lunes, 15 de noviembre de 2021

Sí, falta mucho. Y qué?

 El nuevo "mantra" de la temporada 2021/22 adoptado en el seno del Pontevedra CF no es otro que la frase "queda mucho" para tratar de explicar, concienciar o incluso convencerse a sí mismo de que todavía queda terreno de sobra por delante para enderezar de una vez por todas el rumbo del equipo.

Y es verdad. Es cierto. Queda mucho. En concreto, 23 partidos de Liga o lo que es lo mismo, 69 puntos en juego, cifra sugerente a más no poder.

Podría el Pontevedra CF llegar hasta los 86 de ganar todos lo que faltan y como eso, por desgracia, es prácticamente imposible que ocurra, todavía puede perder algunos más y alcanzar puntuación de líder de grupo, es decir, de equipo de 1ª RFEF.

Ni que decir tiene que el margen para terminar en play off todavía es más amplio.

Estos son datos incontestables. Los ofrecen las propias matemáticas y el "mantra" famoso del "queda mucho" no se aleja para nada de la verdad.

Ahora bien, podemos hablar también de otros datos irrefutables, no sometidos a discusión y que es normal que preocupen a aquellos que creíamos que esta temporada podría arreglarse la hecatombe de la campaña pasada.

Porque también resulta matemáticamente impecable argumentar que aunque "quede mucho", ya queda menos que cuando se decía "queda mucho" en la jornada 3, en la jornada 4 o en la jornada 6. 

Y también es un dato insoslayable que el Pontevedra CF ha jugado 6 partidos en casa y solo ha podido ganar 2 y uno de ellos sobre la bocina.

Por tanto, coincidir en que "queda mucho" a pesar de que este "queda mucho" ya no es tan largo, insisto, como a principios de Octubre, no es óbice para llegar a la conclusión de que a día de hoy el equipo no carbura como a mucha gente le gustaría que carburase.

Después de un comienzo más que mediocre en la que llegamos a sumar solo 4 puntos de 15 posibles, el Pontevedra CF consiguió reaccionar alcanzando cuatro victorias consecutivas que le auparon a la zona de play off en la clasificación.

En la jornada anterior, la escuadra granate tenía una posibilidad pintiparada para hacerse fuerte, demostrar autoridad y ponerse muy cerca del liderato del grupo en caso de vencer.

No se venció y esa incapacidad supina que tenemos para defender el balón parado nos costó además salir derrotado de un campo, en verdad, odioso pero en el que el Pontevedra CF fue incapaz una vez más de jugar como se debe en esa clase de escenarios.

Tras aquel partido de Adarve leí en una red social un mensaje "cortito y al pié"de un aficionado granate en el que no se podía resumir con  mayor concisión y acierto lo que esa derrota produjo en el ánimo de este atribulado bloguero.

Decía ese seguidor con mucho acierto algo así como "llevamos jugando este partido muchos años y casi siempre con el mismo desenlace".

Y es verdad. 

Son años y años acudiendo a jugar a campos de este estilo ya sea en Madrid, Canarias y otros territorios entre los que también se encuentra Galicia dada la exagerada proliferación de campos sintéticos en nuestra comunidad desde hace un tiempo y todos esos años se acaba "mordiendo el polvo" en una inmensa cantidad de las ocasiones por una incapacidad casi congénita para adaptarse a ese fútbol "artificial" que en poco o nada se parece a ese otro que se juega en hierba natural.

Muchas veces (sin ir más lejos, esta misma temporada)esa incapacidad parte ya de una composición de la plantilla nada favorable a jugar en esa clase de "estadios". No sé tiene en cuenta que un número considerable de encuentros van a disputarse bajo estas premisas y que hay ocasiones que no llega con la calidad técnica para imponerse a no ser que la diferencia en ese apartado sea abismal, no siendo ese el caso.

Otras veces el "problema" era el horario, el viento, la altura del contrario o "la santa madre del cordero" pero lo cierto es que la gran mayoría de oportunidades en la que jugamos de mañana en campo sintético, ni tenemos ganas de comer ni de seguir la jornada vespertina tras la actuación mediocre de los nuestros.

Ante esta tesitura que por desgracia formaba parte de la 2ªB que tanto conocimos y padecimos y que sigue formando parte principal del panorama de esta 2ªRFEF que estamos empezando a sufrir a saber durante cuanto tiempo en el futuro, hacerse fuertes en casa resulta esencial.

Y esa fortaleza como local no la está demostrando el Pontevedra CF que observa como puntos y más puntos vuelan del Estadio de Pasarón y que luego comprueba como recuperar esos puntos en sitios como Adarve o sin ir más lejos el feudo del propio rival de ayer, Navalcarnero, resulta misión harto complicada y casi siempre infructuosa.

El partido de ayer fue un ejercicio de impotencia por parte del Pontevedra CF. 

Pueden salvarse si acaso los 15 primeros minutos de partido en los que sí se consiguió dotar de cierta velocidad al juego y dar sensación del peligro a pesar de no crear ocasiones verdaderamente claras.

A partir de ahí el partido fue un auténtico "tostón" en el que en ningún momento se daba la impresión de que podíamos desarbolar al rival.

Los madrileños se plantaron con un recio 5-4-1 (algo incompatible con la "alegría" vaticinada por su técnico durante la semana) y tanto cuando trataron de defenderse con la pelota en un tramo del primer tiempo como cuando se olvidaron definitivamente de ella para parapetarse cerca de su frontal, defendieron con solvencia las tentativas granates que resultaron tediosas, repetitivas, lentas y carentes de la necesaria chispa o agresividad para hacer verdadero daño.

La profundidad brilló por su ausencia. El equipo volvió a ser un embudo sin salida por el centro y las escasas ocasiones que se encontró la banda izquierda ( de la derecha, mejor ni hablamos) no logró encontrar es centro certero para un rematador.

Resultó otro partido espeso, enroscado y confuso que solo se podría resolver por una brillante acción individual que no llegó o por un error del rival que llegó en forma de penalti sobre Brais en una jugada en la que tenía encima hasta 3 defensas rivales.

Sin embargo, cuando del día "está de no quiero" pues "está de no quiero" y Charles eligió una mala jornada para tirar bastante mal el penalti que incluso pudo remachar tras el rechace del portero encontrándose en vez del balón el cuerpo de un compañero que también acudía raudo a por esa pelota.

No quiero dejar de destacar también otra faceta del juego que resulta vital no solo para ser un equipo poderoso cuando vamos a jugar fuera a esos campos complicados mencionados antes sino también para tratar de desequilibrar partidos feos como el de ayer.

Me refiero al balón parado ofensivo.

Creo que muy poca gente puede discutir que el gol logrado por J.Rey en un córner es la excepción que confirma la regla.

Esa regla no es otra que la que dicta que el Pontevedra CF es un equipo inofensivo prácticamente en ese importantísimo lance del juego y que a los rivales casi ni les molesta cedernos saques de esquina ante nuestra inoperancia absoluta en esa faceta.

Por un lado, el equipo es bajo. Creo que eso es una realidad. Ni siquiera los dos centrales acumulan mucha envergadura siendo precisamente Javi Rey el hombre más idóneo por estatura para crear problemas al contrario. 

Por otro lado, no obstante, el Pontevedra a veces ni lo intenta. Ayer asistimos a un repertorio completo de "gilisaques" de córner que resultaban más peligrosos para nosotros mismos por las "contras" que podrían provocarse que para el rival por el veneno contenido en la jugada.

Resultó realmente desquiciante.

En definitiva, la cuestión preocupante y que debe focalizar de una vez por todas la atención del equipo es que de 18 puntos disputados en Pasarón el Pontevedra solo ha logrado 9 (la mitad) y por mucho que intentemos consolarnos con el mantra de "queda mucho", con esos números es muy complicado pero muy complicado conseguir el primer puesto al que desde el propio club aspiran e incluso son números comprometedores de cara a meterse del 2º al 5º.  

   

Hace 15 días escribía en este mismo blog la fragilidad del ecosistema granate que parece cogido con pinzas y muy vulnerable a cualquier contratiempo en forma de lesión de alguno de sus hombres clave.

Durante esas 4 jornadas festivas en las que llegaron las victorias, Rufo logró cuatro de sus seis goles. Hizo uno en Luanco, otro en Segovia y dos al Llanera en los tres únicos partidos ganados con verdadera autoridad por los granates.

Se dañó el tobillo del delantero madrileño en Segovia y ya al Coruxo hubo que ganarle en la penúltima jugada y manifestando otra vez algunas dudas en el juego y frente al Adarve y ayer mismo ya no vimos al mismo Pontevedra aún reconociendo que tampoco maravillamos durante la racha de triunfos. 

Sí, Rufo estaba presente en 4 de esas 5 primeras jornadas en las que no se ganó (aunque una vez fue suplente) y el equipo no arrancaba pero también es verdad que su presencia fue muy importante en la llegada de esos triunfos seguidos. 

Desde fuera (dada sobre todo una cortedad de la plantilla tan evidente como el ya famoso "queda mucho") lo que parece es que el Pontevedra resulta muy vulnerable a la pérdida por un tiempo considerable de cualquiera de sus 2 delanteros y tengo la impresión de que también aparecería una vulnerabilidad preocupante si faltasen alguno de los 2 centrales.

Si estamos todos la cosa no pinta mal y el rumbo pareció encauzarse durante unas jornadas.

Ahora, si falta una determinada pieza importante, la columna fabricada con mucho cuidado y a trompicones no solo parece curvarse sino que podría entrar en riesgo de colapso.

"Queda mucho", es cierto. 23 partidos y 69 puntos, pero ese "queda mucho" no será eterno y quizá llegue un momento en que ese "queda mucho" ni sea cierto ni se lo crea ya casi nadie.

Hay que coger una línea estable de juego y resultados y hay que hacerlo cuanto antes.

Los bandazos deberían empezar a formar parte del pasado porque la competición avanza y en no demasiado tiempo nos plantaremos ya en la mitad de la misma y ya quedará menos.


   

   

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