lunes, 1 de abril de 2019

Si somos más, genial; si no a darlo todo

No bastaban ya los resultados como locales para meterse arriba después de los reveses de Ponferrada, en Pasarón contra el Burgos y Salamanca.
O se daba la talla a domicilio, o se sacaba una buena versión como visitante que permitiera al equipo ganar puntos de tres en tres o la suerte estaría echada.
O se vencía en Abegondo o la clasificación para la fase de ascenso sería ya una quimera casi inalcanzable.

Y llegó el equipo a A Coruña y ganó.

Lo hizo tras disputar una primera parte en la que después de un fugaz comienzo con chispa y llegada al área rival, el Pontevedra volvió a bajar algo su rendimiento y vio como el Fabril equilibraba pronto el partido y gozaba de oportunidades, desbaratadas dos de ellas por Edu y otra por un mal remate de Uxío en buena posición.
Es cierto que nosotros también llegamos y que en comparación con los dos últimos partidos fuera generamos el suficiente peligro como para haber conseguido algún tanto.

Sin embargo, fue tras el descanso cuando el equipo jugó mucho más que su rival. 
En esa primera media hora de la segunda parte el Pontevedra CF demostró que quería seguir aferrado a la ilusión de entrar en play off. 
Cogió en ese tramo el equipo granate el partido por los cuernos para imponerse al Fabril, hacer el gol del triunfo y seguir dominando el choque hasta que a falta de diez minutos y a raíz de una falta inexistente salvada por Edu en buena intervención sintió algo de intranquilidad y se echó para atrás en aras de conservar lo que poseía en el marcador.

No fue un partido brillante ni bonito y seguro que tampoco divertiría en exceso a aquellos espectadores neutrales que estuvieran viendo el encuentro pero sí fue un ejercicio de seriedad en esa segunda mitad por parte del Pontevedra CF que empujó hasta marcar, controló después y no concedió apenas nada hasta el silbido final del árbitro.

Tampoco podemos engañarnos. 
En esa primera parte en la que se tuvo algo más de "picante" (no mucho, tampoco hay que exagerar) que otras veces fuera de casa se concedió como ya se ha dicho más arriba otra vez en defensa con errores evitables y alguna pérdida en medio campo absurda que bien pudieron costar un gol en contra y que la película hubiera terminado con ese final tan amargo al que el equipo nos tiene acostumbrado tantas veces lejos de Pasarón.

Por fortuna, el filial deportivista no acertó, Edu estuvo en su sitio y el decorado cambió en esos treinta primeros minutos del segundo tiempo en los que el Pontevedra, francamente, me gustó.

En el plano individual, apareció otra vez esa versión exquisita de Romay con controles, pases, giros y demás detalles que encandilan a cualquiera que le guste el fútbol de clase. El Sábado apenas perdió un balón y siempre que el esférico llegó a sus botas la jugada mejoró y progresó en mejores condiciones para el compañero que recibía.
Borja estuvo también algo mejor que ante el Guijuelo pero en su "debe" hay que apuntar dos pérdidas (una por tiempo) impropias en un jugador como él que pudieron costar caro al equipo.
Los centrales estuvieron en su sitio, Nacho aguantó aunque sufrió algo en el primer tiempo y David Castro volvió a estar maravilloso esta vez desde el lateral izquierdo haciendo además el gol que decidió el choque.

Es cierto que seguimos con la rémora de los goles de los delanteros centro. 

En Abegondo fue Javi Pazos el que volvió a salir de titular y en honor a la verdad se vació trabajando para el equipo desde el primer minuto hasta el último en el que con acierto forzó una falta que le costó la amarilla para evitar la última progresión coruñesa. 
Sin embargo, no participó apenas en ninguna de la ocasiones de gol disfrutada por el Pontevedra y ya resulta urgente que él o Arruabarrena cuando juegue marquen ese gol que les devuelva la confianza pues se les necesita y mucho en este tramo final de Liga en el que tantas victorias necesitamos para la clasificación.  

Nota aparte debe llevarse la afición granate desplazada a A Coruña. 

No exagero si digo que visionando el partido por la tele no hubo un solo instante en el que no se oyeran sus gritos de aliento hacia el equipo convirtiendo el campo de Abegondo en un pequeño Pasarón.
Espectacular y emocionante.

Al hilo de esto último, pensando ya en esta nueva final que llegará el Domingo en casa frente al S.Sebastián de los Reyes que ya está a tiro tras su derrota frente al Rápido, tenemos que darnos cuenta los aficionados que contra viento y marea acudimos todos los fines de semana al ex vetusto que también nosotros jugamos nuestro papel.

He dicho muchas veces y lo mantengo ahora que en ocasiones no se valora la tremenda paciencia de una afición que en los últimos 40 años tan solo ha visto UN año al Pontevedra en fútbol "profesional". Que a veces resulta duro año tras año asistir a la 2ª B que no es otra cosa que un pozo y además con oscuros adentramientos en el "sótano del pozo" que es la tercera división.

Esto es cierto y este mismo bloguero que escribe hay oportunidades que ante el deseo de ver ganar al equipo y progresar en la tabla y salir de este agujero se frustra y se desespera y estoy seguro que esto le pasa a muchos más fieles de esta gran aventura que es el Pontevedra CF.

No obstante, cuando llega el final de Liga; cuando estamos todavía a tiempo de poder meternos en una fase de ascenso para la que no salíamos en la primer parrilla de favoritos; cuando hay que ganar casi todos los partidos que nos faltan para lograr el éxito, todas esas ganas y motivación deben alimentarse en sentido positivo y convertirse en ánimos para unos jugadores que el Domingo van a a tener que sudar tinta para doblegar al Sanse.

Lo que quiero decir es que si el Domingo por causa de promociones, descuentos, o demás historias somos más en el campo pues genial y bienvenido sea.

Ahora, si no lo somos; si estamos los de siempre o incluso si algunos de los nuevos guardan demasiado silencio, nosotros debemos hacer un esfuerzo para estar más activos y transmitir ese apoyo a unos jugadores en cuyas manos estamos y que agradecerán ese plus que siempre otorga escuchar a su gente enfervorizada y deseosa de ayudarles a conseguir el objetivo.

En este momento de la competición ya no hay marcha atrás.

Si se gana, se sigue en la brecha y se descansa con esperanza e ilusión hasta el próximo Domingo. Si no se gana, adiós muy buenas y que pasen los meses lo más rápido posible hasta que en Agosto ruede otra vez la "bola".

Yo espero que el Domingo se gane y que todavía haya que contar con el Pontevedra para meter la cabeza arriba.

Y después de lo Abegondo... Alguien se imagina lo que puede ser el campo de O Vao en 15 días?
   


        
 

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