lunes, 8 de abril de 2019

Otra vez a tiro de piedra

La derrota en El Helmántico hace cuatro jornadas y la forma en la que se produjo parecía que había terminado con las aspiraciones reales del Pontevedra CF para clasificarse entre los cuatro primeros.
Además, el mal partido en Salamanca se unía al empate siete días antes en casa ante el Burgos y a la derrota en Ponferrada que completaba un trío de encuentros en los que solo se había logrado sumar un punto sobre nueve.

Meterse arriba todavía era posible con las matemáticas en la mano pero el margen de error se había estrechado tanto que de los últimos nueve partidos apenas nos podíamos permitir uno o dos fallos para no quedarnos fuera definitivamente.

Tras ese mal partido contra el Salamanca en el que no hubo apenas reacción tras el primer gol local y en el que el equipo dejó entrever cierta precipitación e impotencia ante su destino, la plantilla y su entrenador siguieron manifestando que existían opciones todavía para volver a meterse y que no se podía arrojar la toalla.

Llegó el choque ante el Guijuelo jugado en una tarde calurosa y pesada en la que el Pontevedra CF no dio síntomas de recuperación pero de la que salió airoso gracias a un gol a última hora del canterano Rivera.
Luego Abegondo apareció como piedra de toque fuera de casa y ante un conjunto casi descendido. El Pontevedra volvió a ganar jugando una primera parte mejorable y una segunda con más seguridad y confianza.

El San Sebastían de los Reyes era el próximo rival al que el Pontevedra debía derrotar para seguir en la lucha y alcanzar por segunda vez esta temporada la cifra de tres victorias consecutivas (en la primera vuelta llegamos a acumular cuatro justo en el tramo de Liga que empezará el Domingo que viene en Coruxo).

A diferencia de lo ocurrido el día del Guijuelo en el que las palomas no volaban para resguardarse del sol, la tarde de ayer apareció sombría, oscura y con inmensos nubarrones que despedían agua sin cesar maltratando el ya de por sí deficiente drenaje del Estadio de Pasarón.

Se barruntaba un partido intenso, bronco y en el que jugar a ras de suelo iba a resultar con el paso de los minutos misión casi imposible para los 22 protagonistas.

De entrada, sorpresa al analizar la convocatoria rival. Ni Aguero ni sobre todo Castel (segundo máximo goleador del equipo) aparecían en la misma por problemas físicos de última hora que no habían sido anunciados en la previa del choque.
Por nuestra parte, la novedad más destacable la constituía la titularidad de Bustos en lugar de un Pedro Vázquez no recuperado de sus problemas físicos surgidos en Abegondo.

A lo largo de la primera parte todavía se podía jugar más al fútbol que al water polo. 
Había charcos, sí, pero era posible circular la pelota aún con dificultades y tratar de de jugar a ras de suelo y no solo por el lluvioso cielo pontevedrés.

Y el equipo tras unos primeros minutos, pocos, de presión algo adelantada del Sanse cogió el timón del partido para no perderlo ya casi en ningún momento del mismo.

Borja mandaba en el medio acompañado por un incansable Kevin Presa; Alex González empezaba a percutir por su banda en lo que sería el comienzo de un encuentro extraordinario; Bustos dejaba detalles de clase por el otro lado y el "James Bond" del Pontevedra, Manuel Romay, dejaba bien claro desde el principio que esta tarde también iba a aparecer y que repartiría a lo largo de los noventa minutos todos los Martinis (mezclados que no agitados) que sus compañeros le requiriesen para cumplir su misión.

Llegó pronto una tarjeta amarilla a "nuestro" Bruno Rivada que actúo de lateral izquierdo y manifestó los mismos problemas que en esa misma posición revelaba cuando vestía de granate. Después otra cartulina amarilla a otro jugador franjirrojo, Tena, dejaba bien a las claras que el Pontevedra empezaba a desbordar y que se hallaba mucho más cómodo sobre la hierba que el conjunto de Matapiñoneras.

En esa dinámica favorable llegó el primer tanto granate.

La jugada nace de una conducción meritoria por la pesadez del terreno de juego de Alex González por su banda que no encuentra oposición a su velocidad y cuyo centro es introducido dentro de su portería por un Alvaro Zazo que actúo de defensa central y que en esa jugada no estuvo especialmente afortunado.
Con el marcador a favor el Pontevedra CF siguió percutiendo sobre la defensa contraria convirtiéndose en dueño y señor del encuentro. 
En estas apareció otra vez "Bond" para sacarse del smoking una jugada maravillosa en el lado derecho del área visitante que termina con un disparo precioso al palo largo que salió a escasos centímetros de la portería rival.

Entre tanto dominio pontevedrés la jugada del empate del Sanse apareció de forma aislada e igualmente afortunada. 
Buena acción de Iván Martín por la banda izquierda para entrar en el área granate y realizar una especie de centro chut que posiblemente acabaría en fuera de puerta pues el balón parecía demasiado violento para la llegada de Perales en el segundo palo.  
Sin embargo, en la desviada trayectoria del balón aparece David Castro que en una acción instintiva mete la pierna y provoca que la "bola" se meta en la portería de Edu para el empate a uno.

Es en ese momento cuando el Pontevedra CF empezó a dejar bien claro que no contemplaba la posibilidad de marcharse del partido sin los tres puntos en la "saca".

Lejos de manifestar nervios, desazón o incomodidad por el desafortunado lance que dio con las tablas en el marcador, el equipo siguió creyendo y jugando al fútbol para tratar de desarbolar de nuevo a la defensa del Sanse.
Llegó en varias ocasiones en esos diez últimos minutos de la primera parte a las inmediaciones de la portería contraria siendo la más clara y la más bonita aquella en la que Bustos se hizo con un balón en el interior del área algo escorado a la izquierda para conectar un zurdazo precioso que tras desviar el portero fue a estrellarse espectacularmente contra el larguero de Rudy.

El segundo tiempo no empezó bien para el Pontevedra.
En un despiste en el que no se presionó adecuadamente, el Sanse pudo crear mucho peligro en un balón a la espalda hacia un atacante que entraba en posición correcta para plantarse ante Edu pero Cristián Perales se equivoca y acude también en busca del esférico cuando, el sí, se hallaba en claro fuera de juego.
Esta acción unida a otra entrada por nuestro lado izquierdo defensivo por el peligroso Carlos Portero que había ingresado tras el descanso en el campo parecían vaticinar una segunda parte muy complicada en la que además cada vez era más difícil evolucionar a ras de suelo por la cantidad de agua que ya anegaba grandes zonas del terreno de juego.

No fue así, ni mucho menos.

Y todo empezó a aclararse de nuevo cuando "007" envío un balón largo para el incansable Alex Gónzález. 
Alex recoge, progresa hasta línea de fondo, amaga con centrar hacia Javi Pazos y en lugar de ello se gira y se deshace del defensa con un túnel más inmenso que el del Guadarrama; avanza por la línea y le pone la pelota de manera magistral a un Bustos que con picaría se adelanta a la defensa y remata al fondo de las mallas.   
Un gol precioso fruto de la individualidad de un Alex que ayer "se salió" auténticamente y ofreció esa versión veloz, chisposa y vertical que tanto agradece su equipo.

No cejó el Pontevedra en su empeño de sentenciar el choque tras el 2-1.
Siguió el conjunto granate siendo el amo y señor del partido y apenas sufrió ante los embates de un rival que sólo buscaba sus opciones en algún balón parado fruto de faltas laterales o saques de esquina. 
El Pontevedra defendió con orden estas acciones y no recibió ningún remate peligroso en toda la segunda parte.
Es más, con la intención de no meterse demasiado atrás y favorecer el balón directo del Sanse, el primer cambio fue el de Bustos por Pibe que mantuvo al Pontevedra en la misma línea y sin "meter el culo" demasiado cerca del marco de Edu Sousa 
Por contra, pudo sentenciar antes en otro balón al larguero enviado por Alvaro Bustos, en una acción de Pazos que remató de forma inocente con su pierna izquierda o con un lanzamiento desde lejos de Kevin que salió cerca de la portería del Sanse.

Aunque esa sentencia llegó para vivir con tranquilidad los últimos quince minutos de partido y lo hizo en otra acción preciosa e incluso más meritoria dado el estado del césped de Pasarón. 
Nuevo ataque pontevedrés, balón despejado por la defensa y "zapatazo" descomunal de Borja Domínguez desde varios metros fuera del área pegado al palo de un Jhon Rudy que pese a su estirada no pudo evitar el 3-1.

Fue otro golazo maravilloso que sellaba la victoria y cristalizaba la tercera seguida de un Pontevedra que fue mejor en todos los aspectos que el S.Sebastían de los Reyes.

En los últimos minutos ya sí el Pontevedra se tranquilizó algo más y buscó el cierre del partido. Berrocal entró por un muy buen Borja y ayudó a despejar los tímidos intentos madrileños y muy cerca del final Arruabarrena suplió a Javi Pazos que volvió a trabajar pero no a reencontrarse con el gol.

Son ya trece partidos (todos los de la segunda vuelta) en los que ni Javi ni Arruabarrena logran perforar las porterías contrarias en una sequía que parece no tener fin.

Después de esta victoria, el Pontevedra vuelve a tener a tiro a los equipos que ahora ocupan posición de play off de ascenso.

Esta ardua labor que nos ha llevado a encadenar tres victorias  ha servido para ponernos otra vez a tiro de piedra pero no para "colarnos" entre los cuatro pues ese socavón de 1 de punto de 9 al que antes se hizo referencia nos había dejado bastante atrás en la tabla.

Como también se ha reseñado más arriba, el récord de victorias seguidas del equipo en esta Liga es de cuatro y precísamente contra los rivales a los que nos vamos a enfrentar a partir de ahora.

En la primera vuelta, tras caer en Matapiñoneras 2-1 ante el Sanse, se ganó 1-0 al Coruxo; 1-3 al Bouzas; 3-1 al Adarve y 1-0 a Las Palmas At.
Es cierto que en la primera vuelta tres de esos cuatro partidos se jugaron aquí pero tampoco hace falta explicar mucho lo que pasaría si el Pontevedra fuera capaz de repetir esta serie de resultados.

Lo primero, no obstante, es O Vao y este dificilísimo Coruxo que navega con tranquilidad en la tabla y que constituirá una prueba complicadísima para nosotros.

Es de esperar y de suponer que la afición (que a pesar de la dantesca tarde de ayer respondió en mayor número a la llamada del club)  tratará de "invadir" O Vao para que nuestros jugadores escuchen del minuto uno al noventa y algo el apoyo de unos seguidores que en Abegondo hace quince días dieron una lección de lo que significa construir en estadio ajeno una parcela particular.

El partido será importantísimo y la victoria crucial.

Ayer el Pontevedra no dio muestra en ningún momento de nerviosismo, prisas o desesperación ni siquiera ante el inesperado empate del Sanse.
Ese temple, ese saber estar será imprescindible que vuelva a aparecer en Coruxo.

Y si ya además aparece el fútbol de ayer entonces lograr la cuarta seguida podría ser una realidad.

   
   




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