viernes, 5 de octubre de 2018

"Nuestra Liga"



Esta última semana hemos escuchado a nuestro entrenador referirse siquiera indirectamente a la “liga” en la que debe encuadrarse el Pontevedra CF.

No es malo leer ni escuchar al técnico del Pontevedra.

Primero porque habla con educación y al margen de poder estar o no de acuerdo con sus argumentos, lejos de “agredir” con sus palabras lo que hace es transmitir de forma mesurada sus pensamientos con los que se podrá o no convenir.
Y segundo ( y todavía más importante) porque sus inmediatos superiores no se dignan a comparecer por propia iniciativa a dar explicaciones cuando el Pontevedra no marcha sobre el césped y en aquellas pocas ocasiones en las que son preguntados sus respuestas no hacen sino provocar un levantamiento pronunciado de cejas en aquellos aficionados granates medianamente informados.

Decía pues (y repito) que leer en los periódicos o escuchar en alguna emisora a Luismi Areda volcar sus reflexiones sobre su equipo y analizar el futuro más inmediato resulta muy positivo y no rompe por completo ese hilo que durante la semana debe unir a la masa social con su equipo y que algunos otros en el club están empeñados en romper.

En los días posteriores al partido disputado frente al Celta B el ex jugador y ahora técnico granate razonaba que el punto logrado ante el filial olívico no era malo debido a que se trata de un equipo de arriba y todo lo que sea puntuar aunque sea “de a uno” contra esas escuadras debe verse como algo meritorio. Eso sí, a continuación seguía Luismi diciendo que ganando a los equipos de “nuestra Liga” y empatando contra los “grandes” haríamos una muy buena campaña.

Es evidente que esa circunstancia no se está dando. Y no se da pues ni Unionistas,  Navalcarnero, Valladolid B ni Internacional están o estaban llamados a ocupar los primeros puestos de la tabla y a ninguno de ellos se ha ganado. Por el contrario, al punto del Celta sí se une la victoria conseguida a ultimísima hora frente a la Cultural que cuenta con el mayor presupuesto del grupo.

Pero al margen de esta incuestionable realidad (no se ha ganado ni a uno de esos equipos presuntamente integrantes de “nuestra competición”) en lo que me gustaría hacer hincapié es en el hecho de que no se sabe muy bien cuál es la Liga en la que debe encuadrarse el Pontevedra.

No han sido nunca desde que han llegado (salvo la temporada en 3ª) demasiado claros los máximos responsables de la entidad a la hora de establecer los objetivos deportivos de nuestro equipo.
Generalmente se despachaba la cuestión con la máxima de “mejorar lo hecho la temporada anterior” y “Santas Pascuas, Aleluya.”

Esta situación se ha acentuado claramente en la presente temporada y ya ni esa manida frase hemos escuchado en boca ni de la Presidenta ni del Director Deportivo.

Solo de los labios del técnico (que cumple con su obligación de atender a los medios y transmitir sus inquietudes, ideas e ilusiones, consciente de que los receptores de sus declaraciones son los aficionados del club al que entrena)  podemos extraer alguna conclusión acerca de las aspiraciones este año del Pontevedra CF.

De esas apelaciones a “nuestra Liga” realizadas por Luismi como si fuera otra diferente a la que se mueven Cultural o Celta B parece deducirse que las latitudes en las que el equipo prevé moverse en esta temporada no son precisamente las situadas más al norte de la clasificación y que mejor nos iría si nos mentalizáramos de ello y descartásemos la posibilidad de emular la campaña 16/17.

Siempre he dicho que los objetivos los deben marcar los gestores del club pues son ellos los que conocen el panorama económico de la institución y los que en teoría deben modular las aspiraciones del equipo teniendo en cuenta siempre  que esto es un deporte y no una ciencia exacta como las matemáticas.
Si el Consejo de Administración marcase en los prolegómenos de la competición por donde entiende que el equipo debe moverse, los abonados y restantes seguidores sabríamos a qué atenernos y cuáles serían las exigencias legítimas para con la plantilla y cuerpo técnico.
No se trata de salir sin ambición y con renuncias desde el principio pero de esta forma todo el mundo sabría mejor a qué atenerse.

Por ejemplo, el Atlético de Madrid sale con el objetivo principal de conseguir la tercera plaza. Eso no significa que los rojiblancos no aspiren a “mojarle la oreja” al Real Madrid y al Barcelona si les sale un temporadón y estos flojean un poco. Y tampoco obsta a que si la temporada sale algo “rana” no se pueda considerar soportable hacerse con la cuarta plaza que también proporciona acceso directo a la Champions, por debajo de eso se podría hablar de fracaso deportivo.
Otro ejemplo, para el Huesca quedar decimoséptimo es todo un éxito pues la salvación es el único objetivo para el equipo aunque si se alinean todos los astros del universo y pudieran echar mano de la séptima plaza no la iban a tirar por la borda.

En el Pontevedra hacer reflexiones como las anteriores resulta imposible desde hace tiempo.

No sabemos cuáles son nuestras aspiraciones reales. No sabemos con qué clasificación el Consejo estaría satisfecho con la campaña. No sabemos con qué intención deportiva se ha configurado la plantilla.
Lo que sí sabemos, por ejemplo, es que Berrocal no vino la Liga pasada con un contrato de dos temporadas a cambio de un bocadillo de mortadela y también conocemos que este mismo verano un jugador con el currículum de Arruabarrena no se ha instalado en Pontevedra por un queso de tetilla y una mermelada casera.

Por eso que el entrenador comparezca ante los medios y reflexione sobre el equipo es muy de agradecer porque además de mantener ese hilo al que antes aludía nos permite leer entre líneas y hacernos una idea sobre lo que nos puede deparar el futuro.

La imagen ofrecida en casa ante Valladolid y Celta no ha sido buena sino todo lo contrario y quizá algunos piensen de forma legítima que obedece a una cuestión de falta de acoplamiento y que con el paso del tiempo aparecerá el equipo colectivamente y algunos de los nuevos jugadores comiencen a brillar más en el aspecto individual.
Ahora bien, es posible que muchos otros también de forma legítima puedan empezar a pensar que esa imagen responde a las posibilidades reales de la plantilla con la que se cuenta y que el margen de mejora es pequeño.

Como los máximos responsables de los fichajes no hablan tendremos que seguir conformándonos con extraer nuestras conclusiones de las palabras del técnico y de las actuaciones sobre el césped de unos jugadores cuyas posibilidades reales siguen siendo una incógnita.   

2 comentarios:

  1. Hace meses el consejero Millán contestó a un aficionado a través del Facebook del club asegurando textualmente que el equipo y los fichajes iban a ser muy ilusionante.si ahora es ilusionante tener como único objetivo no perder la categoría,apaga y vámonos.

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  2. Con un delantero que mete goles y un par de partidos sin recibirlos se ven las cosas de otra manera...

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