lunes, 14 de marzo de 2016

Jandrín, Campillo y un partido aburridillo

Que la plantilla del Pontevedra CF constituye un grupo con letras mayúsculas es algo que a casi nadie que siga habitualmente al equipo se le escapa.
Ayer volvió a ponerse de manifiesto esa unión e incluso la identificación y compromiso de uno de los jugadores con sus compañeros pero también con la camiseta que viste desde hace más de un año.

El corajudo central Alberto Campillo perdió el Domingo a su abuela y lejos de solicitar su más que merecido y comprensible descanso para el partido decidió ser de la partida y comandar como otra jornada cualquiera la defensa pontevedresa.

Pero no. No era una jornada cualquiera pues no se pierde a un familiar directo todos los días y esos guiños que a veces concede este deporte llamado fútbol se encargó de demostrarlo allá por el minuto cuarenta de juego.
Se produjo un corner a favor de los granates que Bello sacó en cortó para Jandrín que dentro del área puso un centro al corazón de la misma para que llegando desde atrás Campillo metiera la cabeza e hiciera el único gol del partido que a la postre fue decisivo para conseguir tres nuevos puntos en la clasificación.     

Nada más marcar (como debe ser nadie dudó de la autoría del gol a pesar de que la pelota antes de entrar rebotó en el cuerpo de Borjas) Campillo cambió el sentido de su carrera en la celebración y enfiló un tramo solitario de césped para mirar al cielo, enviar un beso y levantar los brazos para dedicar un último adiós a esa abuela que no dudó en decirle que tenía que jugar ese partido pasara lo que pasara.
Tras esos breves segundos de intimidad y emoción particular enseguida llegaron todos sus compañeros de equipo para arroparle y mostrarle su cariño y admiración por haber sido capaz de no darle la espalda al conjunto en momentos tan complicados.

La temporada pasada el Pontevedra CF vivió un caso muy parecido o incluso más duro. El padre de nuestro portero Edu Sousa fallecía tras una enfermedad y escasas horas después su hijo no dudó en defender la portería granate en un partido jugado en el campo del Silva. No sólo jugó Edu aquel partido sino que terminó siendo decisivo al protagonizar una gran actuación con parada de penalti incluida.
Gracias a Radio Pontevedra tuve la oportunidad de agradecerle personalmente a Edu en una tertulia y en mi calidad de abonado granate su tremendo gesto de compromiso con un escudo y con un equipo que necesitaba tras una etapa de descrédito general muestras de compromiso y pertenencia tan grandes como la realizada por el arquero.

Desde estas modestas líneas y como no puede ser de otra forma le muestro igualmente todo mi respeto y apoyo  a un Campillo que en circunstancias tan complicadas ha vuelto a honrar con su presencia a esta institución, insisto, tan necesitada de detalles tan emocionantes como estos a los que en ningún caso están obligados jugadores atravesados por el dolor de una ausencia definitiva.

Muchas críticas recibe este bloguero (críticas que acepto con deportividad y de las que incluso intento aprender) por discrepar en ocasiones con el entrenador del Pontevedra CF. Ahora bien, lo que tengo bien claro y no admite duda es que entre las cosas que ha logrado Luisito es armar un equipo en toda su expresión que navega junto y solidario ya vengan las aguas revueltas o completamente mansas y este hecho que no es absoluto baladí es de justicia reconocerlo y subrayarlo. 

La piña con Campillo en la celebración del gol es otra prueba de ello.

Fue un partido el de ayer, por otro lado, aburrido, soso y falto de ritmo. Lo mejor, sin duda, además de lo recién mencionado fue el resultado. Un resultado que coloca al Pontevedra ya sin asomo de duda salvado de cualquier contingencia y que nos sitúa en buena posición para acceder a la copa y quizá ya como único equipo de la lista en estar a la espera del derrumbe del Tudelano o incluso del Logroñés si se consigue la hombrada de vencer en Las Gaunas.

No consiguió ayer el Pontevedra circular la pelota con rapidez ni el planteamiento ultradefensivo del Arandina permitió a los granates brillar en esas transiciones ofensivas relampagueantes y vistosas a más no poder. Cuando el rival pone el autobús no queda otra que intentar tocar con paciencia y encontrar el desborde por banda para minar la resistencia de la muralla.

Y es en esa faceta, la del desborde y la velocidad, en la que volvió a destacar el para mi mejor jugador del partido de ayer, Jandrín. 

Disputó todo el encuentro a pierna cambiada, esto es por la izquierda, para que Hugo pudiese jugar por su banda natural pero eso no fue óbice para que el asturiano exhibiese de nuevo su chispeante rapidez y alegría en el juego y volviera a demostrar que su fichaje ha sido todo un acierto.

Suyas fueron las dos ocasiones de gol que hubo en la primera parte además del centro que acabó en el cabezazo de Campillo. Y también suyas fueron las mejores cabalgadas de la segunda parte que arrancaron buenas ovaciones del respetable allí presente y que desembocaron en el gran aplauso que recibió cuando desfondado tuvo que ser sustituido a falta de diez minutos para el final del partido.

Un partido que sólo peligró en los primeros cinco o seis minutos de la segunda parte jugados rematadamente mal por los granates. Fue ese pequeño tramo en el que el rival se vino arriba y gozó de su mejor ocasión que uno de sus hombres mandó fuera cerca del poste cuando se encontraba en buena posición para empatar.

En cuanto el Pontevedra se dio cuenta que la segunda parte había comenzado y que no estaba todavía en el vestuario el partido volvió a la normalidad y el Arandina fue de nuevo sujetado sin excesivos problemas. 
Lo malo es que esa "normalidad" en el día de ayer incluía a un Pontevedra impreciso y torpón con la pelota en los pies que no encontraba los caminos para sentenciar el partido por lo que la incertidumbre se mantuvo no por la peligrosidad de un Arandina muy romo y carente de peligro arriba sino por la estrechez reinante en el marcador.

Tampoco los cambios ideados por Luisito en el último cuarto de hora dotaron al Pontevedra de más clarividencia ofensiva pues Queijeiro apenas se notó en el campo y Jacobo con prisas y algo acelerado sólo tuvo tiempo para ver una justa amarilla y no para enseñar la indudable calidad que atesora en sus botas.      

A pesar de no sentirse cómodo con el balón y el lógico empuje burgalés en los últimos instantes, el encuentro terminaba sin demasiados agobios con ese solitario gol de Campillo que otorga al Pontevedra la nada despreciable cifra de 47 puntos que como más arriba se ha dicho convierte en completamente conseguido el objetivo con el que en Agosto se salió a competir.

Ahora faltan nueve jornadas en las que la nueva meta es conseguir competir como se ha hecho en casi todos los partidos anteriores de la Liga.
No se puede obviar que la tremenda racha del Tudelano ha puesto la cuarta plaza harto complicada pero también es verdad que el próximo fin de semana tendremos la posibilidad de meter al Logroñés "en el ajo" si salimos airosos de La Rioja. 

Son palabras mayores, eso sí. Durante la semana leeremos que los rojiblancos han perdido puntos en casa ante equipos no muy bien clasificados pero el duelo contra el Pontevedra es diferente. Ellos saben que si nos ganan tendrán la clasificación virtual para el play off (nueve puntos de margen más el coeficiente particular) pero saben que sí pierden el quinto (es decir, nosotros) se le pondría a tan solo tres puntos e inquietaría una posición de promoción que hasta ahora no han visto comprometida.

Eso me hace suponer que nos vamos a encontrar a una de las mejores versiones del Logroñes al ser consciente de la importancia del partido y esos sólo se podrá contrarrestar con el mejor Pontevedra CF. Con ese Pontevedra que llegó a El Sardinero muy tocado y fue muy superior al Racing. Si aparece en Las Gaunas ese Pontevedra quizá la semana que viene estaremos escribiendo en medio de la ilusión producida por la cercanía de los puestos de play off.


PD:No quiero terminar esta columna sin enviar un emotivo recuerdo a los familiares y amigos de Jose Manuel Vázquez Piay ( padre de nuestro gran capitán Pablo Vázquez, presidente del Teucro a finales de los setenta y gran aficionado igualmente del Pontevedra). 

A buen seguro otra estrella teñida del azul teucrista y granate pontevedrés luce orgullosa en el cielo en la constelación de aquellos que apoyaron, quisieron y en este caso trabajaron por nuestras os instituciones deportivas más significativas.        

1 comentario:

  1. Sé que puede haber "rebotes"...Uceda Leal,torero,salió a torear a Las Ventas
    con el cadáver de su padre en el Tanatorio,era su oportunidad...en un par de
    ocasiones viví la experiencia de unos alumnos de 16 años que vinieron a ha-
    cer un examen con su madre muerta...en fin,creo que las sobreactuaciones
    no son buenas...hace muchos años una tarde se procedió al entierro de una
    de mis abuelas,a la que también quería mucho,y por la noche fui a un baile
    de carnavales...en fin...no pasó nada.

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