lunes, 14 de enero de 2019

Ese equilibrio tan difícil en el fútbol.

Como ya se ha dicho en alguna otra ocasión en este blog, el puesto en la tabla a esta alturas no es lo más trascendente ni resulta decisivo para el porvenir a medio plazo del Pontevedra CF.

Es cierto, no se puede negar la evidencia, que ese caramelo envuelto en forma de clasificación provisional entre los cuatro primeros estaba sobre la mesa el Domingo pasado en el momento en que comenzaba el partido y que el equipo perdió la oportunidad de cogerlo y mantenerlo en su posesión (eso sí, sin abrirlo) hasta que el devenir de la competición en las próximas jornadas decidiera si se lo quedaba o si lo dejaba de nuevo en otra mesa para el disfrute de otros paladares.

El fútbol arrastra pasiones y dispara el diapasón tanto de la ilusión como del desencanto de una semana a otra y por ello esa satisfacción y alegría que todos sentimos tras ganar con autoridad y brillo al filial del Real Madrid hace siete días se tornó en frustración cuando el partido de ayer llegaba a su fin sin que hubiéramos sido capaces de perforar la portería contraria.

A buen seguro que la gran mayoría de la afición granate se acostó el día del Castilla con una sonrisa en la boca y la esperanza de que esa línea sobresaliente del Pontevedra continuara en el tiempo. Y como es normal, esa gran mayoría se iría a dormir ayer algo más decepcionada por la pérdida de esos dos puntos que ya no volverán por aquí y que tan bien nos habrían venido a efectos clasificatorios.

Ahora bien, así como los días posteriores a la goleada al Castilla los ánimos se fueron atemperando y los pies iban volviendo a posarse sobre el suelo sabedores de que quedaba muchísimo trabajo y puntos por delante, ese rictus más amargo en los rostros tras el empate ante el Unionistas debe ir desapareciendo lo más rápido posible pues todas las opciones de estar arriba continúan intactas para el Pontevedra CF.

Eso, sin duda, mantener el equilibrio y la tranquilidad después de una victoria sonada o de un traspié algo más inesperado, es muy difícil en el fútbol que tantos sentimientos alberga pero de la consecución de ese objetivo de estabilidad y confianza puede depender que este equipo no ceje en el empeño de "colarse" entre los cuatro de arriba y luchar por un ascenso que como sabemos resulta tremendamente complicado.

Las declaraciones que he podido leer o escuchar del entrenador y jugadores tras el partido parece que van por ese camino y que en ese vestuario tienen bastante claro que todo es posible.

Y por qué empató ayer el Pontevedra?

Pues en mi opinión, porque a pesar de carecer la actuación del equipo de la brillantez y continuidad del día del Castilla el equipo fue incapaz de materializar las únicas ocasiones de gol del encuentro que fueron pocas pero todas granates.

En un césped en el que jugar al fútbol por bajo cada vez es más difícil y en el que como ya se esperaba el Pontevedra se encontró con un rival aguerrido, compacto y nada dispuesto a otorgar facilidades, todo pudo cambiar casi al principio cuando un claro derribo del portero salmantino a Javi Pazos a escasos metros del área fue castigada sólo con tarjeta amarilla por el colegiado del choque.

Vayan por delante dos cosas; la primera es que el cambio de la norma disciplinaria para los porteros alcanza a las jugadas dentro del área dentro de la cual ya no se les expulsa aunque la ocasión abortada sea manifiesta pero no afecta a las jugadas fuera de la zona de castigo por lo que sí debió ver ayer la roja el cancerbero rival. 
La segunda circunstancia importante es que el colegiado ayer no tuvo suerte, o dicho de otra manera, estuvo muy mal y a pesar de que en opinión de este atribulado bloguero se equivocó en esa jugada no se puede obviar que en las postrimerías del primer tiempo no señaló un penalti a favor de Unionistas en una jugada que en directo sí lo pareció, que señaló la pena máxima a favor del Pontevedra en una jugada que más pareció fuera que dentro (aunque en directo sí arrojaba dudas) y en una acción que ha pasado desapercibida no mostró la segunda amarilla a Nacho López en el primer minuto de la segunda parte por una mano que interceptaba un pase y que por lo menos al que esto escribe le puso el corazón en un puño hasta comprobar que el árbitro no se llevaba la mano al bolsillo.

Por ello, si bien esa jugada inicial era importante lo que hubiera pasado después corresponde a la categoría de fútbol-ficción y no sería justo ampararse en la actuación arbitral que fue muy mala para ambos conjuntos. 

Lo que sí es cierto es que el equipo que buscó más el triunfo y además estuvo mucho más cerca de lograrlo fue el Pontevedra CF.

El Unionistas (una derrota en los últimos trece partidos y equipo con pocos goles encajados y pocos a favor y que vino acompañado además por una nutrida representación de su afición, no olvidemos que este equipo es el heredero del histórico y tristemente desaparecido UDS Salamanca) respondió al perfil de los números con los que llegó a Pontevedra.

Tras esa jugada inicial con la controvertida amarilla al portero, asentó sus reales sobre la maltrecha hierba y con un Admonio espectacular no dio demasiadas opciones a un Pontevedra que no obstante si fue capaz de penetrar en varias ocasiones por la banda derecha con un Pazos que lograba superar en ocasiones a su par y crear tensión en la zaga contraria.
Aún así, sin los dos focos principales de juego de ataque granate, las cosas resultaban más difíciles para el Pontevedra y el juego se desarrollaba más por arriba que a ras de césped y ahí el rival casi siempre se imponía a los nuestros.
Uno de esos focos, Alex González, no estaba sobre el campo por sanción y su sustituto (Pedro Vázquez) comenzó bien con esa asitencia a Javi Pazos en la jugada de la falta pero se fue diluyendo como un azucarillo con el paso de los minutos.
El otro, Romay,sí estaba pero no encontraba su lugar entre tanto balón aéreo y casi en ningún momento pudo bajar la pelota al suelo.

Con el susto de esa jugada en la que el colegiado no pitó un penalti precísamente de Romay sobre un jugador salmantino se acababa una primera parte en la que el peso lo llevó siempre el Pontevedra sin que Unionistas hubiera aparecido prácticamente por el área de Edu.

La segunda parte no empezó bien. Los cinco o seis primeros minutos del equipo fueron muy malos y si bien no se sufrieron ocasiones en contra dio la impresión de que el Pontevedra había salido desconcentrado tras el descanso.

Por suerte esa situación cambió pronto para dar lugar a los mejores minutos granates a lo largo de los cuales sí se estuvo realmente cerca de ganar el partido.
Fueron los minutos en los que Romay creció en el partido y se inventó la jugada del penalti (dentro o fuera del área) desaprovechado por Arruabarrena, en los que diseñó un pase maravilloso a renglón seguido para Javi Pazos que en gran posición no supo definir ante el portero. Fueron minutos en los que Javi Pazos y Nacho López lograron percutir más por la derecha y de un centro del segundo llegó otra ocasión marrada por un desacertado Arruabarrena. Fueron minutos, en fin, en los que un buen León en la posición de ancla en medicampo y Kevin Presa empujaron lo que pudieron para tratar de derribar la resistencia unionista que finalmente no pudo quebrarse.

Ese empuje granate no decayó hasta el final pero lo que sí terminó fueron esas pinceladas de fútbol que tan cerca estuvieron de dar réditos y que desaparecieron tras el segundo cambio granate que dio con los huesos de Romay en el banquillo.        
Este bloguero es consciente que desde la jugada del penalti el de Malpica se tocaba constantemente el hombro y parecía dañado y a falta de preguntas después del choque no se puede descartar que esa fuera la razón del relevo pero lo que sí está claro es que desde ese instante la luz del equipo volvió a apagarse y la sensación ya no era la misma sobre el campo.

Esos últimos minutos (ya con Jesús en el campo y León en el centro de la defensa) resultaron más inquietantes para el Pontevedra. Se había perdido algo el timón en medio campo y además el cansancio parecía hacer mella pero aún con todo se pudo controlar las escasas intentonas del rival por llegar a nuestra zona de peligro aunque con alguna imprecisión defensiva más fruto de la precipitación y las ganas de ganar que de otra cosa.

Aún así, en el último lance del partido pudo llegar el alegrón cuando un pase en profundidad permitió a Nacho López encontrar un autopista por su banda que le permitió penetrar hasta la misma línea de fondo pero su pase de la muerte no pudo ser concretado por Pazos ante la rápida acción defensiva salmantina que  en esa faceta como ya se ha dicho brilló ayer a gran altura.
Fue una pena no ganar y vernos ahí arriba en la clasificación pero como ya se ha dicho más arriba lo más importante ahora es ver a un equipo con argumentos para seguir ilusionando y que compita jornada a jornada para que en el momento culmen de la temporada se puedan asaltar los puestos de playoff.

Sobre ese futuro me gustaría hacer dos consideraciones.

La primera relacionada con el partido que se nos avecina el Domingo que viene en el Reino de León. 
Sabemos que por presupuesto (al margen de los filiales de los grandes)la Cultural es de muy largo el candidato a ser primero de grupo pero a este atribulado bloguero le gustaría ver a un Pontevedra competitivo, metido en el partido y luchando por los puntos tal y como ha hecho el Rápido de Bouzas en el Baltasar Pujales o como ya se hizo aquí en la primera vuelta.
A partir de ahí, puede que la  presunta mayor calidad de los rivales te hagan bajar la cerviz pero de tener que bajarla que sea por eso y no tener que escuchar tras el partido a nuestros propios jugadores hablar de una marcha más del contrario o "mamandurrías" similares.

La segunda se refiere al mercado de invierno.
Empezó el mes de Enero, o mejor dicho terminó el mes de Diciembre, con noticias que apuntaban a que el Pontevedra se estaba moviendo y mucho en este mercado para apuntalar al equipo.

Quince o veinte día después ya no se oye nada. 
Jugadores que parecían cerca de Pasarón ya han fichado en otros sitios y la calma chicha preside con relación a nosotros esta ventana de incorporaciones.

El equipo está bien y nadie quiere marcharse por lo que solo hay una ficha senior libre por la desafortunada lesión de Javi López.

En mi opinión, habría que cubrirla pues el equipo necesita que se cubra.
Ahora bien, fichar deprisa y corriendo a 31 de Enero bajo el argumento de una posible benignidad del mercado por estar casi agotado el plazo de fichajes ya "cuela" bastante poco.

La seriedad que está mostrando sobre el campo el equipo debería ir en consonancia con la misma seriedad en los despachos y es de esperar que ese jugador que venga (porque debe venir) sea un hombre con el suficiente bagaje como para competir por la titularidad y hacerlo desde ya.
Para traer a alguien que hasta mediados y finales de Marzo no esté en condiciones de ayudar, mejor no hacer el ridículo y quedarse quietos.

  


1 comentario:

  1. LO del césped es vergonzoso, hay fincas por toda Galicia mejores que semejante mierda

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