jueves, 21 de diciembre de 2017

Era la única solución posible

"Los últimos resultados deportivos del equipo". 

Esa es la causa esgrimida por el Pontevedra CF en un comunicado ofrecido tarde, mal y a rastras para darle oficialidad al cese de Luisito como entrenador del equipo.
Me gustaría a lo largo de estas líneas manifestar mi posición sobre la noticia tratando en primer lugar el apartado estrictamente futbolístico y a continuación la rueda de prensa del Domingo tras el choque y la de ayer de despedida del cuerpo técnico.

La situación del Pontevedra en la clasificación ha pasado de ser preocupante en las últimas semanas a verdaderamente grave al final de la primera vuelta.
Sólo 19 puntos y sólo cuatro victorias logradas constituyen un bagaje pobre y escaso que va a provocar que la actuación del equipo en la segunda vuelta vaya a tener que ser realmente notable para eludir el drama de otro descenso.
No es difícil prever que serán necesarios del orden de 25 a 27 puntos para salvarnos de la quema y esa cifra es superior por ejemplo a los 23 puntos que el Pontevedra logró en la segunda vuelta de la pasada liga en la que terminamos cuartos. 
No resulta extraño, por tanto, ni aquí ni en ningún otro equipo de fútbol que un entrenador pueda ser destituido cuando su equipo no gana (acumulamos una racha de nueve encuentros sin hacerlo) y además no parece ofrecer un atisbo de reacción sobre el césped. (especialmente en los cuatro últimos encuentros en los que el Pontevedra ha dado una imagen realmente preocupante).

Es cierto también que nadie puede asegurar que con el nuevo entrenador se conseguirá esa reacción deportiva (sería importante en ese sentido que en los movimientos que se hagan en el mercado de invierno próximo a comenzar se intente acertar y compensar todos los errores cometidos en verano) y el relevo en el banquillo usado como revulsivo y toma de conciencia del precipicio por el que nos estamos despeñando no garantiza ya de por sí que el día 7 de Enero el equipo vaya a enseñar otra cara ante su gente en el Estadio de Pasarón.

Ahora bien, el fútbol es y ha sido así siempre y con este panorama en la clasificación y con las sensaciones muy malas experimentadas sobre el campo en el último mes no es una decisión la del Consejo que haya producido demasiada sorpresa.

Sin embargo, entrando ya en la polémica e infausta rueda de prensa del Domingo, mi opinión era ese día y sigue siendo a día de hoy que aunque el equipo estuviera entre los cuatro primeros de la tabla esas declaraciones de Luisito deberían haber conllevado su cese inmediato al frente del club.
Ya en mi última entrada de este blog hablé con profusión de las palabras del técnico tras el partido pero ya que el club a través de ese comunicado expone claramente que su cese se debe a temas solamente deportivos quería simplemente insistir en que ciertas líneas rojas o límites no deberían pasarse nunca y de atravesarse la clasificación no resulta excusa suficiente como para no exigir responsabilidades.

Ayer Luisito acompañado exclusivamente por Pepe Rico (según las propias palabras del entrenador su preparador físico no podía estar y el mismo le pidió a Murillo y Feáns comparecer sólo con su segundo) sí ofreció públicamente unas disculpas por lo ocurrido el Domingo que están a la altura de un entrenador que ha sido inquilino de ese banquillo.

Ojo! Este perdón sincero y sentido de ayer no hace variar mi posición acerca de que un entrenador del Pontevedra no puede seguir siéndolo si no es capaz de contenerse para no soltar públicamente todas las barbaridades que el Domingo derramó en la Sala de Prensa.

No obstante, es cierto que pedir perdón de verdad y además habiendo sido destituido horas antes no es fácil y hacerlo aunque no pueda rehabilitarte en el cargo sí le da la razón a aquellos que conocen al entrenador (no es mi caso) y le describen como una persona humilde, sensible y cercana aún a pesar de sus erupciones volcánicas ocasionales.

Siendo positivas las disculpas ofrecidas en su despedida, el verdadero último servicio que le hace el técnico a la entidad es no exigir económicamente más allá del último día trabajado. 
Esta circunstancia no es habitual ni en el mundo del fútbol ni en otras actividades laborales y ni que decir tiene que para el Pontevedra CF que Luisito perdone el resto de su contrato es una bomba de oxígeno y una muestra de caballerosidad por parte del entrenador que no me duelen prendas en reconoce a pesar de que entiendo que su destitución resultaba inevitable y obligatoria.

Se acaba una etapa marcada por un ascenso (complicado como todos los ascensos) pero obligado para el club en la 14/15; una buena temporada de regreso a la segunda B en la 15/16 y una muy buena campaña la temporada pasada en la que la entidad volvió a experimentar el cosquilleo que provoca estar un poquito más cerca del retorno al fútbol "profesional".
La primera vuelta de la 17/18, sin embargo, no ha salido bien.

En todas esas campañas hemos asistido a algunas ruedas de prensa exageradas o desmedidas que nunca encontraron freno por parte del Consejo de Administración y que encontraron su punto álgido hace cuatro días cuando en un intento de defensa de dicho Consejo Luisito no estuvo a la altura que el cargo que ostentaba sin duda requería.

Muchos más aciertos que errores sobre el "verde" y muchos más errores que aciertos delante del micrófono.
Coherente, eso sí, en su despedida siempre dijo que el día que se fuera no exigiría más que lo que había trabajado y así finalmente lo ha hecho.

Que tenga suerte en el futuro. 

1 comentario:

  1. Pánico me da el mercado de invierno próximo a abrirse, tan solo recuerden como ha fichado Feáns antes de la llegada de Luisito, si a algunos no les gustaban los fichajes de los últimos 2 años (siendo Feáns asesorado por Luisito) que se preparen ahora que el DD vuelve a volar solo...

    ResponderEliminar