lunes, 28 de marzo de 2016

El partido fantasma de Jueves Santo

Jugó el Pontevedra de nuevo en casa y volvió a ganar. 

Lo hizo incluso peor que el día de la Arandina. Sin ritmo, sin intensidad, con aparente desgana pero aportando lo suficiente sobre el césped para meter otros tres puntos en el capazo que le consolidan en una meritoria quinta plaza que da acceso seguro a la Copa del Rey.

Fue un encuentro el del pasado Jueves que más pareció una pachanga veraniega o un encuentro de la copa "garrafón" que un partido oficial del Campeonato de Liga. Y no sólo por ese juego aburrido, soso y a veces desesperante de los nuestros sino por el paupérrimo ambiente que existía en las gradas del Estadio de Pasarón. 
Como en los primeros partidos de pretemporada o los choques frente al Marino y Bouzas de ese estrambótico torneo, los allí presentes podíamos escuchar con total claridad las indicaciones que los jugadores de ambos equipos se daban sobre el campo así como las órdenes de los entrenadores a sus pupilos a lo largo de los noventa minutos.
Tanto se oían las voces de los protagonistas que en varias ocasiones durante el partido varios aficionados de Tribuna reprocharon a Luisito sus acaloradas broncas a sus hombres que provocaban la interrupción de la siesta colectiva que los fieles seguidores granates estábamos disfrutando en nuestras butacas.

Es este aspecto, la afluencia de espectadores a Pasarón, de largo el peor de una temporada tranquila en el aspecto deportivo y según se dice esperanzadora en el tema económico.

En el plano social, no obstante, no se producido una conexión de la entidad con su masa social y la decisión de jugar en Jueves Santo el partido frente al Peña Sport viene a constituir otra circunstancia extravagante, absurda y nada acorde con el deseo de que las gradas del ex vetusto presenten un panorama alentador.
Ni siquiera en la larga travesía de cuatro años por el desierto tenebroso de la tercera división el Consejo de Administración se había decidido a adelantar el partido de casa en Semana Santa al Jueves y que se haya hecho este año se escapa a todo el sentido común que en otras cosas si parece estar teniendo este grupo de mandatarios.

Si a la tremenda ruina que supone las "cuatro perras" que la TVG abona a los equipos de la 2ªB por retransmitir sus encuentros minando en gran parte la asistencia a los partidos (ya muy perjudicada por el fútbol de élite) se le une decisiones como esta no es de extrañar que en breve tengamos otra vez un equipo para subir pero no vayan más que mil personas a ver los partidos del Pontevedra CF.

Por lo demás, el choque frente al colista que vino a empatar y que casi lo consigue ofreció algunos datos que vienen siendo ya recurrentes en los últimos dos meses. A saber, Hugo jugo otra primera parte intrascendente, insulsa y carente de picante y fue sustituido en el descanso. Bello volvió a disputar otro encuentro ramplón, lleno de conducciones sin sentido y decepcionante y fue el siguiente en tomar el camino de los vestuarios y Queijeiro ofreció otra actuación prescindible, funcionarial e insuficiente y fue el tercero en tomar las de Villadiego.

A pesar de que Mouriño (que bueno que volviste y espero que ya para quedarte) y Anxo lo intentaron y mejoraron un poquito a sus compañeros sustituidos, el partido no cambió realmente hasta el último cambio efectuado a falta de un cuarto de hora.
¿Por qué ese cambio? Simplemente porque Jacobo utilizó el primer toque en dos o tres ocasiones casi consecutivas para agitar siquiera un poquito una coctelera que hasta ese instante sólo contenía un caldo con agua.
Esa mínima velocidad de pelota, ese pequeño sentido común otorgado al juego desconcertó un poco a la comodísima defensa navarra y propició que el Pontevedra aún sin crear ocasiones claras empezara a merodear el área rival.
Poco después llegó la jugada del penalti y quien más quien menos temblamos cuando Borjas acudió con decisión a recoger la pelota para no permitir que nadie más tirase la pena máxima. Llevaba el canario no sé cuanto tiempo sin "mojar" e incluso había fallado un penalti clave frente al Lealtad pero ese desacierto y falta de confianza evidente que últimamente arrastraba el "nueve" no ha mermado a lo que se ve el tamaño de sus atributos y ni corto ni perezoso y sin importarle llevar tres meses sin hacerle un gol al arco iris pateó el cuero con decisión para convertir el 1-0 que a la postre nos daría la victoria.

Después del tanto (que acarreó la expulsión de un central rival) vino lo mejor del partido. Primero por la incomprensible decisión del Pontevedra de meterse atrás y utilizar el pelotazo y "tientetieso" cada vez que el balón se acercaba a la zona de tres cuartos del equipo granate. Después por permitir que un balón venenoso llegase a la banda izquierda defensiva en la que un jugador del Peña Sport tras regatear a Edu enviase un lanzamiento a portería que sólo dejó de entrar porque Verdú se lanzó de manera milagrosa para enviar la pelota a corner. Y finalmente por errar tres ocasiones alucinantes de gol que en cualquier otra situación hubiera provocado que nos quedamos sin los pocos pelos que nos faltan tras tironearlos rabiosamente de la cabeza,
Las dos primeras en sendos maravillosos pases de gol de Jacobo que Jandrín y Borjas mandaron al limbo ( o mejor dicho el primero al muñeco y el segundo, sí, al limbo). Y la tercera el propio Jacobo que de tanto pensar por donde quería metérsela al arquero (hablo de la pelota, claro) acabó por enviar un balón tan flojito que terminó en gatillazo al posibilitar la llegada de un defensa antes de que el cuero atravesara la línea de gol.

Al final el partido fantasma llegó a su fin y con él otra nueva victoria granate que alcanza unos muy buenos 50 puntos en la tabla clasificatoria.
En otras ocasiones a buen seguro que estaríamos a falta de siete encuentros en plena lucha por el play off pero esta campaña los cuatro de arriba han puesto el piloto automático y amenazan con sobrepasar con creces la cifra de 65 puntos que casi siempre habían valido en el pasado para luchar por el ascenso. 

No obstante, el equipo debe seguir con todo el interés y disputar los siete últimos partidos con toda la motivación y fuerza posible. 
Primero, como ya se ha dicho, para confirmar esa formidable (dadas las circunstancias actuales del club) quinta plaza y poder disputar una Copa cuyo atractivo de verdad dependerá del sorteo veraniego; segundo por intentar lograr el mayor número de puntos posibles que embellezcan todavía más la temporada y tercero por si se produce un hundimiento (que a estas alturas ya debería ser de proporciones bíblicas) de ese Tudelano que tan impresionante racha de resultados atesora.

El que esto escribe seguirá yendo a Pasaron para seguir a su equipo y lo hará aunque coloquen un partido un Miércoles a media tarde pero la gente normal, la que tiene vida al margen del fútbol, desearía que ese horario vespertino dominical se mueva lo menos posible. Ya se sabe. 

Es cuestión de costumbre.       
       

1 comentario:

  1. Lo más indignante del famoso Jueves Santo es que nadie del club haya salido a justificar el porqué de adelantar el partido a ese día, aunque desgraciadamente Lupe y sus muchachos solamente se acuerdan de nosotros para cobrarnos los abonos y las entradas, para todo lo demás somos un cero a la izquierda...

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