lunes, 4 de diciembre de 2017

Camino de Tercera División

Me duele titular así el artículo de esta semana.

Algunos me llamarán alarmista o exagerado y recordarán que todavía restan 21 partidos para terminar la Liga 2017/18 y tiempo de sobra para reaccionar.

Quizá tengan razón los que así opinen pero no me resisto a describir en estas líneas una anécdota sucedida en el mes de Enero de 2011, sí, el año en el que terminamos bajando a tercera división tras una temporada dantesca.

Alboreaba la segunda vuelta de aquella campaña cuando en una mañana gélida de Enero el Pontevedra disputaba en casa su partido de Liga contra un Vecindario que todavía se encontraba peor que nosotros en la tabla clasificatoria.
El partido era horroroso y el Pontevedra no daba una a derechas. El rival se puso por delante pero a través de un penalti se empató pronto y a renglón seguido (a la media hora más o menos) los canarios se quedaban con un jugador menos. Tal circunstancia no fue óbice para que el Vecindario consiguiese el 1-2 antes del descanso y pusiera más de los nervios al conjunto granate.
En aquella segunda parte el Pontevedra fue incapaz de conseguir ni siquiera el empate fallando incluso un penalti en los últimos minutos de juego.
Con aquella derrota se entraba en descenso y un muy buen amigo con el que por aquel entonces acudía a Pasarón me miró muy serio y afirmó: “Estamos en tercera”. Yo le devolví la mirada con cierto asombro y le contesté que estuviera tranquilo que quedaba la segunda vuelta por delante y había tiempo. “Ni de coña- insistió- bajamos seguro”.
Y sí. Aunque las palabras de mi compañero me parecieran excesivas en aquella fría mañana invernal el Pontevedra no levantó cabeza  y protagonizó uno de los más negros capítulos de su historia. 

        
Las sensaciones que ayer experimenté en Pasarón viendo al equipo se parecieron mucho a las vividas hace siete años.

La imagen del Pontevedra resultó paupérrima. Parecía difícil hacerlo peor que la semana pasada pero el equipo demostró que todavía podía “superarse” y mostrar más impotencia sobre el terreno de juego.

Podríamos hablar de una nueva defensa de tres durante la primera media hora que parece surgir cada partido de un sorteo al estilo “pito pito gorgorito” efectuado durante la semana por el cuerpo técnico. 
Ayer el papelito de la rifa de central le tocó a Alex Fernández que pasó del medio a la retaguardia. También salió afortunado Adrián León (ayer mejor que los últimos partidos) y el tercero agraciado esta vez fue Goldar en detrimento de Bruno (se desconoce si Mongil participa ya en el sorteo).

Podríamos hablar también de la acumulación de otra semana más sin que exista un solo lateral derecho en la plantilla o de la falta de relevo de Prosi a la hora de encontrar a  alguien que cree un mínimo de fútbol con sentido en medio campo (Carlos Ramos parece perdido para la causa).

Podríamos hablar de que en ataque notamos y mucho el mal día de Alex González que es desde hace tiempo el único camino decente que el Pontevedra encuentra para tratar de desequilibrar a las defensas rivales o de que ayer (no sabemos si por sorteo o no) fuera Iván Martín la primera alternativa en la delantera desde el banquillo y no Berrocal (que por cierto salió después para pasar totalmente desapercibido).

Podríamos discutir igualmente si la presencia de Mouriño en el equipo titular no es ya de por sí indicativo suficiente de la mediocridad del elenco de jugadores que la comisión deportiva ha incorporado este verano al Pontevedra CF.

Podríamos, por último, destacar una vez más al mejor jugador del equipo, Edu Sousa, que se cansó de sacar pelotas segovianas en buenas intervenciones jugándose incluso el físico en alguna de ellas y dotando de un mínimo de orgullo a esa camiseta que porta y que le agradecemos mucho todos aquellos que nos sentimos granates.

Todo lo anterior, en definitiva, responde a cuestiones futbolísticas que a estas alturas no extrañan demasiado a los que siguen habitualmente al equipo y saben ya de sus problemas esta temporada.

Ahora bien, siendo muy preocupante todo lo anterior, las sensaciones a las que aludía anteriormente y que me recordaron a la 2010/11 vienen producidas sobre todo por algo que hasta este momento no había visto en ningún caso en este equipo y que ayer sí pude observar con asombro e indignación, la desidia.

Resultó especialmente penoso que en  los últimos minutos del partido de ayer algún jugador se dedicara a mirar con tranquilidad el balón mientras pasaba a escasos metros de su posición sin hacer el más mínimo ademán de correr a por él.

 Tamaña muestra de desinterés (apreciada por buena parte de la afición que respondió encendida ante lo que veía en el césped) no se puede tolerar y va más allá de la categoría de los jugadores o el acierto que puedan tener a lo largo de un partido.
Actitudes como esa son las que acaban con un equipo destrozado en la lona y denotan el estado en el que ahora mismo se encuentra este Pontevedra CF que coquetea de forma irresponsable con el precipicio del descenso que por lo menos el que esto escribe va observando cada vez más cerca.

Que faltan 21 partidos por jugarse es un hecho.


Que el Pontevedra cava jornada a jornada su fosa para meterse en ella el próximo mes de Mayo, también.

3 comentarios:

  1. Que no te duela el titular Félix, porque a este paso como no reaccionemos pronto nos vamos a 3ª, es duro decirlo, pero viendo cosas como el horroroso partido de ayer esto invita al pesimismo.

    Y a ver si las pitadas a lo visto en Pasarón hacen que las cabezas pensantes que mandan en el club reaccionen de una puñetera vez, porque esto pinta muy mal.

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  2. Ayer nuevo petardazo y para rematar la faena Luisito haciendo el ridículo con sus estúpidas declaraciones postpartido rajando del rival y su campo en vez de pensar en la mierda de temporada que llevamos.

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  3. Ojalá se pierda el domingo y se eche a Luisito, si esto sigue así nos vamos a tercera

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