martes, 25 de octubre de 2016

Otro gatillazo en "cama" ajena y una gestión extraña del descanso

No está resultando nada esperanzador el comienzo de temporada del Pontevedra CF como visitante. Ya he dicho en más de una ocasión que no contamos en la actualidad con esas plantillas de la primera década del siglo XXI a las que esta categoría se le quedaba realmente pequeña y para las que la consecución del ascenso por coste y calidad era casi una obligación.

Es por ello por lo que por lo menos el que esto escribe no espera que el Pontevedra acuda a Santander y pase por encima del equipo cántabro que este año ha empezado muy bien. Sí espero en cambio que se compita algo mejor que lo que se hizo pero asumo las dificultades de ese partido. Puedo mostrar mi comprensión incluso con la complicación del campo de Guijuelo sobre todo si te ves por detrás en el marcador y aún así logras un empate. 
Incluso en un día optimista puedo tratar de justificar el empate en Burgos por el hecho de que el potencial del rival sea aparentemente mejor de lo que indica la tabla de clasificación (aunque este argumento quizá decaiga algo al comprobar como el Izarra, tan pobre aquí, fue capaz de hacerle tres goles anteayer en El Plantío).

Le encuentro más complicada justificación (y así lo escribí) a la derrota en Vigo por las circunstancias ya conocidas que rodearon a ese partido y la nefasta actuación de los nuestros tras quedarse el Celta con un jugador menos.

Y con el partido disputado en los Anexos de Zorrilla se ha acumulado una decepción más a la ristra de partidos nada edificantes que hemos realizado hasta ahora lejos del calor del Estadio de Pasarón. 

Se diga lo que se diga este encuentro parecía ideal para conseguir la primera victoria fuera y de no ser posible tal circunstancia por lo menos lograr un punto que ayudase al equipo a permanecer en esa cuarta posición.   

Pero no pudo ser.

Es imposible valorar la actuación del Pontevedra ni escuchando el encuentro a través de la radio ni a través del breve resumen ofrecido por la televisión. Esas imágenes parecen reflejar que el primer penalti no es descabellado pero que la jugada que da lugar al segundo no tiene la entidad suficiente como para merecer tal máximo castigo.
También en ese corto reportaje pudimos comprobar como con empate a uno en el marcador Trigo y Barco pudieron decantar la balanza en un momento importante del choque.

Pero lo cierto es que el equipo no fue capaz siquiera de traerse un punto de Valladolid en un campo en el que el año pasado con el mismo césped artificial lamentable  (que otra vez pone de manifiesto el olivdo en el que se encuentra esta categoría del fútbol español) y con el mismo viento se consiguió una victoria por un tanto a tres remontando el gol inicial de los pucelanos.

Por ello y aunque la situación en la clasificación derivada de esa derrota no sea ni grave ni alarmante, esa decepción y esa tristeza resulten inevitables al desaprovechar otra gran ocasión para seguir entre los cuatro de arriba y meterle más distancia al Racing de Ferrol amén de conservar la que se tenía respecto a la Ponferradina.

Lo peor de esta racha fuera de casa es que no es nueva ni nace con esta temporada 16/17. Si algunos de los lectores del blog se toman la molestia de repasar los resultados como visitante del Pontevedra desde aquel partido famoso jugado en Coruxo la campaña anterior podrá comprobar que la cuestión ya ha empezado a ser preocupante hace tiempo.

Mostramos una debilidad fuera de casa excesiva y si bien la segunda vuelta del año pasado ( o casi toda la segunda vuelta para ser exactos) exhibió a un Pontevedra vulnerable también como local, este inicio de temporada resulta más desconcertante por la doble cara que muestran los granates que parecen otros cuando disputan los partidos delante de su gente. 

Esta sensación de decepción que se experimenta nada más terminar el partido por lo menos a mi se me transforma en enfado cuando una vez más se ofrecen ( o tratan de ofrecerse) explicaciones en el post partido. 
No me valen alusiones a actitudes de jugadores rivales ni a si estos protestan, presionan al arbitro o se tiran en el área.
Lo que me valdría para tratar de entender lo que pasa sobre el césped es que el técnico explicara porque Capi se quedó en el banquillo en Valladolid. El porqué de volver a dejar no ya fuera del "once"  sino en casa a Alex Fernández o la razón de meter en banda izquierda a un jugador como Mateu que cada vez que se ve "exilado" a una banda pierde gran parte de su efectividad y peligro.

Ninguna de estas circunstancias recién enumeradas han resultado las causas de una nueva derrota, eso está claro. Pero explicar las mismas y hablar de fútbol de verdad posiblemente ayudaría a que esa decepción tantas veces aludida en este escrito no se convierta en cabreo por el enésimo intento de desviar la atención. 

Claro que indirectamente relacionado con el tema del bajo rendimiento que estamos ofreciendo fuera aparece la otra cuestión sobre la que quiero hablar en este escrito.

Resulta que la semana que viene hay jornada de Liga entre semana (cuestiones del absentismo laboral del fútbol español en Navidad, ya se sabe) y que el Pontevedra jugará el Miércoles 2 en un feudo tan complicado como el del Tudelano.
Si analizamos el día en el que grueso de los equipos disputarán sus partidos este fin de semana, veremos que casi todos los encuentros, siete, se celebrarán el Sábado. Incluso el Tudelano jugará en jornada sabatina por la mañana en Barreiro.

De los tres partidos que se jugarán en Domingo, uno de ellos será por la mañana (en Mieres) y sólo dos (el que se desarrollará en Burgos y el nuestro) lo harán por la tarde.

Es decir, que respecto al conjunto de Tudela tendremos día y medio menos de descanso para afrontar el partido y no se me ocurre por mucho que pienso razón que justifique tal desventaja.

Se ha dicho siempre (y es cierto) que la afición granate es de Domingo a las 17.00h pero siempre y cuando no existan circunstancias evidentes que hagan conveniente variar la costumbre y pasar un partido al Sábado, circunstancia que existe en este caso concreto por lo que se acaba de mencionar.

Quizá exista una razón desconocida para jugar en Domingo pero muy poderosa tiene que ser para provocar que el Pontevedra CF juegue el Miércoles día 2 en una situación de clara desventaja con el equipo navarro y como eso es así, así hay que contarlo. 
  


1 comentario:

  1. A mi se me ocurren dos explicaciones y ninguna me gusta:
    -Que en el club nadie se haya dado cuenta de esto a tiempo.
    -Que se considere el partido por "perdido" y se prefiera mas tiempo para preparar la visita de la Ponferradina.

    De cualquier manera ya sabemos de antemano de que se va a hablar en la rueda de prensa del Ciudad de Tudela...

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