lunes, 17 de octubre de 2022

Decisiones raras, evidente desconcierto y un botín inesperado

Ni buena imagen. Ni buenas sensaciones. Ni ninguna otra frase vana o vacía puede aplicarse al partido jugado el Sábado por el Pontevedra CF.

En la primera parte fue sencillamente muy inferior a su rival que le dejó vivo en el partido por dos razones fundamentales. 

La primera, la gran actuación de Alvaro Cortés que compensó con creces alguna que otra inseguridad de partidos anteriores. La segunda, una ingenuidad bastante acusada de los atacantes celestes a la hora de rematar con la debida contundencia contra la portería rival.

Fue un primer tiempo en el que fuimos superados por completo en todas las facetas (menos en la actuación de los guardametas, el nuestro muy bien, el del Celta solo normal porque ni un solo balón tuvo que intentar atrapar).

El Celta B parecía mejor colocado en el césped, robaba y tocaba el balón con sentido y sonrojaba en ocasiones a algún jugador granate cada vez que en carrera debía medirse la velocidad de los futbolistas.

A este atribulado bloguero le llamaron la atención, otra vez, algunos aspectos relacionados con la posición de alguno de los jugadores granates que quizá no hayan influido (o sí) en la horrorosa primera parte que "soltamos" pero que no tienen aparentemente una razón lógica para que se sigan produciendo.

El más importante volvió a a girar en torno a la posición en el campo de Brais Abelenda. Ya es una cuestión "vieja" que se arrastra desde la pasada campaña.

Cuando el ex compostelanista jugaba el año pasado con libertad por casi todo el frente de ataque, el equipo lo notaba para bien. Ganaba en dinamismo, en combinación en zonas de peligro, en generación de espacios en zonas "calientes". En suma, que Brais aparecía mucho más que cuando se acostaba en la izquierda y el Pontevedra adquiría mayor alegría e intención en su juego ofensivo.

Y esta temporada esta circunstancia no ha cambiado. 

Como olvidar ese primer partido de Liga frente al Alcorcón en el que tanto brilló el equipo y, en especial, es medio campo que aquel día movió la bola con mucha velocidad y encontraba siempre a Brais para enlazar con exteriores y punta.

Es cierto que después de ese día el Pontevedra no volvió a encontrar esa exuberancia en su juego y se ha ido cubriendo cada vez más de espesura y lentitud que a veces llega a ser exasperante.

 Sin embargo, esa posición de Brais más libre (dentro de toda responsabilidad defensiva que cada uno de los futbolistas debe mantener cara al conjunto) y no constreñido en una banda seguía siendo una de las mejores bazas granates para superar las líneas defensivas contrarias.

Por ello me extraña tanto que a raíz de aquellas molestias de última hora que le apartaron del partido contra la Balompédica, se haya vuelto a "a jugar" con la ubicación en el campo de un Abelenda que contra el Celta B empezó por la izquierda y no abandonó la dichosa banda hasta después del segundo cambio del equipo casi en el minuto 60 de partido.

No es que cambiara gran cosa tras esa modificación, ojo. 

No se está diciendo que a partir de ese momento el Pontevedra empezara a soltar fútbol como un surtidor de agua de una fuente urbana pero sí es verdad  que lo poquito, muy poquito, de fútbol que se pudo tejer al final se vio beneficiado por la presencia de Brais por unas zonas de las que nunca debería ser apartado salvo causa muy justificada.

Luego está el caso de Bakero.

A Jon ya se le ha alineado en una posición de media punta por detrás del delantero, por banda izquierda  (sucedió en S.Sebastían de los Reyes) y por la banda derecha en más de una ocasión.

El Sábado pasado ocupó su lugar en ese 4-1-4-1 por la derecha (con Brais a la izquierda y Ortiz más Yelko por delante de Román).

No estuvo peor que el resto pero llama la atención que por lo menos hasta ahora no se le haya encontrado una zona en la que pueda intentar desplegar esas virtudes que a buen seguro atesora para haber sido fichado por la entidad pero de las que por ahora se han tenido poca noticia.

A mi particularmente me cuesta verle en banda (tanto en una como en otra) por su altura y condiciones físicas. 

Por detrás del delantero cuenta con la clara competencia de Brais con lo que si el técnico quiere insistir en buscarle un hueco en el equipo titular, quizá dado el estado de forma que no parece muy "católico" tanto de Charles como de Rufo, el siguiente puesto a probar sea el de delantero centro puro a ver si desde ahí logra aportar cosas buenas al conjunto.

Otro problema importante es la obligación de tener que colocar a Alex en el lateral.

Vaya por delante que el partido del cántabro el otro día fue malo. Se le notó falto de frescura e incómodo en todo momento y cometió errores en controles o pases no habituales.

Eso es una cosa y otra es opinar, por lo menos el que esto escribe lo hace, que el equipo nota mucho la falta de profundidad por la izquierda cuando Alex tiene que arrancar tan de lejos.

Se sabía que Araújo era propenso a romperse y no se hizo nada. Además, la lesión de Seoane impide que se pueda probar con Bastos en el lateral zurdo para no tener que retrasar al capitán.

Al margen, de la posición de Brais, de la cuestión de Alex o de la insistencia en colocar a Bakero aunque sea en las bandas, el Pontevedra CF debe enseñar mucho más de lo que mostró en el partido del Sábado.

Si el fútbol no sale, si no fluyen ideas y el contrario se sube a las barbas de esa manera, el equipo debe encontrar fórmulas para parar el "vendaval" de otras maneras y si hay que jugar con balonazos para evitar presiones adelantadas o sí hay que "embarrar" el partido (como a nosotros nos lo hacen a veces) pues habrá que hacerlo.

Todo será mejor que ver como el filial del Celta te abre vías de agua por todos lados. Te supera en tensión, en velocidad y motivación y solo la actuación de tu guardameta, más esa cierta ingenuidad de la que hablábamos antes, impide que termine con el partido en 45 minutos.

La segunda parte no fue demasiado mejor, por lo menos hasta el minuto 80 aproximadamente.

Salió Rubio por Ortiz para eliminar "trivotes" y jugar con algo más parecido a un 4-4-2 con Bakero acompañando a Charles y con Brais todavía en la izquierda.

Todo siguió mas o menos igual hasta que el propio Rubio falla un pase fácil en propio campo y el Celta aprovecha la descolocación del equipo para plantarse ante Cortés y hacer el 0-1.

Luego salió Gueye por Bakero a falta de media hora y Brais por fin salió de la izquierda.

Y unos minutos después llegó ese cambio extraño y en mi opinión muy desafortunado que volvió a dar con los huesos de Rubio en el banquillo para que fuera Oier el que saliera al campo (en ese instante también Rufo suplió a Charles).

Está claro que Rubio se equivocó en la acción del gol céltico, eso no admite discusión. 

Ahora, es esa circunstancia suficiente para volver a quitarlo del campo veinte minutos después de haber salido señalándolo de manera evidente ante todo el estadio? 

Para mi no. 

Por supuesto que por ese error y por el resto de sus minutos que no contribuyeron a mejorar al equipo, el técnico puede sacar conclusiones y si le apetece dejarle fuera del terreno de juego los partidos que le parezca oportuno, como el mismo Antonio dice "le pagan para tomar decisiones".

Ahora, compensa de verdad dejar a un jugador tan tocado por un error de aptitud que no de actitud retirándole de esa manera del campo? 

Yo creo que no y creo que decisiones como esa (por muy pagadas que estén) dejan huella en un vestuario cuyos integrantes no van a olvidar que la próxima vez le puede tocar a otro ser "pasto" de la irreflexión de su entrenador.

Sea como fuere, con el paso de los minutos las llegadas del Celta fueron espaciándose más en el tiempo y además a falta aproximadamente de 10 minutos, su técnico tuvo a bien retirar del campo a sus dos jugadores (por lo menos el otro día) más peligrosos, Hugo Alvarez y un Miguel Rodríguez rapidísimo y que dejó en dos o tres ocasiones a Churre en no demasiado buen lugar.

No sé si eso influiría o no. 

No sé si tener a Brais más a menudo en contacto con el balón pudo también venirnos bien (creo que sí) pero lo cierto es que el Celta nos había dejado "vivos" y en un error de su central J. Domínguez (futbolista con una "pinta" tremenda pero que a veces comete fallos de ese estilo en salida de balón seguramente por sentirse "sobrado"), se roba una pelota, esta llega  a Brais y el de Valle del Dubra acierta a levantar la cabeza y ver compleamente solo a Diz (que había salido hacía poco por un desafortunado Bastos) para que pudiera alojar a puerta vacía el balón en la portería visitante.

Es tan caprichoso el fútbol que el Pontevedra CF, espoleado por el empate y empujado por una afición que veía que podría hacerse más sangre, todavía pudo ganar en un lanzamiento de falta cerca de la frontal tras derribo a Rufo que fue lanzada por Oier y despejada por la barrera cuando la pelota llevaba un veneno apreciable.

Al final del partido se había conseguido un botín en forma de punto que parecía imposible solo diez minutos antes de que el árbitro señalara el final.

Eso sí, ese punto antes del partido no lo habría firmado demasiada gente.

Son ocho partidos de Liga y solo se ha ganado uno y frente a un Talavera en inferioridad casi todo el choque.

En casa no se ha perdido, sí, pero puntos como los del día del Linense o los de ayer que se marchan para no volver pueden ser muy necesarios en el futuro pues es en casa donde debemos hacernos fuertes ante la dificultad de salir airosos fuera.

Seguimos en puestos de descenso aunque muy cerca de varios equipos que marchan por delante y de los que no nos hemos descolgado.

Es cierto que alguno que marcha por detrás, como el R. Majadahonda (con cambio de técnico) ya ha ganado y apunta a poder recuperarse de un mal comienzo.

Ayer cayó el del Linense.

Y aquí? Puede que se pregunte mucha gente.

Los números no son buenos y decisiones como las de Rubio parecen transmitir nerviosismo y algo de desconcierto en el banquillo pero querría aportar una reflexión al respecto.

No tengo claro que de producirse un relevo de técnico en el Pontevedra se otorgue al hipotético nuevo entrenador ese margen de maniobra (dentro siempre de la disciplina que debe reinar en una entidad futbolística) que necesita todo profesional para trabajar y mandar en la parcela que le corresponde y que debería tener como recinto cuasi sagrado el vestuario.

Cuando pasan tantos entrenadores por un mismo banquillo en no demasiado tiempo quizá el problema no sea tanto la persona que ostenta ese cargo como la de los que están por arriba y que tienen que poner a su disposición aquellas condiciones ideales (o las más ideales posibles) para ejercer su labor.

Hay todavía tiempo de sobra para reconducir la situación y salir de los puestos de abajo.

Es cierto también que sabíamos que iba a ser difícil y que no íbamos a tener delante un camino de rosas.

Lo que pasa es que por muy complicado que resulte un reto, de estos problemas se sale ganando y el Pontevedra, por lo que sea, no gana.

Y esas victorias no se pueden demorar mucho más. 

Hay que sumar "de a tres" donde sea pero sobre todo en casa porque la clasificación se está empezando a romper y lo peor que podría pasarnos no es ya ocupar puesto de 2ª Federación sino ver como los rivales se van distanciando poco a poco de nosotros.

Eso ya lo hemos vivido, hemos esperado y luego no tuvo remedio.

La siguiente parada es en León.

Ojalá allí (no será nada fácil) logremos reencontrarnos con el triunfo y se aporte una buena ráfaga de calma a la situación del equipo y también a su entrenador. 


 

 

 

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