la razón tampoco si siguen argumentando que haber logrado vencer ayer dotaría de tranquilidad y confianza a un grupo que quizá con la presión de la clasificación y con su parroquia más nerviosa dentro de algunas semanas no logre rendir de la manera alegre y desenfadada con la que se exhibió ayer en Pasarón.

Posiblemente podrían terminar los más pesimistas redundando en los problemas que el Pontevedra CF mantiene en la zona central del campo y que con un jugador más creativo en ese sector del césped se podría haber sacado más partido a los espacios que en medio campo dejó durante mucho tiempo el Guijuelo.

Pero seguro que podrán encontrarse bastantes seguidores granates aferrados hoy Domingo a la teoría de la botella medio llena. 

Y no sé si será porque estamos empezando o porque realmente ayer el equipo ofreció una imagen mejor de la que me esperaba confieso que por ahora he decidido alinearme ente los "medio llenos".

Y me declaro "medio lleno" porque puede ver a un Pontevedra que consiguió en la primera parte una fluidez y una velocidad de balón casi inédita en toda la temporada pasada. Vi a un Pontevedra ejerciendo una presión adelantada y valiente que anuló casi por completo a su rival y que inclinó el partido hacia su lado de manera clara e indiscutible.

Con ese 4-4-2 decidido por Luisito en el que Mouriño se colocaba casi a la misma altura que Pablo Carnero, Jandrín aparecía por la derecha con chispa y velocidad hasta que se le acabaron las fuerzas, Kevin mandaba en el medio con la autoridad que le caracteriza, Jacobo seguía casi tan brillante como al final de la campaña pasada y Alex aprovechaba los espacios del equipo salmantino para proyectarse al ataque desde la segunda línea creando peligro en el área visitante. Si a eso unimos los espaciados pero geniales destellos de Carnero (entre los que debe destacarse un pase de medio verónica maravilloso a Alex que luego este desaprovechó por no entregarle incomprensiblemente el balón a un Adrían que entraba lanzado por su banda) y la contundencia defensiva de Campillo que empujaba al equipo desde atrás, pudimos presenciar una primera parte muy buena de los granates sólo deslucida por su falta de acierto cara al gol y dos imprecisiones defensivas en los últimos cinco minutos que pudieron costar caras.

Jandrín ya pudo marcar en los primeros minutos tras un error del portero visitante que dejó el balón a sus pies en tres cuartos de campo con la portería desguarnecida pero el lanzamiento lejano del asturiano se marchó por encima del larguero. Pero luego llegaron las dos jugadas más trenzadas y elaboradas del Pontevedra. En una de ellas Kevin (que había robado la pelota en defensa) regaló a Jacobo un balón cruzado y precioso a banda izquierda que el de Bueu  supo recibir con calidad y ponerlo con acierto al centro del área para que Carnero se lanzase en plancha y un defensa despejase la pelota cuando casi se cantaba el gol. Por supuesto, un árbitro malo como el de ayer se tragó el corner y señaló saque de puerta.Y poco tiempo después fue Jacobo quien envió un balón profundo a Alex que ya en el área se lo puso en la bota a Carnero que incomprensiblemente estrellaba el esférico en las piernas del portero que más que parar la pelota se encontró con ella de manera milagrosa.

Pero es que los "medio llenos" también podemos sacar algunas conclusiones positivas de la segunda parte. Primero porque en los primeros minutos el Pontevedra siguió buscando con acierto las cosquillas del rival y encontró dos contras clarísimas desaprovechada la primera por Carnero al faltarle el ímpetu suficiente para lanzarse al suelo en busca de un balón que fue rechazado por la defensa y por Jacobo la segunda al decidir disparar cuando probablemente debió centrar.

Luego todo se torció tan encajar el gol en una jugada en la que se pecó de excesiva blandura en banda derecha que propició ese centro rematado por el ariete jamonero sin oposición y por la rigurosa expulsión de Capi por una acción que en directo no pareció suficientemente peligrosa para sacar una segunda amarilla.

Demostró ayer este César Ramos que no sólo es mal árbitro por la incapacidad que exhibió en el play off para sofocar las pérdidas de tiempo del Mensajero (ayer curiosamente amonestó al portero rival en la primera parte por pérdida de tiempo) y por su mala condición física sino que también es un colegiado mediocre a la hora de sacar tarjetas o aplicar algo tan sencillo como la ley de la ventaja. 

Pero a pesar de jugar con uno menos el equipo no le perdió la cara al partido. Luisito reaccionó y sacó del campo a un tarjeteado y nervioso Jacobo y a un cansado Jandrín para colocar en el mismo a Tomás y a Tubo. Y el Pontevedra aunque con menos claridad que en la primera parte siguió jugando con cierto criterio y encontrando las bandas con cierta asiduidad. En esas bandas Mouriño más escorado a la izquierda desde la expulsión volvió a perderse un poco y Tubo en la derecha volvió a evidenciar que sigue leos de su mejor forma.

Todavía se efectuó un tercer cambio al ser retirado Campillo (también amonestado rigurosamente) y salir unos minutos Miki que poco pudo hacer aunque si protagonizó alguna carrera en la que se le pudo ver esa velocidad que dicen que atesora el ex del Rapido de Bouzas.

Terminó el Pontevedra el encuentro con Kevin y Alex de centrales y empujando con un par de corners que no encontraron su premio pero habiendo ofrecido una imagen esperanzadora cara el futuro y provocando una más que apreciable ovación de su gente al finalizar el partido.

Ahora bien haberme convertido en "medio lleno" no obsta a que entienda e incluso comparta algunos argumentos de mis antagonistas. Hay que ser más certeros de cara al gol y más expeditivos en nuestra área. Los partidos se ganan en dichas áreas y ya puedes circular bien o acumular ocasiones que si no se marca y sí se encaja aunque sea en uno de los escasísimos acercamientos del rival acabaremos en la lona como ocurrió ayer.

Ha sido el primer partido de liga y ni que decir tiene que la tranquilidad debe reinar en el equipo. Si se protagonizan primeras partes como la del Sábado los puntos acabarán entrando en nuestro canasto y no en el del contrincante pero no escondo que me preocupa el que en un par de jornadas podamos vernos abajo en la clasificación y algunos nervios puedan empezar a aparecer por algún lado.

El Domingo llega el Cacereño y con él la oportunidad de recuperar todo o parte de lo perdido ayer. Comprobaremos pues en tierras extremeñas cual es el comportamiento del equipo esta vez lejos del Estadio Municipal de Pasarón.