miércoles, 2 de febrero de 2022

"A ras de cielo"

Todo el mundo que haya ido al estadio municipal de Pasarón en un día de lluvia sabe que el hecho de que las cuatro gradas del campo cuenten con cubiertas no impide que un aficionado poco avezado y que se sitúe en la parte inferior de dichos graderíos acabe más empapado que un senderista en día de tormenta.

Tampoco es ya un secreto que en el Nuevo Pasarón el estado del césped, desde el mismo momento de la inauguración de las instalaciones, no se puede calificar con otro adjetivo que no sea deplorable.

Y esta situación tan poco deseable alcanza su punto álgido en esta época invernal, que ahora vivimos, en la que la hierba del ex vetusto se parece más al arenal de cualquiera de nuestras playas que a un escenario en el que se pueda controlar una pelota en unas condiciones minimamente aceptables.

La forma de jugar del Pontevedra CF 21/22 con la bandera de la posesión por delante y la paciencia para encontrar los espacios en aquellos choques en que una buena y nutrida defensa rival los hacen desaparecer en muchos momentos, no encuentra en esta "hierba" invernal de Pasarón un buen aliado para su fútbol sino más bien todo lo contrario.

Por suerte, el Domingo pasado el Mostoles no se caracterizó precisamente por ser un equipo aguerrido, fuerte e intenso en el aspecto defensivo.

Sí llamó la atención en ataque, creándole al Pontevedra más ocasiones que cualquier otro conjunto que haya visitado esta temporada nuestro campo pero, insisto, a pesar de la presencia de jugadores como Mantovani que acumulan muchas batallas en sus piernas, se mostró endeble en su parte de atrás permitiendo al equipo granate llevar las riendas del partido sin demasiados sobresaltos.

Y eso que en los primeros 10 minutos de juego el equipo que salió mejor y con más intención e incluso intensidad fue el madrileño que ya antes del minuto 2 pudo hacer el primero y que poco después se encontró con la primera gran intervención de Cacharrón que no estaba por la labor de encajar demasiados goles de los jugadores mostoleños.

Bueno y justo resulta en este punto destacar la actuación del portero granate (opacado muchas veces por la poca cantidad de veces que le llegan al Pontevedra con peligro) y que hace 3 días contribuyó con tres grandes intervenciones a que no se complicase la situación desbaratando oportunidades claras del equipo rival.

A pesar del buen arranque visitante y de la numerosa arena de la playa, el Pontevedra no tardó de tomar el timón del barco y en dos zarpazos profundos decantó el marcador a su favor colocando dos goles en su casillero.

A destacar la jugada del segundo con dejada de espaldas de Charles a Rubio para que este firmase un gran pase en profundidad para Brais que definió delante del portero del Móstoles con tanta calidad como belleza haciendo un gol muy bonito.

Ya en esa primera mitad pero sobre todo en la segunda con ese 2-0 a favor, el Pontevedra demostró el Domingo que si bien tiene una idea primordial de juego basada en al combinación y en la acumulación de posesión del balón el tiempo que sea necesario para abrir huecos en los candados rivales, no es un equipo "kamikaze" o excesiva e ingenuamente prisionero de esa idea de ver el fútbol.

Así, dado el calamitoso estado del césped y que salir con el balón controlado desde atrás resultaba en ocasiones casi una verdadera temeridad por el riesgo elevado de perder el esférico en zonas sensibles, el equipo dejó a su portero enviar numerosas pelotas en largo desde su área en busca de segundas opciones y lo cierto es que quizás de manera algo sorprendente el Pontevedra no se desenvolvió nada mal en ese escenario nada habitual esta temporada a pesar de jugar más "a ras de cielo" que a ras de suelo.

También es cierto que ayudó todavía más a facilitar las cosas el gol de bandera conseguido por Alex Glez que sentenciaba por completo el partido.

Del capitán ya sabemos todos que ataca sin descanso, que culebrea, encara, desborda e incordia todo lo que puede a las defensas contrarias. También sabemos que cuando es necesario defiende su lateral con uñas y dientes y que acude al balón dividido con la fuerza de un lobo que lleva varios días sin pitanza que llevarse a la boca.

Ahora, si ya el pequeño y gran jugador cántabro transforma "pepinos" con su pierna derecha como el logrado el otro día, entonces es que no se puede sino sacarse el sombrero ante el portador este año del brazalete sagrado.

De ahí al final del partido se podrían destacar algunas cosas.

La primera es que se sigue reservando a Churre, por esas 4 amarillas que acumula, siempre que se puede y que de nuevo en los últimos minutos fue sustituido para poder contar con él en Leganés el Sábado que viene. 

La segunda, puede ser casualidad o no, es que en la primera jugada sin el marinense en el "césped" se produce una indecisión defensiva del equipo que acaba en córner y el lanzamiento de éste en gol en contra.   

La tercera es que Romay, que no brillo en exceso ya sea porque esa posición algo más retrasada (fue el sustituto de Yelko) o porque el estado del campo no le beneficiaba en absoluto, pudo completar 90 minutos de juego sin aparentes problemas físicos lo que constituye una estupenda noticia.

La cuarta es que Iñaki una vez superados diferentes contratiempos pudo disputar algunos minutos y no solo eso sino que fue capaz de encontrarse con el gol en un balón suelto en el que conectó un remate intuitivo y rápido utilizando un buen recurso futbolístico.

La quinta es que la ausencia del Román del "once" (jugó Rey en su lugar) que el día del partido mosqueó o inquietó a algunos entre los que se encuentra este atribulado bloguero, no se debió a un posible nuevo destino del descubrimiento granate de este año y que el último día del mercado invernal no acabó con los huesos del ex del Choco en las filas de otra conjunto.

Y por último, la sexta, es que el campo volvió a tener una entrada  muy pobre y muy desalentadora dada la buena trayectoria deportiva del equipo.

Alguna vez, quizá alguna vez o no, nos expliquen esta inacción tremenda e inexplicable del Consejo de Administración que no mueve prácticamente un dedo para que esta situación cambie siquiera un poco.

Va a llegar un momento esta temporada, es posible que ya haya llegado, en que el apoyo de la gente "in situ" va a ser muy necesario, que se va a requerir esa vitamina A (de afición) que fortalezca a nuestros jugadores cuando las cosas vengan mal dadas y haya que ponerlo  absolutamente todo sobre el campo.

No veo por ningún lado que se estén poniendo cimientos para que esa "cucharada vitamínica" pueda ser proporcionada al equipo.

Y me sigo quedando perplejo por ello.  

Junto al triunfo del Pontevedra CF, se produjo también la victoria de un U.Adarve que no falla y que sigue ganando y ganando sobre todo en su feudo.

Ante esta situación, ante la trayectoria casi inmaculada de nuestro principal rival (por abajo parece que abrimos cada vez más hueco),  no queda otra que apelar a la frase de mi admirado Luis Aragonés del que se cumplen 8 años estos días de su fallecimiento.

Solía decir el sabio de Hortaleza (sí, ya sé que él decía que el sabio era su hermano); solía decir "zapatones", insisto, en las ruedas de prensa que el objetivo  del fútbol era "ganar y ganar y ganar y volver a ganar y ganar y ganar y volver a ganar....".

A esto a ganar y a volver a ganar continuamente es a lo que se ve obligado el Pontevedra para desbancar al dichoso U.Adarve del liderato.

Para derribar esta "muralla" madrileña no hay otra que no cejar y afrontar cada partido sabiendo que no hay otra que volverse con los 3 puntos.

La siguiente parada será en Leganés y contra el único equipo que nos ha vencido en casa.

Volverá a ser difícil y habrá que jugar otro partido serio y efectivo pero ya sabemos todos lo que toca si queremos logar nuestro objetivo: ganar y ganar y volver a ganar.... 

  

 

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