lunes, 6 de septiembre de 2021

Si tiene cuatro patas, bigotes largos y maúlla, es un gato.

Las cosas no ocurren por casualidad. 

Si desde hace semanas buena parte de los seguidores granates estimaban que la plantilla del Pontevedra CF era corta, no lanzaban dicha afirmación de forma gratuita debido a una falta de información o cualquier otro motivo. 

No, se decía eso, simplemente, porque es verdad.

Si en el momento del comienzo de la Liga de 2ªRFEF el equipo tenía una ficha senior libre, otra ocupada por un portero suplente a la sombra del un guardameta que el año pasado asombró y una tercera en manos de un defensa con nula experiencia en la antigua 2ªB, la única conclusión posible es que el grupo está corto de efectivos, de la misma forma que si vemos un animal de cuatro patas que ronronea, que maúlla, que tiene bigotes largos y cuenta con 7 vidas, enseguida concluimos que estamos viendo a un gato. 

Es verdad que ante esa disposición, digamos curiosa, de las fichas senior, podría existir el remedio de unas piezas sub 23 "potentes", verdaderamente utilizables no en minutos en los que todo esté decidido sino en aquellos donde todavía se esté "partiendo el bacalao" del resultado.

¿Es eso así? Cuenta el Pontevedra con esos sub 23 valiosos en los que los "veteranos" puedan encontrar recambios de garantías?

La contestación no la han dado los aficionados granates. 

Ni aquellos que piensan que la cortedad de la plantilla es preocupante y que cualquier "constipado" de los titulares podría causar un estropicio, ni tampoco la han dado los que piensan que sí, que hay grupo numeroso y que los jóvenes están preparados para aguantar el nivel.

Esa contestación la ha dado ayer el propio técnico del Pontevedra CF en el primer partido de Liga al realizar solo 2 cambios de 5 posibles y haciendo el segundo en el minuto 80.

Si en un partido como el de ayer, en el que el Pontevedra fue muy superior en la primera parte y en la que solo una exasperante falta de precisión ante el gol evitó que se sentenciase el choque antes del descanso pero que en el segundo tiempo notó visiblemente el paso de los minutos y el cansancio, no se apuesta por Román, Iñaki, Santos, Diz y cía puede ser por la sencilla razón de que en estos momentos no están para aportar minutos de verdadera calidad y valía.

Insisto en que esto no es que lo diga este bloguero o el aficionado "pipero" de Tribuna o el achicharrado de Preferencia u otro seguidor de cualquiera de los fondos. No. Es que lo dicen los hechos y estos hechos relatan que en la primera ocasión en el que el equipo necesitaba refresco, "piernas", energía o llámese como se quiera esa fuerza del banco nunca llegó.

Sí, esos primeros 45 minutos fueron muy buenos. Punzantes en ataque y consistentes en defensa, faceta en la que apenas se sufrió.

No fueron, no obstante, extraordinarios. No lo fueron porque esas malas decisiones en área contraria en la que a veces se tiró cuando se debía pasar y otras se pasó cuando se debía tirar; en la que el experimentado Pato Guillén sacó un par de balones de mérito y en la que en definitiva no se tuvo puntería constituyó la primera razón por la que no se ganó el choque.

La segunda llegó tras el descanso pero no nada más volver del vestuario.

Es cierto que el Pontevedra no salió igual que en el primer tiempo pero controlaba el partido sin demasiados problemas hasta que otro "fantasma" de la temporada pasada hizo su aparición, el error defensivo.

Creo sinceramente que ganando 1-0 jamás debemos encajar un gol como el de ayer. Balón absurdo perdido en banda derecha defensiva que permite una penetración de un rival y centro al área para que aparezca completamente solo por nuestra izquierda un jugador que remata sin oposición a la red ante un Pontevedra excesivamente basculado.

Fue un gol demasiado sencillo, demasiado simple, demasiado fácil para el rival y esa desorganización puntual defensiva fue la segunda razón por la que no se ganó el partido.

La tercera razón o motivo ya se ha citado más arriba.

Si bien el Pontevedra acusó el golpe del empate durante algunos minutos, pocos, a lo largo de los cuales llegó la otra ocasión del Compos con un disparo venenoso de Josiño que se fue fuera, el equipo volvió a asentarse pronto y a no permitir más alegrías en ataque a un rival que también es cierto que no veía con malos ojos el punto y trató de guardar la viña más que lanzarse a conquistar la contigua.

Sea como fuere, el Pontevedra volvió a controlar la situación pero las fuerzas ya no eran las mismas y las posibles variantes casi inexistentes.

El cambio de Alberto Rubio por un Calvillo que dejó algún destello en el primer tiempo pero que al menos a mi juicio sigue irregular, no dio resultado alguno.

Y los últimos minutos de Diz, que salió por Alex, tampoco aportaron nada.

Enfrente el Compostela sí utilizaba cambios y daba entrada a gente fuerte y experta como Baleato o Fer Beltrán o rápida y peligrosa como Mella, que se unían a los Antas y Durán (autor del gol) que salieron al comienzo de la 2ª parte en una muestra de lo importantes que resultan los 5 cambios en el "fútbol del covid19" y de poder dar oxígeno y nuevas ideas con el paso de los minutos.

Aún así, con un Compos bien pertrechado atrás, el Pontevedra pudo marcar en dos acciones de Brais, especialmente en la segunda con un lanzamiento que se fue fuera por poco y se forzaron además varios corners y alguna falta lateral que si bien no fueron bien rematadas si daban la impresión de que el equipo estaba ahí hasta el final.

Pero como ya se ha dicho faltaban las fuerzas y la energía de la primera parte y con el cansancio las ideas ya no surgen con la misma facilidad que cuando la fatiga está todavía bajo control.

El problema no es tanto el empate con el que se ha iniciado la temporada aunque sí es cierto que molesta el hecho de que Pasaron siga siendo un campo en los últimos tiempos en los que puntuar para el de fuera suele ser bastante asequible.

El problema real es que esta situación de encontrarnos partidos en los que el resultado está en el alambre va a ser habitual. Lo lógico es que los partidos en los que se golee y se solucionen pronto sean la excepción y en ese contexto no contar con cambios suficientes para sostener al equipo, por lo menos al que esto escribe, le preocupa.

Ayer faltaba solo Rufo, no teníamos tres o cuatro bajas. Solo Rufo y los cambios, insisto, solo fueron 2 y no conozco a ningún entrenador que tire piedras contra su tejado.

También es cierto que tras el partido se anunció el fichaje de Yelco Pino.

Si mi preocupación estriba en la cortedad de la plantilla, fácil es entender que cubrir esa ficha senior libre me parece una gran noticia.

Ahora bien, el jugador que llega no me casa demasiado bien con ese "box to box" que pedía Angel Rodríguez. En principio, Yelco juega más arriba y sería la enésima media punta con la que contaría esta plantilla que solo tenía un puesto bien cubierto que era precísamente ese.

Habrá que esperar si estamos ante una reedición del "pedí un sillón y me trajeron una lámpara" de Benitez en el Valencia refiriéndose a Cannobio o si el técnico e nverdad lo quería y ubica a Yelco en otra posición del campo.

Para finalizar, me gustaría mencionar dos detalles de los nuevos jugadores del Pontevedra que ayer debutaban en Liga con nuestra camiseta.

El primero es sobre Brais del que me llamó la atención la cantidad de campo que abarcó especialmente en la primera mitad. Le pudimos ver incluso en alguna ocasión  recibiendo de los centrales para iniciar el juego y fue bastante más que un atacante.

El segundo no es otro que la gran impresión que me causó durante todo el choque Javi Rey.

Presionó, robó, impuso con su presencia, distribuyó y se exhibió durante la primera parte y ordenó lo que pudo en la segunda cuando el equipo perdió dinamismo y velocidad.

Tal y como está configurada la plantilla se me antoja vital este jugador y que no le pique ni un mosquito durmiendo en su casa por las noches. 

Ojalá siga en esta línea.

El Domingo partido en Madrid, a las 12 e la mañana y con un Mostoles con el Cata y Mantovani en defensa.

Ánimo Rufo, la que te espera no va a ser ni mucho menos fácil. 

   

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