martes, 22 de marzo de 2022

Si es cierto que nunca nos rendimos, ahora hay que demostrarlo

 No es fácil ser del Pontevedra CF.

O por lo menos no lo es desde hace ya demasiado tiempo.

Pocas alegrías y demasiadas decepciones jalonan la historia granate desde hace décadas en la que solo en ocasiones puntuales (primeros años del siglo XXI) consiguió asentarse, por lo menos, entre los clubes potentes de la categoría de bronce del fútbol español.

Sin embargo, hasta en esas temporadas de grandes plantillas, "desgracias" futbolísticas como las del Sevilla B e incluso Cordoba o decisiones sencillamente intolerables como las de aquel Figueroa Vázquez (hoy en 1ª) en Alcorcón, apartaron al Pontevedra del fútbol profesional en la que solo pudo jugar la campaña 2004/2005 y sellaron su siguiente fase de existencia entre deudas, preocupaciones, gestiones rocambolescas y una insoportable irrelevancia deportiva.

Que no sea fácil, que el camino de la entidad no haya encontrado desde hace tanto tiempo más que baches y socavones en su recorrido, no quiere decir que no sea precioso sentir el color granate hasta el último poro de la piel.

Este atribulado bloguero debe confesar que no entendería la vida sin llevar este sentimiento en su interior. 

Que le resultaría muy extraño vivir sin haber conocido lo que significa querer al Pontevedra CF y haber reído al compás de sus triunfos y llorado con sus fracasos.

Que identificarse con su camiseta, con su escudo, con su historia, es una de esas cosas que está tan cosida en el interior de mi corazón que ya no podría entender lo que me rodea, ni lo que me rodea entenderme a mí, sin llevar a gala el orgullo de permanecer como socio a esta familia desde que era un niño muy pequeño.

Por eso cuando pasan cosas como la de este pasado Domingo en el campo de O Vao, lo primero que alcanzo a sentir es algo parecido a lo que debe experimentarse cuando una afilada daga se clava en tu cuerpo y puebla de gélido dolor durante unos segundos al organismo que la recibe.

¿Cómo es posible que no se haya ganado este partido? ¿Cómo demonios nos volvamos con un empate que sabe a derrota después de haber sido, esta vez sí, muy superiores a nuestro rival?

Fue el Pontevedra CF inmensamente mejor que "ese club humilde" al que se enfrentaba en el espacio del campo que va desde un área a la otra y solo su torpeza a la hora de definir dos o 3 ocasiones de las "infallables" y, sobre todo, una actitud defensiva inexplicable en la prolongación, lo que propiciaron que otra tremenda decepción se adueñara de todos los seguidores granates en el momento de producirse el empate a 2.

Jugó el Pontevedra CF como hacía casi dos meses que no lo hacía. Lo hizo con empate a 0, perdiendo 1-0 e incluso ganando ya 1-2.

Movió la pelota con una velocidad, una alegría y una frescura que recordó a la que teníamos cuando enlazamos muchas victorias seguidas y se minimizó a un rival que venía lanzado, que no quiso que casi nadie de Pontevedra estuviera en sus gradas y que celebró como un título un empate que en muchas fases del partido ni imaginaron que podrían llegar a alcanzar.

Ni el penalti inicial fallado por Brais frenó ese juego vistoso de los granates. 

Ni tampoco lo paró la clara decisión de su rival de esperar y tratar de hacer daño con una contra (es fácil decir en entrevistas que no, que se va a atacar y luego hacer lo contrario sobre el césped) y haberlo conseguido a través de un centro en el que jamás debió permitir nuestra defensa que el balón llegara al segundo palo.

Ni el fallo de otras ocasiones en las que a veces el poste u otras la indecisión impidieron sacar rédito.

En esta ocasión el Pontevedra sí parecía que había decidido que el tiempo de las "bromas" había terminado y que se tenía que ganar ese encuentro por lo civil o por lo criminal.

Y esa decisión se puso sobre el tapete al comienzo de la segunda parte en la que el equipo empató, se puso por delante y no sentenció porque Rufo falló lo infallable en una dejada preciosa de un descomunal Brais en el 2º tiempo, al no lograr embocar el balón cuando solo un jugador de campo se encontraba bajo palos de la portería viguesa.

Aún con ese error que aguó un poco el fenomenal inicio de la segunda parte granate, el Pontevedra siguió controlando y llegando al área contraria aunque no ya con tanto peligro (a excepción de otro lanzamiento al larguero, esta vez de A.Rubio) y no parecía que el Coruxo pudiese reaccionar.

Sin embargo, el rival hizo sus cambios y alrededor del minuto 75 (coincidiendo más o menos con un gran lanzamiento de Alex Ares que a punto estuvo de significar la igualada) el partido comenzó a girar un poco.

No es que el Coruxo se mostrase superior en ese último cuarto de hora pero sí que se veía una pequeña pérdida de control del Pontevedra que ya no dominaba tan a placer la situación.

Quizá (y solo quizá, porque hablamos de fútbol ficción), el cambio de Rey por Yelko hubiera sido más efectivo de haberse realizado 10 minutos antes y hubiera ayudado al equipo a tener más presencia y fortaleza en el medio. Quizá. 

Quizá esos tres cambios tan postreros contribuyeron a cierto desorden del equipo pues a esas alturas poco iban a poder cambiar en la dinámica. Quizá. No lo sé.

Lo que sí sé es que el Pontevedra no puede defender así de mal una prolongación del tiempo reglamentario ni el Domingo pasado ni nunca.

Se hayan efectuado dos cambios, tres o dieciocho.

Ya antes del empate, el Coruxo estuvo a punto de igualar en una opción en la que hasta 3 remates pudieron hacer dentro del área, resultando especialmente llamativo el tercero de ellos por la pasividad desquiciante de hasta tres defensas nuestros que permiten rematar a un rival no entrando su balón de verdadero milagro.

Luego llegó el mazazo. Pero ese mazazo llega por algo. No podemos engañarnos. No llega de una brillante acción individual ante la que no hubiera quedado más remedio que resignarnos. 

No.

El gol se produce después de que primero Seoane vaya a una anticipación temeraria dejando expedita la banda derecha de nuestra defensa. Una vez producido el centro, nos encontramos a un Churre sorprendetemente corriendo hacia nuestra portería y no bien situado. Por ello intenta un despeje estrambótico de espaldas que no hace sino empeorar la situación. Luego Araújo (alguna vez pondrá un buen centro?, por cierto) bascula para intentar tapar el agujero de Churre y para tapar el que se crea en la izquierda no llega a tiempo Diz que no puede impedir el remate a gol del jugador del Coruxo.

Un desastre defensivo que no se debería cometer nunca y más en ese minuto y más en ese partido.

Decía más arriba que nada más empatar ese "club humilde" contra el que nos enfrentábamos, sentí como el filo de una daga dejándome frío el organismo. Sí, es verdad.

Ahora, tan cierto como en ese momento quise que se me tragara la tierra, también confieso que tardé poco tiempo en "sacarme" de encima la dichosa daga y pensar en el futuro inmediato.

El U. Adarve llega el Domingo a Pasarón. 

Repito, el U.Adarve llega el Domingo a Pasarón y lo hace con 6 puntos de renta pues tampoco fue capaz de pasar del empate la jornada pasada.

¿Qué significa esto?

Muy claro. Que sí somos capaces de ganarles aquí los tendríamos a 3 puntos con todavía siete partidos (21 p. por jugar).

Adrmás, aun ganado por un gol, el golaverage general nos es favorable por varios goles y esos 3 puntos serían reales y no serían 4 en la práctica.

Estamos ahí todavía. 

El Domingo marcará nuestro futuro de cara a optar todavía por ese anhelado ascenso directo.

Es ese día en el que tenemos que centrar nuestros esfuerzos. 

Es el Domingo cuando el Pontevedra puede y debe quitarse el disgusto de los dos puntos perdidos en O Vao en un partido que nunca se debió dejar de ganar.

Desconozco si el Pontevedra hará algo especial desde dentro. No soy muy optimista al respecto pues en el momento en el que esto se escribe ya es Martes después del mediodía y ninguna novedad hay sobre el particular  

Otros colectivos, por fortuna si se están moviendo.

Podcast que harán previas especiales desde el mediodía del Domingo abiertas a la gente lo que constituye una idea maravillosa, agrupaciones de seguidores que animan también dicha previa con otras iniciativas...

El Domingo debe ser el día y la hora de nuestro equipo que a pesar de esos incomprensibles errores ante el gol y sobre todo atrás, recuperó la alegría de su fútbol en Coruxo y eso debe hacernos sentir optimistas.

Y es la hora de la gente, de la afición, del corazón del Pontevedra CF.

Estoy firmemente convencido que ninguno de los dos va a fallar este Domingo a las siete de la tarde.

Pocas veces el lema "Pontevedra nunca se rinde" puede verse plasmado de mejor forma sobre el Estadio Municipal de Pasaron. Sobre la hierba y sobre las gradas. 

Y después de ganar todo se verá mejor, más cerca y más posible.

Hala Pontevedra¡¡


      

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