martes, 7 de mayo de 2019

Ultima oportunidad

Se podría argumentar que si el equipo no es capaz de afrontar un partido fuera de casa y en hierba artificial sin encajar un gol antes del primer cuarto de hora se hace muy difícil puntuar dadas las especiales características de estos insufribles campos de juego (esto nos ha pasado las tres últimas veces en Valladolid, Adarve y L.Palmas).
También se podría razonar que el árbitro no estuvo bien, mejor dicho estuvo fatal no señalando al menos un penalti en área rival y no expulsando a un segundo jugador canario por una acción impresentable producida a escasos centímetros del ¿juez? cuya atención en ese momento debía estar en las quimbambas.
Podría arguírse igualmente que en la última media hora el equipo se pareció siquiera un poquito al que nos ilusionó el mes y medio anterior dotando de algo más de sentido a su juego y mereciendo el empate en unos minutos finales tras el gol de Romay en los que dispuso de dos o tres ocasiones para marcar y evitar la segunda derrota consecutiva.
Se podría, en fin, concluir que el equipo no ha dado la talla en estos dos partidos en los que solo pareció mostrar esa imagen que un aspirante a play off debe enseñar en 25 o 30 minutos de los 180 jugados en dos escenarios más propios de fútbol para partidos entre casados y solteros de un grupo de amigos que de una competición que se dice semiprofesional (este atribulado bloguero se pregunta que beneficio o que espíritu de crecer pueden tener los jugadores del Valladolid B o los en su mayoría marrulleros del Las Palmas B disputando estos partidos en "infiernos" que no están siquiera permitidos en ese contubernio peligroso y lleno de contradicciones llamado LFP. )

Sin embargo, a pesar de los argumentos de peso ofrecidos más arriba que en su mayoría coinciden en la muy mala actuación de los nuestros cuando más se necesitaba estar a la altura, no se puede negar el hecho de que todavía existen opciones de clasificarse entre los cuatro primeros y que a ese objetivo se debe agarrar el equipo aún cuando en Adarve y Las Palmas haya defraudado completamente a aquellos que creíamos que la falta de concentración y el "sinsentido futbolístico" del equipo fuera de casa había terminado tras las victorias en A Coruña y Coruxo.

Estas dos derrotas nos han quitado el privilegio no ya de estar a estas horas con más de medio play off en la mochila sino también de depender de nosotros mismos en estas dos últimas jornadas para meternos arriba.  
Existen muchas y claras opciones de clasificarnos ganando los seis puntos aunque también aparecen combinaciones no demasiado raras de que no nos valgan ni siquiera estas dos victorias para jugar la promoción como también hay otras menos probables que nos meterían aún sin ganar esos seis puntos finales.
El camino correcto para no volverse demasiado locos con las cuentas, los dobles empates, triples empates, cuádruples empates y demás sería no mirar más allá del partido complicado que tendremos que afrontar el próximo Domingo ante el Atlético B.

Como ya se ha dicho en varias ocasiones en este blog, una jornada nunca será buena si no ganamos nosotros y por ello lo único esencial ahora es que el Pontevedra CF vuelva a parecerse a ese equipo esperanzador de antes del Adarve y que destierre esa otra imagen muy dificilmente sostenible y justificable ofrecida tanto en Madrid como en la primera parte en Gran Canaria.
Luego, si hemos sido capaces de vencer al filial rojiblanco tocará ver que ha pasado en Bouzas o en S.Sebastián de los Reyes y como se dibuja nuestra situación para la última jornada pero de nada o de muy poco vale querer ganarle al Castilla en su casa antes de haber derrotado a un Atlético que podría asegurar matemáticamente su posición del play off ganando el Domingo en Pasarón.  

Para el partido del Domingo recuperaremos a Churre una vez cumplida sus sanción y es posible que también a Kevin que fuerza para poder estar en un choque para el que necesitamos todo nuestro potencial sobre el césped.

Por parte del Consejo de Administración (el mismo que fue incapaz de movilizar a su gente para acudir en masa al encuentro en Adarve) ya se anuncian promociones y todo tipo de zarandajas que pierden parte de su sentido cuando semanas antes no se ha apostado por facilitar de verdad el viaje a sus aficionados pero que es posible sí surtan efecto dentro de unos días para volver a notar más poblado el campo de Pasarón y tratar de generar ese ambiente adecuado para que nuestro futbolistas se sientan arropados en este duelo que entraña tanta dificultad.

Este atribulado bloguero sueña con ver de nuevo a ese equipo seguro de sí mismo y organizado que encandiló los días del Sanse y Bouzas. 
Ese equipo alegre, con chispa, jugón y que destilaba alegría en cada una de sus acciones no solo en esos dos encuentros en casa sino también en Coruxo.
Un equipo, si es posible, en el que jueguen los que han venido haciéndolo esas semanas en las que nos encandiló y (bajas obligatorias al margen) no existan demasiados experimentos que casi nunca conllevan un buen resultado.
Un equipo que todavía está a tiempo de meterse y que en su estadio ya ha demostrado con creces que puede ganar a cualquiera y en el que han salido goleados varios rivales de la zona alta.   
Un equipo que le mire a la cara a los jugadores colchoneros y en esa mirada le transmita que el futuro de muchos de ellos estará muy arriba en el fútbol pero que esa tarde y a esa hora en Pasarón no tendrán otro remedio que morder el polvo.
Un equipo en definitiva que ofrezca esa versión que lleva dentro y que tanto hemos echado de menos en estos quince días infaustos.

Es hora de volver a aparecer. O se hace ahora o ya no habrá remedio.


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