martes, 19 de abril de 2022

Resiliencia

Se puede decir que el Pontevedra CF falló el pasado Domingo en en el campo de A Lomba? Sí, se puede decir.

Tras muchos quebraderos de cabeza y jornadas y jornadas remando contra corriente se consiguió con aquel "hombrazo" de Charles alzarnos de una vez con el liderato y poder observar al U.Adarve por el espejo retrovisor.

Quedaban cinco finales para mantener el primer puesto y en la primera piedra del camino (complicada y con borde afilado, pero primera al fin al cabo) llegaba ya un tropezón que hacía escurrirse de nuestras manos ese botín tan codiciado y que tanto había costado conseguir.

Estuvo tan mal el Pontevedra como para no ser acreedor a la victoria? Es posible que no pero lo que sí es indiscutible es que cometió algunos errores que en esta clase de partidos cuesta mucho poder superar.

La principal equivocación granate (o azul hace dos días pues por una razón que se me escapa no lucimos la primera equipación) fue la de encajar un tanto evitable que nos puso por detrás en el marcador generando dudas propias y confianza a raudales en el rival.

No había salido del todo mal el Pontevedra. Algo espeso, sí. Algo más lento y sin esa gran capacidad combinativa que pudimos ver en O Vao, también, pero tratando de dominar el choque y llegar al área contraria en busca de ese gol que cambiase para mejor todo el decorado.

Es cierto que el Arosa apretó bien, nos buscó las cosquillas e interpretó a la perfección el papel de esperar, morder y salir como alma que lleva el diablo cada vez que se cometiera un error en la combinación pero lo cierto es que antes del primer gol del partido, sin estar demasiado cómodos, se jugaba bastante más cerca del área arlequinada que en la visitante.

Después del gol, efectivamente, se vivieron momentos más complicados. El Arosa, que se jugaba la vida por abajo, ganó en tranquilidad y convicción en el plan que desempeñaba y pudo hacer el segundo en una contra bien llevada. El Pontevedra trataba más mal que bien que digerir el golpe y sin conseguir apenas generar peligro real en la portería local salvo un remate de Figueroa que se estrelló en la pierna de un jugador del Arosa.

La segunda parte pareció comenzar con el mismo guión pero con el paso de los minutos el Pontevedra fue ganando más presencia sobre el terreno de juego, llegaron los primeros cambios y las ocasiones de gol visitantes.

Rey la tuvo pintiparada a la salida de un corner provocado por una buena ocasión de Charles. Luego Brais también la tuvo en un remate que se fue arriba y en cuya ejecución intervino también un defensa agarrando sutilmente al delantero para que no pudiera dirigirlo con total precisión.

Eso sí, el partido estaba peligroso porque el Pontevedra arriesgaba y el Arosa acechaba al contraataque y precisamente de esa forma pudo aumentar su ventaja el equipo villagarciano en una acción bien salvada por un Cacharron que compensaba en parte su mejorable actuación en el gol arosista.

El Pontevedra llegaba y llegaba a medida que el partido expiraba y en una de esas llegadas A.Rubio es objeto de un claro penalti que lejos de ser señalado es convertido por el colegiado en la segunda amarilla para el interior pontevedrés.

Estoy dispuesto a admitir que alguien me discuta que no es pena máxima por no ser suficientemente fuerte el contacto (aunque insisto en que para mí, es clara) pero por lo que no puede pasar este atribulado bloguero es que por esa acción en la que el contacto es evidente se pueda echar a un futbolista de un terreno de juego.

Ahí parecía que todo podría acabarse, pero no.

El Pontevedra siguió apretando y poco después llegó el empate en una acción de fe de Yelko, Alex, Charles y finalmente Rufo.

El conjunto granate, a pesar de la inferioridad numérica, transmitía buenas sensaciones y también la fuerza suficiente como para lograr darle la vuelta al marcador y estuvo bien cerca de hacerlo.

Es verdad que el cambio de Rufo nada más empatar nos dejó algo fríos porque en ese momento el equipo parecía estar bien pero también es cierto que la ocasión más clara para hacer el 1-2 llegó después del controvertido cambio en una gran acción primero de Brais y después de Romay (relevo de Rufo) que filtró un gran pase para la carrera de Charles.

Por desgracia, el balón del brasileño se fue cerca de uno de los postes de la portería arosista dejando tambaleando los corazones granates que vieron en esa acción  la posibilidad de hacerse con el partido.

Todavía tuvo otra el Pontevedra en una acción en la que Brais y Romay estrellaron sendos balones en los cuerpos de dos rivales y en la que finalmente Yelko no pudo dirigir bien su remate acabando el cuero en las manos del portero local. 

Con el pitido final llegó también ese clásico "maremagno" de sensaciones propias de una temporada que está próxima a su final.

No pude evitar pensar que en el minuto 74 del partido del U.Adarve , con ese 0-1 del Leganes B, el Domingo futbolístico parecía apuntar "oros" y finalmente lo que pintaron fueron "bastos".

Habíamos remado y sufrido mucho para ser primeros y tan pronto se nos marchaba de nuevo el primer puesto.  

Regresaba la condena de no ser suficiente solo ganar nuestro partido sino que había de nuevo que girar la mirada al choque del Adarve suspirando por un nuevo tropiezo madrileño.

No habíamos sido contundentes en Villagarcía. No habíamos logrado imponernos como deseábamos y a pesar de que el equipo quiso e intentó por todos los medios llevarse la victoria, esta no había llegado. 

En la cabeza otra vez el tema de si es mejor jugar con uno o dos delanteros; si es demasiado malo para el equipo perder la profundidad de Alex; si Araújo estaba para aguantar el tipo en A Lomba...

Son debates lógicos y legítimos pero a estas alturas creo que ya algo fútiles aunque en el calor de los partidos nos hagamos esas preguntas.

Digo que a estas alturas son fútiles porque cuando queda tan poco, cuando son ya solo 4 los partidos que quedan para llegar a la meta y cuando el objetivo a conseguir es tan importante, esos debates que nos han entretenido, preocupado, divertido e incluso soliviantado a lo largo de la temporada, ahora pierden algo de fuerza ante lo único que resulta importante y que es ganar y solo ganar.

Con los errores que a buen seguro se han cometido desde principios de temporada y con los aciertos que también los ha habido, estos son nuestros jugadores y entrenador hasta el final de la competición y en las piernas y el corazón de estos hombres radica y nuestra alegría o tristeza al final de este camino.

Cuando llegue ese final, y yo seré el primero, se harán todas las críticas que el equipo y "los de arriba" merezcan. Creo que ahora convienen unas semanas de "tregua".

Por lo menos yo, como seguidor, siento la presión e imagino por tanto la que deben estar sintiendo los futbolistas a medida que la Liga se acaba y el margen de error desaparece.

Sí. 

Es la responsabilidad que asumieron al jugar aquí, está claro. Es su trabajo y su obligación es soportar y superar esa presión pero eso que es una gran verdad no hace que desaparezca y que haya que saber manejarla en estos últimos partidos.

La afición se está portando de cine, tanto fuera (que gozada lo de A Lomba) como en casa en los últimos partidos.

Estamos jugando nuestro papel. 

Convertir nuestros nervios en apoyo, empuje y vitaminas para el equipo. Para que ese aliento, precísamente, haga digerir mejor esa presión a la plantilla.

El equipo debe utilizar esa palabra tan de moda en el siglo XXI, resiliencia, tener esa capacidad de superar golpes como la pérdida tan temprana de ese liderato y  pronunciar solo una palabra, sin ir más allá. 

Langreo, Langreo, Langreo. Eso es lo único que importa.

Quién sabe si después de ser capaces de vencer a los asturianos volveremos a estar en la cabeza de la tabla.

Yo creo todavía. Creo firmemente en que podemos conseguirlo.

 


  


 

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