lunes, 31 de octubre de 2016

El Dr. Jekyll vuelve a ganar y a convencer

Seguro que mucha gente ha leído o ha visto adaptaciones teatrales o cinematográficas de la obra de Robert Luis Stevenson El extraño caso del Dr Jekill y Mr. Hyde.
Me he permitido titular esta columna citando a uno de los principales protagonistas de dicha creación artística para tratar de explicar las sensaciones tan diferentes que transmite el Pontevedra CF cuando juega como local a las que desprende cuando lo hace de visitante.

A pesar de que el tema esencial que Stevenson trata en la novela es la dualidad del bien y del mal que cada uno de nosotros llevamos dentro, lo cierto es que adaptando la cuestión al planeta fútbol no podemos negar que nuestro equipo en Pasarón aparece como ese comedido y educado doctor británico cumplidor de las convenciones sociales y que derrota contrincante tras contrincante que pasa por Pontevedra de manera casi siempre convincente mientras que fuera de su campo muda su imagen radicalmente para parecerse más a ese tosco y maléfico personaje llamado Hyde que con sus vastas formas de actuar no cosecha sino derrotas o algún triste empate en los partidos jugados bajo su embrujo.

En el libro, Jekyll puede cambiar su personalidad y "convertirse" en otro gracias a un brebaje fabricado por él mismo y volver a recuperar su estado habitual debido a un antídoto también de su creación que a medida que avanza la obra va escaseando hasta que aterrado comprueba que Mr Hyde va a apoderándose irremediablemente de él.

Ayer tuvimos una clara muestra de que el Pontevedra CF posee todavía dosis más que suficientes de ese antídoto que le permite convertirse en un equipo sobrio, serio, confiado en sus posibilidades y notable cuando juega en casa pues ni un tanto encajado en el primer minuto de juego fue capaz de hacer derribar esa convicción en sí mismo de los granates que no sólo acabaron remontando el encuentro sino también imponiéndose con claridad meridiana en el tramo final del  partido.

Y es que como se ha dicho el comienzo del choque no pudo resultar más desalentador. Jugada por banda derecha del Osasuna, cierta apatía para evitar el centro al área y excesiva relajación de los centrales primero para dejar peinar el cuero a Nuha y de Miguel Loureiro después que no puede evitar el toque final a la red del mejor jugador navarro, Barja.

En ese instante la virginidad del Pontevedra en casa corría serio peligro. Con 0-1 en el marcador y un equipo con argumentos más que de sobra para "romper" a la contra el escenario no parecía el más idóneo para sacar la cabeza del agujero.
Pero lo cierto es que el Pontevedra CF reaccionó bastante bien al golpe recibido y si a eso unimos el excesivo "aculamiento"  visitante tras ponerse en ventaja, la consecuencia fue que el conjunto granate empezó a mandar en el partido y a buscar con paciencia pero sin descanso el tanto de la igualada.

Un Pontevedra que había salido al campo con los laterales habituales pero con la sorpresa de ver a Bruno y Portela en el centro de la defensa dejando un día más a Capi en el banquillo de suplentes.Y un Pontevedra que volvió a apostar por Trigo en el medio centro para hacer compañía a Kevin además de colocar a Mouriño algo más adelantado que los citados, con Jacobo a la izquierda, Alex González a la derecha y Mateu de referencia más ofensiva.

Y como decíamos, el equipo se hizo con la posesión de la pelota encontrando a un Kevin Presa mucho más atinado que en otros partidos a la hora de manejar y distribuir el juego con meritorios envíos a derecha e izquierda.
No fue una primera mitad plena de ocasiones pero aún así Miguel pudo empatar al conectar un fenomenal zurdazo (sí, zurdazo) desde la frontal del área que encontró una intervención tan importante como plástica del portero visitante. También Alex González y Jacobo probaron fortuna desde lejos sin suerte.

El primero, Alex, a pesar de jugar esa primera parte y algo de la segunda por la derecha volvió a a mostrar chispa y peligrosidad confirmando la progresión que habíamos notado en partidos anteriores y Jacobo estuvo algo más gris como cada vez que juega más acostado en banda aunque siempre protagoniza alguna jugada de clase que suele conllevar peligro para el rival.

La primera parte iba transcurriendo de esa forma sin que el Osasuna volviera a dar muestras de peligro en campo granate hasta que un centro desde la izquierda es peleado por el incansable Ferrer propiciando que un defensa pamplonica peine el cuero hacia su propia portería apareciendo muy oportuno Adrián Mouriño para conectar cayéndose un disparo que entra pegado al palo izquierdo de la portería navarra.

Era el empate a un gol merecido por la constancia y cohesión mostrada por los nuestros que todavía pudieron irse al descanso por delante en un último minuto loco de primer tiempo en el que los navarros desaprovechan una contra peligrosa y en la subsiguiente jugada Trigo en gran posición duda si tirar a puerta o centrar y su balón sale desviado por poco sin que Mateu Ferrer logre conectarlo de cabeza en el segundo palo. 

No es novedad que el Pontevedra salga algo despistado tras su paso por los vestuarios y parezca algo ido o desconectado en los primeros minutos de los segundos tiempos. Ayer no fue una excepción y el Osasuna pareció tomar el rumbo del encuentro haciéndose con la pelota y creando su única ocasión en la segunda parte en el minuto cinco tras conectar Arana un buen disparo con la izquierda buscando el palo largo de Edu que salió fuera por muy poco.
Es verdad que a la salida de un corner Trigo estuvo a punto marcar y que Alex González también pudo hacerlo en una jugada en la que tardó demasiado en tirar a gol encontrándose al portero rival encima. Pero a pesar de estas ocasiones, en los primeros diez o quince minutos de la segunda parte el dominio resultó parejo e incluso un muy peligroso Barja hizo alguna de las suyas por banda izquierda sin encontrar rematadores que pudieran cristalizar sus jugadas.

Pero al cuarto de hora, el Pontevedra volvió a hacerse dueño de la situación y a eso contribuyeron los acertados cambios. Jacobo dejaba su puesto a Añon lo que permitió que González cambiara su ubicación a la izquierda ocupando el ex del Somozas la derecha y poco después un exhausto Mouriño dejaba su lugar a Abel Suárez que pasaba a ocupar su misma demarcación.

Fueron minutos en los que justo es destacar a los dos centrales granates que supieron jugar con el sentido de anticipación imprescindible cuando se coloca la defensa tan adelantada y que no permitieron ninguna alegría aérea a un Nuha que a pesar de su juventud demostró que se "pega" con todo el mundo y que acabó por ser sustituido por el buen trabajo realizado por Portela y Bruno sobre él. 
También fueron minutos en los que los laterales se proyectaron bien en ataque, en los que Kevin volvió a crecer para ofrecer una de sus mejores versiones y en los que Mateu Ferrer trabajó a destajo para ofrecer espacios a sus compañeros peleándose con denuedo con la pareja de centrales navarros.

Y así las cosas llegó la jugada que ponía en franquicia el marcador para los granates. Se gestó la acción en nuestra banda derecha de ataque llegando el balón a un fenomenal ayer Jacobo Trigo que encontró vía libre para penetrar en área visitante y conectar un centro medido para que Mateu que había amagado con irse al primer palo para después retrasarse un par de metros hacia el centro conectase un cabezazo inapelable que ponía el 2-1 en el marcador. 

De ahí en adelante sólo existió el Pontevedra. A falta de poco más de diez minutos se realizaba el tercer cambio y un Trigo vacío por el esfuerzo y tocado por sus molestias dejaba su sitio a Alex Fernández que salió enchufado a más no poder.

Y cinco minutos después llegó una obra de arte. 

Añón que hasta ese instante había estado gris y algo fallón recoge una pelota en la derecha no muy lejos de la línea medular. El extremo avanza y se deshace hasta tres veces de un mismo rival con fintas y regates formidables, se deshace también de un segundo jugador navarro hasta ceder el cuero a Abel Súarez que ve la jugada entregando al primer toque hacia Mateu, éste de espaldas y también de primeras ve venir en carrera a Alex Fernández y le pone la pelota pintiparada para que el  bravo centrocampista llegue a la frontal y conecte un zurdazo (sí, otra vez zurdazo) con efecto que se cuela pegado al palo derecho de la portería del Osasuna.

Fue una jugada eléctrica, velocísima, que incluyó regates, visión de juego, primer toque y disparo contundente y que entusiasmó a los allí presentes que veíamos como llegaba la sexta victoria en casa en otros tantos partidos.

Aún se pudo redondear más el resultado con una falta lanzada al palo por el propio Alex Fernández y un lanzamiento por encima del larguero de Abel Suárez realizado en muy buena posición para marcar. 

Lo que a continuación enumero son estadísticas. 

El Pontevedra lleva 16 goles a favor y de ellos 14 los ha logrado en casa. Llevamos igualmente 8 goles en contra y sólo dos los hemos encajado aquí.

Es cierto que en Pasarón hemos disputados seis partidos y fuera cinco. También es cierto que hemos jugado en plazas complicadas como las de Santander.

Pero lo que no se puede negar es que ninguno de los seis partidos como locales se ha ganado de casualidad. Es más, sólo el Lealtad fue capaz de crearnos verdaderas ocasiones claras de gol (hasta tres con 0-0) que al fallarlas nos dieron vida ese día.

Estamos ganando y convenciendo en Pasarón. Volviendo al argumento literario del principio de este artículo, contamos todavía con frascos de ese antídoto que nos permiten tras beberlo volver a convertirnos en casa en ese equipo fiable y en ocasiones vistoso que ha logrado algo muy complicado como es lograr 18 de 18 como local.

Lo que me preocupa es que cada vez que salimos fuera parece que lo que hacemos es bebernos la poción que nos convierte en Mr Hyde y ya sea por "h" o por "b" no logramos lejos de nuestra ciudad romper una racha que se prolonga durante diez partidos si contamos los últimos cinco de la pasada liga y que no nos engañemos es necesario quebrar para cuando las cosas no pinten tan bien en nuestro feudo.

Por lo menos esta inmaculada racha "casera" nos ha permitido meternos en ese primer corte que se ha producido entre los seis primeros y el resto.

Visitamos Tudela, (campo complicado es verdad) pero en el que ya ha vencido por ejemplo el Somozas.               
¿Veremos en Navarra por fin a ese aseado Dr Jekyll que no carece de genio y de empuje pero que cumple su labor en el campo con el orden requerido por la flema británica? ¿O volveremos a ver a ese desordenado Mr Hyde que actúa a impulsos y que vuelve de vació cada vez que traspasa la frontera marcada por el Puente de la Barca?

En esta ocasión no tardaremos casi nada en averiguarlo. 

El miércoles en horario de telenovela saldremos de dudas. 

           

2 comentarios:

  1. En Tudela salió el Dr Jekyll otra vez,esperemos que quede poción para el domingo ante la Ponferradina.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por participar grada sur.

    Efectivamente, como dices por fin apareció el Dr. Jekill fuera de casa.
    Lo mejor, el partidazo que se nos viene encima el Domingo y además con la ilusión de haber ganado en Tudela.

    ResponderEliminar