viernes, 27 de mayo de 2022

"Quo Vadis" Pontevedra ? Crónica de un incendio anunciado.

 Uno de los papeles más recordados de prolífica carrera como actor de Pete Ustinov es, sin duda, su interpretación de Nerón en la famosa película de 1951 "Quo Vadis", dirigida por Mervyn Leroy.

En ella, el omnipotente, caprichoso y manipulador emperador de la dinastía Claudia se paseaba entre sus más íntimos consejeros atento a cualquier atisbo de disidencia o reproche contra cualquiera de sus decisiones por descabellada que estas pudieran parecer.

Nerón aparece en alguna de las escenas aporreando torpemente su lira y cantando peor que el bardo Asuranceturix de la aldea gala mientras su séquito y circulo de confianza aplaudía a rabiar los intentos creadores del portador de la corona de laurel.

En la película se narra el histórico episodio del incendio de Roma durante el reinado de Nerón. 

Aunque la verdadera autoría de aquel desastre nunca pudo aclararse, en el film se deja más o menos claro que fue la locura del emperador romano y su empeño en acabar con la por aquel entonces secta de los cristianos, la que motivó la pérdida de muchas vidas y la destrucción de parte de la ciudad.

Cualquier gesto de leve contrariedad, de mínima resistencia ante la "perfección" de las acciones del emperador, era castigado inmediatamente con el ostracismo, la cárcel o algo peor.

Otro importante personaje de la película era el de uno de los consejeros de máxima confianza de Nerón, de nombre Petronio, que en un consumado y harto difícil ejercicio de equilibrio político de la época, conseguía a duras penas compatibilizar la adulación extrema de la figura del emperador con consejos que aminoraban los devastadores efectos de la mayoría de las decisiones tomadas por el gobernante encarado por Ustinov.

Como no podía ser de otra manera, Petronio acabará cayendo en desgracia y decidirá quitarse del medio por su cuenta antes de que el propio Nerón dirigiera toda su fatal y extrema ira contra él

Aquel incendio de parte de la ciudad de Roma, capital del mundo civilizado en aquella época, cogió por sorpresa a todos los habitantes romanos, patricios o plebeyos, y pasó a formar parte de los libros de historia.

Incendios, sin embargo, ha seguido habiendo muchos a lo largo de los siglos (quien le va a hablar de incendios a los gallegos, por supuesto).

Algunos de esos fuegos siguen siendo inesperados y sorprenden a aquellos que sufren más en primer plano sus virulentos efectos.

Hay otros "incendios", en cambio, en sentido figurado. Con humo, llamas y calor extremo utilizados como elementos retóricos pero que conllevan también importantes efectos a su alrededor.

La mayoría de esos "incendios" virtuales no son, sin embargo, inesperados sino todo lo contrario.

Son "incendios" cuya producción se venía anunciando desde mucho tiempo atrás y que en el momento en el que se manifiestan sobre el terreno no sorprenden prácticamente a nadie y solo sirven para corroborar una crónica pensada hace tiempo pero cuya tinta empieza a verterse al compás del crecimiento de las llamas.

Que el Pontevedra CF era una especie de volcán cuya erupción se hacía inminente o, siguiendo con el símil incendiario, un bosque sin limpiar en medio de una temperatura enorme y considerable viento, lo sabía mucha gente prácticamente desde el mismo día que Toni Otero fue contratado para "dirigir" la parcela deportiva.

No era complicado llegar a esa conclusión.

Si después del prolongado tiempo que costó traer a alguien para esa función, se le discute ya desde el principio su decisión más importante que es la elección del entrenador, no era nada difícil imaginar que la convivencia ahí dentro no iba a ser nada fácil entre el que llega para intentar mandar en su ámbito y los que querían seguir mandando como siempre en dicho ámbito y quizá buscaban simplemente una figura de cartón piedra.    

Vaya por delante que esta columna ni es un panegírico de Otero ni el que esto escribe se imagina al ex jugador granate dando buenos consejos como el inteligente Petronio.

No obstante, si ahora hay tanta gente que discute desde dentro la labor del día a día del vigués, lo que sí digo es que este hombre no llegó de un planeta lejano y desconocido sino que era una persona que jugó muchas temporadas en el propio Pontevedra y que trabajó ya en los despachos en varios equipos de nuestro fútbol, alguno bastante cercano geográficamente a nosotros.

¿Era tan difícil haberse documentado acerca de su figura y su manera de trabajar? Según parece, sí debió serlo.

El caso es que tras el término de la temporada con el éxito del ascenso a 1RFEF, los aficionados del Pontevedra CF nos "desayunamos" con las noticias de que la entidad ya trabaja en el futuro sin contar con Otero y tampoco con A. Rodríguez al que no se le ha ofrecido la continuidad a día de hoy.

Se han publicado incluso frases que comentan que la Presidenta del Consejo estima que habría que renovar en un 30% la plantilla para competir bien la campaña que viene, frases o reflexiones que se comentan, se insiste, sin la influencia ya de un Director Deportivo cuya rescisión de contrato (que parece que sigue teniendo contrato) todavía no se ha resuelto.

Es posible, por tanto, que se vuelva a la clásica "moneda al aire" en el diseño de la temporada siguiente en nuestro Pontevedra CF.

Esa moneda al aire que puede que salga cara como en la 16/17 en la que se logró formar un muy buen equipo o salga cruz como en la 17/18 en la que no nos fuimos a 3ª de verdadero milagro.

Si se vuelve a la fórmula anterior (lo pongo en condicional porque tras las llamas se ha instalado el ya tradicional silencio en "casa granate"), esa fórmula en la que el protagonismo lo vuelven a tomar por completo la denominada "Cúpula" que todo el mundo sabe porque dos componentes está formada; si se acaba por prescindir de Toni y también de traer a otra persona con otro talante para la dirección deportiva, desterraremos definitivamente la palabra " proyecto" tomada en su acepción de camino por una senda determinada y cimientos más o menos consistentes y la sustituiremos por el azar.

Y el azar suele ser caprichoso.

Y yo me pregunto para terminar estas líneas : Quo Vadis ,Pontevedra CF?

  

 

 


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