martes, 12 de diciembre de 2017

La Liga de las Ciudades

No sé quien se inventó tal denominación.

Suena a competición con clase, de esas en las que grandes equipos juegan en espectaculares escenarios con céspedes inmaculados y en la que la repercusión de sus resultados abarca todos los rincones de España.

En Pontevedra, sin embargo, ya sabemos que la presunta Liga de las Ciudades también denominada “competición de bronce” del balompié patrio pero cuyo verdadero nombre no es otro que la segunda división B es una categoría olvidada compuesta por nada menos que ochenta equipos y en la que cada vez destacan más los filiales de los equipos que militan en el fútbol “profesional” que utilizan sus presupuestos para colocar arriba a sus “cachorros” (en algunos casos, por cierto, con más barba que los jugadores del primer equipo).   
 
Esta maravillosa “tercera división camuflada” (ya puestos a inventar nombres, este responde algo más a la realidad) lleva muchos años pendiente de una reestructuración que la dote de mayor sentido, atractivo y lógica dentro del organigrama general del fútbol de nuestro país.

El Pontevedra CF(como los fieles seguidores granates saben, uno de los equipos que parece ligado por un hilo de Ariadna a esta 2ªB) la ha conocido con dos grupos de veinte, un solo grupo igualmente de veinte y desde hace ya muchos años con estos cuatro grupos que dividen España (muchas veces de manera caprichosa y aleatoria) y que se nutren de históricos venidos a menos, los filiales ya citados anteriormente y otros conjuntos sin apenas masa social (o con una muy reducida) que aparecen como por ensalmo en el panorama futbolístico y que en su mayoría disputan sus partidos como locales en cajas de cerillas con hierba extraña que convierten a este deporte en un acontecimiento zarandeado por el viento, la lluvia, el “bote” del balón u otras circunstancias no demasiado relacionadas con la esencia misma del juego que se pretende practicar.

Ayer, sin ir más lejos, a las “complicadas” condiciones que entraña siempre jugar en Bouzas se unió la ciclogénesis explosiva llamada Ana y causaba verdadero dolor observar por televisión las evoluciones de Rápido y Talavera sobre el “terreno de juego” del barrio de la ciudad de Vigo.   
Ya se sabe, esto es la segunda división B (la flamante Liga de las Ciudades) y mientras en primera o segunda habría resultado imposible disputar ese encuentro tal y como se hallaba el Baltasar Pujales, en la “categoría de bronce” todo es posible y los sufridos jugadores de ambos equipos completaron el choque con actitud estoica y disciplinada.

El Pontevedra por su parte debía jugar su partido en otro escenario glamuroso y atractivo en pleno corazón de Madrid frente al Unión Adarve.

 Por desgracia, esta temporada los nuestros no juegan “un pimiento” ni en estos campos “insoportables” ni en aquellos otros (que por supuesto los hay) en los que resulta más fácil intuir el bote del esférico, correr sin desequilibrarse y no mecerse por un viento huracanado.
Se preveía un partido feo, insulso y en los que no cometer errores resultaría decisivo para por lo menos no perder y a pesar de que las crónicas dicen que el rival apretó lo suyo sobre el área de Edu Sousa el equipo consiguió salir “vivo” de la coyuntura y sumar un punto que impide que el Adarve (sin duda uno de los cinco conjuntos que debemos colocar por debajo en la tabla) se escape en la clasificación y que evita igualmente que caigamos a posiciones de descenso o play out aunque sea verdaderamente por los pelos.

Resta solo un encuentro para terminar la primera vuelta. El Pontevedra lo jugará aquí frente al Atlético de Madrid B y buscará romper esta serie de partidos ya demasiado larga sin conocer la victoria.
Luego llegará el parón navideño y con él, a primeros de año, la apertura del mercado invernal.
Otros equipos que se codean con nosotros por todo lo bajo de la tabla anuncian movimientos cuantiosos e importantes.
En especial, el Racing de Ferrol prepara al calor de la nueva propiedad (que persigue como objetivo el ascenso a segunda en poco tiempo) una “mini revolución” que los ayude a salir de los puestos de descenso con la mayor celeridad posible.
La Ponferradina, por su parte, parece reaccionar con dos victorias seguidas y cuenta también con recursos más que suficientes para escapar de esa zona tan peligrosa en la que se ha metido.   

¿Y el Pontevedra?

Es evidente que la situación económica de la entidad no permite las alegrías que a buen seguro se darán en la ciudad departamental y en algún otro equipo del grupo (el Toledo puede moverse mucho también).
Habrá que actuar, por tanto, con mucho más acierto del que se ha demostrado tener en el verano pasado. Y ese acierto no sólo debe tenerse a la hora de elegir los hombres que van a venir a formar parte del equipo en la segunda vuelta sino también en la elección de las bajas que se concedan o pretendan conceder.
No hay que volverse locos. No se trata de echar a ocho y que vengan otros ocho sino de detectar en que se ha fallado hace meses y como se puede hacer funcionar la máquina hasta Mayo sin tirar la casa por la ventana.
De ese acierto de la comisión deportiva (sea quien sea quien la forme y sea quien sea quien realmente conoce el mercado y elija los jugadores a traer) depende que esta temporada se quede sólo en decepcionante y no alcance tintes de melodrama.

Como ya he escrito en varias ocasiones en esta tribuna el peligro de descenso es real y tangible.

Para evitarlo hay que reaccionar en el campo pero también en los despachos tratando de moverse con mesura, sí, pero también con inteligencia en el mercado de invierno.   

3 comentarios:

  1. Espero que en el próximo artículo además de hablar de lo que suceda en Pasarón, te animes a comentar la enésima tontería de los que mandan con esa patética y lamentable campaña de segunda vuelta

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  2. Y para terminar el año nuevo ridículo en el campo con el 9º partido sin ganar y en sala de prensa con el bochornoso espectáculo de Luisito (pregúntale a tu compañero de tertulia del Faro si después del numerito que ha montado el de Teo sigue pensando que es el mejor entrenador del siglo XXI del club)

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  3. Si el incompetente que tenemos por entrenador conoce la palabra dignidad, lo que tendría que haber hecho ayer en vez de soltar estupideces era presentar la dimisión, el postpartido de ayer pasa a la historia negra de ridículos de este club.

    LUISITO FUERA DEL PONTEVEDRA

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