lunes, 10 de diciembre de 2018

Un jugador elegante; otro error inoportuno y un "chicharro" de bandera

Tiene el Pontevedra CF una querencia continua a instalarse en la incertidumbre aún cuando casi todas las circunstancias externas inviten a disfrutar un partido más tranquilo y sin agobios de ningún tipo.
Ayer debió ganar por más goles a su rival y solventar el choque mucho antes pero vivió con los agobios que provocan las apreturas del marcador hasta que un gol de bandera terminó por asegurar la victoria granate.

El equipo disputó una primera parte muy buena en la que marcó dos goles y contó con ocasiones más que de sobra para haber cerrado el encuentro de manera definitiva antes de volver a los vestuarios a reponer fuerzas.
A lo largo de esos primeros 45 minutos pudimos volver a ver a Jesús Berrocal ocupando el medio centro más defensivo del equipo y a Kevin descolgándose en muchas ocasiones para llegar al ataque ya sea con demarques potentes hacia las bandas o en llegadas a la frontal del área como la que protagonizó en el primer tanto al golpear con acierto y calidad un balón servido desde la derecha.

Vimos también otro paso en la progresión de Pedro Vázquez al que se le ve mucho más participativo y entero aunque en el día de ayer desaprovechó bastantes de sus mejores acciones por un irritante individualismo en el momento culmen de la jugada, ese en el que se requiere pasar la pelota al compañero situado en posición ventajosa y no liarse en regates inútiles que acaban por desbaratar ocasiones muy claras para marcar.

Pudimos observar igualmente como Javi López disputaba los mejores minutos en casa desde que viste esta camiseta y si bien volvió a estar despistado o poco activo defensivamente en un par de ocasiones en las que el Adarve profundizó por su banda, en ataque intervino de forma más regular y punzante abriendo alguna esperanza (por lo menos a este atribulado bloguero) de que su rendimiento siga yendo a más y se convierta en un baluarte importante en el juego de ataque del equipo.

Sin embargo, lo que más vimos fue a un jugador tocar la pelota con esmero y elegancia para devolverlo siempre en mejores condiciones en la que la recibió. 
Ese jugador, Romay, volvió a poner el punto de calidad en la zona de tres cuartos y si llega a transformar la ocasión de la que disfrutó en un uno contra uno contra el portero madrileño habría completado un partido realmente sobresaliente.

No mucho después de errar esa oportunidad que no debió perdonar, el ex fabrilista aprovechó otra ligereza de la defensa rival para servir un balón de oro en profundidad a su compañero Javi Pazos que se fue por velocidad de un defensa del Adarve y definió a la perfección mandando la pelota al palo largo con exquisita tranquilidad y acierto.

Este gol me produjo cierto "deja vú" con otro que se logró un día de finales de Enero del año 2012.
Penaba el Pontevedra CF en tercera división sus excesos del pasado cuando un chaval juvenil que debutaba en casa recogía un balón perdido en la segunda parte de un encuentro jugado contra el Cultural de Areas.  
Después de deshacerse de un rival, ese juvenil llamado Javi Pazos encaraba la misma portería que ayer enfiló frente al Adarve y aunque algo más escorado transformaba el primer tanto de aquel partido enviando como hace menos de 24 horas un balón venenoso al palo largo del portero del Areas.
 Aquel partido se ganó 2-0 y el segundo también fue marcado por Pazos que luego fue desapareciendo de las alineaciones hasta marcharse meses después en busca de minutos.

Ahora, en su primera experiencia en 2ªB pero más hecho y con un peinado de gusto discutible, ya marca habitualmente con la camiseta del Pontevedra y su quinto tanto de la temporada se pareció bastante a ese primero que logró hace seis años y que me vino a la memoria nada más besar las mallas su lanzamiento del día de ayer.

Más esa sensación "deja vú" experimentada con el segundo gol granate, no fue la única experimentada por este atribulado bloguero en el día de ayer. 

Los primeros minutos (no más de diez) del equipo tras la reanudación recordaron aquella etapa un par de años atrás (la temporada del play off) en la que salíamos medio dormidos en la segunda parte y provocábamos la reacción de los contrarios que trataban de aprovechar la anestesia general del grupo. 
Ayer, esta relajación inicial, permitió que el Adarve disfrutara de dos ocasiones muy claras para marcar que desaprovecharon al rematar muy flojo un cabezazo en posición muy ventajosa, la primera y al aparecer nuestro "santo" particular en la segunda (Edu Sousa) en una intervención plena de reflejos que desbarató un lanzamiento casi a bocajarro de un atacante madrileño.

Reaccionó, no obstante, el Pontevedra y sin daños que lamentar para el marcador volvió a hacerse dueño y señor del encuentro y a desbaratar ocasiones en las que bastantes veces ni siquiera se remataba al querer rizar el rizo en vez de ser prácticos de cara a la portería contraria.
Ejemplo de esta situación fue una jugada en la que Javi López en posición pintiparada para fusilar al portero rival prefirió ceder el cuero a Javi Pazos en un pase demasiado adelantado que desbarató una oportunidad inmejorable para sentenciar.

También es cierto que los dos jugadores que salieron de refresco no tuvieron su mejor día y no contribuyeron esta vez a mejorar el panorama.

El primer caso fue el más llamativo. 
Al filo del primer cuarto de hora del segundo tiempo, Luismi decide retirar a Javi López para dar entrada a Alex González en un cambio que pareció lógico por los minutos jugados por el primero en la CG y la velocidad con la que Alex podría dotar al juego del equipo con un Adarve que en lógica debería arriesgar más.
Sin embargo, Alex ayer no pudo amoldarse al ritmo del choque y disputó sus peores minutos con la granate desde hace mucho tiempo. 
No es que no lo intentara. Como siempre lo hizo pero los regates no salían; los controles se le iban largos y no fue ese Alex maravilloso que hemos podido ver en los últimos tiempos.

Poco después se producía el segundo relevo y este más sorprendente aunque a posteriori algo aclarado en rueda de prensa. Kevin con más de 25 minutos por delante dejaba su lugar a Arruabarrena. Extrañó el cambio porque no denotaba problema físico alguno el de Ponteareas. 
Sin embargo, Luismi tras el partido afirmó que ya en el descanso notó el mediocampista los "isquios" cargados y que a eso se debía la sustitución.    

Sea como fuere, el Pontevedra seguía sin hacer el tercero y para más "inri" a renglón seguido llegaba el tercer "deja vú" de la jornada. 
En un balón sin peligro aparente e ideal para cederlo de cabeza a su portero, León se lía e impacta el esférico con el hombro despidiéndolo con menos velocidad y provocando que un delantero del Adarve pueda encarar con comodidad a Edu y batirle para estrechar el resultado.
Como ya se ha dicho en otras ocasiones, es Adrián capaz de lo mejor y de lo peor en un mismo partido y ayer volvió a equivocarse absurdamente en una acción que costó otro gol en contra para el equipo. 
Fueron los minutos siguientes de desconcierto pues tampoco Arruabarrena acertaba con sus acciones sobre el césped provocando algunos nervios desde la grada y algún fantasma que otro sobrevoló durante algunos minutos el campo de Pasarón.

Hasta que Romay (que pasó a ocupar una posición más retrasada tras el segundo cambio) volvió a aparecer sobre el césped y contribuyó junto a la lucha de Pazos o la contundencia de Churre a bajar los humos de un Adarve que si se acercó pero que ya no logró gozar de ocasiones claras.
Aún así siguieron desperdiciándose opciones para sentenciar como una en la que de nuevo Romay deja solo a Alex con un pase precioso pero el mal control del pequeño extremo cántabro facilitó la salida con éxito del portero madrileño u otra en la que Aruabarrena no encontró el gol tras rematar en buena posición.
Hasta que llegó el tercer cambio y con él hizo su entrada Pibe en lugar de Pedro Vázquez.

Escasos minutos después una buena presión sobre un defensa provoca que este despeje de cualquier manera y el balón llegue al propio Pibe ya en campo contrario. El extremo progresa con velocidad y encuentra a Arruabarrena que en su mejor acción del choque se la devuelve al canterano para que este ya dentro del área pero escorado conecte un zurdazo con rosca espectacular para hacer un gol de bandera y asegurar de una vez por todas tres puntos que no podían ni debían escaparse de ningún modo de nuestro Estadio.  

Llevamos ya 16 encuentros de Liga, suficientes para poner sobre la mesa datos o tendencias inequívocas que enseñan el rumbo que debe seguir el equipo.

A saber, el Pontevedra ha ganado todos los partidos en los que ha marcado primero en esta Liga. En casa frente a Cultural, Salamanca, Coruxo y Adarve (solo los leoneses pudieron empatar para luego caer en aquella última acción del choque) y fuera frente  Fuenlabrada, Burgos y Rápido de Bouzas.

Sin embargo, no se ha ganado ningún partido en el que se empezara perdiendo y solo se pudieron empatar tres tras encajar primero (en casa frente al Fabril y Valladolid y fuera en Navalcarnero).

La consecuencia es muy clara. 
Es vital defender bien, no regalar nada y meter antes nosotros para tener casi todos los boletos para vencer. 
Por contra, si se empieza perdiendo, las dificultades para conseguir remontar como se deduce de los datos es mayúscula.

El Domingo volvemos a jugar en casa pero contra un rival de números opuestos a los del Adarve. 
Los madrileños llegaron aquí con una cifra interesante de goles a favor pero alta también de goles en contra y tal circunstancia tuvo su reflejo en el terreno de juego.
El filial canario, no obstante, mete muy pocos goles pero encaja también pocos por lo que todo hace indicar que algunas facilidades defensivas concedidas ayer por el rival pueden no aparecer dentro de seis días.

La receta, por tanto, debe seguir aplicándose incluso más rajatabla. No regalar nada ( a diferencia de los que pasó ayer en el gol rival) y ser más diligentes en área contraria.

¿El premio posible? Verse por vez primera esta temporada en puestos de play off de ascenso a segunda.  


     
         
    

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